La caprichosa forma de Deschamps a la hora de confeccionar las convocatorias de la selección francesa es una circunstancia que, por rutinaria, no sorprende al seguidor más despierto, que haciendo gala de una sana indiferencia, prefiere focalizar sus esfuerzos en comprender áreas útiles y provechosas antes de maltratar su conciencia con causas perdidas. Malos tiempos para derrochar recursos, lo que redunda en un ejercicio de sabiduría en toda regla, máxime cuando Didier Deschamps es sumamente avezado a la hora de esquivar las sucesivas preguntas acerca de las ausencias en el cortijo que tiene por selección, sobre todo cuando son acerca de jugadores del Real Madrid o con pasado madridista.
La caprichosa forma de Deschamps a la hora de confeccionar las convocatorias de FRANCIA, no sorprende al seguidor más despierto, que prefiere focalizar sus esfuerzos en comprender áreas útiles y provechosas antes DE maltratar su conciencia con causas perdidas
Y es que el actual seleccionador galo, en vistas a los futuros compromisos internacionales, eligió la lista de los 24 convocados dejando notorias ausencias, entre las que destaca en preponderancia la de Ferland Mendy. Obviando el ostracismo cenagoso y arbitrario al que lleva sometiendo la Federación Francesa de Fútbol a Karim Benzema (desde que estalló el Caso Valbuena han pasado más de 5 años, no hay cosa juzgada material que vincule de algún modo al referido futbolista y la conculcación del derecho a la presunción de inocencia es más que patente), Theo Hernández, de pasado también madridista, tampoco ha disfrutado del crédito del seleccionador, sin perjuicio de que en 2020 haya experimentado un crecimiento exponencial en juego, confianza y rendimiento. Un auténtico terremoto en el esquema del Milán, capaz de recuperar el balón en campo propio y acabar, en la misma jugada, como potencial rematador en el área rival, gozando de una velocidad en carrera comparable a muy pocos futbolistas en el mundo. En torno a la opinión pública francesa ya hay cierto resquemor sobre las nulas oportunidades de las que disfruta en la selección, y unido al descontento generalizado por la pobreza en el juego, no sería disparatado empezar a escuchar tambores de crisis. Theo, al igual que su compatriota Mendy, —éste a su vez, gran apoyo de Benzema en el vestuario blanco —, ha recordado al mundo sin complejos lo orgulloso que está de su pasado en Chamartín; compartiendo las mismas figuras un denominador común trivalente que parece incordiar a Deschamps y lo que dejaría, en consonancia, la puerta abierta para elucubrar y determinar que ni mucho menos tales ausencias constituyen circunstancias aisladas o inconexas.
Si bien Ferland acudió a la concentración gala durante los partidos de octubre, el contraste entre su boyante valía y el irrisorio número de partidos internacionales que acumula (7) alimenta una brecha que será insostenible con el tiempo. Y es que en los últimos meses, en aras al crecimiento que ha venido desarrollando, se está destapando como uno de los mejores laterales izquierdos del mundo, por no decir el mejor. Su figura proporciona una seguridad infinita al aficionado madridista, siempre ávido de tranquilidad y sosiego, sobre todo en los últimos tiempos en los que ganar holgadamente constituye la excepción y no la norma. Y es que el lionés, dueño y señor de una posición altamente devaluada como la del lateral zurdo, repite esfuerzos a lo largo de los 90 minutos, gana cuerpeando casi todos los duelos individuales, es rapidísimo a campo abierto, corrige fallos posicionales de sus compañeros, no escatima a la hora de acumular kilómetros y, a pesar de la técnica aparentemente limitada que proyecta en ataque, su capacidad para sacar buenos centros y generar situaciones ventajosas en contextos desfavorables va cada día más al alza. Este gran decálogo de prestaciones ha contribuido a que sea absolutamente capital en los planes de Zidane, y ya sea por causalidad o casualidad, con él de titular el equipo no ha perdido ni un encuentro hasta la fecha. Ni uno solo. O Deschamps tiene fobia al éxito madridista y no contempla en sus planes un overbooking de jugadores provenientes de tal entidad (el propio Mendy, el actual Theo y el magnánimo Benzema son jugadores de clase mundial cuya titularidad estaría garantizada en el 95% de los casos) o simple y llanamente está inquiriendo fórmulas a golpe y porrazo para mejorar y elevar los estándares de juego de su combinado. Todo es interpretable, incluida la pauperización moral de este individuo, engendrada por el dictamen de condenar a un futbolista perpetuamente sin vestir los colores de su selección. En 2015, con Karim lo hizo por motivos presuntamente jurídicos, veremos pues si con Mendy no usa razones de otra naturaleza para confirmar una más su presumible inquina al patrimonio madridista.
