Danae Boronat T-257

Siempre que miro los partidos en televisión veo a Danae Boronat. Es un nombre bonito Danae, aunque más lo es Dánae, con esa tilde original, que según la mitología griega era la madre de Perseo, hijo también de Zeus, el que le cortó la cabeza a Medusa. No sé si esa ausencia de tilde responde a alguna razón especial. Claro que uno puede llamarse como le dé la gana. Como esos españoles puros a los que deciden llamar Christian en vez de Cristián. El nombre no lo elige uno mismo, salvo que sea artístico, por ejemplo, como Rocío Dúrcal, que se llamaba María de los Ángeles de las Heras, casi como un servidor.

Lo que importa es ser buena persona. Bueno, lo que me importa a mí, mayormente. No sé si Danae lo es porque no la conozco, pero supongo que sí. También es una excelente presentadora de televisión. Tiene una dicción perfecta y una desenvoltura natural frente a las cámaras. Por poner una pega en su disposición, una peguita sin importancia que no le resta un ápice a su sobresaliente desempeño, es precisamente que, por su excelencia comunicativa, en ocasiones parece maquinal.

Y en esas ocasiones es cuando una mente imaginativa como la mía empieza a pensar que en realidad Danae no existe como persona sino como replicante. Ya ven qué cosas tengo. Incluso “Danae”, ese hermoso nombre de reminiscencias clásicas, parece en mi ensoñación un nombre de replicante: Danae (sin tilde) Boronat T-257. El caso es que verla y escucharla una vez (esas pocas veces) es verla y escucharla todas las demás. Ni un solo fallo. Ni una sola concesión al género humano. La misma mirada, la misma sonrisa, la misma postura, las mismas frases, las mismas palabras…

A mí me dan ganas de mirarla por detrás a ver si descubro algo que me gustaría descubrir para acabar con mi inquietud, pero no puedo, por supuesto. Esas veces que parece maquinal (nada, una nimiedad) y no simplemente perfecta, como cuando dice maravillosamente Sidán o Bensemá, me recuerda al holograma de la princesa Leia que transporta R2D2 para pedir auxilio: Una y otra vez diciendo lo mismo mientras Luke Skywalker se enamora de ella antes de saber que es su hermana. Pero no vayamos por ahí.

Quería decir que es como un bucle. Un gif. Esas veces que Danae parece maquinal (tan poquitas, tan poquitas, que cuando no lo parece su humanidad explota por doquier como los colores imaginarios, She’s is a rainbow, del arco iris musical de los Rolling), siento ganas de que acabe pronto o de que se humanice otra vez, si es que es humana, de lo cual no dudo, ¡cómo hacerlo!; sólo un poquito, un poquitito muy pequeñito algunas veces, muy pocas, tan pocas que enseguida se me olvidan.

Pero entre todo este mundo mío (Danae & I) me he topado con unas declaraciones suyas, más allá del plató donde a veces la veo humana, mayormente, y robótica, unas insignificantes, pero insignificantes de verdad; veces, en las que ante la pregunta de si hay moda o presión social a la hora de impulsar el fútbol femenino (qué retórica tan admirable), ella responde lo siguiente:

“Hay muchos que lo hacen por postureo, por quedar bien o por responsabilidad social. Sea por el motivo que sea, la cosa es que lo hagan. (Y atención al giro) El Real Madrid ha llegado al fútbol femenino, pero no cree de verdad en él por su forma de actuar, por la política comunicativa totalmente cerrada de sus jugadoras, por no dar entrevistas… no han entendido nada, no saben que el fútbol femenino lo que necesita es promoción y márketing. Muchos esperaban que su llegada supondría un antes y un después, y no ha sido así”.

Después de leer esto, justo después, por un instante el replicante soy yo. Y probablemente usted también. Soy Roy Batty acabándose bajo la lluvia exactamente después de observar cómo Danae introduce al Real Madrid con calzador en su respuesta, mientras Deckard me mira con la boca abierta. Luego despierto y es cuando la duda, esta duda onírica de la que les vengo hablando, se vuelve mayor, empieza a crecer, y suspiro porque toda esa perfección profesional tan admirable pueda ser en verdad artificial y programada.

El Real Madrid no cree. El Real Madrid no ha entendido nada. El Real Madrid no sabe… ¿Pero por qué Danae (Danae Boronat T-257, en este caso) habla de repente, tan insidiosamente, del Real Madrid sin que le pregunten, si no es porque en su particular Tyrell Corporation la han fabricado así? Yo no me lo explico de otro modo. Responderme con mis ensoñaciones no es precisamente mi sueño de respuesta, pero, a veces, eso dicen, los sueños se hacen realidad.

Fotografías: Imago.