Tuve el honor y el placer de ser el ganador del II Certamen de Cuentos de Navidad de la Galerna. Al igual que Ancelotti y Zidane, lo mío fue llegar y alcanzar la gloria. Aunque en mi caso lo atribuyo en cierto modo a la suerte del principiante, pues era el primer relato que escribía en mi vida. El premio, además del honor que significa el mero hecho de ser publicado en esta web “desacomplejadamente madridista” y lograr así que mi nombre aparezca junto a colaboradores ilustres como Antonio Escohotado, consistía en una camiseta del Real Madrid firmada por tres leyendas madridistas de tres épocas diferentes.
Me consta que su obtención no fue fácil. De hecho, la entrega del premio se hizo esperar. Es lo de menos. Finalmente pude compartir una comida (excelentes callos por cierto) con Jesús, alma mater de esta Galerna. En ella, además de hablar de nuestro Madrid y otros muchos temas, pude recibir el mencionado trofeo. Por fin, ahí la tenía, con sus tres flamantes firmas de leyendas de tres épocas diferentes.
La primera de un histórico. Santamaría, historia viva del club. Que compartió vestuario con nada menos que Di Stefano, Gento, Puskas y tantos otros. José Emilio Santamaría, uruguayo de nacimiento, pero español de adopción. De hecho, llegó a ser seleccionador nacional. Es historia por lo logrado para el Real Madrid, pero también por ser el precursor de lo que hoy en día es un defensa central. Cuando actualmente los entendidos del fútbol definen esa posición, ponen como ejemplo paradigmático al gran Franz Beckenbauer. Sin embargo, el que años antes ya se gustaba sacando el balón controlado y desterró aquella imagen del defensa central rudo y hasta cierto punto violento, fue D. Jose Emilio Santamaría. No en vano, así se lo reconoció el propio jugador alemán a nuestra leyenda, según cuenta en una estupenda anécdota el maestro Andrés Amorós, reconocido “cronista madridista”.
Por otro lado, a la derecha, estaba la de otro histórico. Es difícil ser leyenda estando aún en activo y siendo titular en el primer equipo. Pero en este caso, la decimocuarta Copa de Europa la ganó él. Vinicius metió el gol, pero el que de verdad sostuvo al equipo fue Thibaut. Thibaut Courtois. Una firma grande. Como lo es él. Que confirma que la grandeza del Madrid sigue viva y además, crece. Ya no sirve aquel argumento de que el Madrid sólo fue grande en el pasado y la tan manida expresión de “equipo del régimen”. Es más ya su historia escrita en color que en blanco y negro. No cabe el debate.
Y en el centro aparece “Con cariño: Valdano”. Al principio me chocó. Jorge Valdano no me parecía una leyenda como los otros dos. ¿O sí? Valdano es un personaje controvertido para un cierto sector del madridismo. Le acusa de no defender al club como se merece y ser cómplice en cierto modo de algunas afirmaciones que se vienen vertiendo por gran parte de la prensa deportiva española en la que él participa.
Para algunos, es sospechoso de tener cierta animadversión contra Florentino por su salida como directivo. Y para otros, los más “conspiranoicos”, un fiel más que pasó a alabar al “becerro de oro” de Messi con todo lo que ello conllevaba. Pero para mí, y quizá me di cuenta en el momento que vi su firma en la camiseta, Valdano es todo un campeón del mundo que cuenta el futbol con una facilidad asombrosa. Que, además, su pasión es el Real Madrid.
Valdano es todo un campeón del mundo que cuenta el futbol con una facilidad asombrosa. Que, además, su pasión es el Real Madrid
¿Quién, sino un gran madridista, hubiera rebatido a Xavi aquella afirmación sobre que el Barça era el club más difícil del mundo para un jugador de la forma que lo hizo Jorge? ¿Quién se hubiera atrevido, estando el ambiente como está por Movistar, a comentar, no exento de sarcasmo, que “al menos no lanzan cochinillos” cuando la grada culé empezó a tirar objetos al campo en la última eliminatoria de copa? Y, sobre todo, donde a mí me sacó de toda duda, fue en una foto. Por extraño que parezca, sus argumentos de más peso me los dio sin necesidad de usar la palabra. Algo de cuyo uso va sobrado, como buen argentino. Aquella noche, en aquel momento, el Madrid empataba la eliminatoria de semifinales de Champions contra el City con un gol de Rodrygo. El tiempo estaba cumplido. Valdano estaba abajo, junto a toda la prensa acreditada y dispuesta a ocupar el terreno de juego para dar explicaciones sobre la eliminación del Real Madrid. Pero Jorge no. Lo demuestra la mueca que exhibía su cara, justo detrás de los jugadores que abrazaban al joven brasileño.
Su cara demostraba que él ya lo sabía. Sabía que el empate iba a llegar. Incluso, trasmitía cierto asombro sobre el hecho de que hubiera gente que aún lo dudara. Su sonrisa era muy elocuente. Decía: “Esto, señores, es el Madrid”. Lo sabía porque jugó aquí. No en vano, inventó el término de “miedo escénico del Bernabéu”. Y luego fue entrenador. Y luego directivo… A mí no me queda duda. Valdano es una figura controvertida para algunos, pero para mí no es dudoso. De hecho, considero hay que estarle agradecido por dar la cara en un ambiente y durante una época no propicia para sus afirmaciones y sentimientos. Y desde aquí, le pido disculpas si alguna vez dudé de él. Porque nunca se puede dudar de las leyendas.
