¿Me parecen sumamente edificantes todos y cada uno de los gestos que Cristiano Ronaldo ensaya en el transcurso de un partido cualquiera? No.
¿Me resultó ejemplar, me pareció intachable que se quitara la camiseta y celebrara como un Narciso exacerbado el último gol que le marcamos al Atleti en la gloriosa Final de Lisboa? No.
¿Creo que fue atinada la celebración de su fiesta de cumpleaños justo después de que perdiéramos 4-0 contra el Atleti? No.
¿Sentí un prurito de rubor cuando emitió esa suerte de bramido extemporáneo en la recogida de su último Balón de Oro? Sí.
Comienzo este artículo con esta cuádruple confesión para dejar claro desde el principio que entiendo a los no-madridistas que sienten antipatía por Cristiano Ronaldo. Entiendo doblemente, claro, a los (más que no-madridistas) antimadridistas que sienten antipatía por Cristiano Ronaldo: a las circunstancias comentadas se les une otra de mucho mayor peso en la ponderación de factores de su animadversión, como es la cantidad de veces que Cristiano les ha frito a goles y derrotas, ya hablemos de antimadridistas en su facción atlética, su facción sevillista, su facción valencianista y hasta su facción culé, pese a la leyenda urbana (fácilmente desmentida por la hemeroteca) según la cual no suele marcar al rival catalán. A esos sí que les entiendo bien, y por ello respeto aunque no comparta el picadillo que nuestro amigo José Luis Heras (@jlheras) ejecuta o cree ejecutar con Cristiano en el “Córner del anti” de hoy:
José Luis siente antipatía por Cristiano por las cosas que enumera en el artículo y de las que me hice eco al principio, no lo dudo, pero siente antipatía hacia el portugués (sobre todo) porque en la relación de enfrentamientos del último lustro entre Madrid y Atleti nuestro delantero les ha fulminado casi siempre, dolorosísimamente para ellos.
Bien es cierto, como enumera José Luis, que en la historia más reciente no siempre ha sido así, y que esa historia más contigua –hablo casi exclusivamente de la última temporada- incluye un 4-0 de infausto recuerdo en el Calderón. Qué pena que en su recuento omita José Luis, sin duda por descuido, la eliminatoria de Champions de hace solo unas cuantas semanas, en la cual no tuvimos más remedio que cargarnos al Atleti más ultradefensivo y ramplón jamás visto (y ya es ver) merced a un gol de Chicharito en los últimos estertores del partido. Gol cuyo autor intelectual, en tremenda jugada personal, fue (oh) Cristiano Ronaldo, quien con esa asistencia rubricó aunque no marcara un partido descomunal por su parte. La tortilla de rabo de pasas es, José Luis, magnífico remedio para la pérdida de memoria (quizá selectiva) en su versión corto-plazo. Vosotros tenéis a favor un trozo de historia reciente. Nosotros tenemos a favor la historia de siempre y la recientísima.
Entiendo, pues, a José Luis, y a otros antimadridistas tantas veces masacrados por Cristiano, y no descarto que entre las variables que desencadenan su tirria se encuentren también las enumeradas al principio, en un porcentaje menor en relación a los disgustos deportivos que Cristiano les ha proporcionado. Lo que me cuesta más comprender es el que estos factores negativos no se vean compensados por otros, y con creces, en la consideración que por Cristiano tienen algunos madridistas. Me duele más el artículo de Antonio Hualde que, en aras de la pluralidad, publicamos en este mismo foro ) que el pergeñado por José Luis desde la natural animosidad del adversario.
