Con una excelente prosa, y un amor por su equipo que merecería el arribo a conclusiones más atinadas, Daniel Ramírez García-Mina ha escrito en El Español una explicación de su polémica frase, que hizo fortuna (?) en la víspera de la Final de Copa, en el sentido de que el Osasuna posee “arraigo popular”, algo que el Real Madrid “ni tiene ni jamás podrá entender” según Ramírez.
Es de elogiar que El Español publique una pieza que, como el propio Ramírez indica, no sigue la línea editorial del periódico. La pluralidad siempre está bien, sin perjuicio de que a mí, por ejemplo, me merezca escaso respeto un texto que da por evidente la “indigencia moral” de quien para muchos (y más desde el soberano partidazo de ayer ante el City) es el mejor jugador del planeta: Vinicius.
Me parece, desde esa frase e inevitablemente en adelante, un texto de una enorme indigencia moral. Repárese en que estoy llamando “indigente moral” al texto de Ramírez y no a Ramírez, mientras que él, en cambio, no ha hablado de la indigencia moral de un regate o un gesto de Vinicius, sino de la presunta indigencia moral de Vinicius mismo. Es decir, de la presunta indigencia moral de un chico de 22 años cuya presunta inmoralidad consiste en reaccionar -a veces con más ejemplaridad que otras, pero siempre a modo de reacción- contra el asqueroso acoso de oponentes, medios y aficiones rivales, algunas de las cuales no se privan de manifestar su racismo enconado contra el brasileño. Si Vini le parece a Ramírez un “indigente moral” (sic), no sé qué categoría reservará para todas estas manifestaciones de odio y xenofobia.
El texto de Ramírez se inicia con un lamento porque un tuitero, a resultas de su manifestación sobre el “arraigo”, le amenazó de muerte. ¿Ve usted, Don Daniel? Eso, amenazar de muerte a alguien, sí es indigencia moral. Buscar desde la primera frase la compasión del lector a cuenta de algo acerca de lo cual quien más quien menos viene ya curtido de twitter, sin embargo, no es indigencia moral, pero sí una añagaza columnística bastante burda. Pero se entiende. Se entiende que busque la compasión del lector antes que el convencerle, por cuanto ni por asomo en el resto del artículo se explica decentemente en virtud de qué se supone que Osasuna tiene más “arraigo popular” que el Real Madrid.
Si al menos Ramírez nos instruyera en su (personalísimo al parecer) concepto del arraigo, estaríamos menos perdidos. No. Se limita a aseverar que su afirmación es “una obviedad” y de ahí no le sacas, ni de ahí ni de su odio al Madrid, soterrado pero evidente, ni de su manifiesto aborrecimiento a la idea de la Superliga, que pasaba por allí. Traigo una sorpresa para nuestro hombre: hay madridistas contrarios a la Superliga, no sé si con más o con menos arraigo que los otros. Hay incluso madridistas que tienen simpatía hacia Osasuna y -aquí confío en que no le explote la cabeza- osasunistas que tienen cariño al Madrid. Yo mismo, en la previa del partido en Sevilla, topé con un navarro en cuya camiseta rojilla lucía un 5 bajo el nombre de Zidane. “Él quería venir pero no le fichamos porque ¿a quién quitábamos?” Como se verá, el que existan osasunistas capaces de engendrar un texto como el de Ramírez no debe movernos a ninguna suerte de animadversión hacia el digno finalista de Copa. Hay osasunistas estupendos.
Ya dice el propio Ramírez que no conviene generalizar. En efecto, ni los del Osasuna son etarras ni los del Madrid franquistas, y la prueba está en que ETA mató a osasunistas y Franco a madridistas, empezando por su presidente el Coronel Ortega al término de la guerra.
A partir de ahí, el escrito es un batiburrillo tan magníficamente redactado como confuso en lo conceptual. El autor presenta como prueba de la falta de arraigo del Madrid la canción “Cómo no te voy a querer”. “Se ve ahí que el único arraigo del Madrid es el triunfo”, viene a espetar. ¿Y quién ha dicho que sea el único? Ramírez, el pamplonica de la maleta melancólica.
Para alguien que detesta profundamente el nacionalismo como yo, el verdadero arraigo es la familia. Un padre madridista (en Madrid, en Kuala Lumpur o en la Isla de Pascua) inculca madridismo con el mismo amor que el que un padre osasunista emplea en cantar a su vástago las hazañas de Patxi Puñal. Como mínimo, con el mismo.
