Inmersos en la vorágine diaria que provocan las acciones delictivas del Fútbol Club Barcelona y el estupor por la observancia del Relato en toda su amplitud (con personajes cada vez más cercados, como Iturralde o Medina, a quienes les queda poco por “calentar” antes de convertirse en verdaderos protagonistas judiciales), nos apartamos e ignoramos los grandes valores de nuestro Club.
Podríamos escribir miles de páginas o artículos de lo que es una realidad indiscutible, salvo para los fanáticos antimadridistas, y es que el Real Madrid está muy por encima de esta lamentable Liga española.
No me refiero sólo al ámbito puramente deportivo, en el que la superioridad se plasmó contundentemente en el encuentro disputado en la última jornada ante el segundo mejor equipo de la —adulterada— competición.
Dani Carvajal es puro Real Madrid
En el plano institucional, el Madrid es el Club de referencia, y salvo alguna honrosa excepción, el resto de equipos patrios se abrazan a la envidia y se dejan llevar por los cantos de sirena de Tebas, CVC y similares. Ruina segura.
Pero estos valores de nuestro Club los fomentan y soportan personas excepcionales, representadas a la perfección por nuestro querido presidente.
Y ya en el terreno de juego, Dani Carvajal es puro Real Madrid.
Su foto poniendo la primera piedra de la Ciudad Deportiva ya fue un aviso de que estaba llamado a ser historia del Real.
Lleva años instalado en la máxima exigencia de guardar el ala derecha defensiva del equipo, y lo ha hecho de manera tan sobresaliente que sus 5 Champions, con sus 5 titularidades en finales, lo dicen todo.
Sobran más palabras sobre su nivel futbolístico, aunque si alguno quiere tirar de hemeroteca, puede repasar quiénes han sido sus parejas de baile, desde Ribèry en sus inicios allá por 2014, hasta Darwin Núñez en París 2.022; todos muescas en el revolver de Dani.
Carvajal pertenece a la especie reducida de campeones por concepto, más allá de su habilidad en la tarea
Pero además, combina su enorme talento con su plena predisposición al servicio del Club. Siempre de la cara, siempre pelea, y si tiene que ser en el centro de defensa, su rendimiento también es óptimo, como está demostrando en los últimos partidos.
Nuestro Club está acompañado de aficionados con gargantas afiladas que contaron al unísono el fin de Dani unos años atrás; sin embargo, algunos sabían (sabíamos)que su ADN era imprescriptible, y siempre estaba listo para salir a batallar, acompañado de su inatacable calidad técnica y lectura de su posición en el campo.
Es sin duda el mejor lateral derecho de la historia del Madrid, (Valdano dixit, a lo que se suma este humilde escribiente) y eso no es cosa menor. Porque en el fútbol, como es la vida, están los jugadores malos, regulares y buenos.
Pero luego están, además, los ganadores; y Dani, junto a nuestro escudo redondito, pertenece a esa clase; a los que les sangra el ojo cuando se visten de blanco y sólo saben ganar por el Madrid. Pertenece a la especie reducida de campeones por concepto, más allá de su habilidad en la tarea.
Respetemos y valoremos, ahora en activo, su enorme nivel, y no caigamos en la tentación de quiénes ignoran su historia y potencial por el mero hecho de ser jugador blanco.
Para evidencia, recordemos al seleccionador Luis Enrique Martínez, que en el encuentro clave España-Marruecos de octavos de final del Mundial 2022 (¡después de la final de París!), no eligió a Dani como lateral derecho del combinado nacional. El resultado, de la selección y de Luis Enrique, lo sabemos todos. Perdedores por su bilis antimadridista.
Getty Images.
Ay el camero, fué echarle el pulso a Florentino y no comerse un mojón como dicen por su tierra, eso sí en el PSG no ganó mal de pasta, ojalá descienda con el Cerdilla.
Le tengo en máxima consideración. Y que fuera el elegido para colocar , simbólicamente, la primera piedra en el inicio de la creación de Valdebebas , fue una señal premonitoria...
¡Cuán grande es Dani Carvajal! ¡Cuán grande es el Real Madrid!