7 de abril de 2020
Martes. Hay ruido mediático sobre la posible vuelta de Cristiano al Madrid. Me suena a globo sonda del entorno del portugués, tras su vuelta al Bernabéu. Sabemos que su inestabilidad emocional es proporcional a su ego y a su calidad e importancia futbolística. Aquello que saca de quicio a una persona normal, también es lo que ha hecho que sea uno de los mejores jugadores de la historia y tal vez el más determinante si nos ceñimos a las matemáticas y al manejo de la cosmética masculina.
Estoy convencido de que Florentino no caerá en la trampa sentimentaloide. La parte menos buena del recuerdo de Cristiano se está diluyendo a buen ritmo y su vuelta supondría un paso atrás para lo que terminará sucediendo: que se asiente y se vea reconocido como lo que es; un titán de la historia del equipo y gane peso en el futuro funcionamiento del club. El cerebro elimina poco a poco los malos recuerdos a través del olvido y otras anomalías funcionales para mejorar nuestra supervivencia, pero también tiende a dejarse llevar por la nostalgia, algo que está muy bien para comer palomitas en el sofá reviviendo un partido antiguo, pero no para el funcionamiento del Real Madrid.
Tras estas vicisitudes, en la familia decidimos volver a una alimentación equilibrada y damos cuenta de unos callos con garbanzos precursores de una buena siesta. La comida viene acompañada de un momento cumbre televisivo. La Ruleta de la suerte vuelve a regalarnos un chispazo histórico al pedir una concursante una vocal del siguiente modo: «U de Uropa». Es de una delicadeza sublime, un manjar cerebral que resarce otros malos momentos. Solo habría faltado que se hubiese aparecido Ozores y hubiera sentenciado aquello de «¡ya somos europeos!».
La tarde trae consigo múltiples incidencias y constato que el gremio de los poceros está sufriendo el envite del virus. Por suerte localizo a uno sano y pido la vez, como en la carnicería.
Al hilo de la vuelta de jugadores adonde triunfaron, me cuesta recordar alguna que no haya decepcionado. Porque a la altura de las expectativas no hay nada, todo siempre está por encima o por debajo, sobre todo esto último, ya que estamos lejos del acierto en la predicción, por suerte. El regreso de Martín Vázquez dejó momentos buenos, pero ni se acercó a aquella última temporada de los catorce goles en Liga con Toshack y sensación de suficiencia apabullante. Tampoco fueron brillantes los retornos de Morientes, James o el amago de vuelta de Alfonso. En otros equipos tampoco funciona, por lo que es una característica general y no particular del Real Madrid, como cuando no se veía la tele y lo primero que hacías era salir al descansillo para ver si se había ido la luz de la escalera. Y Florentino ya es experto en muchas cosas, incluido el sector energético, como para dejarse llevar por la morriña.
A mi no me haría demasiada ilusión que volviera CR7. Una de las cosas que me repetía para consolarme de su marcha era que así nos íbamos a librar de su decadencia, que se presumía complicada. Creo que no es buena para el club su vuelta. Pero como dije en otro sitio ¡qué sabré yo!
Pienso igual que tú, Cibeles.