Si la célebre fiesta con Kevin Roldán mereció (o no) todo el vitriolo que se arrojó sobre Cristiano es tema que podríamos debatir largamente. Tanto la actitud que el jugador mostraba en las imágenes –casi angelical, acaso demasiado cohibida- como el hecho de que el evento estuviera organizado con antelación, con la presencia de muchas personas que habían viajado desde otros países para asistir, aconsejaban mesura en la crítica. Lo que a mi juicio no se justifica de ningún modo es que muchos madridistas hayan reabierto el melón del escarnio cayendo en la trampa de Piqué, que solo pretendía eso mismo en su bochornosa alocución post-triplete. Oigan: aun en el supuesto de que ese escarnio fuera justo, lo fue única y exclusivamente en su momento, y reabrir la herida es (amén de torpe estrategia de alimento al rival) el colmo del ensañamiento, máxime si lo propician nuestros correligionarios. Antonio, por favor…
Hablando así, en general (o sea, para madridistas, antis y mediopensionistas) lo que a mí me escandaliza es la brutal desproporción entre la cantidad de estiércol que tiene que recoger Cristiano por sus defectos y torpezas –algunas de las cuales comparte con otros mitos arrogantes y montaraces como el mismísimo Di Stéfano- y la ínfima cagadita mediática que en el mejor de los casos cosechan otros como premio a sus fechorías, infinitamente superiores en gravedad y alevosía a las del de Madeira. Porque digo yo que quitarse la camiseta de una determinada manera o ejecutar un determinado aspaviento en el desarrollo de un partido (con las pulsaciones a cien) es cosa que puede estar mejor o peor, y cualquier madridista razonable estará encantado de discutir al respecto. Pero que cualquiera de esas cosas es una nimiedad en relación a la bellaquería que supone estafar masivamente a Hacienda o haber participado presuntamente en el amaño de un partido es argumento que se me antoja irrebatible. En esa lacerante desproporción (el caudal de menosprecio que Cristiano soporta por sus faltas frente a la tibieza y escaso eco que en los medios encuentran las otras cuestiones) sangra el corazón de muchos madridistas, entre los cuales desde luego me cuento. Y sangra de tal modo que el entendimiento se nubla un poco a sabiendas de que se nubla, y a sabiendas de que hace bien en nublarse. Cuando la desproporción acarrea una injusticia tan flagrante, solo resta poner la razón en cuarentena para negar lo que uno empezaba afirmando.
¿Me parecen sumamente edificantes todos y cada uno de los gestos que Cristiano Ronaldo ensaya en el transcurso de un partido cualquiera? Sí. Todos y cada uno de ellos. Sin la menor excepción.
¿Me resultó ejemplar, me pareció intachable que se quitara la camiseta y celebrara como un Narciso exacerbado el último gol que le marcamos al Atleti en la gloriosa Final de Lisboa? Desde luego. Era el gol que refrendaba la goleada (porque un 4-1 lo es), y no hay cosa más gloriosa que golear a tu rival local en el máximo duelo europeo posible. Toda euforia estaba justificada, y la actitud de Cristiano no fue más que una demostración de euforia incontenible y absolutamente legítima.
¿Creo que fue atinada la celebración de su fiesta de cumpleaños justo después de que perdiéramos 4-0 contra el Atleti? Atinadísima. Mourinho recomendaba la máxima normalidad (o el intento de ella) después de una humillación deportiva. Si un hombre no tiene derecho a seguir adelante con una fiesta ya programada por culpa de un mal trago profesional (y siempre y cuando no se exceda en esa fiesta), no sabemos qué derechos les quedan a las personas. (Sí, querido Antonio).
¿Sentí un prurito de rubor cuando emitió esa suerte de bramido extemporáneo en la recogida de su último Balón de Oro? Ni muchísimo menos. Si ese bramido sirvió para acrecentar el escándalo de sujetos que se escandalizan ante cosas así, pero pasan de puntillas ante cuestiones como estafas al fisco o gravísimos fraudes deportivos, no queda sino darlo por bien empleado.
Sí, querido José Luis: ¡¡¡Uuuuuhhhh!!!
(Foto de ellatinoonline.com)
Qué lástima de artículo, qué oportunidad perdida. Basar el artículo en los deméritos de otro para justificar los méritos del propio. Ese es el señorío del Madrid, la justificación de la propia aberración.
Querido editor: ¡¡¡me quito el sombrero!!!
Es un honor contemplar que desde su tribuna se digne usted a escribir un post como respuesta al mío. Ello ya pone en valor que lo que escribimos desde "El Córner del Anti", cumple con creces el objetivo de hacer mella en los sensibles corazones blancos.
