Llevo días obsesionado, en mi enfebrecida mente madridista, con el modo en que Carlo Ancelotti debería gestionar la enorme proximidad temporal con que se presentan al Madrid los dos puntos álgidos de la temporada hasta el momento. El propio técnico italiano se ha quejado públicamente de que no haya ni 72 horas entre el término de la final copera (ni hablar ya si hay prórroga) y el comienzo del transcendental partido de ida ante el City en el Bernabéu. Hace muy bien en quejarse porque es demencial, y si bien poner el grito en el cielo no suele conducir a nada, en especial si eres el Real Madrid, queda vigente el desahogo.
Efectuada la queja pertinente, toca pensar qué hacer, y yo me creo en posesión de la respuesta con la arrogancia propia del que ha ganado 14 Copas de Europa. No es una solución porque solución no tiene. Es una sugerencia nada humilde y que encima, para más demérito, probablemente no tenga nada de original.
Considero que Ancelotti haría bien en tomarse la Final de Copa y la ida ante el City como si fuesen un solo partido. Un partido de 180 minutos, con cuatro cuartos como en baloncesto y un descanso muy largo, además de dos rivales diferentes para la primera y la segunda parte. Llega a este punto con la suerte de tener a toda o casi toda la plantilla en condiciones, por lo que sería absurdo plantearse la posibilidad de jugar con el mismo once en ambos partidos. La exigencia física y psicológica es excesiva, y este único y doble partido es tarea de más de once por las mismas razones por las que uno de baloncesto lo es de más de cinco.
El descanso en medio de este doble choque es muy largo y demasiado corto. El Madrid no tiene tiempo ni para celebrar una victoria copera (no habrá Cibeles) ni para pasar página de una hipotética derrota. Al encuentro contra los de Guardiola hay que llegar con sangre fresca.
Considero que Ancelotti haría bien en tomarse la Final de Copa y la ida ante el City como si fuesen un solo partido. Un partido de 180 minutos, con cuatro cuartos como en baloncesto y un descanso muy largo, además de dos rivales diferentes para la primera y la segunda parte
No soy quién para indicar a Ancelotti cómo debe rotar sus piezas. Me limito a subrayar que debe hacerlo si quiere un nuevo título nacional y un buen resultado europeo, en el abrir y cerrar de ojos que separa una cosa de la otra.
En portería no hace falta rotar, y poco sentido tendría hacerlo cuando tienes al indiscutible número uno. En la delantera es donde menos margen de rotación existe, puesto que el trío Benzema-Vinicius-Rodrygo no tiene rival, quedando Asensio como una pieza de reemplazo útil (lleva una buena temporada) pero con prestaciones aún distantes de ese trío de oro. La defensa y el centro del campo, sin embargo, sí ofrecen más posibilidades para introducir variables, siendo la gama de elección más amplia.
La recuperación de Alaba y Mendy, aunque aún no estén al cien por cien, abre opciones. No descarto que Mendy tenga algunos minutos en Sevilla para ser titular ante el City, devolviendo a Camavinga al centro del campo con Alaba de central. El City amerita tomar precauciones defensivas de esta índole y Eduardo, sensación de la temporada, merece tener un papel destacado en su posición favorita.
Con todo el respeto para Osasuna, un mediocampo en la Cartuja que incluyera a futbolistas como Tchouaméni y Ceballos debería bastar para confiar en la victoria. Compleméntese con la presencia de Kroos, por ejemplo, y resérvese a Modric para los citizens, sin perjuicio de que juegue la última media hora contra los pamplonicas, por ejemplo.
Son solo posibles variantes de lo que en esencia sería afrontar este largo partido con combinaciones de once en once de los siguientes elementos: Courtois, Carvajal, Lucas, Alaba, Mendy, Rüdiger, Militao (el brasileño jugaría la final completa al estar excluido de la ida europea), Nacho, Camavinga, Ceballos, Tchouaméni, Kroos, Modric, Valverde, Asensio, Benzema, Vinicius y Rodrygo. Los onces de la Cartuja y el Bernabéu deberían diferir en tres o cuatro jugadores para que los madridistas podamos enfrentarnos a este doble reto con tranquilidad.
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Don Genaro, qué generoso es usted. La copa es un partido ideal para que Arribas, Álvaro, Dolor, y el resto de chavales del Castilla tengan un premio a su fenomenal temporada.
Y el martes....el martes Dios dirá, contra el armario vikingo, qué es lo que pasa. Pero ahí, toda la artillería, como si fuese el último, y el único partido de la temporada.
Genaro, admiro su optimismo, pero el madrid no está para hacer rotaciones.