La comedia, drama, sainete, esperpento o película de terror, que de cualquiera de estas formas y de algunas más se puede calificar el proceso de autodestrucción en tiempo real que está viviendo el FC Barcelona, tiene su particular Big Bang en una noche que se convirtió en el inicio, en el germen de la gran explosión de un club que ha terminado exhibiendo miserias deportivas e institucionales sin rubor alguno y a escala mundial. Noche que tiene al Atleti por protagonista.
Para algunos, ese Big Bang que colapsó el universo azulgrana está fechado en la noche trágica de Anfield, en la espectacular remontada del Liverpool de Klopp, capaz de levantar un 3-0 en contra. Para los amantes de la precisión, esa gran explosión debió suceder en el momento en que el recogepelotas del fondo de The Kop sirvió el balón a la velocidad del rayo a Alexander Arnold entre la mirada perdida y la dejadez de funciones de todo el equipo culé, que vio con la boca abierta como Origi hacía el cuarto tanto que suponía la remontada de los reds.
Para más INRI, la noche trágica de Liverpool llegaba 33 años después de otra efeméride con aroma de desastre en el Camp Nou: la derrota en Sevilla en la final de la Copa de Europa de 1986 ante el Steaua de Bucarest. Un clavo no quita otro clavo, sino que lo remacha aún más.
Otros, con más memoria, establecerán el comienzo del fin del mundo feliz azulgrana en el gol de Manolas que selló la remontada del AS Roma en el Olímpico y levantó en el tramo final del partido el 4-1 que los de la loba capitolina traían en contra de Barcelona.
No sabemos lo que quedará de la Gran Explosión. De lo que sí tenemos certeza es que detrás de ella se encuentra ese gol de Correa en el minuto 86 en Yeda.
Todas esos hitos, incluso el 3-0 de la Juventus de la Champions 2016/17, suman para que el magma del gran Big Bang se fuese caldeando. Pero el ‘Momento 0’, el ‘Día D’ de la explosión que provocó la debacle azulgrana se produjo en el King Abdula Sports City de la ciudad árabe de Yeda. El epicentro fue el minuto 86 de un partido de semifinales de Supercopa de España que disputaban el FB Barcelona, entrenado en ese momento por Ernesto Valverde, y el Atlético de Madrid. Apenas seis minutos antes, el Barsa ganaba 2-1 y el mundo era un lugar amable y feliz para el Barcelona. Un minuto después, empató el partido Morata y en ese 86 hace Correa el 3-2 para el Atleti. Un gol que servía para clasificar al equipo de Simeone para la final que luego perderían ante el Real Madrid, Fede ‘El Pajarito’ Valverde mediante.
Ahí, en ese preciso momento, se desencadenó todo. El Universo Culé explotó. Valverde -Ernesto- fue despedido con el equipo primero en Liga y clasificado sin problemas para los octavos de Champions League; se fichó a Quique Setién, que pasaba esas semanas en su Cantabria natal viendo pastar las vacas, y cuyo mérito en los banquillos se circunscribía a unas buenas temporadas en el Lugo, un buen partido con Las Palmas en el Bernabéu y una temporada y media de más ruido mediático que éxitos en el Real Betis. Aun así, desde el club y los medios afines se vendió a bombo y platillo el mantra ‘de jugar bien’ y de la recuperación del ‘espíritu Guardiola’.
El resto es ya historia. La explosión provocó la eliminación de la Copa del Rey en cuartos ante el Athletic, la pérdida de la Liga ante el Real Madrid y, sobre todo, la gran humillación del 2-8 ante el Bayern de Munich ante los ojos del planeta fútbol. Una derrota memorable que perdurará en los libros de historia de este deporte. Todo ello con el ‘mejor jugador’ de la historia sobre el terreno de juego, igual que en Liverpool, Roma o Turín.
La tropa de Muller provocó en apenas cinco días el despido de Setién, el de Abidal y el envío de un burofax para poner pies en polvorosa de Messi y hacerlo, además, sin dejar un euro en la caja. Un ‘simpa’ de manual.
El sainete o esperpento final viene con el órdago de Bartomeu poniendo su dimisión como presidente del club encima de la mesa con la condición de que el jugador dé marcha atrás en su decisión de abandonar la entidad. A la humillación deportiva y el burofax se une ahora el descredito institucional: un jugador por encima de todo, incluso del Club, algo que ya se intuía como escribí en esta columna del pasado 4 de julio en este mismo medio.
