Cuánta gloria

Hoy es mañana de gloria para el madridismo por la rúbrica de una temporada perfecta de la sección de baloncesto, protagonista de un registro de éxitos que podrá igualarse pero no superarse. Algunos periódicos otorgan al asunto más relevancia que otros.

En La Galerna siempre hemos preferido el baloncesto al fútbol, y lo hemos considerado el deporte rey por encima del turbio becerro de oro del balompié, injustamente elevado a los altares por las masas en su infinita mediocridad. Siempre hemos pregonado que nada hay más importante que el baloncesto. Esto es así.

No dudamos que habrá voces que nieguen este extremo, tildándonos de oportunistas y aseverando que nos unimos a la celebración por la histórica temporada de la sección de basket a falta de títulos que celebrar en la sección de fútbol. Nada más lejos de la realidad. Ahí está si no nuestro largo historial de apoyo al equipo, desde los tiempos de Emiliano y Clifford Luyk, cuando La Galerna ya preconizaba la necesidad de restar protagonismo al muy prosaico fútbol, tan poco atractivo, tan groseramente masificado, para otorgárselo definitivamente a los canastos. En La Galerna hablamos de fútbol de vez en cuando para cubrir el expediente, pero sabemos que la gloria de ayer, rubricando una campaña extraordinaria, es lo que realmente cuenta. ¿Sergio Ramos? ¿Quién es ese?

Pues es, al parecer, un defensa del equipo de fútbol que manifiesta un comportamiento algo incómodo últimamente, en lo relativo a sus emolumentos y su continuidad. No deja de ser loable que Marca dedique un pequeño apartado de su portada a un tema tocante a una sección menor dentro del club, cuando en el Madrid lo que de verdad nos ha importado siempre es el baloncesto. Dice Marca que se ha rebajado la tensión, que ha habido cumbre y tregua, quizá demasiada información para quienes ni tenemos ni deseamos el nivel de especialización deseable para poder hablar de un deporte como el fútbol que, al fin y al cabo, nos resulta prácticamente ajeno. Agrega Marca que Otamendi sería su sustituto de marcharse el central de Camas (es lo que pondríamos ahora si estuviéramos acostumbrados a las perífrasis del fútbol para no repetir "Sergio Ramos"). Como no tenemos ni idea del mal llamado deporte rey, no sabemos que el fichaje de un jugador del Valencia desencadenaría una guerra civil, y por eso no lo indicaremos. Sigamos mejor con Llul, Reyes, el Chacho, Rudy, Slaughter y demás nombres que nos resultan mucho más familiares, y que han escrito en nuestra Historia (ahora en serio) una página imborrable.

Gracias, campeones. Y cien mil veces Hala Madrid.

Relaño tomó nota de lo mal que sentó en Barcelona el que la prensa de la Central Lechera hablara a cinco columnas del logro de la Novena Copa de Europa por parte del Real Madrid de Baloncesto. Es por ello que ahora decide cortarse, animado por la corrección política que guía indefectiblemente sus pasos, sobre todo cuando llena de tías en pelotas la publicación. Vamos a poner lo del baloncesto arriba, sí, pero en pequeñito, no vaya a enfadarse Piqué, y dediquemos en cambio el cuerpo central de la portada al affair Ramos, que en contra de la versión algo dulcificada por Marca sigue al rojo vivo según el ínclito Alfredo. No es que a Alfredo le guste enredar, que no va el tema por ahí. Le habéis cogido manía al chico, y cualquier día le vais a acusar de organizar sesiones de espiritismo, invocando a jugadores del Madrid muertos, para vender más periódicos.

Como a consecuencia de toda una vida de dedicación al baloncesto no sabemos mucho de fútbol, ignoraríamos que ese chico enjuto de nariz aguileña se llama Di María si no fuera porque Sport nos lo cuenta en su portada. Nos detalla además el rotativo catalán las cifras del traspaso del chico delgadito al Barça. Decimos "traspaso" y no "hipotético" traspaso porque parece darse por hecho y quiénes somos nosotros -profanos en asuntos balompédicos- para enmendar la plana a señores que sin duda saben de lo que hablan.

85 millones, nos cuentan. Dado que somos ignaros en materia futbolera, no tenemos referencias para discernir si eso es mucho o poco. Así, a bote pronto, intuitivamente, un precio que se nos antoja razonable para un buen jugador de fútbol es 57 millones. No sabemos por qué nos ha venido esa cifra a la cabeza (no sabemos nada de fútbol, digámoslo de nuevo), pero se nos antoja razonable siempre y cuando le cifra se ajuste a la realidad, siempre y cuando no venga nadie aquí a mentirnos sobre el coste real del fichaje. ¿Y por qué habría alguien de mentirnos?, nos sorprendemos preguntándonos. Es lo que tiene ser expertos en baloncesto, que todas las ocurrencias que podamos tener en materia futbolera serán solo eso, ocurrencias tontas, preguntas al pedo, carentes de sentido real. Si fuera 57 millones un precio razonable por un buen jugador de fútbol (pero no tiene por qué serlo, es solo que se nos acaba de ocurrir), entonces 85 nos parecería carísimo, y si a nosotros nos parece carísimo no queremos ni pensar lo desorbitado que le resultará a personas destinadas a velar por la decencia cristiana de las transacciones comerciales en el mundo del deporte, qué sabemos nosotros, obispos y otros miembros de la Santa Madre Iglesia con mando en plaza catalana, suponiendo que personas de la jerarquía eclesiástica suelan pronunciarse sobre extremos de este tipo, cosa que tampoco sabemos. Lo dicho: nuestro expertise está en lo de encestar, y ni nos explicamos de dónde nos vendrán todas estas nociones relativas al fútbol. Algo habremos oído alguna vez quizá, y tal vez la cosa funcione de un modo subliminal. Vaya usted a saber.

Mundo Deportivo, como Sport, se hace eco del gran éxito del baloncesto blanco pero en muy pequeñito, y esto es algo que también nos extraña.

Las novias de Pedro copan la portada del diario del grupo Godó, y eso nos extraña más todavía, por cuanto teníamos entendido que el internacional canario acababa de casarse. De hecho, habíamos leído en alguna parte que la celebración de su boda había sido amenizada por un monólogo de Quique San Francisco. Siendo como ha sido ese el auténtico scoop del verano, no comprendemos por qué no se le da seguimiento a la noticia, y en La Galerna nos proponemos dar novedades al respecto. Quique San Francisco, supuesto madridista, debe dar explicaciones, y a fe nuestra que lograremos que las emita.