Crónica del EDF Logroño, 0 - Real Madrid, 4

El Real Madrid golea al Logroño y distancia a sus perseguidores

El Real Madrid femenino derrotó (0-4) al EDF Logroño en su visita a Las Gaunas de la jornada 25 de la Primera Iberdrola. Los goles de Kosovare Asllani, Marta Cardona, Marta Corredera y Teresa Abelleira permitieron a las blancas seguir sumando de tres en tres en un fin de semana plagado de pinchazos de sus rivales directos.

Cuando las jugadoras del Real Madrid femenino saltaron al césped del estadio de Las Gaunas, todos sus rivales en la emocionante lucha por Europa —a excepción del Tenerife Granadilla— habían sido incapaces de sumar puntos a lo largo del fin de semana. Perdieron el Madrid CFF, la Real Sociedad y el Levante, mientras que el Atlético de Madrid vio suspendido su partido tras detectar casos positivos en coronavirus dentro de su plantilla. El camino había quedado despejado y esta vez, al contrario de lo sucedido ante el Deportivo, no temblaron las piernas de las blancas.

El Logroño acudía a la cita necesitado de puntos, pues a estas alturas de temporada cada equipo anda inmerso en su particular guerra de guerrillas, pero el frágil despliegue de las riojanas sobre el campo demostró que su delicada situación en la tabla no es casualidad. Enfrente, David Aznar modificó el dibujo del Madrid para devolver la titularidad a Kosovare Asllani en su posición predilecta, la mediapunta del 4-2-3-1. Por lo demás, Aurélie Kaci y Maite Oroz se repartieron el centro del campo, Marta Corredera ocupó el extremo izquierdo por delante de Olga Carmona, y Sofia Jakobsson volvió a actuar como referencia en la delantera.

Pronto se demostró la superioridad visitante, pues el Real se encontró cómodo durante todo el partido, como si el verde de Las Gaunas fuese su hábitat natural. No sufrió la zaga, apenas se vio exigida Misa Rodríguez en la meta, y por delante siempre hubo espacio para que las blancas movieran el balón o se lanzasen al ataque a su antojo. La suma de factores hacía inevitable la condena del Logroño, pero esta llegó pronto —en el 17— y fue demoledora. Se equivocó su capitana y jugadora referencia, Jade, en un intento de escapar a la presión blanca cerca de su área. Su recorte hacia el interior fue defectuoso y el balón llegó sin dueño al área, donde lo interceptó Asllani con rapidez, y también con inteligencia, para esperar a recibir la acometida a destiempo de la propia Jade.

Tras las críticas hacia la sinceridad del proyecto femenino del Real Madrid leídas en prensa el día anterior, el contundente 0-4 sonó a respuesta teledirigida. Una vez llegado el mes de abril, las blancas afrontan el tramo final de campaña a un punto del segundo clasificado y con cinco de ventaja sobre su más inmediato perseguidor

El penalti fue inapelable, como inapelable fue la ejecución con la derecha de la atacante sueca, que se reencontró con el gol tras un periodo de sequía. El 0-1 olió desde el primer momento a sentencia, ya que ni Jade, ni Rebecca Elloh ni Ida Guehai —el tridente al que se agarra el Logroño— estuvieron acertadas. Únicamente vio peligrar su portería Misa tras el penalti, y ni entonces usó los guantes. Disparó con violencia y colocación la ‘9’ riojana a balón parado en el 21 de juego, pero el esférico se estrelló en el travesaño y salió repelido hacia la línea de gol antes de desaparecer tan rápido como había llegado. Ahí pudo cambiar el partido, pero la oportunidad perdida hizo imposible el resurgir de las locales: ya todo quedó a merced de la efectividad y voracidad del Real Madrid.

Poco a poco irían cayendo los goles, sin prisa ni aparente dificultad, pero el juego del Madrid no llegó a ser tan brillante como invitaría a pensar el 0-4 final. Es digno de mención, pues las blancas han ido encontrando la sintonía entre la plantilla, han conseguido encajar cada pieza sobre el campo y sus partidos en piloto automático ya le dan al equipo para mantenerse por encima de la media. Pocos ejemplos mejores que los dos siguientes goles, nacidos en jugadas que, de tan repetidas, deben haberlas soñado sus protagonistas en más de una noche.

Primero, en el 35, corrió Sofia Jakobsson a por un balón largo a espaldas de la defensa rival, avanzó con su zancada hasta pisar área y allí cedió el pase de la muerte para que Marta Cardona empujase el cuero a la red. Después, ya tras el descanso, combinó por la derecha Cardona con su pareja de baile, Kenti Robles, hasta que la mexicana encontró la comodidad para servir un centro al área. No concretó el remate ninguna de las estrellas suecas arremolinadas en el área, pero el balón muerto llegó en el extremo contrario a Corredera, que tuvo tiempo para colocar el balón con calidad lejos de Pamela Tajonar.

Ni la expulsión de la recién ingresada Jessica Martínez en el tramo final empañó el partido del Real Madrid, pues Teresa Abelleira aprovechó la falta que había ganado en el fango la atacante paraguaya para demostrar por qué el Real se la trajo de Galicia. Chutó a la perfección con su bota derecha para imprimir la rosca necesaria al balón y, tras superar a la barrera, entró muy cerca de la madera. Fue la última acción del partido, y ni Logroño ni la colegiada tuvieron ánimo para volver a poner iniciar el juego.

Tras las críticas hacia la sinceridad del proyecto femenino del Real Madrid leídas en prensa el día anterior, el contundente 0-4 sonó a respuesta teledirigida. Una vez llegado el mes de abril, las blancas afrontan el tramo final de campaña a un punto del segundo clasificado y con cinco de ventaja sobre su más inmediato perseguidor. Más allá de suposiciones sobre en qué cree o deja de creer el club —¿acaso tiene un club conciencia propia? —, la única realidad es que el grupo de futbolistas reunido por la dirección deportiva del Real sigue empeñado en hacer historia. Y cada día están más cerca de lograrlo.

Fotografías : Imago.