Cosas que nos habían dicho a los madridistas

A los madridistas nos habían dicho que ésta no era nuestra época. En plena era de Messi, se nos había contado que sólo podríamos aspirar a los restos que dejase el argentino. Cuando en el mundo del fútbol surge una aparición de este tipo, la gestión del resto de equipos suele ser baldía ante la imposibilidad de superar a un jugador de época. Ocurrió con el Barcelona de Kubala que poco podía hacer ante el Madrid de Di Stéfano. Messi gana cuándo y cómo quiere, y por ello se nos había dicho que dejaría el Barcelona el día en que los culés estuvieran rozando ya el mismo número de Champions que adornan al Madrid.

También se nos ha vendido a los madridistas que Ronaldo está a años luz de Messi y que su declive era imparable. El portugués iba a pasar de superar los sesenta goles la pasada temporada a ser una rémora en forma de hipoteca para el futuro madridista. Al ser un gran atleta, los treinta y dos años iban a pesar demasiado y su obstinación por jugarlo todo condenaría al equipo. No había nacido el entrenador que le sentase, y si algún insensato osaba hacerlo recibiría la llamada de Florentino para comunicarle su despido inmediato y procedente.

También nos habían explicado que Zidane era un simple alineador con mediocres conocimientos técnicos. Su éxito del año pasado se debía a la flor y, en cuanto ésta se marchitase, todas sus carencias iban a quedar al descubierto. Zidane era la última escapada hacia delante de Florentino, el cual se nos había asegurado que ejercía como director deportivo de un club sin modelo. Cómo va tener modelo deportivo un club en el cual un empresario hace todos los fichajes (sí, Asensio también) y ventas sin contar con una dirección deportiva. Se sabe que Florentino tiene ojos en todo el mundo, no necesita ojeadores, pero centra sus caprichos allí donde ACS tiene un proyecto sobre el que licitar.

Sin duda el Barcelona lo había hecho mucho mejor en verano. El zasca con André Gomes parecía definitivo y se unía al zasca anterior por Neymar. Poca importancia tenía que el fichaje de este último llevase consigo la comisión de ilícitos penales. Lo importante es lo que pase en el campo, salvo que los problemas institucionales sean del Real Madrid, que como está obligado a ser modélico debe recibir el castigo mediático. Ya saben que el señorío consiste en hacer todo aquello que los antimadridistas quieren que el Madrid haga.

A los madridistas nos habían explicado cómo y cuándo se iba a consumar el definitivo fracaso del Real Madrid, y por eso no nos terminamos de creer que estemos cerca de alcanzar la tercera final de Champions en cuatro años; no asimilamos que la Liga sólo dependa de nosotros y que no sea imposible que la temporada se cierre con cuatro títulos siendo la mejor de la humilde historia del club.

Todos los jugadores funcionan a la perfección y nuestro inexperto entrenador debe de haber disecado su flor, ya que ésta no parece marchitarse. Ronaldo es el primero en las apuestas para hacerse con el Balón de Oro, sería el quinto e igualaría a Messi. Mete menos goles, pero éstos son cada vez más decisivos y llega en plenitud a final de temporada, puesto que el insensato de Zidane le ha rotado más que nunca sin perder su puesto de trabajo. Los fichajes de Florentino parecen no haber salido malos pese a ser jóvenes, inexpertos y no haber salido tan caros como los del Barcelona o el Atleti.

Como diría Jabois, los madridistas estamos bailando sobre nuestra propia tumba.