Yo no sé por qué Cristiano ha decidido irse y probablemente nunca lleguemos a saberlo. En Kiev nos dijo aquello de tenemos que hablar y todavía estamos esperando, aunque todo el mundo al que un jefe o una novia le hayan dicho eso alguna vez sabe bien a qué atenerse. Como todo el mundo especula tampoco me voy a privar, aunque sea con algo de rigor holmesiano. Puestos a hacer el indio, como decíamos antiguamente, que al menos sea con vitola de prestigio, que uno es un pedante de La Galerna a mucha honra. Si es cierto eso que dicen, que Agnelli le va a pagar lo mismo que le ofrecíamos aquí, solo caben dos hipótesis –si una vez descartadas todas las posibilidades probables por no encajar con los hechos, cuentas con una absurda que sí cuadra con ellos, quédate con ella, prescribía el doctor Conan Doyle por boca de Sherlock–, a saber: el vértigo de no estar a la altura a su provecta edad deportiva de las exigencias morrocotudas del Real Madrid, o bien el mejor rendimiento fiscal en Italia de sus ingresos en el extranjero una vez probadas las horcas caudinas de la Hacienda española. O sea, una acomodación de sus propias expectativas que su orgullo le impediría reconocer incluso ante sí mismo –y menos aún ante una afición juventina que va a pagarle la ficha con ingenierías financieras y una sustancial subida de sus abonos–, o bien las razones económicas que a todo el mundo mueven a la hora de cambiar de trabajo, aunque no se sabe bien por qué los deportistas profesionales se niegan siempre a admitir paladinamente.
Ninguna de ambas son razones ilegítimas ni reprobables. Pero a mí no me importa tanto cuáles sean las razones de un Cristiano ya virtualmente bianconero como las del club para haberse prestado a la operación. Cristiano no ha hecho honor a su palabra de darnos explicaciones “en unos días”, y yo estoy dispuesto a perdonarle esa pecata minuta a quien tanta gloria ha compartido con nosotros. El club, en cambio, sí que nos debe alguna explicación a los aficionados. No sobre las razones de Ronaldo, sino sobre las suyas para vender a su principal estrella al precio que lo ha hecho y al club al que lo ha vendido, el único que en los últimos cinco años ha sido capaz de sacarnos de la Champions. Se dice que el Madrid no le da la llave a nadie como ha hecho el Barça con Messi. Bien está. Pero eso incluye también la opción de decirle a tu jugador que está bajo contrato, así que ajo y agua si eso es lo que el club considera beneficioso para sus intereses. Eso es lo que ha hecho Levy con Pochettino, sin ir más lejos. Y con Kane. Y el jeque, de momento y en buena hora, con Neymar (lagarto, lagarto). Por las mismas razones, tampoco excluye que Florentino esté tomando la decisión buena. Al fin y al cabo a él le toca tomarlas y eso supone afrontar riesgos.
Se dice también que el precio lo dicta el mercado, que nadie ha venido a pujar con cifras más altas. Yo no soy un creyente del mercado –de hecho, no soy un creyente y, por extensión, tampoco del mercado–. Sí, amigos liberales, el mercado son los padres, o sea, yo mismo si poseo un bien que otro desea. Si no estoy dispuesto a soltarlo por debajo de según qué precio y otro lo quiere vehementemente habrá que ponerlo a la altura de su vehemencia. Y no estoy seguro de que la vehemencia de Agnelli haya sido puesta a prueba con toda la exigencia necesaria. Si se dan maña para cien ya se la habrían dado para ciento cincuenta o ciento sesenta, y si no permanezcan atentos a la cotización de las acciones juventinas en bolsa en los próximos tiempos. No es cuestión de avaricia, sino de prudencia: si le vendes a un bicho como Cristiano a uno de tus peores enemigos, es preciso asegurarse de que no podrá reforzarse mucho más, o incluso de que habrá de soltar lastre para acoger al nuevo polizón. Puede que Ronaldo esté abocado a ser cada vez menos Ronaldo, pero incluso ese hipotético Cristiano minorato da bastante miedo alineado con Dybala y Pjanic por detrás y Douglas Costa por el flanco. Ya nos han causado suficientes problemas con Higuaín y Mandzukic, comparaciones odiosas. Aún así, conviene no perder de vista que lo cobrado ahora es más de lo que se pagó hace nueve años y que, por más que la libra de crack cotice ahora a precios que no son los de entonces, estamos hablando de años de inflación contenida.
