En la novela Corazón tan blanco, del muy madridista Javier Marías, hay un hilarante capítulo que relata el primer encuentro entre el protagonista y la que luego será su mujer. Él trabaja como traductor en visitas oficiales, cumbres de jefes de estado y demás eventos del más alto nivel. La escena tiene lugar en un encuentro entre dos presidentes de gobierno de dos países limítrofes. El protagonista está sentado entre ambos ejerciendo su labor, pues no hay ningún idioma común a ambos mandatarios. Hasta que leí Corazón tan blanco, yo no supe que en estas situaciones hay siempre una cuarta persona, cuya necesidad es en realidad de cajón si uno lo piensa: otro traductor que, desde un segundo plano y generalmente en silencio, vigila al primer intérprete para velar por la precisión en su labor.
En la novela, ella le vigila a él. No se conocen, pero la situación creará una complicidad que terminará meses más tarde en el altar. Él empieza a extralimitarse en sus funciones, en parte por puro aburrimiento, en parte para captar la atención de ella jugando al límite. Es un sofisticado juego de seducción. Por ejemplo, él se inventa que un jefe de estado, en su idioma, le ha dicho al otro cosas como:
-Le agradecería que dejara de hacer ruido con las llaves que lleva en el bolsillo, por favor. Es muy molesto.
Al comprobar cómo ella no interviene, a pesar de que esa sería su obligación, él constata que la seducción está funcionando. Él no puede verla a ella, a quien los tres involucrados en la charla están dando la espalda, pero en ese silencio regocijante constata el traductor benignamente fraudulento que el cortejo a seis manos (o a tres gargantas) va por la senda correcta.
Esta situación del traductor vigilado me recuerda mucho al VAR. Alguien (en este caso un árbitro) lleva a cabo su trabajo bajo la supervisión de otro de su condición (otro árbitro, en este caso ayudado por la tecnología). Si el árbitro de campo comete un error, se supone que el árbitro del VAR debe corregirlo. Digo “se supone” y creo que digo bien, pues ya dijo Velasco Carballo que una de las prioridades del juez del VAR es reconvenir las menos veces posible al trencilla principal, un poco como si el traductor-supervisor tuviera la orden de no turbar en demasía la labor del objeto de su vigilancia, con independencia del desastre que una mala tarde por su parte pudiera obrar en la relación bilateral entre ambas naciones.
Por supuesto, se trata de un patrón tan abierto a la seducción entre árbitro principal y árbitro del VAR como lo está el juego psicológico entre uno y otro traductor en el relato de Marías. El árbitro de campo puede pulsar la tolerancia (y/o el amor) del juez del VAR a base de tomar decisiones deliberadamente erróneas. Así se pondría a prueba, en silencioso pulso preapareatorio, el interés erótico-amoroso existente en esa tensión sexual no resuelta, o no por el momento.
Entre Hernández Hernández y De Burgos Bengoetxea, sin embargo, nada de esto hace falta. Si el partido finalmente se celebra, llegarán al Camp Nou (el primero como colegiado principal, el segundo como responsable del VAR) en perfecta comunión amorosa, o al menos en la más inmejorable sintonía de medios y fines. Tanto el canario como el otro (que ni es de Burgos ni es Bengoechea, al menos no un Bengoechea de la rama de mi familia) han dado sobradas pruebas de remar en la misma dirección. No será preciso el cortejo, dado que ya vienen cortejados de casa.
No hay seducción sin misterio, y en este caso el misterio no ocupa lugar. Sí Hernández Hernández decide pitar penalti en una patada de Jordi Alba contra el césped, casi podemos asegurar que De Burgos no enmendará el fallo. Si Hernández Hernández tiene a bien dejar seguir a Suárez tras alevosa patada a Varane, y la cosa acaba en gol del Barça, es altamente improbable que De Burgos se lo discuta. Si el canario opta por anular un gol a Bale por ser más alto que el propio Alba, se nos antoja ilusorio pensar que su supervisor le reconvenga. Como poder pasar, puede pasar. Citaremos al maestro Sabina para concluir con aquello de que cosas más raras se han visto, como aquel verano que no paró de nevar.
Y lo peor de todo, en las horas siguientes tooooodos los periogolfos de este país, comentaristas "objetivos", exárbitros varios y Trompetero equilibrista justificarán convenientemente las decisiones arbitrales intentando hacernos comulgar con ruedas de molino. Un nuevo día en la oficina. Todo OK, José Luis.
No ir allí nos robaran nos preparan una encerrona 3 puntos y que? Ya nos han robado 7 no presentar no dejar que nos humillen no ir de verdad, esta
Todo preparado para el akelarre asco6de tidil
Este artículo me ha sido muy agradable de leer, Don Jesús. Como lo fue la lectura de “ Corazón tan blanco “ del, como usted bien señala, muy madridista Javier Marias; con un perturbador e impactante inicio de novela.
Tras leer según qué artículos de según qué autores, me asalta con relativa frecuencia una pregunta: ¿ Tendrán negro ?.
No nos rasguemos las vestiduras porque eso va a pasar,tal cual, y lo sabemos todos,salvo que el Barça sea muy superior y nos vuelva a meter cinco,va a pasar exactamente lo que dice el articulista.Lo que no tengo claro es cual de las dos cosas es peor...
Las dos somultáneamente. Va a ser un completo.
El rol reservado al Real Madrid, tristemente, es ese. El de pim-pam-pum, puchingball, chivo expiatorio , pelele...saco de boxeo...
The Tinglao habría de ir con un poco más de cuidado , y no apretar tanto la tuerca... porque se les puede ir de las manos. El madridismo está a un “esto” de explotar...
Creo que los medios no denuncian, pero hoy viendo las noticias de Antena 3 de deportes, creo que han sido muy claros en marcar al VARsa como culpable. Han dicho al menos lo que todos aquí decimos, que hace silencio cómplice, que está a favor de los que la quieren montar y que era su responsabilidad la seguridad, pero que se ha pronunciado en el otro sentido de permitir. Además han hablado de la libertad de expresión mostrando la retirada de banderas de España, si no recuerdo mal, es decir te están diciendo que no la hay. No es un ataque, pero es lo más parecido a decir la realidad, sin hacer una posición de crítica o defensa. Para las opiniones ya estamos nosotros sabiendo esa información, el que no saque las mismas conclusiones sólo se está engañando.
También han planteado todos los escenarios por los que el partido podría no celebrarse debido a los 18 mil tarados que habrá fuera liándola, que no lleguen árbitros, equipos, jugadores, que pase algo, etc.
Y con toda esa información en bruto, pues se concluye que mejor no celebrarse, ya que el VARsa tampoco va a garantizar que nada pase.