Soy de los que piensa que cuando la verdad es tan obvia y nos desborda, no nos quede más remedio que intentar buscar argumentos que, al menos, nos alivien de tanta realidad para justificar la nuestra.
Y como eso es lo que ha hecho usted con su post, querido editor, tendré que responder a los "directos" que usted me envía con un buen juego de piernas que me permita esquivarlos. Así que, parafraseando al gran Muhammad Ali, me moveré por este ring dialéctico flotando como una mariposa para "picarle" como una abeja.
Dije en mi post que no cuestionaría las cualidades futbolísticas ni goleadoras de Cristiano, que sólo me limitaría a cuestionar sus gestos desproporcionados y a su actitud altiva y "chulesca", no solo con los contrarios sino también con la grada.
Los futbolistas y más los que son tan mediáticos como Cristiano Ronaldo, ya deberían saber que son un ejemplo para muchos niños. Ellos son el espejo en el que se miran muchos chavales y actitudes como la suya, suelen ser mal entendidas por ellos haciéndoles aceptar ese comportamiento inaceptable como un ejemplo válido porque el que lo hace es su ídolo.
Por lo tanto no considero que sea desproporcionada la crítica hacia este futbolista y sí muy necesaria.. Es justo merecedor de ella y usted como todos los madridistas lo sabe, aunque para aliviar tanta realidad tenga usted que apelar a estafas a Hacienda o a amaños de partidos o incluso a tener que poner "en cuarentena su razón" para justificar tan feo comportamiento.
Al final cada uno recoge lo que siembra (lo del estiércol es una licencia suya querido editor) y este jugador no podía ser menos.
Debo darle la razón al editor cuando dice que he omitido el partido de Champions, pero mi omisión tiene justificación ya que no se trataba de hacer un repaso del "repaso" que esta temporada el Atleti le ha dado al Madrid. Para eso, querido editor, le invito a usted y todos los madridistas a que se den una vuelta por la hemeroteca. Como ya he comentado, mi post sólo tenía como intención cuestionar las actitudes y comportamientos de su venerado jugador, así que permítame que insista: ¡¡Uuuuuhhh!!
Un saludo cordial.
Querido José Luis,
gracias por el tono de tu respuesta.
Hechi ya ha respondido muy bien a muchas de las cosas que en ella comentas, y rubrico punto por punto su réplica a tu réplica.
Mi contestación a tu artículo se resume así, y sirva esta resumen como colofón a esta suerte de respuesta mancomundada: aunque tuvieras razón, las cosas que comentas tienen una importancia absolutamente ínfima en relación a otras que dejo bien claras en mi artículo, y sobre las cuales, curiosísimamente, no se genera ni la mitad de la mitad de la mitad de la... del ruido mediático que genera el último peinado de CR o alguno de sus discutibles gestos.
Un fuerte abrazo.
Jesús
¡Hombre! Tras lo del Atleti como equipo humilde y del pueblo, le faltaba a usted este argumento tan novedoso y original, lo de "ejemplo para los niños". Qué suerte poder leer a un visionario como usted en La Galerna.
Para visionario Rappel. Y en relación a usted, decirle que no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Saludos.
¿Me parecen sumamente edificantes todos y cada uno de los gestos que Cristiano Ronaldo ensaya en el transcurso de un partido cualquiera? Sí, sobre todo por la evolución que ha tenido en las dos últimas temporadas. Donde hace unos años podía verse capricho o inmadurez, hoy día denota frustración cuando los resultados no llegan; de aliento y estímulo a los compañeros cuando las cosas no van de cara; de consternación y frustración ante el enésimo error del innombrable; de alegría y camaradería cuando las cosas salen bien con los compañeros.
¿Me resultó ejemplar, me pareció intachable que se quitara la camiseta y celebrara como un Narciso exacerbado el último gol que le marcamos al Atleti en la gloriosa Final de Lisboa? Muchísimo. Un acto de desahogo y de catarsis, no solo por todo lo que ya cuenta magistralmente Jesús, sino también por el deseo más que humano de meter un gol en Da Luz, y frente a los suyos y en su país. Sobre sus espaldas también estaban las expectativas de miles de portugueses no madridistas pero que apoyaban a nuestro club porque en él juega Cristiano. ¿Tan difícil es de entender la carga emocional que acumulaba en su interior Cristiano?