Me disculparán que haga merced aquí de los muchos méritos madridistas de Cristiano, justamente glosados estos días por tantos colegas galernautas. En esta misma ventana fraternal Número Dos explicaba hace poco con elocuencia y razones inatacables las diferencias entre un Messi dotado y un Cristiano virtuoso. Yo no vengo aquí a escribir la necrológica de Cristiano porque es mi héroe y los héroes, va de soi, son inmortales (nunca acabaré de entender la pulsión de cierto madridismo por matarlos a cuenta de sus errores humanos, llámense Cristiano, Casillas, Raúl o Del Bosque. Si la formación en cultura clásica no anduviera bajo mínimos, sabrían que los héroes son seres semihumanos, y en esa debilidad radica también su grandeza). Prefiero escribir sobre cómo la triste mutilación de su presencia puede ser hasta fuente de nuevas conquistas –no hay mal que por bien no venga–. Durante años, por ejemplo, su insolente facundia goleadora bien pudo inhibir a sus compañeros de su cuota de compromiso con el gol. ¿Para qué iban a marcar otros si la voracidad de Cristiano desbordaba la cuota, si incluso pareciera que no acabara de gustarle que otros hollaran esa reserva sagrada? Por no hablar de las faltas directas. Solo Bale parecía tener la venia del depredador siempre y cuando la posición fuera indubitablemente para un zurdo cerrado, y eso que la estadística de Cristiano en este capítulo no es inmejorable, aunque sí tendiera a ser particularmente oportuna. Quizá ahora descubriremos a Kroos, a Asensio y hasta a Ramos en esta suerte, y quizá la diversificación mejore la estadística global. ¿Qué importaría que falte quien haga cincuenta goles por temporada si comparecieran cuatro capaces de hacer quince cada uno? Lopetegui, pide voluntarios para dar un paso al frente ya. El fútbol, ese juego solidario.
Incluso para los no creyentes, el fútbol –que es tanto como decir el Madrid– es terreno habilitado para la fe y también para la superstición. Con permiso de Fred Gwynne, supremo gurú de La Galerna en este negociado, me revisto ahora mismo de túnica y arreos de profeta y, desde mi incondicional devoción por Cristiano, procedo a augurarle lo mejor en el futuro salvo cuando se enfrente a nosotros. Y debo pronunciar una fatwa, imprescindible conjuro para la maldición del ex que inaugurara el buen Morientes hace ya años. Tú, Cristiano, inveterado coleccionista de esa calderilla futbolística de los balones y botas doradas, devorador pantagruélico de récords y marcas, que sepas que estás clausurando ahora mismo la probabilidad de sumar la única marca individual que de verdad merece la pena para un futbolista inigualable como tú, la de las seis orejonas de Don Paco Gento. Y mira que la tenías a huevo. En verdad en verdad te digo que quien iguale esa hazaña, y a buen seguro lo hará, vestirá de blanco con la debida reverencia en esas seis ocasiones, como lo hizo Don Paco. Y no digo más.
Número Uno
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Creo que la maldición del ex no está bien analizada por el madridismo. La maldición sólo afecta al Madrid cuando se enfrenta a quien es expulsado del Real Madrid (Morientes, Morata), no a quien se va voluntariamente para ganar más dinero (Khedira, Di María). Según ésta teoría, no rige para el caso de Cristiano
Bueno, lo de Morata no lo tengo tan claro que le echaran.
Por otra parte, llevamos unos años buenos en los que se marchan, o echamos, según se mire, no nos hacen tanta pupita. Esperemos que siga así muchos años más, porque tuvimos una temporada fina fina.
Otro con lo de que se echó a Morata. ¿Esperan que de tanto repetir la mentira se convierta en verdad?
Se fue a jugar los minutos que en el Madrid no "le dejaban" (ha jugado menos esta temporada que la anterior en el Madrid) y a ser titular en los partidos importantes (y para mayor descojone, el Chelsea ni ha olido los partidos importantes). Bueno, y por dinero tb se fue pero eso, que yo sí lo comprendería, nunca es el verdadero motivo (¿verdad Ozil, DiMaria... Cristiano?)
Que no, que a Morata no le echó nadie del Madrid. Se fue el solito porque quiso. Bueno, quiso él y su papá.
Creo que se refiere a la primera vez... la segunda es claro que se fue porque él quiso. Más que nada porque desde que se ha ido esta última vez no nos hemos enfrentado con él, cosa que sí sucedió la primera vez.
El tema no es ganar seis copas de Europa, que esas las puede ganar Mbappe. si no ganarlas con el mismo equipo, y a eso Cristiano, no lo va lograr nunca, y no ha dicho nada porque se ha marchado para mi por lo de Hacienda, que el Madrid no se ha querido hacer cargo, y por dinero, después todas las explicaciones que pueda dar son filosofia, no me diran los galernos, porque aqui todos llevamos a honra ser de La Galerna, que después de las declaraciones en la ultima final de Champions,, era ya para venderlo, tiempo al tiempo. veremos a ver cuando ganará la `proxima Copa de Europa, yo creo que nunca .
Señor Faerna. Enhorabuena por su artículo.
Lo de Cristiano creo que obedece a temas fiscales. Dicen que en el Italia desde 2015 sacaron una especie de tarifa plana fiscal por la que pagarás 100.000 euros de impuestos con independencia de los ingresos que tengas. Lo hicieron para animar a inversores.
Y lo del club pues tampoco tengo ni idea. No sé si es porque Florentino ha preferido dejarle marchar y no entrar en guerra con Cristiano con lo que eso conllevaría de perjuicio para ambas partes. Al fin y al cabo hemos disfrutado al mejor Cristiano, sus mejores años y habrá dicho Florentino, pues nada, márchate porque no tengo ganas de aguantarte esas caritas que me pones, esos malos gestos y esas lamentables celebraciones. Y por qué la Juve, pues imagino que porque nadie más de los grandes ha querido llevárselo.