Por lo demás, es una pena que el antimadridismo patente de Ramírez le impida apreciar el encanto de la letra de la canción. El autor de la misma, anónimo que yo sepa, no le declara su amor al Madrid a consecuencia de una devoción por el terruño (como la de los osasunistas, gijoneses u oviedistas a los que sí les atribuye en cambio arraigo), sino en virtud de que no lo puede evitar por las alegrías que le da. “¿Cómo no te voy a querer?” implica un deseo de resistencia infructuoso. Al final solo cabe dejarse llevar por quien te hace campeón de Europa una y otra vez. ¿Existe mejor definición del amor, y hay algo más arraigado que ese sentimiento? El amor o es pasión incontenible o no es amor, y es independiente de los réditos que produzca. El que obtiene (vía trofeos) pocos réditos del amor por su equipo de fútbol no ostenta una legitimidad superior al que obtiene muchos. Si acaso, buscará consuelo en la autoafirmación de su amor.
Otra prueba de que el Madrid no tiene arraigo es, por lo visto, que a Benzema se le ha abucheado en el Bernabéu. Traigo otra sorpresa para Daniel: de igual forma que hay madridistas contrarios a la Superliga, hay madridistas que se oponen radicalmente a que se abuchee a los jugadores propios. Dese una vuelta por twitter, Daniel, y airéese. Dice que no necesita que le cuenten nada (yo no tendría la arrogancia de decir semejante cosa) porque ha estado en el Bernabéu. Un señor que cree que el público del Bernabéu refleja al madridismo es como uno que cree que un osasunista que abuchea el himno nacional refleja al osasunismo (¿valga la redundancia?). Harían falta miles de Bernabéus para poder acoger a todo el madridismo global, y la belleza de ello consiste precisamente en que la inmensa mayoría de los madridistas no se han comido ni se van a comer jamás un bocadillo en El Brillante, que es señal innegociable de madridismo según propugna nuestro amigo antimadridista. Yo sí me he comido un bocata de calamares en dicho establecimiento, pero no por ello exijo ese sello en el pasaporte madridista de nadie.
Aunque tímidamente parece querer evitarlo, es difícil esquivar el aroma rancio del nacionalismo en el texto en cuestión, y reconozco mis escalofríos al respecto. Dudo que sea posible no ser nacionalista y exigir como prueba de sentimiento por un club el conocer la Plaza del Dos de Mayo, o cualquier otro paradero urbano en Pamplona, Varsovia o Tegucigalpa. Para alguien que detesta profundamente el nacionalismo como yo, el verdadero arraigo es la familia. Un padre madridista (en Madrid, en Kuala Lumpur o en la Isla de Pascua) inculca madridismo con el mismo amor que el que un padre osasunista emplea en cantar a su vástago las hazañas de Patxi Puñal. Como mínimo, con el mismo. Si Ramírez niega esto, ya no estaré calificando de indigente moral su texto, como hago ahora.
Le estaré calificando de indigente moral a él, como él ha hecho con Vinicius.
Y olé!!
Blanco (como el color madridista) y en botella. Gracias Jesús por este magnífico articulo.
Al hilo de esto, el antimadridismo se refleja también en manido recurso de decir que sólo se publican cosas de los "equipos grandes" y los otros (Osasuna, por ejemplo) parece que no cuentan.
Eso es así, pero a nadie se le ocurre usar ese argumento para otros deportes como el tenis. ¿Alguien pide que se hable del número 78 del ranking de tenistas por el simple hecho de que éste sea de mi pueblo?
Genial Jesús, en el clavo!!!
Al final la propia palabra arraigo (peor aún con el acompañante "popular", como las democracias populares) da la clave para interpretar a Ramírez. Arraigarse, echar raíces, denota ese localismo que mucha gente no puede separar de la afición a un club deportivo. Efectivamente él probablemente no pueda concebir un osasunista que no haya asistido alguna vez al chupinazo de San Fermín (aunque muchos pamplonicas huyan despavoridos de su ciudad esos días), y por eso le produce rechazo un club global que tiene aficionados en Bután que no han estado ni estarán jamás en el Bernabéu (habría que ver si le produce el mismo rechazo otro club global como el Barcelona, pero ese es otro cantar). Esta globalidad no la quiero yo relacionar con el globalismo de ingeniería social y foro davos. Pero no lo desarrollo porque ahí entraría yo en mis batallas, que no interesan a los que leen La Galerna.
