Con la Iglesia hemos topado

Buenos días. Camino de la playa suele uno parar en un bar de carretera sito en las primeras estribaciones de una localidad de Ciudad Real donde el sol pega sin misericordia sobre la recalentada tierra castellana. Tras repostar, y dejar atrás el lugar, uno se sorprende pensando que no por dejarlo atrás dejará de existir el municipio, donde el sol seguirá cayendo implacable sobre la carrocería ardiente de un coche semiabandonado y los surtidores de gasolina. Uno se va de allí, pero la tortilla rancia sigue sobre el mostrador del bar para el próximo viajero.

Ese bar de carretera, esa gasolinera inhóspita que sigue existiendo por más que el próximo viajero tarde en llegar, por más que el próximo viajero no llegue nunca, es la prensa deportiva de un uno de agosto sin un pogba que llevarse a la boca.

Perdonad la audaz metáfora inicial, pero esto de hoy no hay quien lo digiera. Es un Fuego en el cuerpo sin Kathleen Turner, ni siquiera con la Kathleen Turner entradita en kilos pero aún lozana de su madurez. Rastreamos las primeras planas en el afán de hallar algo que llame nuestra atención mínimamente, una espita de interés, un atisbo vagamente perceptible de apetito noticiero. Sí, Asensio es muy bueno y puede valer para el primer equipo, pero eso ya lo sabíamos, Ouija. Decidnos, decidnos de dónde sacamos hoy petróleo, dónde iniciamos siquiera una desesperanzada fase exploratoria.

Es una cosa que de verdad. El fichaje de Gameiro por el Atleti o "las razones del interés del Barça por Luan" hacen tentadora la tortilla revenida y casi postergamos las vacaciones para dar media vuelta en dirección al árido desierto castellano-manchego. Tenemos que llegar hasta Mundo Deportivo (y ya es llegar) para encontrar algo que active mínimamente nuestro interés.

En su afán por rastrear el mercado en busca de un 9 que acepte no jugar absolutamente nunca, EDDACCR (El Director Deportivo Antes Conocido Como Roberto) ha llegado a sondear a un francés que juega en los Tigres de México, pero no es esto, con ser significativo, lo que hemos decidido convertir en lo más destacado de las portadas del día.

Bajo la foto de dicho delantero francés, bajo su codo derecho para ser exactos, se nos informa en blaugrana de la vuelta a la concentración de Ter Stegen, Iniesta, Rakitic y Alba -suponiendo que a Alba le sea posible volver a la concentración-, así como de una declaración del Papa (del Papa Francisco, para ser exactos) que nos llena de zozobra. El Vicario de Cristo en la tierra prefiere a Messi antes que a Pelé o Maradona. Con la Iglesia hemos topado.

Lo primero que necesitamos saber es cuál fue la pregunta -presuntamente de algún plumilla- que desencadenó esa respuesta del Sumo Pontífice. Si la pregunta estaba tan acotada como la respuesta sugiere ("¿Prefiere Su Santidad a Messi antes que a Pelé o Maradona?"), la manifestación papal es poco vinculante y no podemos descartar aún la posibilidad de la que el sucesor de Pedro prefiera a Messi antes que a Maradona o Pelé pero sin embargo prefiera a Cristiano antes que a todos ellos. De hecho, el loco Abreu o Pachi Salinas podrían preceder a esos cuatro futbolistas en la jerarquía balompédica de la cabeza visible de la Iglesia católica. Nos faltan datos.

Nos faltan datos también en lo relativo al carácter de esta manifestación papal. ¿Hablaba ex cathedra? Recordemos cómo definió en 1870 el Concilio Vaticano I dicha modalidad de opinión sumopontífica.

"El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables".

Aparte de lamentar, con todo el respeto, la mejorable sintaxis del viejo Concilio, exigimos una respuesta. ¿Debemos los cristianos asumir como dogma la superioridad de Messi sobre Pelé y Maradona? ¿Y sobre Cristiano, a quien no encontramos en la ecuación, por no hablar del propio Abreu o Pizo Gómez? De nuevo con todo el respeto, nos permitimos solicitar a Bergoglio menores dosis de ambigüedad, especialmente si no se nos descarta que hable ex cathedra. En La Galerna ponemos a Cristiano por encima de Messi, quizá porque pensamos que Messi es mejor y apenas se ha notado ni se va a notar, y nos acogemos a la opción de salir por peteneras y proclamar a Luka Modric mejor jugador de la Historia aunque sea más incompleto que Cristiano, paradoja perfectamente posible a nuestro juicio. Solo necesitamos saber si por ello estamos o no apostatando.

Dígasenos, antes de que esta gota de sudor o esta lágrima caigan sobre este Portanálisis para no emborronarlo jamás. Malos tiempos para la lírica y, por tanto, para la apostasía.