El Real Madrid femenino derrotó (1-0) al Athletic Club en la octava jornada de Liga Iberdrola gracias a un tanto de Marta Cardona. La sufrida victoria eleva a las blancas hasta la quinta posición de la clasificación.
En ocasiones, una victoria agónica dice mucho más de un equipo que una goleada contundente. Aprender a sobrevivir y mantener el equilibrio sobre el alambre es una habilidad fundamental que cualquier equipo ha de aspirar a dominar. Para un club que pretende alcanzar la posiciones de honor en liga, la asignatura es troncal.
El Athletic Club es muestra de ello. En sintonía con su equipo masculino, el cuadro femenino de las vascas es un histórico de la competición que lleva años curtiéndose en el campeonato. A la Ciudad Deportiva del Real Madrid acudió con poco fútbol pero mucho oficio. Tras perder durante el verano a dos de su perlas, Damaris Egurrola y Maite Oroz, su destino queda en manos de Lucía García y la fábrica de Lezama. A pesar de la situación de las visitantes, el Real Madrid solo pudo hacerse con los tres puntos tras rebasar los cien minutos de juego y salir vivo de un bombardeo constante de balones aéreos.
Los dos actos del partido fueron diametralmente opuestos. Durante el primero, las blancas dominaron el juego con comodidad a través de un centro del campo compuesto por Teresa Abelleira, Aurélie Kaci y Maite Oroz. La navarra, a la que no le quema el balón en los pies, se ofreció siempre a la hora de construir e insufló a su equipo todo el oxígeno que no tuvo en Tenerife. El plan también funcionó en la dirección opuesta, lo que permitió a las locales ahogar al Athletic para robar cada balón sin dueño en la parcela central.
Las porterías eran parte de un decorado lejano, más propio de la serie Campeones y su terreno de juego infinito. Por fortuna para el Real —y antes de que quedase patente la escasez de oportunidades de las que disfrutaría cada equipo— Sofia Jakobsson encontró una pradera abierta sobre la que correr. Su larga zancada evitó que la ocasión de gol se prolongase durante un capítulo completo y centró con precisión en cuanto arribó a la zona de peligro. Por el costado opuesto, entró Marta Cardona en perfecta sintonía, logrando rematar a gol desde el corazón del área en un contraataque de los que levantan de su asiento a la afición madridista.
El partido parecía —y era— plácido para el Real Madrid. El cuero se movía con alegría y sentido de uno a otro lado entre camisetas blancas. Los minutos se consumían y Lucía García, la única leona con garras, seguía encerrada en una jaula con candado y custodiada por Ivana Andrés.
El descanso, no obstante, lo cambió todo. Para las madridistas fue como salir a por palomitas de la sala en la que se proyectaba una película romántica y volver para encontrar de repente una de terror. No necesitó demasiado el Athletic: adelantar la presión, subir la intensidad y olvidar el pase raso. El acoso por alto encerró al Real por mera insistencia y a las leones solo les faltó el chirimiri para comenzar a sentirse en casa.
Kosovare Asllani pudo resolver el entuerto a la hora de juego, pero su remate de cabeza salió fuera por poco. Un oasis en el desierto. Sin oportunidades para atacar, Cardona y Jakobsson se vaciaron en la defensa de los costados en un ejercicio de solidaridad.
Era lo que iba a necesitar el Real Madrid para llegar vivo a la orilla y, en un partido clave para las aspiraciones europeas de ambos clubes, las blancas no fallaron. Arreciaron balones desde todas las direcciones, y uno a uno fue devolviéndolos la zaga madridista como si de un frontón se tratase. Ni la lesión de la colegiada durante el descuento, ni el interminable alargue que originó, doblegaron al equipo local.
El 1-0 inicial ya no se movió y tras 101 minutos de juego el Real Madrid seguía en pie. Sólo así, aguantando el temporal, puede el Real soñar con cruzar la frontera. El pasaporte a Europa pasa por ir sellando uno a uno estos partidos.
Fotografías Getty Images.
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Pasito a pasito y con los pies en el suelo.
Lo importante es consolidarse en la categoría y olvidarse de Europa, cuyas dos plazas se las llevarán Barcelona y Atlético, con toda probabilidad.
En la primera parte, la presión del Madrid fue tan fuerte que ya no tuvieron esa frescura en la segunda. No es que salieran a verlas venir, es que no podían, porque las bilbaínas estaban más enteras.
Y parece que empieza a ser habitual los errores arbitrales contra nuestras chicas. El partido anterior, fuera de juego claro en el gol del Tenerife que las mete en el partido y ayer un penalti al limbo, igual que con el Castilla.
Hora de que los directivos den un toque a la Federación para evitar que la situación se vea normal.
Acabar en el minuto 101, por mucha lesión de la árbitro, me pareció demasiado.
No sabía que solo se clasificaban 2 equipos para la Champions...gracias por el dato, Portega.
Disculpa. En realidad se clasifica uno directo y dos juegan el acceso. Tres, en total.
No era de los más entusiastas que demandaban la constitución del Real Madrid femenino, por razones múltiples . Ahora, bien, una vez consumado he de reconocer, tal como me imaginaba - me conozco bastante- , que sigo con sumo interés su acontecer . Es un equipo que me tiene cautivado por su corazón y mentalidad. Sin desmerecer su talento. ¡ Bravo equipo ! ( sin coma y con coma ).