Dios escribe el Portanálisis

Buenos días os dé Yo. Sabiendo como sé desde el principio de Mis Tiempos (muy anteriores a los vuestros) el contenido de las portadas de la prensa deportiva de hoy, me puse ayer en contacto con los portanalistas de La Galerna para que me dejaran comentar las primeras planas de la jornada. Por alusiones era justo, y ellos no han tenido inconveniente en cederme esta gentileza. De verdad que lo agradezco. Hay cosas que me tienen bastante quemado, las cosas como son.

Como muestra un botón (ni siquiera Yo entiendo esa frase pero bueno).

Pero vamos a ver, hijos. Pero vamos a ver.

Dos puntualizaciones.

1. Desmiento rotundamente la información de portada de Sport. Ernest. Lluis. ¿Por qué os inventais las cosas? No tengo ninguna intención de acudir al Mundial. Tengo otros planes de verano y Rusia no es mi país favorito por mucho que yo ame a los hombres y mujeres de todas las latitudes. Cataluña podría ser mi país favorito si la independencia que declarasteis anteayer tuviera alguna consistencia, Ernest, Lluis (de momento seguirá siendo solo una de mis comunidades autónomas favoritas). Algunos dicen que estoy en todas partes, pero ése es otro camelo que los testigos de Jehová (más pesados que Jordi Alba, Busquets y Suárez rodeando al árbitro, sí, pero bastante atinados en algunas cosas) ya se han ocupado en negar, así que ni siquiera por la vía de mi pretendida omnipresencia me vais a encontrar en Rusia allá por junio. Omnisciente y omnipotente sí, lo que queráis. Omnipresente no, sería agotador.
2. Dejad ya de llamar por mi nombre a ese jugador bajito con tatuajes. No tomaréis mi nombre en vano. ¿Os suena? ¿Dónde quedó aquel mandamiento? ¿Qué habéis hecho con él? (Empezásteis por obviar el sexto, el cual Yo comprendo que comporta una gran exigencia, y poco a poco fuisteis arrinconando todos los demás). Y no tengo nada contra ese jugador, eh. No le he visto jugar nunca, yo soy madridista aunque de vez en cuando tenga que dejar ganar a otros por una cuestión de cuotas que ya os detallaré. Me dicen que no juega mal. OK. Pero ni siquiera aquello de Clapton is God, que la gente garabateaba en las paredes del Marquee en el Londres setentero, me convenció del todo, y si la identificación con Eric, que es amigo, no me parece aceptable, cuánto menos me lo parecerá con este chico. Y no es que me ofenda que llaméis por mi nombre a gente que os guste. Es solo que lo de llamar por mi nombre a este chico es una pesadez y (perdonadme, Ernest, Lluis) una ordinariez insoportable. Estais todo el día con eso. Sois unos pecadores pero eso es lo de menos. Sois también unos horteras, y de verdad que eso sí que me va a costar perdonároslo. Al infierno no sé, porque allí solo tengo reservado sitio para el chino que a día de hoy factura todas las cremalleras del mundo y que siempre fallan, pero os aseguro que os ganáis muchos meses de purgatorio cada vez que os ponéis así de horteras. No me ofendéis a Mí, ofendéis al buen gusto, lo cual es casi igual de grave, ¿no lo comprendéis?

Y dale. Que no me tenéis que agradecer nada. Que yo no he tenido nada que ver con la clasificación de Argentina para el Mundial, y si os referís otra vez al bajito os pongo más meses de purgatorio todavía. Os meto en el purgatorio hasta que el Atleti gane la Champions. Esta vez te hablo a ti, Santi Nolla. A ti, conde de Godó, grande de España (pese a la oposición de otros nobles españoles, omnisciente ya os digo que sí soy).

La clasificación de Argentina para el Mundial no es un milagro mío. Ni siquiera es milagro mío lo del señor con barba que aparece al lado del bajito, que dentro de poco va a cumplir 5 años terráqueos, que son muy largos en relación a los de otros sistemas solares, sin que le piten un solo penalti en contra. Tampoco ese milagro es mío sino de Sánchez Arminio. Así que dejad todos de atribuirme cosas que no tienen nada que ver conmigo. Dejadme en paz.

Como suelen decir con mucha gracia los portanalistas, os dejo el resto de portadas del día porque querréis verlas.

AMí.