Terminó el partido de Nadal, quien ya está, por cierto, otra vez en la final de Montecarlo, y al cambiar de canal la pelota en el Alfonso Pérez, de tan grande me pareció hasta fea. Luego la vista se me acostumbró, y entre los pies ya corría la pelotita esa que manejan los jugadores del Madrid últimamente como malabaristas en primavera, con un sol californiano mientras suenan los Beach Boys. Y eso que en Getafe hacía hoy un día londinense. Pero da igual porque seguían sonando los Beach Boys.
La pelota ya era bonita, bien conformada, como James, que es un niño bonito al que hay que dar cariño, acariciarle, tocarle. El colombiano participaba un poco por libre en ese centro del campo libérrimo con Isco y Kroos, que hacía de institutriz ¡y alemana! de los dos pequeñuelos. Llegaba el Madrid con facilidad liviana, que es una exageracion de faciidad, tanto como ver a a Sánchez Dragó corriendo desnudo por el campo en aquella parodia de los de Muchachada.
Había tanto espacio que invitaba a soñar en más cosas que en jugar a fútbol. Yo soñaba con la trigésimo tercera Liga y la undécima Copa de Europa mirando al televisor sin mirarlo. Me despertó Camacho tras un intento de remate de Cristiano en boca de gol. "¡L'andao por detrás!, dijo el murciano, y yo ya pensaba que alguien había entendido mal el Animus Fellationis. Afortunadamente Cristiano se mantuvo entero, lo cual demostró minutos después con un disparo al palo.
Entretanto seguían las combinaciones. El Madrid parecía un vestuario femenino de los años cincuenta: todas esas mujeres en ropa interior hablando al mismo tiempo. Pedro León tenía su detalle de todos los partidos y yo miraba a Esnáider con añoranza de otras épocas. Juan Eduardo Esnáider siempre ha sido, hasta en el Atleti, un tipo con clase. Fue cuando empezó, tras la superioridad manifiesta, el período de ofuscación corriente del madrid (como el detalle corriente de Pedro León), la otra cara de un equipo cuyo éxito depende de que uno de sus dos polos, el virtuoso, se imponga al otro. Ya sabemos que éste aparecerá, pero no importa si es capaz de superarlo como ignoraba John Nash, un genio, a sus amigos imaginarios.
Yo veía a Cristiano moverse, correr, tocar, conducir y le sentía como nunca. Cristiano es la mano del anuncio aquel de BMW. Una mano ligera, relajada, atenta. Isco tocaba las castañuelas por el centro y Kroos parecía decirle: "¡castañuela no! ¡achtung!", pero el malagueño seguía taconeando, y taconeando bien, no para guiris.
Hubo unos brazos levantados de Cristiano: un penaldo (Jabois), y luego Isco se fue por el fondo como adentrándose en la selva. Bale corría en horizontal por la playa de St. Andrews salvando piernas getafenses pero no encontraba el hueco para disparar su zurda. Si por Isco fuera los partidos los jugaría en el círculo central, como si fuera el escenario aquel del comeback de Elvis con su nuevo peinado futbolero.
El de Benalmádena rompía (para contradecirme) esa melé de los músicos y lanzaba a Gareth para delante. Fueron los preámbulos como riffs de guitarra y solo de baterías para que James se adentrara un poco desde la banda y centrara a Benzema, que, adelantándose, y quedándose sólo ante Guaita, marcó tropezándose. En Francia deben de haber perdido todos los valores de la República. Bale seguía buscando un claro y, al no encontrarlo, buscaba pases entre medias con algo de presbicia. En el treinta y uno disparó Ronaldo a puerta con el británico libre de marca a su izquierda, pero nadie tiene derecho a quejarse ante Cristiano. En todo caso el portero Guaita, al que le dolerá el brazo toda la semana.
Cristiano cada vez parece más clásico. Va de blanco y lleva botas negras, como las de antes. Es como una reencarnación. Es Puskas corriendo rápido en el NODO. Benzema impartía lecciones de genio, unas lecciones inútiles, de las que no se pueden aprender, sólo disfrutar. Hubo otro Penaldo, y luego, en el treinta y nueve, Isco la sacaba para Bale, y éste para Benzema que le dejaba el camino libre y liso al de Málaga para derramarse sobre el área rival. Dos a cero. Terminaba la primera parte con la última gran noticia: Keylor, al fin, probaba el balón.
