—Qué hay, Lou.
—Hola, Trevor. ¿Pero tú no estabas en Vic con el negocio de los bolígrafos y los mecheros?
—Sí, decidí sentar la cabeza, acepté la propuesta de negocio que me propuso Ron Kirby, pero antes de abrir la empresa, Ron comenzó a toser y se murió del susto. La gente ya no aguanta nada, la diñó en menos tiempo que Mariano marca un gol.
—Vaya, Trevor, lo siento.
—No te preocupes, creo que salí ganando. Días después de morir, me enteré de que Ron era un cacique legendario con más años que Matusalén. Tenía un perra negrita y estuvo siete años en varadero desconocido, tal vez en la Habana. Hacienda le buscaba por desviar dinero a las Barbados.
—Lástima que muriese, Trevor, con ese currículum hubiese sido un gran presidente del Barcelona.
—Buena observación, Lou. Anda, sírveme una copa mientras me voy a lavar las manos.
De camino al lavabo observé que el bar estaba decorado con algo más que borrachos, de hecho, solo quedaba uno que llevaba subyaciendo veinticinco años en la esquina de la barra sin que nadie se atreviese a decirle nada, por no interrumpirle.
—Lou, ¿por qué has engalanado el bar?
—Trevor, hoy cumple 118 años el Real Madrid.
—Madre mía, Lou, qué rápido crece, me acuerdo cuando nació, era jueves, hacía fresco y se fundó muy hermoso. Fuimos a verlo al sanatorio en un taxis.
—El padre Carmichael dice que al Madrid este año ya le toca hacer la comunión, que si lo seguimos dejando va a parecer un novio. Como esa bebé tan grande que hay en el carrito de la última mesa. Su madre se pasa las horas muertas leyendo a Espronceda, entre bucólica y nefrítica, y se le ha olvidado sacar a la criatura del cochecito, así que parece un podenco vestido de rosa que acaba de aterrizar sobre una carretilla. Le sobresalen las patas por los lados del carricoche y le tira bocados a todo el que se acerca.
—¿Y en qué va a consistir la celebración, Lou?
—Pues en qué demonios va a consistir, Trevor, en comida, bebida y amigos. De la comida se va a encargar Figo, le tengo en la cocina preparando cochinillo para todos. Aldana le echará una mano y preparará unas papas con chocos de aperitivo. Para beber se servirá pacharán Zoco, estoy esperando que venga Guti con el cargamento.
A la hora del vermú comenzaron a entrar aficionados y personas relevantes en la historia del Real Madrid. Zamora llegó el primero, se tomó un vino y se salió a la puerta para controlar el acceso. Molowny llegó después porque se estaba haciendo cargo de un equipo que se quedó sin entrenador y se le hizo tarde mientras ganaba la Liga y la Copa de la UEFA.
—Trevor, por favor, sal a recibir a los presidentes Florentino y Francisco Gento, que estoy liado con las croquetas y no doy abasto.
—Enseguida, Lou.
Don Paco y don Florentino llegaron de muy buen humor y con dos bolsas del Pryca llenas de juguetes para regalar al Real Madrid por su cumpleaños. Martín Vázquez se encargó de reunir al resto de la Quinta, fueron con Chendo al notario y decidieron hacerle partícipe de la sociedad Quinta del Buitre, S.L. a efectos legales. Acto seguido fueron a Eindhoven y le robaron la Copa de Europa del 88 al PSV. Cuando llegaron, fueron recibidos entre vítores y Emilio Butragueño agradeció los aplausos a los presentes y bailó un break dance junto al bebé podenco mientras Míchel derretía al público con su sonrisa. Cuando dejó de sonreír, aprovechó que Guti aún no había llegado y salió a recibir al C.D. Tacón, la nueva sección de fútbol femenino.
Miguel Muñoz acudió elegante a la cita, había comprado una caja de rotrings al Real Madrid, Zárraga le felicitó por la elección del regalo porque, como el equipo también iba a hacer la comunión, era un presente muy adecuado y socorrido.
Cristiano se adecentó el pelo para la ocasión, eligió el coche menos llamativo que tenía y de camino al bar de Lou pasó a recoger a don Alfredo Di Stéfano, que nada más llegar comenzó a vacilar al personal y se pasó la fiesta charlando con Capello, Mourinho y Fernando Carlos Redondo. Zidane no acudió porque es tímido y no le gustan las celebraciones, prefirió quedarse en casa viendo Los bingueros.
Bernabéu en un Mercedes blanco llegó, con las copas que había ganado. Vino desde muy lejos y no le quedaba ni memoria. Dice que un duende se la cambió por un ratito de gloria.
Tras soplar las velas, llegó la hora de que el equipo recibiese la primera comunión, pero el padre Carmichael se dio cuenta de que el Real Madrid, al no ser una persona física, no podía comulgar porque no tenía boca. Así que le tocó hacerlo a Raúl, aunque todo el mundo insistía en que el niño era Butragueño, pero este seguía bailando break dance mientras esquivaba bocados de la bebé podenco y no se enteraba de nada.
Por fin llegó el pacharán, lo trajeron Guti, Ramos, Juanito y Stielike, a este último le había mandado Del Bosque a acompañarlos para que no se desmandasen. Según llegó la bebida, aparecieron Roberto Carlos y Marcelo que fueron recibidos con entusiasmo. Cuando se marcharon, porque habían quedado con Ronaldo, dejaron un hueco enorme a sus espaldas.
La celebración llegó a su fin sin incidentes reseñables. El árbitro añadió tres minutos al cumpleaños y dos a la comunión, en el último de los cuales marcó Bale un golazo con un swing envidiable que dedicó a los periodistas de incógnito que estaban presentes en el bar.
1- Resurrección.
2- La esperanza de un madridista perdedor.
3- El diámetro noruego.
4- Bendito aplazamiento
5- Dignidad
6- El Camp Nou y otros callejones oscuros
7- Liturgia madridista
8- Por la borda
9- La multiplicación de los centrocampistas
10- Días de vino y ostras
11- Honestidad artificial
12- El color del dinero
13- Todos somos contingentes, nadie es necesario
14- El Madrid tiene el corazón con Trento y libre de herejía
15- El discreto encanto de la cortesía
16- Optimismo en 70 mm.
Final de farolillos. Muy bien visto, Paco. Eso sí que es una fiesta, cómo se nota que sabes poner a los amigos a disfrutar y a cocinar, si es preciso. Si no te ofrecen la presidencia es por falta de decisión del club. Atentos a las próximas entregas.
¡Gracias, Ana!
"Zidane no acudió porque es tímido y no le gustan las celebraciones, prefirió quedarse en casa viendo Los bingueros."
Memorable.
Mucho arte.