"No lo pasaremos tan bien hasta que se muera Azorín", dicen que lamentó Raúl del Pozo al volver del entierro de Ruano, allá por 1965. Azorín, que sin duda era hombre considerado, estimó que no sería de buen tono hacerse de rogar ante la afición y tuvo a bien complacerla apenas un año después. Yo creo que el Real Madrid, este Real Madrid de Zidane, es un poco como Azorín y sabe que a la afición hay que complacerla por encima de todo, aun cuando ello conlleve de vez en cuando el pequeño fastidio de tener que morirse, que es una tarea muy respetable pero que no siempre apetece.
Claro que el Madrid, que es el único club de fútbol que suscita el entusiasmo opuesto de las dos mayores aficiones del mundo (el madridismo y el antimadridismo), nunca se muere del todo, como saben hasta los niños de teta. En primer lugar porque morirse del todo, cuando uno está naturalmente destinado a la inmortalidad -aun cuando lo desee fervientemente la afición (una afición)-, sería muestra de una indecorosa coquetería y una grosería imperdonable. Y en segundo lugar, porque una vez muerto resultaría milagroso seguir acumulando Copas de Europa, Ligas, títulos, minutos 93 y sonrisas de Zidane, que es lo que sigue reclamando la afición (la otra afición). Y aunque tal cosa estaría probablemente al alcance del club, es evidente que servirse a uno mismo en bandeja la ocasión de epatar al mundo obrando un milagro sólo al alcance de quien provoca su necesidad sería de una fatuidad inadmisible y totalmente incompatible con los buenos modales; desde que el mundo es mundo, hacer milagros a deshoras y para presumir es de muy mala educación.
Así pues, de vez en cuando el Madrid muere un poquito, un ratito no más, para que el antimadridismo no implosione víctima de la envidia más atroz. A esa afición, la que no gana para disgustos, el Madrid la consuela como consolaba a su enrabietada hija de cinco años aquel padre que asistía a los toros en Las Ventas, quien según relataba Agustín de Foxá confortaba así a la niña: "no llores, tonta, mira cómo el toro le saca las tripitas al caballito". Por eso el Madrid de vez en cuando se saca un poco las tripitas y se deja algunos puntitos, incluso entra en crisis de juego, para que al antimadridismo se le pase el berrinche y aplauda exaltado con sus manitas. Es decir, para que el As pueda dar salida al inagotable surtido de apocalipsis relañistas que su fecunda redacción alumbra sin cesar, la prensa deportiva de Barcelona se relama de gusto al olor de las vísceras esparcidas sobre la arena y el antimadridismo todo, incapaz de aprender de la historia, se las vuelva a prometer muy felices por un instante.
Parece que ahora estamos en uno de esos momentos efímeros en que el antimadridismo cree estar asistiendo al entierro de Azorín. Ni usted ni yo, amable lector, sabemos cuánto van a durar el mal juego y los malos resultados del equipo, aunque probablemente usted, igual que yo, tienda como buen madridista al optimismo, piense que la Liga es para quien la remonta y esté ya buscando billetes de avión a Kiev. Seguramente usted, como yo, vislumbró, en la segunda parte contra Las Palmas, el sendero anchuroso y ameno que se abre tras las estrecheces del primer otoño, sendero que habrá de conducirnos un año más a la festiva consagración de la primavera; y haya creído ver despuntar en el desempeño de los nuestros el brillo alegre que anuncia el fin de las murrias, el epílogo de ese juego lánguido y melancólico como una tarde de domingo.
el real madrid nunca se muere del todo
No es esta situación, en cualquier caso, algo que nos guste; pero lo que usted y yo sabemos, como lo sabe el último de los antimadridistas en el rincón más remoto del planeta, es que todos los que ahora se frotan las manos ante la pasajera debilidad del gigante volverán más pronto que tarde a mirar al Madrid de abajo hacia arriba, es decir, en el mismo violento contrapicado en el que siempre lo han visto. La contemplación del Madrid es para el antimadridismo la constatación permanente de su propio enanismo, y la atracción irresistible que sienten por la grandeza de aquél es su maldición y su condena, el placer masoquista de la obsesión irrefrenable por lo que les hace sufrir.
