Crónica del Real Madrid, 4 - Español, 1

El Real Madrid femenino derrotó (4-1) al RCD Espanyol en su segundo compromiso liguero de la semana gracias a dos tantos de Jessica Martínez, uno de Lorena Navarro y otro de Marta Cardona. Con la victoria, las jugadoras de David Aznar sumaron seis valiosos puntos en apenas cinco días para consolidar su posición en los puestos de Liga de Campeones.

Cualquier entrenador firmaría por adelantado un desarrollo de partido como el que disputó el Real Madrid en la mañana de Valdebebas. Con todas las miradas puestas en el derbi madrileño de la tarde, las futbolistas de la sección femenina madridista disfrutaron de 90 minutos de guante blanco con los que cumplir expediente.

De inicio, David Aznar optó por dar descanso a Maite Oroz y Marta Cardona —que aguardarán con piernas frescas a los próximos cara a cara contra Atlético de Madrid y Levante—. Sin ellas, el equipo partió en una formación de 4-4-2 en la que Thaisa Moreno y Aurélie Kaci ocuparon el centro del campo, Teresa Abelleira y Sofia Jakobsson tomaron las bandas de forma asimétrica, y Lorena Navarro acompañó a Jessica Martínez en la punta de ataque.

Enfrente, el Espanyol salió decidido a no repetir el descalabro del partido de la primera vuelta —en el que encajaron 8 goles—, aunque su actitud conservadora acabaría por condenarlas a ver la portería de Misa Rodríguez casi siempre desde la distancia. No se quejó el Madrid, pues pronto encontró un penalti que aseguraría el botín de puntos en juego sin necesidad de bajar al barro. Llegó en el 8 de juego, cuando Jessica Martínez sacó petróleo de su personalísima actitud combativa al buscar un balón adelantándose a Paula Nicart con su cuerpo. La defensa picó el anzuelo y fue la propia delantera paraguaya quien culminó la acción colocando el penalti lejos del alcance de Montse Quesada.

La propia configuración de cada escuadra en la primera parte anuló el juego de bandas del Real Madrid, pero el viento de cara era tal que ni la exigua producción ofensiva debió inquietar al banquillo blanco. Sólo cuando el Espanyol cayó de maduro por su propio peso en la segunda parte aparecieron los espacios, y las atacantes blancas sacaron rédito de su mayor pegada.

El acelerón local giró siempre en torno a Jessica y, más concretamente, alrededor del potentísimo imán que la delantera tiene en su cabeza. Todo lo remata, todo lo prolonga y a todo confía en llegar. A donde no alcanza su físico, lo hace su fe. Así cabeceó a la red una falta lejana de Abelleira en el segundo palo, entre una maraña de rivales, y poco después volvió a conectar con el esférico de cabeza. Esta vez firmó una prolongación de manual de fútbol, de espaldas a la portería y hacia el espacio entre la zaga y el arco, donde apareció Lorena Navarro para escurrirse entre las centrales y rematar de primeras con la izquierda.

El 3-0 abrió la ventana de sustituciones blancas con las que Aznar administró aún más los minutos de juego de sus piezas fundamentales, y por el camino agitó el tramo final de un partido ya roto en pedazos. Del lado visitante, Brenda culminó con acierto un contraataque, uno de los pocos acercamientos de su equipo, gracias a la pasividad de una defensa blanca que optó por no incurrir en faltas que derivasen en tarjeta roja. Apenas cuatro minutos después, pero ya en el área del Espanyol, fue Marta Cardona quien aprovechó sus minutos en papel de revulsivo para anotar otro gol de los suyos, de esos que son carne de cabecera de Real Madrid TV. Recibió en el área, se cambió el cuero de pies para abrir una rendija de luz y por allí soltó un zurdazo que, una vez más, acabo en la escuadra de la portería.

La atacante aragonesa, que ya abrió la lata del farragoso partido disputado entre semana frente al EDF Logroño, cerró la cuenta definitiva y así, con los deberes hechos, se retiró del campo el Real Madrid. En la misma semana, el campo 11 de Valdebebas presenció cómo Logroño y Espanyol proponían hojas de ruta diametralmente opuestas para la resolución de un partido de fútbol y esta vez, en una muestra de sentido práctico, la plantilla blanca supo encontrar la salida a sendos laberintos. Con los seis puntos a modo de avituallamiento en el bolsillo del maillot, el Madrid puede alzar la vista hacia el próximo reto que se recorta en el horizonte: llega la etapa reina del campeonato.

Fotografías Imago.