Ahora que le das a una piedra y aparece una nueva competición inventada por la FIFA o la UEFA, conviene recuperar los clásicos. Cuando todo comenzaba. Cuando el fútbol todavía no era un negocio total. Hablamos del aniversario de la primera Intercontinental, un trofeo que, en su origen, se estableció como respuesta a la interesante cuestión de qué equipo era el mejor del mundo.
El ingenio se lo debemos a un visionario de origen francés, Henry Delaunay, el mismo tipo que también alumbró la Eurocopa como competición continental de selecciones. Desde 1955 en Europa ya se establecía un campeón de clubes, con el Madrid como sumo sacerdote en las cinco ediciones iniciales. Por ello, era necesario que el otro continente donde el fútbol también era un acontecimiento de masas, América, fijara a su campeón. No resultó sencillo convencer a los uruguayos, pero finalmente cedieron y en 1960 nació la Copa de Campeones de América (hoy conocida como Libertadores) y la Intercontinental, el título que definiría al mejor del orbe a doble partido. Era lo justo.
Fue precisamente un conjunto uruguayo, el Peñarol, el primer vencedor de América, tras imponerse al Olimpia paraguayo (1-0 y 1-1). En la cuneta de las semifinales quedaron San Lorenzo de Almagro y Millonarios.
En la ida de la Intercontinental a la expedición madridista le tocó vestirse de Ulises y tardó nada menos que 36 horas hasta arribar a destino. El partido “en extremo caballeroso”, según la crónica de La Vanguardia citada por Revista Panenka, resultó inolvidable para el extremo Manolín Bueno, que jugó de titular por un contratiempo de Gento, el indiscutible. Al final, no se movió el marcador y todo se resolvería en Madrid el 4 de septiembre de 1960.
Este año, y pese al invento del Mundial de Clubes a imagen y semejanza del de naciones, volverá la Intercontinental… y ahí estará el Real Madrid
Domínguez, Marquitos, Santamaría, Pachín, Vidal, Zárraga, Herrera, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento serían los hombres que pasarían a la historia. Si alguien esperaba algo de la afamada garra charrúa, a los diez minutos se desengañó cuando el Madrid ya se había puesto 3-0 merced a dos tantos de Puskas y otro de Di Stéfano. Luego llegarían dos más, de Herrera y Gento, y el del honor del Peñarol, conseguido por Spencer. 5-1 y el Madrid, siempre en la avanzadilla de la excelencia, se coronó por primera vez como el mejor equipo del mundo.
Este año, y pese al invento del Mundial de Clubes a imagen y semejanza del de naciones, volverá la Intercontinental… y ahí estará el Real Madrid. La competición enfrentará a los campeones de todas las confederaciones, con la salvedad de que el equipo europeo esperará a su rival en la final. Un título más, un nuevo desafío en una temporada que se aventura titánica.
Se agradece también el buen detalle al denominar como mexicanos a los de México. Mejor no herir sensibilidades innecesariamente. Sí, señor. La Galerna habitualmente cuidadosa con las particularidades.
* Leí una vez, en relación a la coma y el vocativo, que "sí señor" es admitido también sin la coma intercalada entre las dos palabras.
Cuando fuimos lis mejores un gran libro de un escritor canario sobre el Real Madrid ARMAS MARCELO
Notar que el Olimpia es un equipo paraguayo, no mexicano.
Sobre la garra charrúa, se cuenta que don Santiago acabó con ella en los días previos al partido en Madrid. El Real Madrid había preparado a toda la expedición visitante un detallado e intenso viaje (les iban a buscar al hotel a primera hora de la mañana) por los mejores lugares de la ciudad no permitiéndoles ni un respiro entre actividad y actividad.
Que jugaran en el imponente Santiago Bernabéu frente a los Di Stéfano, Gento, Zárraga, Puskas y compañía igual también tuvo algo que ver...