Le contaba hace años José Luis Cuerda a Jabois en Jot Down cómo Rafael Azcona, al ver que aquél pretendía rodar el primer plano de un cadáver en El bosque animado, no pudo evitar reprenderle: "déjala estar, que bastante tiene con lo suyo". A mí me parece bien que el Real Madrid practique con sus enemigos esa suerte de piedad azconiana y no se ensañe ganándolo absolutamente todo. A fin de cuentas, el antimadridismo es un poco ese muerto que bastante tiene con lo suyo.
Buenos días a todo el foro, vean y lean la siguiente estadística que pongo
a efectos meramente informativos Temporada 2017-18 ⚽️:
✔️ Morata: 1 gol cada 105 min.
✔️ Mariano: 1 gol cada 104 min.
✖️ Benzema: 1 gol cada 393 min.
Lo tangible.
Saludos blancos, castellanos y comuneros
Excelente artículo, como todos los suyos, Mr Falstaff.
Tiene usted razón, Comunero. Benzemá no es un goleador.
El goleador es Cristiano. (O lo era). Benzemá es otra cosa. Eso sí, su prestación actual no es admisible. Debe hacer mucho más. Pero los pitos no ayudan.
Morata bien ido está. El Chelsea pagó un buen dinero por él. No echo de menos a un jugador que dice que es madridista, pero no se queda porque no le garantizan la titularidad. En la situación actual de Benzemá, ¿no podría haberse ganado el puesto?
Lo que no entiendo es la salida de Mariano. Cuando estaba en el Castilla, el titular era Mayoral, pero el que metía goles era Mariano. Se le caían los goles de los bolsillos. Era un futbolista con el gol entre ceja y ceja, y con una determinación absoluta para conseguirlo. ¿No podría haber seguido como segundo delantero? Estoy seguro de que este año sí que habría tenido oportunidades. No entiendo porqué ZZ le dejó salir. Ahora lo echamos de menos.
Saludos.
Nunca había leído tantas absurdeces juntas.
Cuando el Barça hacía el Tiki Taka, eran aburridos, éso no era jugar al fútbol...etc.
Pero cuando el Madrid le gana la Supercopa de España al Barça haciéndole el Tiki Taka....son los mejores.....vomitais y después os ahogais en vuestro vómito.
Este artículo pone al Real Madrid como el ombligo del mundo.Los grandes equipos siempre tienen sus "anti". No es el mundo contra el Madrid.Eso sí.. ..veo aficionados diferentes.El Bernabéu silbando a Benzema ...pero Luis Suárez intentando encontrar el gol desde la tranquilidad.Por otra parte un Cristiano que no celebra el gol del compañero ....que se aleja triste a pesar de la victoria del equipo.Es una filosofía de vida...por cierto, muy fea.Y si quiere hablar de envidia .....por favor!!!!......recuerde lo que siente cuando escucha este nombre:Messi.
Yo conozco muy bien a John Falstaff. Le aseguro que no siente ninguna envidia al escuchar el nombre de Messi. Creo que hablo por él de forma fidedigna, en este caso.
Gracias, Jesús, no pensaba contestar porque hablar de mí mismo me produce un cierto pudor, pero el capote que me echas y que te agradezco parece que me fuerza un poco a ello.
Amigo Iván Castro, si hemos de hablar mis envidias, yo envidio a los que tienen más cultura que yo. Así que imagínese lo ocupado que estoy envidiando a millones de personas. ¡Como para perder el tiempo haciendo lo propio con el señor Messi!
"Incapaz de aprender de la historia", esta es la frase del articulo, la esencia de lo que el autor quisó transmitir. El antimadridismo no termina de aprender que estos comienzos convulsos de temporada, cuando se cree todo perdido en octubre y noviembre, cuando huele a crisis y a que la casa blanca se desmorona, es cuando renace el orgullo de esos jugadores que portan el escudo deportivo mas grande del mundo, es cuando despiertan de su letargo para comenzar rachas capaces de remontar ligas o de ir eliminando gigantes europeos en las fases directas de la Champions.
El Madrid que comienza muy bien las temporadas es el que normalmente se desinfla en enero, pero los que comienzan en "crisis" son los que terminan levantando algun titulo importante en mayo.
Tiempo al tiempo, paciencia y Hala Madrid!!!