Nos referimos, por supuesto, a Don Luis Suárez Miramontes, no a su penoso homónimo uruguayo, especialista en el juego de codos y en el vampirismo.
Se nos fue hace unos días un grande de los de verdad, el único jugador español nacido en España capaz de lograr el codiciado Balón de Oro de France Football, en 1960 (recordemos que nuestro Alfredo Di Stéfano logró previamente, en 1957 y en 1959, otros dos galardones ya como ciudadano español, ya que hasta 1995 tan solo los futbolistas europeos podían optar a conquistarlo, de ahí que, por ejemplo, ni Pelé ni Maradona se hicieron con este trofeo).
Posiblemente, el Balón de Oro de 1960 podía haber sido el tercero de Don Alfredo, o el primero (y único) de Ferenc Puskas (recordemos los 4 goles del hispano-húngaro en la final de la Copa de Europa ante el Eintracht de Francfort), pero tras 3 años de dominio madridista (con el logrado por Raymond Kopa en 1958), la revista francesa posiblemente quiso premiar a algún jugador de otro equipo, y Don Luis se llevó el ansiado trofeo a casa tras una temporada en la que el FC Barcelona se llevó la liga española 1959-60, tras empatar a 46 puntos con el Real Madrid y por diferencia de goles.
Se nos fue hace unos días un grande de los de verdad, el único jugador español nacido en España capaz de lograr el codiciado Balón de Oro de France Football, en 1960
En cualquier caso, Don Luis (o “Luisito” como él mismo declaró muchas veces le gustaba ser llamado), sí que tenía que haber conquistado el Balón de Oro en 1964, tras conquistar aquél año la Copa de Europa (ante el Real Madrid en Viena por 3-1) y la Eurocopa de selecciones nacionales, al derrotar España a la Unión Soviética en el estadio Santiago Bernabéu por 2-1, con el célebre gol de Marcelino, de cabeza, al gran meta Yashin. Nadie se explica cómo en aquella edición del galardón fuese nombrado ganador el buen delantero escocés Denis Law, ya que ni siquiera ganó ese año la liga inglesa su club, el Manchester United. Luisito, como en 1961, tuvo que conformarse con la segunda posición en la puntuación del entonces semanario francés.
Tras su notable paso por el Coruña (antiguamente nadie lo llamaba Deportivo), Suárez fue fichado por el equipo catalán en 1954, con 19 años, y permaneció allí 7 temporadas. Llegó en plena etapa de esplendor del Barça de Ladislao Kubala, que venía de ganar 3 Copas de Generalísimo seguidas (1951 a 1953) y dos ligas (51-51 y 52.53), con los célebres Ramallets, Biosca, Segarra, Gonzalvo III, Basora, César, Manchón y compañía. Kubala era un dios absoluto en Barcelona y todos los historiadores coinciden en que fue por él por lo que el estadio de Les Corts se quedó pequeño y se emprendió la construcción del Camp Nou, que fue inaugurado en 1957.
Enseguida chocaron Kubala y Suárez en el equipo. No personalmente, por supuesto, ambos siempre presumieron de tener una exquisita relación personal, pero sí sobre el terreno de juego. Los “kubalistas” le silbaron casi desde el principio, lo que conllevó a que los primeros años como azulgrana fueran tremendamente complicados para Suárez, que incluso fue cedido en la temporada 1954-55, a un equipo barcelonés de la Segunda División, el España Industrial.
Realmente, la primera campaña en la que Luisito fue titular fue la 58-59, 4 años después de aterrizar en la Ciudad Condal, en la que ya jugó casi 40 partidos. En las 3 temporadas anteriores, los diferentes entrenadores (Platko y, sobre todo, Domingo Balmanya) apenas le hacían jugar en los partidos de casa, ya que los silbidos y las broncas eran constantes contra el coruñés, mientras que sí jugaba habitualmente los partidos fuera de Barcelona. Recordemos que Ladislao Kubala fue titular prácticamente indiscutible desde 1950 hasta su salida del FC Barcelona 12 años después, en 1962. Y finalmente fue Helenio Herrera quien logró hacerles jugar juntos en las 2 temporadas (58-59 y 59-60) en las que estuvo al mando de los culés, conquistando dos ligas ante el todopoderoso Real Madrid de las 5 Copas de Europa consecutivas.
Luis Suárez no llegó nunca a ser plenamente feliz vestido de azulgrana, y lo contó en múltiples ocasiones en entrevistas más o menos recientes. En la selección española, en cambio, sí que se le respetaba y apreciaba, primero como delfín de los líderes de la selección, en particular de Di Stéfano – al que adoraba, fue precisamente Don Alfredo el que le apodó “el Arquitecto” – y Paco Gento, y posteriormente como líder indiscutible desde 1962, por delante de Amancio, Del Sol, Peiró, Zoco y Collar.
En una entrevista que le hizo Paco Grande durante la pandemia de 2020, Luisito confesó que “¡ojalá!” lo hubiera fichado el Madrid, lo hablaba a menudo con Alfredo en las concentraciones con la selección, sabiendo que aquello iba a ser por siempre una quimera, ya que el Barcelona jamás lo habría permitido.
Quien no perdió la ocasión de “llevárselo” fue precisamente el mago HH, Helenio Herrera, que. tras ganar la 2ª liga consecutiva con el Barcelona, fue fichado por el Inter de Milán, y su primera petición fue el fichaje del delantero gallego, por un traspaso galáctico por aquel entonces: 25 millones de pesetas. El Madrid, además del impedimento del FC Barcelona, jamás podía haber pagado dicha cantidad, ya que empezaba a sufrir problemas económicos que, entre otros asuntos, le hicieron vender al poco tiempo a Luis del Sol al fútbol italiano, concretamente a la Juventus de Turín.
Luisito confesó que “¡ojalá!” lo hubiera fichado el Madrid, lo hablaba a menudo con Alfredo en las concentraciones con la selección, sabiendo que aquello iba a ser por siempre una quimera, ya que el Barcelona jamás lo habría permitido
Vaya pues nuestro sentido homenaje y reconocimiento a una gran figura del fútbol mundial, más reconocido y laureado en Italia (estuvo 10 años en el Inter, ganando 2 Copas de Europa entre decenas de títulos más, y acabó viviendo allí hasta su muerte), maltratado por parte de su afición en Barcelona, y también por la prensa patria, que, como en otros casos (Pepe Santamaría, Vicente Miera…), se cebó con él en su corta etapa de seleccionador nacional en el Mundial de 1990, jugado precisamente en Italia. A muchísimos viejos socios de nuestro Madrid les hubiera gustado ver de blanco a Don Luis Suárez Miramontes, para recoger el testigo, quizás, de Héctor Rial, y para haber formado parte del ballet blanco de las 5 Copas de Europa. Nuestro respeto y admiración para una leyenda inolvidable.
Las artimañas culés ya vienen de lejos. No me sorprende que concedieran el Balón de Oro cuando no lo merecía pero formaba parte del Farsalona. Sin embargo, cuando sí hubo hecho méritos para ello, ya como integrante del Internazionale, no fue premiado en justa correspondencia.
Efeméride la de hoy, fiesta nacional para nuestros vecinos franceses, que conmemora una fecha histórica ( la Toma de la Bastilla). Así pues, hubiese sido el día perfecto para que se hubiera oficializado el traspaso del de Bondy al club de la capital.