Desapariciones

Marty McFly arrancaba su versión de Johnny B. Goode -antes de que la canción fuera compuesta- mientras su familia del futuro comenzaba a desvanecerse en la foto. El pasado debía confirmarse tal cual había sido para que los acontecimientos se encadenaran según lo habían hecho y Marty llegara a nacer y pudiera entonces regresar al futuro de su presente 1985.

Analizada racionalmente es un auténtico lío Regreso al futuro, pero los guionistas Bob Gale y Robert Zemeckis logran que lo racional pase a un segundo plano y todo sea gozo y la película (la trilogía) sea un hito. No ocurre lo mismo con los "guionistas" de nuestras portadas deportivas, pese a que hayan emulado el juego de la desaparición progresiva de los familiares de Marty. Es impostada esa emulación, se le ve el truco, no permite que el goce se imponga al análisis racional. Una pena.

Algún despistado podría pensar que la ciudad de Madrid es el mejor lugar para encontrar al Madrid. En apariencia es tan obvia la afirmación que cuesta reconocer lo que la obviedad esconde. Vean si no las portadas madrileñas de hoy. Los familiares de Marty van difuminándose en la foto y el Madrid va haciendo lo propio como motivo principal del día. Y no será porque el Madrid, como Marty, no haya hecho bien el trabajo de recuperar la senda de su propia historia, hecho que justificaría un mayor protagonismo en las portadas. Pero no. Lo que estas nos ofrecen es un cóctel donde la goleada contra el Betis es solo un ingrediente más de la receta de la jornada de Liga. El resultado, el pastel, es el "poderío" ecuménico de Marca y la intratabilidad de Barça (noten que va primero en la lista de As), Atleti y Madrid (noten que va último) según los de Relaño; eso sí, con foto celebratoria de Cristiano, no sé de qué se quejan estos de La Galerna.

Al contrario de lo que ocurría con Marty McFly, disculpen si intuimos que el único modo de que el presente de nuestras portadas fuera la plena presencia del Madrid en las mismas sería haber hecho mal el trabajo ayer en Sevilla, haber empatado de nuevo o por supuesto haber perdido. En esos casos, estamos seguros de que no encontraríamos ningún "poderío" en Marca y los "intratables" de As darían paso a la debacle, al abismo de cada día, a la foto de un Madrid bien presente por su ausencia. En resumen: cuando el Madrid gana, qué Liga tan chachi tenemos; cuando el Madrid golea, miren qué festival de goles de los primeros clasificados. Marty está confundido. Lo ha hecho todo para recuperar su futuro presente y la foto se vacía. No lo entiende. Nosotros sí.

Marty mira arriba a la derecha y se asombra con las diferencias. Allí ni "poderío" de la Liga, ni primeros clasificados, ni gaitas. Allí la foto culé responde a su victoria y punto. Ocurre que allí la foto es siempre la misma, su familia es siempre la mejor, incluso la única, y hasta Marty sabe que eso es un exceso. Uno quiere mucho a su familia, y por supuesto no quisiera que esta desapareciera en un baile de instituto de los años 50 antes incluso de convertirse de hecho en familia. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es que día sí y día también te vayan enseñando fotos de tu familia para que veas qué fantástica es, qué bien se lo pasan, cuánto se quieren, qué guapos son. Tanto venderse debe de esconder alguna tara, algún complejo, algún resentimiento, piensa Marty.

En todo caso, la desaparición del Madrid da una vuelta de tuerca gracias a nuestros amics de Sport, que certifican que "los blancos no tuvieron rival". Ya no es que el Madrid se difumine marcando seis goles, como ocurre en las portadas madrileñas, sino que también el rival lo hace, y no por el efecto de los citados seis goles, sino previamente a ellos. Noten el truco: el Betis comenzó el partido ya desvanecido, ya la foto sin él, no compareciendo, con lo cual la contundente victoria del Madrid se queda por supuesto en minucia. Meterle seis goles a nadie tiene el mismo mérito que meterle seis goles al Betis, nos dice Sport, haciendo explotar la cabeza al mismísimo Robert Zemeckis.

Pero decimos más (y ríanse ustedes de las posibles paradojas temporales de Regreso al futuro): si no había rival, ¿quién demonios marcó el gol del Betis para dejar el 1-6 en el marcador final?, ¿cómo es posible ese 1 si las crónicas no dicen que un madridista marcó en propia puerta? Un dislate este guión de Sport. Y más cuando el 4-0 del Barcelona al Deportivo no implica, faltaría más, que el equipo gallego no hiciera acto de presencia, como tampoco lo implicó cuando en la primera jornada de Liga un 6-2 al mismo Betis -que ahora no está- en el Camp Nou fue un "festival" (busquen la portada de Sport) ofrecido por obra y gracia de un Dios rubio (busquen la portada de Mundo Deportivo).

No será lo mismo la verdad en la vida que la verosimilitud en el cine, pero aquí coinciden ambas en desvanecerse hasta desaparecer por completo en la foto de familia de nuestras portadas.