No resulta ninguna exageración afirmar que el Real Madrid-Atlético de Madrid se trata del duelo del lustro a nivel Europeo. Estas semifinales son el cuarto enfrentamiento consecutivo entre los equipos separados por el Manzanares. Los tres anteriores se saldaron con victoria blanca por estrecho margen, por ello el análisis de estas semifinales no se puede hacer abstrayéndose del efecto que el factor emocional puede tener en cada escuadra. Posiblemente el Atleti preferirá que este enfrentamiento no sea en Cardiff, pero cómo olvidar que en años anteriores rozaron la gloria con las yemas de los dedos y su ogro blanco sacó con orgullo sus galones para acabar imponiéndose.
Para el Madrid esta vuelve a ser la visita al dentista. Los blancos saben que no les suele bastar con ser superiores. Al Atleti o le aplastas o te acaba matando por aburrimiento. Minuto a minuto, con lo cansado que es eso.
El Bernabéu debería ser otro factor, pero con matices. Los socios habituales sabemos que en Europa el recinto madridista se transforma. No es sólo por las peñas que vienen de fuera. Lo decisivo es que el madridismo sabe que la gloria de su club se ha granjeado, en gran parte, por la consecución de orejonas. El club más diferente encuentra su mayor distinción en haber encontrado la gloria continental más veces que nadie. Lo que matiza el factor ambiental es que el encuentro es el de ida y por tanto no debería ser decisivo. En este tipo de ententes, el equipo local debe combinar corazón y cabeza para tratar de no encajar. La portería a cero significaría para los blancos una ventaja nada desdeñable de cara a la vuelta.
El Real Madrid debe combinar corazón y cabeza para tratar de no encajar
En el plano táctico, el Atleti llegará sin lateral derecho. Simeone maneja varias opciones. La que menos descolocaría al resto de posiciones sería colocar a Lucas, zurdo cerrado. Las otras dudas del Cholo serán si introducir a Gaitán o Carrasco, recién recuperado de un esguince en la clavícula, y el punta que acompañará a Griezmann: Torres o Gameiro, que viene en racha. La presencia de Carrasco y Gameiro dotaría de velocidad a los colchoneros haciendo el concurso de Nacho o Varane bastante relevante, puesto que en espacios abiertos es donde mejor se ganan el sueldo.
Por parte madridista, a parte de la duda de Nacho o Varane, el principal enigma es quién suplirá a Bale: Isco, Asensio o James.
El malagueño parece llegar en un estado de forma inmejorable. Para Simeone supone todo un sudoku defender a Isco. Su presencia como revulsivo en las dos finales fue un factor incontrolable para el equipo que aspira a controlarlo todo. Su presencia supondría repetir el mismo esqueleto que ante el Bayern. En aquel partido al Madrid le costó ser ancho y la potencia por bandas del Bayern hizo daño. No parece ese el mayor peligro del Atleti que por la derecha no tendrá un lateral que se incorpore y que además cederá el dominio del balón.
La presencia de Asensio podría castigar el flanco más débil del Atleti esta noche: la banda derecha. Cuesta imaginar que Lucas pudiese él solo con el desborde de Marco y las locuras de Marcelo. Los ajustes de la defensa atlética para tapar ese agujero podrían ser aprovechados por el resto de atacantes.
Parece menos probable la alineación de James, pero el colombiano está en clara subida y su producción goleadora, directa o indirecta, no es baladí en una eliminatoria que tendrá pocos goles.
Diversas informaciones apuntan a que Benzema no ha entrenado al cien por cien. El francés no suele tener partidos fáciles ante los colchoneros. Quizá ello pueda abrirle la puerta a dos de los tres jugadores analizados. No parecería una mala solución que Asensio castigase por fuera e Isco ayudase a matar por dentro.
Maravilloso análisis de un pre-partido. Ojalá y la mayoría de los que se publican diariamente fueran así. Pero no lo es, por eso La Galerna es increíble.