¿Creo que fue atinada la celebración de su fiesta de cumpleaños justo después de que perdiéramos 4-0 contra el Atleti? Sí, por los mismos argumentos de Jesús (y de Mou).
¿Sentí un prurito de rubor cuando emitió esa suerte de bramido extemporáneo en la recogida de su último Balón de Oro? No, definitivamente no. Si es el grito de guerra de nuestros chicos, incluso en los entrenamientos, también es el mío. Así que: ¡¡uuuuuhhhh!!
Creo que ademas de pararse a valorar lo positivo o negativo de los gestos de Cristiano que estamos valorando tanto aquí como en el articulo de José Luis habría que poner en la balanza los detalles "sin importancia" que este hombre ha realizado.
Si a uno se le debe caer la cara de vergüenza por amaño de partidos, al portugués no le duelen prendas para tras ganar una final de copa - en medio de la algarabía lógica de una celebración - acercarse a su mas encarnizado enemigo (deportivo) a consolarle por la derrota de manera cariñosa y afectiva.
Si a uno le trincan estafando a todos los españoles defraudando a Hacienda (una cantidad muy estimable de dinero), al portugués no le duele rascarse el bolsillo para pagar la operación quirúrgica de un bebe o pagar el tratamiento de otro niño que padecía cáncer (desgraciadamente fallecido recientemente) o enviar 7 millones de Euros a los afectados por el terremoto del Nepal a través de la ONG Save the Children. Bah, que son 7 millones ¿No? Probablemente tenga algo que ver el que a CR7 no le gusta que se divulguen estas cuestiones (esto no exonera por no estar al día de estas noticias) y seguramente su personalidad, como bien a descrito José luis, egoísta, egocéntrica, caracterizada por esos andares altivos sea la causante de tanta miseria.
No, nunca me han parecido justos los juicios de valor sobre CR7, si hacemos una valoración sensata nunca han sido justos, desde el principio de los tiempos...
Buenas noches D. Jesús veo que sigue colaborando en esta revista digital ( que puede marcar época), un envidioso y retorcido fariseo, que es seguidor del Atlético Aviación, que se dedica solamente a desinformar y mentir como si en ello le fuera la vida. Con todo el respeto del mundo creo que se equivoca al permitir que talibanes del Atlético Aviación entren a intentar hacer daño, como es el caso que nos ocupa. NO debería permitírselo, pero el jefe es usted. Saludos blancos y comuneros
Comunero: actitudes como la suya son tan viejas como las Copas de Europa en blanco y negro del Madrid. La mejor manera de no escuchar lo que no nos gusta, es matar al mensajero... Nada nuevo bajo el sol.
EN mi modesta opinión, no es que no me guste escuchar críticas razonadas y constructivas, lo que no soporto son mentiras, medias verdades, babosadas y argumentos de leguleyo, sin acritud
Tengo mucho respeto por su "modesta opinión" y por todos los "epítetos" que me dedica. Siga con su crítca "razonada y constructiva" que pone en valor todo lo que escribo desde "El córner del anti". Muchas gracias.
A Cristiano la puñalada que lo mate no vendrá de frente y por parte de los enemigos,lo matarán por la espalda y será mano amiga la que lo haga. Las criticas más hirientes que ha recibido ,siempre vienen de una parte de la grey madridista y aledaños. Desde el piperío estúpido, que siempre quiere venderlo y cambiarlo por el primero que salga en una portada cualquiera y que cambián de candidato cuando cambian las portadas, a esa misma prensa nacional que le falta al respeto a diario.También lo matará la falta de recompensa a su tremendo esfuerzo,año tras año y que no se traduce en más exitos, por la lamentable cobertura defensiva que desde hace años sufrimos en el Madrid. Estamos dejando escapar una época que debiera de haber sido gloriosa,liderada por el mejor jugador que ha tenido hasta la fecha el Madrid y que tardaremos décadas en volver a tener,cuando se vaya.