Cristiano no existe

Hola a todos. A estas horas ya habréis leído la crónica del glorioso triunfo de Portugal en París a cargo de Jorge (Sambo) García Vela, así como las reflexiones que a raíz de dicho triunfo ha improvisado nuestro editor Jesús Bengoechea. El repaso a las portadas de la prensa deportiva del día no ofrece mucha más enjundia que la contenida en esas dos piezas galernautas, si bien es cierto que una mirada sobre la prensa catalana (por la que comenzaremos) nos permite intuir una veta malévola acerca de la cual no tenemos pruebas, claro, pero que sin tenerlas nos inspira un poco de asquito, una repugnancia matizada por un apunte de risa condescendiente.

"Sin CR7, Portugal campeón" y "Gloria sin Cristiano" podrían ser titulares diseñados con el fin de enfatizar el enorme mérito de los compañeros del astro portugués al haberse sobrepuesto a la tempranísima lesión de su estrella, conquistando París en una gesta sin precedentes. Algo nos hace temer, en cualquier caso, que no van por ahí los tiros.

Algo nos hace temer que lo que pretenden ambos rotativos catalanes con titulares de esa ralea no es ponderar (en la que sería justísima medida) la hazaña de los jugadores portugueses que no son Cristiano, sino precisamente restar méritos -de cara sobre todo al Balón de Oro- a aquellos jugadores portugueses que sí son Cristiano. Quizá (ay) seamos mal pensados, pero decidnos: ¿qué se puede esperar de esta gente sino algo en esa línea? En lugar de "Gloria sin Cristiano", y a fin de dejar meridianamente clara su postura, El Periódico Que No Fue Capaz De Traer A Portada El Atentado Contra Una Peña Madridista En Irak podría haber titulado "Portugal triunfa al quitarse el lastre de Cristiano". Por su parte, de habernos consultado, habríamos sugerido al diario de Godó, grande de España, que hubiera sustituido su sibilino "Sin CR7, Portugal campeón" por un más explícito "Portugal gana a Francia merced a la lesión de su estrella".

Claro que es posible que estemos llevando las cosas demasiado lejos. Se trata de titulares algo ambiguos en su intención última. "Gloria sin Cristiano" es un sintagma moralmente equívoco, del estilo de "periódico sin ética" o "bilis sin remisión". Por su parte, "Sin CR7, Portugal campeón" no deja de ser, asimismo, una frase abierta a diferentes interpretaciones, como lo sería por ejemplo "Sin su odio a Cristiano, Mundo Deportivo al carajo" o "Sin sus dosis de basura, Mundo Deportivo descatalogado". En medio de tanta ambigüedad, no está de más recordar cómo Cristiano, al borde de la eliminación en la fase de grupos, se echó el equipo a la espalda para salvar los muebles ante Hungría en un partido antológico, o cómo se bastó y sobró para hacer morder el polvo a la pujante Gales de Gareth Bale en semifinales.

Con ser discutible (¿pero lo es?) la mala fe de ambos rotativos al plantarnos estos titulares, no lo es la pasmosa frase de Mundo Deportivo en su antetítulo, contando cómo Cristiano "se lesiona en la rodilla..." como si Payet fuera un sueño, un imposible, el baño fantasma de niebla y luz de la rima becqueriana. ¿Qué habría dicho Mundo Deportivo si esa misma entrada la efectúa cualquier otro jugador sobre Messi, lesionándolo de consideración y expulsándolo de una transcendente final? Ya que hablamos de Messi, nos preguntamos qué tal habrá sentado en el consejo de redacción de ambos diarios el hecho de que la némesis del argentino haya añadido a su ya apabullante palmarés un título con su modesta selección mientras Messi anuncia que no logrará ninguno con la suya (de mucho más fuste internacional) por cuanto la abandona acomplejado por el recurrente fracaso. Era pura retórica: no nos lo preguntamos.

La prensa madrileña sí hace en cambio una aproximación razonable a la gloria de Cristiano y los suyos. As, de hecho, señala como es debido y sin remisión a Payet como autor de la lesión de CR, contradiciendo un sangrante tuit de uno de sus más eximios redactores. "Aumenta la leyenda de CR", asevera con tanta sencillez como elocuencia Marca, y no podemos sino estar de acuerdo y hacer votos porque siga aumentando y aumentando ante nuestros ojos.

Estos ojos que no han visto ni verán a nadie mejor que Cristiano, y que verán muy pocas exhibiciones defensivas como la que ayer descerrajó Pepe. Cristiano triunfando, Pepe triunfando y Xavi Hernández precipitándose hacia el exterior del estadio antes de que concluya la prórroga. La vida, a veces, es realmente maravillosa, y solo nos resta pedirle que Cristiano esté bien lo antes posible. Le necesitamos y le queremos tanto como los mediocres (que hoy se retuercen entre espasmos en cuevas anímicas oscurísimas) le denigran y odian. Que se retuerzan muy pero que muy fuerte, solo por hoy. Mañana será otro día.

Claro que mañana Pepe y Cristiano seguirán siendo campeones de Europa por partida doble.