Dudas éticas

Hoy necesitamos ayuda, queridos galernautas. Es cierto que con alguna frecuencia mostramos exasperación ante la dificultad que esta sección conlleva, pero hoy es más verdad que otras veces (que también son verdad). Hoy tenemos una duda que profundamente quisiéramos no tener, y que así no se hubiera dado la noticia que la suscita. Hablamos del terrible accidente ocurrido en el rally de A Coruña y -como corresponde en este espacio- del tratamiento que de él hace la prensa deportiva en sus portadas. No se nos escapa que la reducción a noticia de tales hechos (y su consecuente análisis) ya es un defecto, una merma, e incluso una forma de injusticia, razón por la cual desde ya pedimos disculpas si, pese a nuestros esfuerzos, no conseguimos ser del todo cuidadosos.

¿Qué es peor: darle a la tragedia casi todo el protagonismo y que el modo de ese "casi" pueda suponer una ofensa, o al contrario, minimizar el espacio para la noticia y que, a la postre, también resulte ofensivo que semejantes hechos no merezcan mayor relevancia? He aquí nuestra duda.

El caso de Marca se corresponde con la primera parte de nuestra pregunta, ya que -como decimos- dedica casi todo el espacio de su portada a lo que el propio medio llega a catalogar como "la mayor tragedia del deporte español". No escatima en dramatismo la portada (no es para menos), incluyendo amplia presencia del color negro y algún que otro dato especialmente sensible (es un eufemismo). De aquí que miremos hacia la parte superior de la portada y torzamos el gesto. De aquí que se nos antoje forzado, de mal gusto y hasta inmoral que sobre "la mayor tragedia del deporte español" pueda leerse "de rechupete" mientras Andrés Iniesta se lleva un dedo a la boca. ¿No había un modo menos lúdico de dar cuenta del partido de la Selección? ¿No cabía un titular menos juguetón cuando bajo él hay luto?

En cualquier caso, no queremos ser injustos con Marca en este asunto, aunque solo sea porque nuestros conocimientos de deontología periodística así lo aconsejan. Sabemos, además, que debe de ser muy difícil confeccionar una portada cuando se dan este tipo de noticias; reconocemos que es el único medio de los aquí analizados que da amplio espacio a la tragedia; igualmente nos hacemos cargo de que han hecho un esfuerzo por separar tipográficamente las dos (?) noticias destacadas del día... Pero nos queda la duda de si, ya puestos a reconocer de verdad la horrible relevancia del accidente, no hubiera quedado más decorosa una portada exclusivamente dedicada a tal circunstancia, o si quieren, con algunos breves elaborados con mayor sobriedad informativa que un ciertamente torpe y no sabemos si hasta escandaloso "de rechupete".

A partir de aquí -y pondremos las portadas en estricto orden- va reduciéndose el espacio que nuestros medios dedican a la noticia que nos ocupa, motivo que refuerza nuestras dudas. ¿Hasta qué punto es permisible estirar el tan cierto como injusto "la vida sigue" en ocasiones tan negras como la de hoy? En absoluta coherencia, ¿deberían todas las portadas deportivas abrir casi exclusivamente con el drama de Coruña, o cabe encuadrar el tema en una esquina mientras, por ejemplo, "el campeón está de vuelta"? Qué difícil es el equilibrio.

Aunque As no dedique demasiado espacio a la tragedia, sino al triunfo ayer de la Selección, sí lo hace de un modo más meramente informativo y austero, como creemos que corresponde al respeto debido. Si esto es así, bien podría ser esta portada el reverso de la de Marca, más aparentemente afectada por la noticia del accidente, pero -creemos- más difícil de encajar para la ética y la estética. Juzguen ustedes si el diario de Relaño ha dado mejor con la tecla, pero digamos que a nosotros no nos duelen tanto los ojos al ver hoy su portada como nos ocurre con el "rechupete" de Iniesta en Marca.

Como decimos, se difumina poco a poco la presencia del accidente en las portadas deportivas, a la vez que aumenta el uso culé de los partidos de selecciones. Tal vez ya el extremo de Sport constituya el exceso contrario del cometido por Marca. Una cosa es que la prensa deportiva no sea de sucesos y deba proseguir con su labor más o menos específica, y otra bien distinta es que apenas dé cuenta de una noticia especialmente dura ocurrida en un ámbito deportivo. Una vez más hablamos de balanzas y equilibrios, y nos parece que Sport peca por defecto, nos parece que se queda corto, que se muestra demasiado parco y que, en resumen, la noticia del accidente merece mayor consideración.

En todo caso, ya ha quedado dicho que asumimos lo resbaladizo del tema, por lo que tal vez lleven razón quienes piensen lo contrario de lo aquí sugerido con el mayor de los respetos y con un tono que reconocemos obligadamente balbuciente. Ya decía la primera frase de este análisis que necesitábamos ayuda, y queremos reiterarlo también al final, esperando que lo que aquí hemos hecho hoy no ofenda en absoluto a los afectados de cualquier forma por el accidente. Sabemos que a veces no hay mayor muestra de respeto ni mejor modo de respuesta a ciertos hechos que el silencio, así que ya, por fin, callemos.