Ronaldo Nazario de Lima, “nuestro” Ronaldo, escribía estos días una emotiva carta a los aficionados del Real Valladolid, club que ahora preside. “(…)Desde mi casa a la tuya. De mi familia para tu familia. Estamos separados por la distancia física, pero estoy convencido de que nunca estuvimos tan juntos. La empatía es lo que nos une ahora. Estamos dentro de nuestras casas por nosotros mismos, por aquellos a los que amamos, por todos a quienes ni siquiera conocemos y por los que ya no pueden estar con nosotros. Te escribo para agradecerte que estés ahí, más ahora, transformando tu casa en hogar. Por convertir cada momento en algo memorable para tu familia. (…)Tengo la certeza de que tú también, cuando mires atrás, recordarás cuántas veces te levantaste, de todas tus batallas, y de cuántas veces lograste la superación, durante toda tu vida, para hacer posible lo imposible y llegar hasta donde estás siendo quien eres. Si hoy te llega esta carta es porque, entre las elecciones de mi vida, una ha sido el Pucela. Yo también he escogido. Yo también me he apasionado. Como tú, espero ansioso el regreso a nuestra casa”.
Así es Ronaldo. Al igual que a Cristiano -aunque con un ego bastante menos subido-, era frecuente verle visitando a los niños del Hospital Niño Jesús, sin luz ni taquígrafos, y sus detalles con los empleados del club y sus familias fueron múltiples. Jamás escamoteó un
autógrafo ni rechazó a nadie y eso, unido a su excelso fútbol, hizo que se le recuerde con muchísimo cariño. Se lo ganó con creces, y no solo a base de goles. Caso distinto al de Emmanuel Adebayor, aquel excéntrico capricho de Mourinho cuya aportación al fútbol va pareja al número de Champions del Atleti. El togolés lo ha dejado muy claro: “yo no dono. ¿Por qué he de hacerlo?”.
Por suerte, y más allá de excepciones despreciables, la realidad que impera es distinta. Todos los jugadores del Real Madrid han hecho generosas aportaciones -no sólo económicas-, siendo Lucas Vázquez y Sergio Ramos los primeros en abrir la veda. Messi ha donado un millón de euros a una fundación infantil en Barcelona, al igual que Pep Guardiola desde Inglaterra o Cristiano Ronaldo en Italia. Por su parte, Rafa Nadal y Pau Gasol -más Iker Casillas y Carlos Sainz padre e hijo entre otros- ponían en marcha una genial iniciativa para recaudar fondos canalizados a través de Cruz Roja. Nadal, de hecho, daba en el clavo una vez más al incidir en la verdadera razón por la que lo hacen.
Así, Nadal sostenía que ellos se lo deben todo al público. Van a verles cuando juegan, les siguen por redes sociales, leen sus entrevistas, compran los productos que patrocinan, les arropan, les dan su afecto…¿Cómo no corresponderles? Nadal tiene que dar gracias a Dios por
su zurda, Bale por su zancada, Guardiola por su estrategia sobre un terreno de juego -en lo de la política el Creador debía estar a otras cosas- y todos ellos a los aficionados que les permiten disfrutar de sus talentos. Disfrutar, dicho sea de paso, nadando en la abundancia, por cuanto su futuro económico está más que resuelto.
¿Son meritorias las donaciones de los deportistas? Lo son. ¿Hay que endiosarles por ello? En absoluto. Me viene a la cabeza la parábola de la viuda pobre que dejaba en el cepillo del templo dos tristes monedas frente a la ofrenda netamente superior del fariseo. Ella daba todo
lo que tenía, mientras que el fariseo se desprendía de lo que le sobraba, sin que su patrimonio apenas sufriera menoscabo. Eso es extensible a la práctica totalidad de deportistas de élite, no sólo futbolistas: por mucho que den, siempre les quedará una morterada. Y ese dinero va a
parar a quienes se lo generan, que son sus seguidores; conviene recordarlo.
Fijémonos en Bale. El galés ha donado medio millón de libras a la sanidad galesa y otro medio a la española, asunto éste pregonado a los cuatro vientos por su irascible club de fans. Lo han utilizado para zurrar a los que no le rinden pleitesía, haciéndole de paso un flaco favor con su iracundia. Esta vez, como otras muchas sobre el campo, Gareth no ha hecho nada, salvo dar dinero. Bien por él, mal por sus hooligans. El editor de La Galerna, Jesús Bengoechea, hacía un encendido elogio de su admirado “11”, soslayando el tema del idioma/integración. Pues no, querido Jesús, Bale sigue siendo el mismo tipo que ignora a la afición. El mismo que vive como un marqués de espaldas al país donde lleva siete años, parapetándose tras banderas y silencios perennes. El mismo, en suma, que vive de dos golazos en sendas finales gloriosas -Copa y Champions- y que cuenta con una horda de faltones que insultan como único argumento cada vez que alguien osa criticarle. A mí me enorgullece que en el Madrid todos los jugadores hayan contribuido, tanto de fútbol como de baloncesto.
Sorprendentemente -o no- el gesto que ha tenido mayor resonancia ha sido el de Bale.
Empezaba y acabo este artículo con Ronaldo. Porque no todo en esta vida son goles y dinero. Ronie ha entendido siempre esto. Aprendió español, jamás negó un autógrafo ni rehuyó una entrevista y permitió que le público le conociera, pese a su timidez. En cierta ocasión los
integrantes de la selección brasileña fueron atracados a punta de pistola en un chalet, mientras celebraban una fiesta privada. Les desvalijaron a todos menos a Ronaldo, al que los ladrones pidieron perdón y agradecieron su generosidad con la favela que le vio nacer. Le
adoran. Le adoramos. A mí me pasa lo mismo con Sergio Llull. Sus canastas increíbles, junto a su cercanía y continuos gestos de cariño, le hacen merecedor del máximo reconocimiento. O con Rafa Nadal. Para cerrar con Ronaldo, decir que ha donado mucho dinero a lo largo de su vida para causas nobles. Pero la carta que ha dirigido a la afición, sin poder cuantificarse en lo económico, sí tiene un valor incalculable en lo personal. Y ese tipo de detalles parece que a más de uno le cuesta entenderlos.
"...Una horda de faltones que insulta...".
A mí me resbala mucho pero ¿no es 'faltón' un insulto? (incluso 'horda' también lo es, puesto que lo está utilizando más como sinónimo de jauría que de un ejército mongol numeroso y organizado).
Yo tenía constancia de que Guardiola ha donado (no recuerdo donde lo leí) y de la donación de Bale he sabido por el portanálisis de esta publicación. No veo que haya sido muy publicitada aunque puede que esté equivocado.
Lo que sí recuerdo del artículo de Bengoechea es que sostenía que en el caso de Bale, incluso la donación sería usada contra él. Y está en lo cierto.
Lo siento, pero no me ha gustado el artículo. Parece que se ha dado a la donación de Bale mucha más difusión que la que ha tenido realmente. Y no se pueden hacer comparaciones odiosas entre jugadores con caracteres tan distintos.
Eso si, me ha quedado muy claro que no le cae bien Gareth Bale.
A pesar de no ser un defensor de Bale, me entran ganas de insultarle.
"a punta de pistola" Se me ponen los "pelos de gallina"