No sabemos lo que quedará de la Gran Explosión. De lo que sí tenemos certeza es que detrás de ella se encuentra ese gol de Correa en el minuto 86 en Yeda. Y que, entre unas cosas y otras el Real Madrid ganó la Supercopa del Big Bang y la Liga del Coronavirus remontando en un tramo final épico ocho puntos al equipo de Setién, Messi y Bartomeu.
Fotografías Getty Images.
Se suele obviar en esta ristra de cataclismos azulgranas el 4-0 ante el PSG, acaso porque luego fue remontado de aquella manera, que además no sirvió para nada. Pero fue otro síntoma que afortunadamente no quisieron ver.
(Por favor, corrijan lo de Old Trafford, que eso está en Manchester).
En realidad lo que ha destruido a la Era Messi han sido las 4 Champions en 5 años, especialmente el triplete europeo. Eso les ha hecho despreciar las ligas y copas de Valverde, y ha magnificado sus hecatombes allende los Pirineos.
Hay que tener en cuenta que en verano 2011 la mayoría de los cules pensaban que podrían igualar o como mínimo acercarse al número de Champions del Real Madrid durante la década que termina este año. Tras eso, 1 única Champions, la de Neymar. Y ahora empiezan a ver que el que tanto han dicho que es "el mejor de la historia", sin Iniesta, ni Xavi ni Neymar al lado, es el Messi de Argentina, que no ha ganado ni la Copa América que es el equivalente de la liga escocesa a nivel de selecciones, y que ni siquiera ha marcado cuando el barsa ha sido eliminado en UCL, al contrario que otros rivales. Messi es como Ibrahimovic, muy bueno, mete un portón de goles, pero que llegan los partidos clave de la Champions o el mundial, y si es él la única estrella del equipo, nada.
Cierto, cierto. Muy cierto. Es mejor un buen bocadillo de jamón de Jabugo que cinco o seis de mortadela.
Disiento. El farsa de Valverde ya emitía señales nocivas antes de Yeda. Era el líder gracias a la performance del inefable HH en ese Clásico que tuvo que posponerse en su día por las accciones de terrorismo de baja y no tan baja intensidad que protagonizaron muchos habitantes de la Esquinita del Nordeste.
Ya llevaban dentro la semilla de la autodestrucción. En cuanto los poderes públicos les retiraron minimamente su apoyo (VAR usado correctamente). La mentira salió a la luz.
Al final,la sobreproteccion que disfrutan ha sido contraproducente. Igual que los niños malcriados.
Abrazos madridistas
La gran ventaja nuestra es que en la misma medida que en España nos toman por idiotas y el sistema los protege artificialmente, en cuanto llegan a Europa se les ven las carencias y el FÚTBOL los pone en su sitio. Que sigan así todos los babosos: periodistas, políticos, propaganda, sistema...
Que les den.
Contra todo y contra todos, ¡HALA, MADRID!
No te falta razón en cuanto a que esa sobreprotección en las competiciones domésticas , acogidos por el manto de diversas entidades estatales, se les gira en contra en lo que respecta a Europa. Aunque no deberíamos obviar que a nivel europeo también les han ayudado ; lo de Ovrebo, Aytekin y su estreno en Wembley fue una auténtica ignominia.
Esa es la autentica realidad y todos los juntaletras tapan y muchos madridistas se lo creen perdón por los madridistas más bien pioneros y oyentes de esta chusma de juntaletras antimadridistas o como diría richar dees ciudadanos periodistas hala madrid y nada mas
Mi opinión es que lo que ha llevado a implosionar al Barça ha sido el empeño en seguir creyendo todas las milongas que les contaban sobre su equipo y sobre Messi a pesar de que una y otra vez les pintaban la cara en Europa mientras que en España se mantenían gracias a unas estadísticas arbitrales surrealistas o actuaciones estelares de Messi ante el Éibar o el Leganés. Todo eso ha sido disimulado por los medios de comunicación, que han contribuido al engaño colectivo hasta que ha llegado el Bayern y ha puesto al Barça en su sitio. Ahora deseo que Messi no se consiga ir, que le renueven y siga copando más del 15% de la masa salarial del club. Y que cada vez que le meta 3 al Levante se siga hablando del mejor de la galaxia mundial hasta el siguiente palo.