El Real Madrid femenino no pudo pasar del empate (1-1) ante el Real Betis Balompié en su partido de la vigésimo sexta jornada de la Primera Iberdrola. Aixa Salvador adelantó a las verdiblancas y Kosovare Asllani rescató un punto para las locales desde el punto de penalti.
Corría el minuto 42 de juego en el Campo 11 de la Ciudad Deportiva del Real Madrid cuando Marta Cardona, la jugadora madridista más clarividente del curso, se plantó sobre el área del Real Betis en una situación de ventaja. La aragonesa podría haber disparado a puerta u optado por filtrar un pase al corazón del área. Es bastante probable que, en cualquier caso, el balón hubiese terminado dentro de la red. Sin embargo, la futbolista del Real Madrid se enredó sobre sí misma y el juego se trasladó manso hacia el área contraria, donde Misa Rodríguez se dispuso a guardar la posesión. Y de nuevo allí, en el otro extremo del campo y sin presión rival, la solvente guardameta volvió a perder el balón de manera inexplicable para ceder un córner.
La sucesión de infortunios habría sido una mera anécdota en cualquier otro partido, pero no ayer, pues tanto Betis como Madrid se empeñaron en firmar un duelo enmarañado, gris y carente de cualquier destello de brillantez. Poco pudo sorprender este escenario a los aficionados béticos, eso sí, que ya están acostumbrados a la penitencia a la que su equipo los ha condenado este año. La extrañeza corrió del lado madridista, ya que todas las jugadoras del Real se vieron contagiadas de la fragilidad y desacierto de su rival.
David Aznar mantuvo su once preferido, disponiendo el clásico 4-3-3 en el que entraron Marta Corredera como lateral derecho y Claudia Florentino en el centro de la zaga. Y, visto en retrospectiva, quién sabe si por ahí empezaron los problemas para su equipo. La pesadez de piernas —¿virus FIFA? — y la toma de decisiones equivocadas fue la tónica habitual durante los noventa minutos, sin importar el sujeto de la acción. Ni Kosovare Asllani, ni Sofia Jakobsson ni Marta Cardona supieron enlazar movimientos que encajasen en la partitura de las jugadas. Y por detrás, tampoco ayudó la lentitud de Aurélie Kaci o de Teresa Abelleira.
En el 22 avisó el Betis con un remate trastabillado que Mari Paz Vilas mandó al larguero, y poco después respondió el Madrid con un gran disparo a balón parado de Olga Carmona que despejó Méline Gerard. Pareció entonces que por esa rendija podría empezar a entrar la claridad, pero fue un espejismo. Poco a poco, las visitantes consiguieron hacer prevalecer el ritmo bajo en el juego que maximizaba sus esperanzas. En esa tarea destacó la portera Gerard —de la que por cierto se dice puede llegar a Valdebebas el próximo verano —, que supo tirar de veteranía para anestesiar cada saque de puerta.
Con toda lógica, el marcador no se movió una vez llegado el descanso. Tampoco lo hizo durante la reanudación, pues dos parones por molestias de Corredera y Ángela Sosa mantuvieron a las jugadoras frías otros diez minutos. La melodía no debió disgustar al banquillo bético, pues cabe recordar que el choque enfrentaba al tercer mejor clasificado con uno de los equipos más débiles de la tabla. Y por ahí, en la igualada de la contienda por lo bajo, empezó a tomar confianza el Betis.
El gol visitante fue buen ejemplo de ello, ya que para entonces las béticas ejecutaron una buena presión adelantada para robar el balón al borde del área blanca. Lo interceptó Sosa, la más lista de las verdiblancas, que no dudó en filtrar el cuero al área para cazar a contrapié a la defensa. Por el costado derecho apareció Aixa Salvador, y allí, con pocas opciones mejores, optó por probar fortuna y disparar a puerta. La decisión sorprendió a Misa, que vio cómo el golpeo la rebasaba por alto para poner el 0-1.
Por momentos, el resultado empezó a parecer más y más merecido: el demérito de las madridistas era total. Aun así, el tocar fondo produjo un efecto clásico en el fútbol, pues fue entonces cuando, con poco más que perder, el Real Madrid se lo jugó todo a lanzarse al ataque. El embate lo aguantó mejor que en otras ocasiones la defensa del Real Betis, pero el embotellamiento las penalizó a quince minutos del final.
Por simple insistencia, Kosovare Asllani encontró la línea de fondo dentro del área verdiblanca y buscó un centro hacia el área pequeña. Y ahí, en el intento de taponar el balón, la jovencísima central María Valle rozó el esférico con el brazo para conceder un penalti. La propia delantera sueca se encargó de transformarlo con mucha seguridad con su pierna derecha, y sin celebrarlo corrió en busca del arreón final.
Sin embargo no era el día de las blancas, que si por algo destacaron fue por su gris desempeño. Aun así, el 1-1 permitió a las de David Aznar seguir sumando en su carrera de fondo por Europa, esta vez con un paso corto.
Fotografías: Imago.
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Partido espeso. Ayer fue uno de esos días en los que no te sale casi nada, y lo poco que sale bien, no acaba entrando. Supongo que el parón de selecciones tiene su parte de responsabilidad. También el estreno en Copa este miércoles que, contrariamente a la competición masculina homóloga, sí me hace ilusión.
Y aún así, lograron empatar. Son unas luchadoras. Me encantan.
Por cierto, a raíz de la Superliga europea, también han dicho que van a hacer lo mismo con los equipos femeninos.
No fue un buen partido por parte de nuestras jugadoras. Sí por parte del Betis para lo que acostumbran. Las sevillanas jugaron por encima de sus "posibilidades". Muy motivadas. Otra entrada violenta y malintencionada sobre Marta Corredera. Es el antimadridismo. No exagero.