Valdano es una figura controvertida para algunos, pero para mí no es dudoso. De hecho, considero hay que estarle agradecido por dar la cara en un ambiente y durante una época no propicia para sus afirmaciones y sentimientos. Y desde aquí, le pido disculpas si alguna vez dudé de él. Porque nunca se puede dudar de las leyendas
Ahora ya sólo me queda buscar un lugar apropiado para colgar mi trofeo en casa y, aunque suene arrogante, esperar a recibir el premio de la III Edición del Certamen de Cuentos de Navidad de la Galerna. Que también tuve el honor de ganar. Sigo impaciente por saber quién habrá firmado la camiseta. Qué historia habrá detrás de esa rúbrica. Pero también, por qué no decirlo, sigo impaciente por poder compartir otro rato tan agradable con el gran Jesús Bengoechea, al que últimamente los bots y trolls blaugranas le están dando más trabajo del que él desearía. Pero él no se arredra. La “evangelización” blanca no es negociable.
Un detalle más de la noche del City: la innovadora sección de los comentarios post partido con los narradores del partido a pie de campo se estrenaba esa noche; la sonrisa de Valdano contrastaba con la cara de Axel y el narrador innombrable, pasmados una vez más; bajaron al campo a narrar el funeral del Madrid corpore insepulto y se encontraron con su propio entierro. Impagable!
Al menos Axel nunca ha escondido que es culé. El otro, Carlitos, hipócritamente insiste una y otra vez que él está siempre con los equipos españoles. Yo cambio el audio tan pronto empiezan los partidos y solo vuelvo a él cuando acaban con triunfo del Madrid, que es casi siempre. El sujeto es vomitivo.
Pues no sé si rectificar es de sabios, o simplemente de capullos que se habían equivocado al principio. Lo digo por mí mismo. Tengo que recoger cable, porque yo era de esos que consideraba a Valdano el líder espiritual de todos esos madridistas pasados al enemigo. Y ya hemos visto que no ha sido así. El bueno de Jorge ha vuelto al lado bueno de la vida, si es que alguna vez se fue. Tomaremos como atenuante la temporal obnubilación por su hormonado compatriota. Esa patología fue común en bastantes personas.
Por otra parte, el papel de líder de los madridistas dizque "objetivos" ha pasado a Vincent of The forest, aka Krusty, antaño madridista. Si hemos visto la vuelta al hogar de Valdano, podríamos tener esperanzas con este otro caso. Quién sabe.
En todo caso, contento porque el "fichaje" de Valdano permitiría de una vez por todas, colaborar en generar el Relato madridista de forma adecuada.
Abrazos
Abrazos
Valdano, el nuevo San Pablo, cayendo del caballo.
Para mí, veleta y no me engaña. Es valdanista. Ahora no conviene ir con el Barcelona.
Aún recuerdo “lo de muy pronto para señalar penalti”, acompañado por Raúl, todo sea dicho.
Yo creo que Valdano se ha convertido últimamente en un altavoz sensacional de los valores que representa el madridismo. Él, muchas veces mejor que nadie, expresa todo aquello que nos diferencia de los demás, especialmente del Barcelona. Creo que en un momento como el actual, en el que no nos sobran embajadores de prestigio en los medios de comunicación, contar con alguien como Jorge Valdano, es impagable.
A Valdano si le sobra algo es personalidad y aunque alguna vez no coincidamos con alguna opinión suya, no le tiembla el pulso si tiene que poner a Xavi, o a quien sea, en su sitio en su propia guarida. Nada que ver con todos esos paniaguados y genuflexos ( Morientes, Álvaro, Guti, etc) incapaces de discrepar en lo más mínimo de quien les paga. Valdano juega en otra liga.
Pues me alegro de que la figura de Jorge Valdano ya me vuelva a suscitar unos sentimientos favorables y amistosos. Reconozco que durante un tiempo , como comentarista de medios de comunicación, supongo que los tenerifazos (demoledores)también subyacían en el inconsciente, no lo escuchaba como quien atiende a un amigo. Eso sí, hasta esa época digamos que de repudio , por parte de un simple aficionado, la supe discernir de su etapa como futbolista. Y , a ese respecto,nunca lo he negado. Mantenía y mantengo que el argentino jugaba muy bien al fútbol. En aquel cometido lo admiré y lo valoré en su justa medida. Calidad técnica , inteligencia y corazón blanco. Indudablemente, brillante. Como entrenador también consiguió hacer jugar muy bien al equipo. Por supuesto que no soy ajeno y estoy al corriente de las intervenciones brillantes, no pocas , que ha tenido en los últimos años defendiendo o dejando en buen lugar a su club, a nuestro club.
(*) Intuía y deducía las dificultades a las que hace referencia el artículo y ha tenido que hacer frente la dirección de la Galerna. Se valora y agradece el resultado. Espero que la dirección sienta que tanto esfuerzo vale la pena. No ha existido jamás ningún medio de comunicación que combine mejor la calidad literaria y la defensa del madridismo.
Pues claro que Valdano es “uno di noi”; y claro que en su día estaba revuelto y pudo hacer comentarios un poco así, pero es que es humano y a nadie le gusta que le digan “no”.
Como dice Pedro, la foto es más que elocuente; y sus comentarios en los medios denotan que hace tiempo que se le pasó el berrinche. Además, no podemos criticar el sectarismo contrario y no aceptar la crítica constructiva que cualquiera puede hacer.
Por no hablar de lo reconfortante que es escuchar a forofos ilustrados, ¿no?