En la extensa y brillante carrera de don Alfredo di Stéfano en el Real Madrid, logró en seis ocasiones un póker de goles en partido oficial. El último fue precisamente ante el Granada -rival de hoy- en Liga el de 19 de febrero de 1961, mientras que los anteriores (en orden cronológico) fueron en Liga frente al RCD Español en 1955 y 1956, la UD Las Palmas en 1957, el Sevilla en Copa de Europa en 1958, el Real Valladolid en Copa en 1958 y el Wiener austriaco en Copa de Europa en 1959.
En aquel curso 1960-1961, el cuadro de Miguel Muñoz iba lanzado a por el Campeonato de Liga, y antes del choque contra los granadinos acumulaban once victorias consecutivas. La última derrota de la campaña databa de noviembre de 1960, en la vuelta de los octavos de final de la Copa de Europa contra el Barça. El encuentro que decidió el brasileño Evaristo con un cabezazo y sobre todo el inglés Reg Leafe por su lamentable y escandaloso arbitraje en el Camp Nou.
Alfredo di Stéfano sumaba 15 dianas (14 en Liga y una en la Copa Intercontinental) pero arreciaban las críticas sobre su nivel de juego y su estado de forma. En la prensa se pudo leer previamente que estaba “muy usado” o que estaba “acabado”. ‘La Saeta Rubia’ volvió a cerrar la boca a sus críticos y demostró que a sus 34 años todavía era capaz de cuajar actuaciones sensacionales. Santiago Bernabéu también estaba convencido y buena muestra de ello es que en los primeros días del año 1961 le renovó el contrato por dos temporadas más.
La delantera blanca en la victoria por 5-0 ante los andaluces fue la célebre que había levantado la ‘Quinta’ Copa de Europa en Glasgow ocho meses antes. La mítica integrada por Canario, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento. En la media canalizaron el juego Vidal y Pachín, en la defensa comparecieron Marquitos, Santamaría y Casado, y en la puerta se situó Rogelio Domínguez. El encargado de abrir el marcador en el primer tiempo fue ‘Siete Pulmones’ Del Sol, tras pase de ‘La Saeta’ en lo que fue el preludio de la exhibición que realizaron Di Stéfano y Puskas con cuatro goles y cuatro asistencias en la segunda mitad.
El segundo gol del choque llegó al combinar Canario y Puskas, con centro de Pancho que envió a la red de cabeza el delantero bonaerense. El tercer gol fue el mejor de la tarde. Una verdadera obra de arte. El magiar desde medio campo, envía un pase medido a Di Stéfano que le había gritado: ¡Panchooo! ‘La Saeta Rubia’, sobre la marcha, empalmó una medio volea impresionante, que entró por la escuadra de la portería defendida por Piris. El pase matemático de Puskas y el chutazo de Di Stéfano fue “aplaudido durante dos largos minutos”, según se indica en la crónica de Pueblo. Las otras dos dianas del delantero hispanoargentino también llegaron con asistencia del ‘Comandante Galopante’. El cuarto, el tercero de Di Stéfano, fue otra vez de cabeza después de un centro de Puskas que no logró interceptar el defensa Méndez. Mientras que el último lo embocó a la red Di Stéfano, al recibir un pase del aquincense y batir en el mano a mano al cancerbero del equipo granadino.
La catarata de elogios a don Alfredo en los medios de comunicación en todo el país al día siguiente fue espectacular. En ‘Marca’, escribió Jesús Fragoso en su crónica titulada ‘Otra vez Di Stéfano’, lo siguiente: “Habría que rebuscar en las antiguas crónicas para adjetivar la labor y eficacia de este jugador del Real Madrid. Parecía que el tiempo no había pasado y que estábamos detenidos en los mejores días del mejor jugador que uno ha visto por esos campos de Dios. El siguió en posición retrasada; pero ahora para crear juego y llevarlo a la punta de su bota y animar el hasta entonces tedioso cotarro de la vanguardia blanca. Él estuvo, como tantas otras veces, en todas partes: entre los defensas propios en las pocas ocasiones que se precisaba, en el centro del terreno, en los extremos, en la boca de gol”. En el mismo medio en su columna ‘Cohetes’, el periodista Rafael Martínez Gandía se rendía ante el delantero: “El único que no acusó la temperatura fue Di Stéfano. Jugó en frio, ¡pero qué calor puso en el juego!” y “Como los gatos tienen siete vidas, Di Stéfano tiene siete juventudes. Y va por la tercera. A este paso, los futuros nietos de muchos espectadores puede que todavía alcancen a verlo”.
"De los cinco tantos que hizo el Real Madrid, cuatro los materializó el “eterno viejo”, del que ya no diremos más que está acabado hasta que sea cierto. Oportunista, hábil y espléndido en el disparo, Di Stéfano fue la pesadilla de Piris”
En ‘El Diario de Burgos’, en crónica de Tachín, se pudo leer que “este excepcional jugador sigue ganándose el sueldo duro a duro, como el primer día”. En el periódico Baleares se detalló una decisión clave durante el devenir del encuentro: “Di Stéfano viendo que de sus medios no le llegaba nada útil y que Del Sol se perdía en un exceso de individualismo, se situó retrasado para crear juego y empezó a actuar de medio y de delantero, realizando una exhibición de facultades, de buen juego, gran técnica y facilidad rematadora”.
En ‘La Hoja Oficial de los Lunes’ se afirmó que “En el segundo tiempo, Di Stéfano fue una máquina de fútbol. La resurrección en estos momentos del nueve ha llevado al equipo blanco hacia arriba de manera incontenible. El Granada tuvo la mala suerte de encontrar a Di Stéfano en una de sus grandes tardes, en que toda oposición a su magistral juego era inservible. El delantero centro del Madrid ha vuelto a una de sus etapas de gran juego.”.
O en ‘Pueblo’ en la pluma de Miguel Ors que ensalzó a Di Stéfano que “volvió a ser ayer el hombre-gol. De los cinco tantos que hizo el Real Madrid, cuatro los materializó el “eterno viejo”, del que ya no diremos más que está acabado hasta que sea cierto. Oportunista, hábil y espléndido en el disparo, Di Stéfano fue la pesadilla de Piris”.
En el pospartido, en las declaraciones a la prensa, Di Stéfano también fue protagonista. Su compañero y amigo Puskas, contó que estuvo marcado por “dos contrarios y por eso Alfredo quedó más suelto para tirar y pudo jugar con más desahogo. Hizo cuatro goles y se hartó de jugar”. El técnico merengue, Miguel Muñoz, comentó que “Di Stéfano, como siga así, puede, en efecto, quedar máximo goleador”. Por parte andaluza habló José Manuel González, antiguo defensa del equipo en los años 40 y 50 y que trabajaba en el club nazarí. A pregunta sobre la solución para un Granada que era colista respondió que “la más efectiva sería que el Madrid nos prestara a Di Stéfano hasta que la Liga terminase”.
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En la temporada 60-61, Vicente jugo todos partidos de Liga. Domínguez fue suplente. (bdfutbol.com temporada 1960-1961
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