Buenos días. Ni rastro de Lautaro en la portada de Sport. Ahora parecen haber puesto sus ojitos sólo en Pjanic. En Sport tienen la volubilidad de un sultán, y, a juzgar por el baile de jugadores, el trueque (el trueque es el baile del verano) no para de sonar. Entrar en una portada de Sport, o de Mundo Deportivo, es como entrar en las estancias de Darío como cuando entró Alejandro Magno y se quedó maravillado del impresionante número de beldades en exposición. Pero no es ni siquiera Pjanic sino Arturo Vidal hoy la preferida. Hemos pasado de lo nuevo a lo viejo. Como anteponer lo seguro, lo plano, a esa ventanita que susurra, casi en confidencia en contraste con el colorido de Vidal, que La Juve mete a Ansu Fati en la operación Pjanic. Y les duele. Se les nota que les duele porque deben de estar pensándoselo.
En Mundo Deportivo lo niegan, lo de Ansu. Y ahí están los dos otra vez, Lautaro y Pjanic. Están como locos. No hay nadie más en el mundo que Lautaro y Pjanic, Pjanic y Lautaro. No sabemos qué sería de esta gente si Pjanic y Lautaro acabaran esfumándose. Del harén pasaríamos a una soledad como de Comala, a las portadas rulfianas. “Nuevos trueques”. En Barcelona ya no deben de tener ojeadores sino matemáticos. La permutación y la conmutación en la dirección técnica. Y el lector entretenido. El lector baila al son del trueque, el baile del verano (algún día les pondremos un vídeo de Santi Nolla mostrándoles los pasos), y así nos tememos que van a tenernos un buen tiempo. Están como ganándolo, el tiempo. Imaginamos una noche de reunión de portada:
—¿Qué hacemos, Santi?
—Pon “El trueque”, Miguel.
—¿Otra vez? Estoy hasta las collons de la cancioncita...
—Podemos hacer un juego de mesa...
—Ah, pues mira. Qué gran idea, Santi.
Y ahí lo tienen. La portada de Mundo Deportivo de hoy es el tablero del nuevo juego de mesa del Barsa. Se llama, por supuesto, El trueque, donde se puede ir saltando de la casilla de Dembelé a la de Aleñá, por ejemplo, con el objetivo de caer en la de Lautaro. Suponemos que las normas ya las traerán en los próximos días, pero El trueque, como el baile homónimo, promete ser el juego del verano.
Ya les gustaría a los de As inventar su propio juego, mientras tanto hoy nos ponen a Camavinga, del que dicen que elige al Madrid, para luego añadir que en realidad lo ama, al Madrid y a Zidane. “Ama”, dicen que dicen en su entorno. Aquí el tono se vuelve de telenovela:
—¿Qué te pasa Carlos Alfonso Camavinga?
—Me pasa que los amo, José Alfredo.
—¿A quién?
—Pues a quién va a ser, pendejo, al Madrid y a Zidane.
—Ándale, no más, Juan Tomás Roncero, que dice Carlos Alfonso que los ama...
Y en esas estamos una mañana de domingo en la que cumple 90 años el director de cine más madridista de la historia, al que vamos a dedicar TODO EL DÍA EN LA GALERNA, no sin antes decirles que Havertz, que al parecer es la perla del Leverkusen, tendrá que esperar.
Pasad un buen día, morenos.
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5 comentarios en: El baile del verano
Hay que reconocer que los responsables de las tapas (como dicen los argentinos) de los periódicos deportivos españoles tienen que hacer un gran esfuerzo cotidiano para sacarnos una sonrisa (a veces incluso una carcajada) a los madridistas. No es fácil, oigan.
Ese juego del Barça y los trueques me recuerda al Monopoly al que algunos le dedicamos largas horas de nuestra juventud: " Carretas y Bravo Murillo por Velázquez, ¿te parece?". Seguro que en la redacción de Sport o Mundo Deportivo ya lo están preparando: ¡el Culépoly! Con reglas sencillas: al pasar por la casilla de salida Roures te suelta un montón de billetes, las tarjetas de Suerte vendrían con regalos en forma de penaltis en el último minuto o apagones en el VAR y no habría tarjetas rojas. Por último, si te mandan a la cárcel, no es el policía del juego tradicional, sino Florentino Pérez moviendo sus hilos.
Que vuelva ya el fútbol, que estas portadas dan mucha pereza.
Muy bueno, jajajaja!!!!
Jajaja!! Menudo tinglao en Culèpoly
Güeno, güeno, hijos míos, yo era más de "El Palé"... ¡ qué tiempos aquellos... ! cuando iglesias empezaba a ser una palabra querida y respetada socialmente, no como ahora...jesjesjes.