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Crónica del Real Madrid, 0; Málaga, 0

Crónica del Real Madrid, 0; Málaga, 0

Escrito por: Mario De Las Heras26 septiembre, 2015
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Había un ambiente en Madrid como de incendio, pero Keylor llevaba puesto su traje ignífugo. Modric apareció desde el minuto uno cortando en el centro, aunque progresivamente se fue haciendo a un lado, intentando romper los esquemas porque es como una maquinilla de afeitar de esas modernas que se amoldan a la piel.

Yo pensaba que el uno contra uno de Jesé ya no iba a funcionar nunca más, pero en realidad no funcionaba el de ninguno. Yo creo que fue la anulación del desborde lo que mantuvo al Málaga hasta el final y no la repetida falta de acierto en la que, sin embargo, tuvo mucho que ver Kameni, porque si Keylor llevaba un traje contra el fuego el camerunés lució uno antirradiación.

El portero rival tuvo una actuación espectacular llena de saltos de la rana, y la del nuestro fue una puesta en escena sobria plena de movimientos templados, hasta entrañables, como cuando cogió el balón igual que a un recién nacido con el cuerpo por dentro de la línea. Esta lástima de empates se presentan para celebrar la calidad de nuestros jugadores, porque en el Madrid siempre debe haber algo que celebrar.

La ofuscación de Cristiano es pasajera y a mí nunca me preocupa porque sólo tiene que mirar atrás, hace unos pocos días, como decía Hemingway que había que hacer ante la página en blanco. Si uno ha sido capaz de escribir antes, hay que pensar que lo puede volver a hacer, y la literatura del portugués se hace a base de remates que ya están escritos y sólo falta imprimirlos.

Lo de hoy, sin duda, han sido correcciones, aprendizajes, galeradas; y el libro que está por venir se atisba, yo al menos lo atisbo, enorme, mítico: Holden Caulfield contándonos una y otra vez sus aventuras de adulto camuflado en Nueva York. Llovían los centros al área, las combinaciones, y el Bernabéu se preguntaba, como el héroe de Salinger, adónde irían en invierno los patos de Central Park.

Isco está cambiado. Ha vuelto al aspecto de Malamadre, pero está Benítez cuidándolo, para que no se nos acabe de ir, igual que Tío Alberto, el de la Ciudad de los Muchachos. Al malagueño le gusta entrar desde la izquierda para trazar su rosquita. Me consta, nos consta que el entrenador le ha dicho hasta que abuse, pero no opinaban lo mismo ni Cristiano ni Benzema tras un par de ataques, que se señalaban los pies como si tuvieran allí algo impepinable.

Amrabat hacía oposiciones de Al Arabi, y eso me temo que ya es una táctica que se han apuntado todos los entrenadores del mundo. Un palomero talentoso y fajador que habilita las bandas para que entren por ellas hasta los irlandeses en el día de San Patricio. Hubo un despeje de Varane con los rizos, y otro de Nacho con el empeine que yo vi como esa mano salvadora de las películas que aparece de pronto cuando el protagonista está a punto de caer por el acantilado.

Yo miraba a Isco en esa banda como si estuviera viviendo una herejía, pero el caso es que he acabado sintiendo que es allí más efectivo que haciendo malabares en el centro. Allí su pedacito de campo es más suyo que ninguno y sus pases bombeados, avaselinados, al área llevan un suspense que me gusta, aunque cuando llegan se quedan algo fofos y son los delanteros quienes han de hacer todo el esfuerzo.

Yo quiero a Bale y a James porque rematan. Y no hablo sólo de gol. Los Looney Tunes a la carrera con acento suramericano superando a los fandangos, como si se saltaran el tablao para ir directamente a los aplausos. Yo quiero a Isco también (algún tiempo no lo quise), pero hay que trabajarlo tanto que no sé si él mismo se querrá, aunque de momento hay que decir que sí; que se esfuerza, que lucha, que porfía casi como si quisiera olvidarse de sí mismo, y eso le honra.

Justo cuando comentaban en mi entorno que Jesé es un vine de regates y amagos fallidos, el canario se internó por la línea de fondo después de un sprint al que sólo le faltó el acierto en el pase; a lo que se sucedieron otras dos jugadas muy suyas, de desborde y disparo fallido que fue la tónica del encuentro: no sólo de Jesé.

Viendo al Madrid a veces me pongo en trance y no veo más que jugadores blancos corriendo solos, bailando, entusiasmándome, pero en este caso el Málaga me devolvía a la realidad cada diez segundos porque estaban ahí como una familia de once hermanos, con la misma unión, la misma compenetración. Eran Los Benahavís de toda la vida y lo llevaban escrito en la camiseta.