Yo mismo tengo claras simpatías por el club de mi ciudad, compaginándolo con mi madridismo. Por un lado, felicidad y copas de europa. Por otro, arraigo y más sinsabores que otra cosa. Como compagino ambas cosas, no entiendo cuál es el propósito ni el sentido de enfrentarlas.
No sé cómo decirlo...Soy madridista y admito al Real Madrid como una amalgama de sentimientos al respecto; en ese sentido, lo único que no admito es a los "madridistas disfrazados" o a los "infiltrados". A lo que iba, quizás don Jesús , a través de tan brillante réplica, pretendería una serie de suscripciones a "el Español". Pues...uno no lo va a hacer, por principios; soy de los que no está suscrito vía pago directo a ninguna publicación digital. Quizás por ser catalán...o por lo que sea...
¡Jajaja!
Es otro bodrio con la línea argumental del "no lo pueden entender", que sirve para que mediocres se autojustifiquen permanentemente.
Este próximo finde, Real Madrid - Getafe (mi pueblo) Intento animar al Geta, ya que necesita imperiosamente los puntos, pero no me sale. Lo siento. Por cierto, sería buen momento para que Carletto diera minutos a Mariano, Hazard, Odriozola y Vallejo. En todo caso, el Real Madrid ya estaba antes. El equipo con el comparto cercanía geográfica despierta mis simpatías, obviamente, pero no es lo mismo. Lo que tengo arraigado es mi madridismo.
Abrazos.
Le pongo a continuación( espero que se vea) el en lace donde se ve a los seguidores del Osasuna desfilar paramilitarmente por las calles de Sevilla, seguro que el m....... ( uyy casi se me escapa) este, disfruta viéndolos como un nazi ver desfilar a los grupos de asalto
https://okdiario.com/diariomadridista/img/2023/05/09/bein-655x368.jpg los equidistantes
perdon por el error, el enlace es el siguiente https://www.youtube.com/watch?v=Ik0mYXW5cY4
Firmo con Jesús. Gracias!
¡Pim pam pum! Next!
Hay quien ama ríos, bosques y piedras, o asociaciones deportivas o idiomas, por la única razón de ser lo que se encuentran al abrir la puerta de casa. Son los mismos que sacan el champan al oír un solitario disparo en su calle, y venden a sus familias, y marcan las puertas de los vecinos, cuando llega el momento de dar rienda suelta a sus fobias.
He escuchado en El Radio las explicaciones que ha dado ese personaje en otro programa de radio y me ha parecido, sencillamente, vergonzoso.
Para empezar, en vez de haber dedicado el tiempo a despreciar a la afición de un club UNIVERSAL como es el Real Madrid, podría haber pedido perdón por el comportamiento vergonzoso de sus "arraigados" terroristas que protagonizaron un desfile infame mancillando las calles en las que cayeron asesinados vilmente el concejal Becerril y su esposa, dejando a sus dos hijos, de escasa edad, huérfanos de padre y madre. Si ésos son los arraigados, y tanta admiración le merecen, entonces sólo cabe alegrarse de que los madridistas, afortunadamente, no seamos así.
Por otro lado, todos éstos del "no lo pueden entender" no son más que el reflejo de esa parte putrefacta de la sociedad que sólo destaca por una insoportable envidia al éxito ajeno. Algo, por otro lado, y por desgracia, bastante "español".
El Real Madrid se ha hecho acreedor de una afición universal por sus éxitos y por la forma en que se han logrado. Nadie ha regalado nada al Real Madrid (más bien al contrario). El que haya tanto antimadridista en España sólo puede explicarse porque hay demasiada gente mediocre y envidiosa. Han de darse ambas circunstancias. Porque se puede ser "mediocre" (no todo el mundo puede "triunfar" en la vida -aunque hay muchas formas de triunfar, no todo es llegar a ser rico y/o famoso-), pero no es necesario envidiar al que triunfa; en ese caso, nada que objetar. Pero no, este tipo de gente juntan ambos defectos. Es por eso que no le basta a este tipo con elogiar a sus "arraigados" (aunque hayan dado ese espectáculo tan lamentable), sino que tiene que despreciar a los madridistas.
En fin, por desgracia, tenemos que lidiar con esta escoria, no nos queda otra...
Los Indar Gorri ya vitoreaban a ETA, en campo propio y ajeno, cuando los terroristas mataban, al menos, semanalmente. Para mí siempre han sido execrables y sancionables. Pero si el club y la afición lo permite, nunca van a cambiar. Lo tienen muy arraigado: o sinvergüenzas o consentidores.