Empezó el segundo tiempo con el Getafe encaramado a la valla. Una temeridad porque acabó venciéndose despues de que Karim, de un golpe perfecto de madera que salvó el bunker getafense, embocara para Bale que ya corrió y corrió como Forrest y marcó de perfecta definición. Se marchó Carvajal por Nacho, del que Camacho, imbuido de Valdano, aseguró que es un "comodín defensivo excepcional". Bonitas triangulaciones, sencillas, ligeras. Isco, Marcelo. Bale se fue a descansar y en su lugar apareció Lucas Quinto. Pepe tapaba el escaso peligro local (es un decir), y Marcelo me animaba la tarde con un control de cabriola.
El último cambio iba a ser el de Benzema por Jesé. Se oian unos gritos de fondo. ¡Florentino dimisión!, decían, y entonces los reconocí: era el Frente nacional de Judea. El árbitro se inventó una variante de la cesión y se lanzó una falta dentro del área que paró Keylor a bocajarro no por pura vida sino por puro amor. Luego Sarabia cogió adelantado al costarricense y le superó para poner el tres a uno en el marcador. Era el minuto treinta y ocho. En el cuarenta y dos Lucas Quinto, cómo es LucasQuintito, se marchó por la banda y se la puso a James, que recortó ¡de puntera! para acomodarse y marcar el cuarto. Quedaba el gol de Cristiano. Bonito regalo, tras pase de quarterback de Isco, de parte de Jesé.
LAS NOTAS:
Keylor: Destaca (D). Durante la primera parte se hizo las uñas. Parada monumental en la segunda.
Marcelo: Destaca (D). Modo bajo consumo.
Pepe: Destaca (D). Le vi salir de picos pardos.
Varane: Destaca (D). Tranquilo. Cuidando el recreo.
Carvajal: Destaca (D). Modo bajo consumo.
Kroos: Destaca (D). Froilan Toni.
Isco: Destaca (D). Marisol.
James: Destaca (D). Joselito.
Bale: Destaca (D). No sé cómo puede, con su hernia.
Benzema: Destaca (D). Es bello, y efectivo, hasta cuando tropieza.
Cristiano: Destaca (D). El decimoquinto Dalai Lama.
Nacho: Destaca (D). "Comodín defensivo excepcional" (Camacho).
Jesé: Destaca (D). El eterno sobresaliente taurino.
Lucas Quinto: Destaca (D). Miembro de Parchís.
Zidane: Destaca (D). Insuflando aire y honor.
Buenas noches, con la cesión ha pasado que el arbitro es muy listo, y se ha dado cuenta que era una jugada de estrategia. Antes del partido Marcelo le ha dicho a Keylor, "cuando esté dentro del area pequeña, yo chuto a portería, tú te juegas los riñones y así no se dan cuenta que en el fondo es una cesión" , y les ha salido muy bien porque Marcelo casi marca gol, pero el trencilla, que sabe infinitamente más que yo de fútbol, y no es ironía, les ha pillado. Habrá que ensayarlo mejor.
Hala Madrid y nada más
¿Cómo es posible que le piten otra vez al Real Madrid eso que se llama "cesión"? Pasó hace muy poco tiempo, en el partido contra Las Palmas jugando en el Gran Canaria, y ahora sucede en campo del Getafe. En ninguno de los dos casos fue verdad eso de que hubiera "cesión" al portero.. todo venía por lances del juego, disputando pelota con el contrario.
Me gustaría saber el tema de "estadísticas" sobre esta infracción considerada por el árbitro como "cesión".. ¿Cuántas más ha habido en esta liga 2015-16? ¡Qué fácil lo tienen estos árbitros para pitar mal al Real Madrid y quedar siempre impunes!
Y si ya comentamos la de penaltis que le hacen a Cristiano que NUNCA pitan (comparando por ejemplo con los que sí pitan a favor del Barcelona) es escandaloso.
Me ha encantado lo del Frente Nacional de Judea. Los describe a la perfección.
Casi terminando la siesta escuché lo de "Florentino dimisión", y no salía de mi asombro. Me sacaron del duermevela y pusieron mis sentidos alerta. Manda narices que se hayan ido a Getafe a seguir con la cantinela.
El día del Wolfsburgo, sí, el de la remontada, mientras ascendía por la Torre C, camino del cielo, me perseguía desde abajo la cantinela. Todavía no había empezado el partido, luego glorioso, y ya estaban pidiendo la dimisión del máximo líder.
Se podrá ser merluzo, que ni siquiera ese día dejan de dar por ahí. ¿Qué clase de madridista está empeñado en cantar lo de la dimisión de su obsesión en vez de apoyar, o por lo menos no incordiar ese día?
Son tan incorregibles que no ven lo que los romanos han hecho por ellos, aunque se den de bruces con el acueducto.