Restallaba en los marcadores el cero a cero, justo cuando me enteraba de la lesión de Messi, que no es para celebrar, desde luego, más bien todo lo contrario, pero no pude ocultar cómo me brillaba el ojo igual que a Transfer, el de Willy Fog, al pensar en Luis Enrique buscando un esquema con linterna en las catacumbas de Can Barsa.

Estaba el partido de fútbol del Madrid contra el Málaga, y luego el partidillo anexo de pelota vasca que jugaban Carvajal y Jesé frente a Torres y Juan Carlos allí castigándose en la esquina a manotazos. Mientras tanto Cristiano remataba tanto y Kameni paraba tanto que hasta se hacían amigos.

La segunda parte empezaba con paradas en ambas porterías, y el siete blanco continuaba coleccionando oportunidades, que no sé si lo eran tanto o más bien eran esas llamadas de Holden a sus amigas que siempre acababan en decepciones. Pero el Madrid en verdad hacía un verdadero ejercicio de precisión sorteando la barrera malaguista.  Ver combinar a Modric, adelantado, con Benzema, casi me impone relatar los momentos felices entre Picasso y Matisse, así que busquen por ahí, aunque yo les recomiendo la biografía del genio malagueño escrita por John Richardson.

Cristiano disparaba y disparaba asistido por Isco, Benzema, Marcelo. Yo le veía en la barra del Pim pam pum de la feria con todos esos compañeros comprándole pelotas. Jesé también se sumaba a la obsesión pero se lesionaba, otro más, menuda carnicería, con tintes de tragedia, esas por las que el Bernabéu se comporta como Las Ventas ante las cornadas. Salía el canterano por la puerta de la enfermería y entraba al ruedo Kovacic, que nada más comenzar deleitaba al personal con un toque defensivo que servía al contraataque.

Insistían Modric y Benzema y yo esta vez me acordaba de Warhol y Basquiat en aquellos carteles con los guantes de boxeo. Kovacic patinaba sobre la yerba y sobrevolaba el desastre. Amrabat fallaba un gol cantado, quizá las consecuencias de un esfuerzo exagerado que se extendían a todo su equipo, y que culminaba el neerlandés practicando, agotado, el kickboxing con Marcelo.

Qué decir del gol fantasma o del anulado por inexistente fuera de juego de Modric. El linier en realidad debió de levantar la bandera extrañado al ver al croata por esos predios en los que aún se resistían los kamikazes malaguistas, que, pese a todo, perdieron. Pero esto no lo contaré pues ya he contado demasiado. Quizá en partidos como este debiera hacer caso al guardián entre el centeno: “No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo”.

LAS NOTAS:

Keylor: Destaca (D). El Guardián entre el Centeno.

Varane: Destaca (D). Corre como el T-1000 de Terminator y está hecho de metal líquido, por supuesto.

Nacho: Progresa Adecuadamente (PA). Al borde del Necesita Mejorar (NM). Demasiado buen chico.

Marcelo: Destaca (D). Sin el desborde se desinfla, pero es fundamental.

Carvajal: Destaca (D). Alocado, pero él es así.

Kroos: Progresa Adecuadamente (PA). Vale que es sordo su trabajo, pero que no se acostumbre. En el punto de mira del pipero.

Modric: Destaca (D). Cambió de ambiente y se notó, a pesar de ello brillante.

Jesé: Progresa Adecuadamente (PA). Tres jugadas y una lesión. Lástima. Juega contra un muro.

Isco: Destaca (D). Haciendo la goma. Buena actitud.

Benzema: Destaca (D). Creando juego. Algunos remates cándidos.

Cristiano: Destaca (D). Pudo haber marcado siete, pero no marcó ninguno.

Kovacic: Destaca (D). Su juego despista al rival. Hay que aprovecharlo.

Benítez: Progresa Adecuadamente (PA). Se echó de menos algo de movimiento, quizá un baile como los de Miquel Iceta.

 

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Ha trabajado en Marca y colaborado en revistas como Jot Down o Leer, entre otras. Escribe columnas de actualidad en Frontera D. Sobre el Real Madrid ha publicado sus artículos en El Minuto 7, Madrid Sports, Meritocracia Blanca y ahora en La Galerna.

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Un comentario en: Crónica del Real Madrid, 0; Málaga, 0

  1. Demasiados destacas veo para mi gusto.

    Marcelo y Carvajal deberían tomar clases de centrar, porque no daban ni una.

    Con el resto, impecable crónica as always.

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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