Hola, no me gusta el mundial de Catar, no me gusta la selección española y no me gusta la FIFA, in that order o en otro. Me gusta el Real Madrid.
Catar es un país repugnante, la selección es un equipo de fútbol que no es el Madrid y además ha sido apropiada por antimadridistas y la FIFA es un organismo corrupto del cual yo no me beneficio. El Madrid es mi reducto de irracionalidad. No sé si esto último lo escribió Jabois, si es así, se lo copio.
Comienza este diario antimundial de Catar. Y antimundial en general.
[Sintonía introductoria.]
Todos los que no han trincado de él no tienen reparos en denunciar la ignominia y el oprobio que supone la celebración de un mundial de fútbol concedido de manera corrupta, celebrado en un país que no respeta los derechos humanos y jugado en unos estadios literalmente erigidos sobre los cadáveres de más de 6500 semiesclavos.
Los que han trincado —directa o indirectamente— se callan o se ponen de perfil, como Luis Enrique, que es streamer y entrenador, pero no político, porque todos sabemos que defender los derechos humanos es un tema político (?).
Como yo no trinco —y en una decisión quizá poco inteligente y a buen seguro inútil—, voy a hacer todo lo posible por ir contra el mundial de Catar. Para ello, primero me informo de aquello que no está permitido.
Busco en internet.
“En Catar es un delito beber alcohol o estar ebrio en público”. Me alegro de que Ángel María Villar ya no sea presidente de la Real Federación Española de Fúrbol.
Además de las bebidas alcohólicas, está prohibida la importación de productos que contengan carne de cerdo. Me asaltan dudas. ¿Puede viajar legalmente Roures a Catar? ¿Y los Maffeo, Fali, Alejo, Raíllo, etc.?
No está permitido el uso de máscaras o cualquier otro artículo que oculte la identidad de las personas. Las mujeres pueden llevar burka. Deduzco que para las autoridades cataríes las mujeres no son personas.
“En Catar es un delito beber alcohol o estar ebrio en público”. Me alegro de que Ángel María Villar ya no sea presidente de la Real Federación Española de Fúrbol
No está permitido mostrar ni hombros ni rodillas ni ningún tipo de escote tanto en hombres como en mujeres. Esto veta la entrada en el país de participante alguno masculino, femenino o lo que sea de cualquier reality de Telecinco y de la práctica totalidad de los futbolistas, vistan de calle o de corto. Aquí veo un problema incompatible con la celebración del mundial, tal vez lo haya entendido mal. La parte positiva de esta norma es que por la raja de tu falda no vas a tener un siniestro con tu Seat Panda.
Prohibición total de tomar imágenes de edificios públicos. Colijo que al estar construidos los estadios sobre cadáveres de trabajadores son considerados edificios funerarios y se pueden tomar fotografías y grabar vídeos dentro. Estos cataríes piensan en todo, no me extraña el cariño que siente Xavi Hernández por el régimen.
En Catar no está permitido el uso de máscaras o cualquier otro artículo que oculte la identidad de las personas. Las mujeres pueden llevar burka. Deduzco que para las autoridades cataríes las mujeres no son personas
“Las muestras de afecto en público pueden ser motivo de amonestación y de detención, incluso entre familiares”. Para evitar riesgos, lo mejor es ser vasco o viajar con la suegra. Constato que en Catar sigue siendo difícil hacer el amor en un Simca 1000.
La homosexualidad es ilegal en Catar, “se considera un delito con severas penas de privación de libertad”. Catar no ha querido derogar las leyes que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, castigadas con hasta siete años de cárcel, al igual que el sexo fuera del matrimonio. Dentro no está penalizado quizá debido a la escasez del mismo. Si además los condenados son musulmanes, pueden ser flagelados si están solteros o ejecutados si están casados. El paraíso de la libertad donde en pleno desierto la hierba crece siempre verde y cortita, como le gusta a Xavi.
Según Khalid Salman, exfutbolista catarí y embajador del mundial, “la homosexualidad es un daño en la mente”. Descarto que estas declaraciones se deban a que el cerebro de este señor estuviese largo tiempo privado de oxígeno o a algún problema de consanguinidad, porque el asunto es general en el país y es imposible que ambas patologías estén tan extendidas.
Afortunadamente, varios jugadores se han propuesto boicotear desde dentro las normas que afectan a los afectos y a la libertad sexual.
Algún entrenador también pone su granito de arena, incluso de manera subliminal, simplemente portando su apellido, como es el caso del seleccionador inglés Gareth Southgate.
Como he confesado antes, mi propósito es luchar contra el mundial, cual don Quijote enajenado. Por tal motivo salgo a la calle enmascarado luciendo minifalda y un top con cuello de barco, saludo dos veces al mismo de manera afectuosa y me encamino hacia un bar. Entro. Me miran raro. Recelan. Ingiero tres copas grandes consecutivas, como el Madrid de Zidane. Me embriago. Me envalentono. Agarro a un viejo y lo beso en la boca.
—¡¿Pero qué narices haces, anormal?! —me espeta el viejo mientras comienza a golpearme con la garrota.
—Calle, estoy luchando contra el mundial de Catar.
Continuará…
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