Sea como fuere y en aras al tedio, hartazgo y frenazo competitivo que suponen los famosos parones de selecciones, los dividendos de este escenario estribarán siempre dentro del tejido de intereses del club. Evitar lesiones, sobrecargas musculares y viajes superfluos conforman la mejor vía para alcanzar tres objetivos supremos: aprovechar la languidez institucional del Barça, instaurar un dominio monopolístico en Liga y devolver al equipo a la cima del éxito continental. Y contar con Mendy fresco es el mejor paso.
Fotografías Getty Images.
El último párrafo es el que importa. Las selecciones, "la roja" incluída y especialmente , me la pelan. Así que: "merçi beaucoup monsieur Deschamps".
Pues yo creo que su ojeriza hacia lo blanco es fácil de comprender: lo más importante de su carrera lo hizo en la Juventus, y como jugador padeció la derrota en Ámsterdam en la gloriosa Séptima de 1998. Posteriormente llegó al Valencia en verano de 2000, meses después de la dolorosa derrota de los valencianistas en París, la Octava, y pocos lugares como ese para el crecimiento del antimadridismo en su versión más agresiva. Ese antimadridismo debió de crecer tras la derrota de la Juve en la final de Cardiff, equipo al que está muy unido pues también fue su entrenador durante una temporada, y la eliminación de su equipo tras "el penalti claro más discutido de todos los tiempos", el de Benatia a Lucas Vázquez. Que prefiera jugar con Giroud a hacerlo con Benzema me parece un grandísimo error, pero yo seguiré celebrándolo. En su favor hay que reconocer que no le fue mal y se llevó el Mundial sin Karim y con Gris-man como uno de sus mayores protagonistas. Nunca me cayó bien este tipo, y coincido con el autor en que lo de Mendy es más que sospechoso. Allá él.
Pues creo que a nuestro equipo no le viene mal esta actitud. Descanso y ausencia de lesiones para los jugadores. De todas formas, si los llaman porque los llaman; y si no, también molesta a alguien.
Totalmente de acuerdo, el virus FIFA es el COVID del fútbol. Estamos lejos de competiciones importantes, no creo que a nuestro Mazinger le importe en demasía
Olé por ese tipo. Ojalá ningún seleccionador convoque a alguno de los nuestros. Que les den a todas las selecciones, empezando por La Roja que sustituyó a mí querida selección española, y así nos ahorramos sobresfuerzos y lesiones.
El que paga, manda.
¡Hala Madrid, y nada más!
Me has ahorrado un comentario.
Yo también firmaría un Deschamps en cada selección!!Y,ahora,a tocar madera para que no regrese algún jugador nuestro lesionado de esos infames bolos.
Por mi ojalá ningún jugador nuestro fuera con las selecciónes, de que sirve cuidarlos y darles descansos si luego llega el seleccionador de turno y les hacen jugar 180 minutos casi de seguido o tengan que jugar en campos infames. El ejemplo máximo es Ødegaard,se lesiona con su selección ,hasta ahora no ha vuelto a jugar con el club que le paga pero ya ha sido convocado de nuevo con su selección. Hay que acabar con eso.