Mientras veía el partido del sábado caí en la cuenta de lo de Hazard. Yo escribí un artículo aquí en el que bromeaba acerca de la campañita de los de siempre a propósito del sobrepeso con el que llegó a Madrid el belga. Traía a colación dos casos orondos como el de Suárez y el de Griezmann, quienes llegaron a Can Barsa con la cintura notablemente expandida a pesar del silencio al respecto de los de siempre.
Yo contaba con que Hazard, si bien su constitución dórica no permite exageradas finuras, arreglaría ese exceso como habría hecho siempre tras el verano, pero lo cierto es que Hazard, el Hazard que fichó el Madrid, aún no ha llegado. Y ahora yo no hago más que pensar en el peso. Estamos como esperándolo, yo el primero, con una paciencia positiva, relajada. Como si, sabiendo que Hazard va a llegar, no nos importara cuando.
Y la verdad es que va importando. Yo lo miraba con tal confianza que en realidad casi ni lo miraba hasta que el sábado me di cuenta, de repente, de que han transcurrido varios meses de competición y el Hazard que ganaba partidos como el del sábado no aparece. En su lugar está un Hazard voluntarioso, nada ligero y fluido como el londinense.
Es un Hazard seco, sin engrasar, y en toda esa rozadura yo ya empiezo a verlo gordo sin más. Y no quiero. Yo quiero seguir pensando que Hazard es esa columna dórica que parecía jugar esquiando por los campos de Inglaterra. Todos esperábamos esos eslálones limpios como los de Alberto Tomba. Esas bajadas artísticas, más artísticas todavía debido a la visión del cuerpo tosco, anchuroso.
Pero Hazard se traba y se cae. Lo intenta, encara, y hasta ahí. Y no nos importa porque pensamos que Hazard va a venir cualquier día de estos y se va a adentrar en el bosque, donde siempre se le ha perdido de vista, y de pronto va a aparecer al final de la arboleda, en el claro, enfilando al portero. Estamos esperando ese día que ya debería haber llegado. Y yo no me había dado cuenta.
Ahora ese sobrepeso, y con él la forma extraviada, me martiriza y se me acaba la paciencia. Yo a Hazard, desde el sábado, ya lo miro regular porque su desempeño hasta hoy no es bueno. Tampoco malo, pero puede que eso sea lo peor: una mediocre regularidad. Lo miro casi como si yo fuese un cazador y él fuera el mítico oso de Faulkner oculto igual que un símbolo antiguo de los grandes bosques.
Hazard venía para ser una referencia. El jugador franquicia por el desembolso realizado en su contratación, y está ahí escondido, quizá perdido, en esa selva metafórica, de la que no parece saber salir. Yo creo que Hazard va a llegar, pero ya no me voy a poder despistar más con él. Ya no estoy relajado. Voy tras él sin quererlo, casi amargamente. Alguien debería ir a buscarlo y enseñarle el camino del claro donde el peso, y casi todo lo demás, es lo de menos.
El Madrid necesita un jugador que cuando tenga un gol cantado lo meta sin más.
Eso descomprimiría a los compañeros ,les quitaría presión a la hora de descavellar una jugada.
Ver a Méndy fallar lo del sábado hace que se te caiga el alma a los pies. De Vinicius no hablamos ya.
Hazard es el fichado para eso precisamente.
UN JUGADOR CÓMO HAZARD ya tenía que ser un espectáculo como en el che sea goles y golpes algún kilo demás tendrá
Esta muy mal en el che sea era espectáculo haber que dice Zidane
Quizás haya sido un tanto pesado, lo cierto es que en varias ocasiones, desde cuando habían rumores insistentes sobre el traspaso de Hazard al Real Madrid, he mostrado nada de ilusión por su llegada. Y explicando el por qué, no creo oportuno reiterarme al respecto, de tal sensación. Sigo diciendo que ojalá me dejara en mal lugar. Lo veo poco factible. Eso sí, reconozco que , sin considerar el pastizal que costó y cuesta, el sábado tuvo una actuación aceptable. Lo mismo me conformo con poco, es probable.
Yo esperaría hasta final de temporada para hacer una valoración sobre el rendimiento de Hazard.
Pues creo que esto es de nuevo mirar sin ver. Vamos con un prejuicio y dejamos de ver cómo en prácticamente cada jugada hace un regate eléctrico y le saca un metro al defensa de turno. Cree uno que no corre, pero corre más que nadie. Marca un golazo anulado después por un fuera de juego de centímetros. Falta aún cierto automatismo en las combinaciones con los otros jugadores, pero creo que su línea es ascendente. Es el partido en el que mejor le he visto hasta ahora, y se pasó un tiempo lesionado al principio.
Creemos que estamos en un reducto aislado de la influencia de la prensa tóxica. Pero veo reflejado en muchos comentarios, y en algún artículo, las cosas que escucho casi diariamente en El Radio.
Incluso el ejercicio de hipnosis colectiva del blanquiprevaricador Iturralde para convencernos de que no debíamos creer a nuestros ojos sino a él en el penalty por manos del defensa del Betis.
Estimado Juan A., todos nos creemos con criterio propio y, siendo conscientes o no , estamos condicionados por diferentes aspectos . En lo que a mí respecta, sintiéndome aludido, permíteme que insista que semanas , incluso meses, antes de anunciarse el fichaje del belga por el Madrid, expresaba mi opinión cuestionando su valor futbolístico. Te aseguro que no recuerdo haber leído o escuchado, hasta entonces, nada desfavorable a Hazard. A mis ojos, lo que le había visto , especialmente en partidos contra el Madrid, era poca cosa. Y , repito, me alegraría mucho de equivocarme y ver cómo Hazard la rompe.
Soy consciente de tu coherencia. Al mismo tiempo que estoy en desacuerdo. A mí Hazard me encantaba y me encanta. Y la verdad, salvo casos aislados especialmente irritantes, nunca es mi intención particularizar. Y menos contigo con quien coincido muchas veces.
Hombre amigo Floquet, poca cosa, balón de plata en el mundial, varias veces elegido mejor jugador de la Premier... Estoy tranquilo, al principio con Zidane pasó algo parecido y luego hizo lo que hizo. Poca paciencia con la adaptación a una nueva ciudad, nuevos compañeros, nuevo club, a mi me parece un jugador top
Un saludo