Crónica UDG Tenerife 1-1 Real Madrid femenino

El Madrid suma en Tenerife su primer punto de la temporada.

Unión Deportiva Granadilla Tenerife y Real Madrid femenino se repartieron los puntos en juego en su encuentro de la tercera jornada de Primera Iberdrola. Ange Koko adelantó a las locales antes de que Esther González, con ayuda de la central Patri Gavira, rescatase un punto para las blancas.

En la primera división del fútbol femenino español, las visitas de los equipos a Canarias para enfrentarse al Granadilla Tenerife no tienen nada de vacacionales. El club tinerfeño ha logrado convertir su feudo en terreno inhóspito, algo parecido a una visita anual al dentista a la que no queda más remedio que acudir, aun sabiendo que no será para pasarlo bien.

El Real Madrid viajó a las islas teniendo que dejar a una parte importante de su plantilla en la enfermería y, sobre el césped, David Aznar presentó un once inicial inédito y experimental en el que Claudia Zornoza y Claudia Florentino actuaron en el centro del campo. Con Ivana Andrés y Kenti Robles tomando aire en el banquillo, Rocío Gálvez pudo disputar un partido completo en el centro de la zaga acompañando a Babett Peter.

Nada invitaba al optimismo para el Real, y las sospechas quedaron pronto confirmadas cuando el balón empezó a moverse sin dueño, trabado, repelido aquí y allá sin nadie capaz de imprimirle criterio. El orden corría a cargo del Granadilla, que un año más sigue jugando de memoria con su núcleo duro inalterado. Aline Reis, Patri Gavira, Pisco, Natalia Ramos y Cristina Martín-Prieto aceptan de buen grado que los partidos se jueguen en el barro, hasta el punto de considerarlo ya su hábitat natural.

Tras un inicio insulso, en el que las locales encontraron la red blanca pero en posición de fuera de juego, fue Ange Koko quien hizo brotar de sus botas uno de los pocos momentos de brillantez del duelo. Superado el minuto 20, María José lanzó un centro pasado al área, buscando la espalda de Lucía Rodríguez, que llegó con precisión a la extremo marfileña. De primeras, y cambiando de dirección hacia dentro con su control orientado, la atacante se deshizo de Lucía y tuvo tiempo para encañonar a Misa Rodríguez a corta distancia.

Su acción dio una ventaja valiosísima al Granadilla Tenerife, pues ambos equipos llegaban contando sus partidos de liga por derrotas, y cerca estuvo de ser suficiente para confirmar la primera victoria de las locales. Poco después del descanso, y con Kosovare Asllani cojeando en el banquillo, David Aznar dio a los aficionados madridistas una gran noticia con el ingreso en el verde de Maite Oroz. La centrocampista, algo falta de ritmo, se mostró voluntariosa y aportó un extra de fluidez al juego del Real, pero Esther González todavía estaba lejos y aislada, como una nueva isla en el archipiélago canario.

El partido, siempre igualado, sí se fue desnivelando muy poco a poco del lado del Madrid con el paso de los minutos y el carrusel de cambios, pero el ataque blanco nunca fue clarividente. Así las cosas, y ya al borde de la conclusión, el gol del empate estaba llamado a ser feo. Olga Carmona consiguió centrar al corazón del área desde el flanco izquierdo buscando a Esther, entablando conexión andaluza, y la granadina conectó el cuero de cabeza sin demasiada precisión. Por suerte para las blancas, el remate se encontró por el camino a una Patri Gavira que, sorprendida, terminó envenenando la dirección hasta superar la línea de gol.

Visto el panorama, las jugadoras del Madrid apenas celebraron el gol, como tampoco lo hizo ningún equipo tras el pitido final. Para unas y otras, este punto será a lo sumo un intento de punto de inflexión en sus dinámicas ligueras, pero tampoco habrá tiempo para rumiarlo: una nueva jornada entre semana asoma ya en el horizonte.

Fotografías: Imago