En realidad todo son suposiciones porque nadie nos ha dicho nada, así es que sólo me queda decir que el que no quiera estar aquí ahí tiene la puerta, para Cristiano también va eso.
Saludos
100.000 €, como tarifa plana, para los ingresos generados fuera de Italia, de extranjeros que lleven menos de 10 años residiendo en Italia. Los ingresos devengados dentro del país, tributan como los de cualquier otro nativo. Aunque, parece ser que este nuevo gobierno también quiere reducir el interés de ese IRPF.
Si a eso le unimos que recibirá el 100% de sus derechos de imagen, la diferencia es bien clara.
"...¿Para qué iban a marcar otros si la voracidad de Cristiano desbordaba la cuota, si incluso pareciera que no acabara de gustarle que otros hollaran esa reserva sagrada? Por no hablar de las faltas directas. Solo Bale parecía tener la venia del depredador siempre y cuando la posición fuera indubitablemente para un zurdo cerrado, y eso que la estadística de Cristiano en este capítulo no es inmejorable" Muchas gracias por ponerle palabras a lo que siempre he sentido. He de admitir que nunca me he entregado completamente a este jugador. El tiempo que pasó lesionado durante su primera temporada coincidió con el mejor juego del Madrid en esa temporada (incluso el mejor juego de Kaká). Creo que muchos no aciertan a ver el mérito de la grandísima plantilla que ha construido el Madrid en todas sus líneas, y aunque Ronaldo ha estado ahí a menudo, no siempre ha sido así... como ejemplo la final de la décima (aunque marcó el 4º de penalty) o la 13. Recuerdo que aquella temporada acabó fundido cuando a mitad de la misma le había metido 6 o 7 goles a no se qué equipo en liga. Acaba el sr. Faerna pidiendo "voluntarios" para tirar las faltas y recordando que el fútbol es un juego solidario. A mí a veces me ha dado la impresión de que algunos jugadores no tiraban porque andaban buscando a Ronaldo para pasársela, y elegían la peor opción. Personalmente, me preocupa más el hecho de que Modric sigue cumpliendo años al hecho de que se vaya Ronaldo. Y claro, también hay que fichar gol. Esto no significa que no crea que Ronaldo es un crack, merecedor de la mayoría de los balones de oro que ha ganado, pero creo que algunos exageran.
A ver. El fútbol es un juego colectivo donde el equipo está por encima de las individualidades. Evidente. Partiendo de ahí, no hay duda de que necesitas a un rompedor. Cristiano, sin jugar a nada, ha sido lsa diferencia en estos 9 años para dar el paso definitivo de un gran equipo, como hay muchos en Europa, a ser el número uno. Con todo su egoísmo, su egolatría y los defectos que queráis ponerle, que los tiene, este tío ha aportado la mala leche y el inconformismo que ha hecho grande al Madrid. Yo que peino canas no puedo dejar de recordar a gente como Benito, Camacho, Stielike... que aportaban al Madrid esos cojones que muchas veces son la clave para superar a equipos que hacen contra el Madrid el partido de sus vidas. En ese sentido, nunca he visto ni veré un animal competitivo tan grande como el portugués, porque además de aportar esa sangre en vena, era super efectivo. El jugador más efectivo de la historia de nuestro club, de hecho. Estoy seguro de que, al menos yo, nunca veré un jugador como este en el fútbol mundial. No obstante, dadas las circunstancias, creo que la operación es buena para el club y para Cristiano. Pero os aseguro, sobre todo a los jóvenes, que hemos asistido a la segunda época de oro del Madrid; que ganar 4 Copas de Europa tan seguidas es una auténtica bestialidad (recuerdo las del Ajax y el Bayern) y que está etapa sin duda se recordará como el equipo de Zidane y de Cristiano Ronaldo. En la era de Messi, un extraordinario jugador pero sin sangre ni el gen competitivo típico madridista, este tipo sin tanto talento lleva 3 o 4 años comiéndoselo con patatas. Con sus faltas y defectos, un tipo con un hambre competitiva tipo Raúl, que por su empecinamiento es, para mí, junto a Di Stéfano, el mejor jugador de la historia.
Grandioso Cristiano, y grandioso lo que el Real logró con su destacada colaboración. Eso no obsta para reconocer que esperábamos -y seguiremos esperando- la declaración prometida a corto plazo en Kiev, amargando las celebraciones de todos lo no agrupados por la bandera antimadridista.
Incluso si la próxima copa de Europa fuese para la Juventus, merced a goles suyos, todo seguiría siendo grandioso y oportuno.
Ni se puede ni quizá se debe ganar siempre, e intuyo que la racha madridista no será interrumpida -si lo fuese- en función de él. Los romanos dieron estatus divino a Fortuna, los griegos llamaron azar con minúscula al resultado eventual, donde pesan tanto el mérito como la inercia de mil cosas añadidas.