No ha sido un buen comienzo liguero. Los números así lo acreditan. Cuando un equipo que aspira al título se deja un punto por jornada no puede obviar que se aleja de su objetivo al mismo ritmo que se acerca su principal adversario que, a excepción del partido en el Wanda, cuenta sus partidos por victorias pese a no estar desplegando un juego convincente. El Madrid parece haber dado alas a su eterno rival, un club con tendencia a la autodestrucción en épocas de éxito merengue.
Puede haber tantas causas a este mal momento como madridistas que reflexionen sobre este asunto, pero el que escribe identifica las que siguen como las principales.
Mal estado físico de la mayoría de jugadores
Desde que el Girona se adelantó en Montilivi, el Madrid apenas fue capaz de asediar la portería local un par de veces. Casi nunca había continuidad en los ataques puesto que los atacantes gerundenses siempre se adelantaban a sus marcadores mostrando mayor exuberancia física. El Madrid de la temporada anterior se vio obligado a la remontada épica en varias ocasiones y casi siempre, lograse o no su objetivo, mostró estar en disposición de poder hacerlo. No ocurrió así ante el Girona. Justo es decir que antes, frente al Valencia y el Betis, el equipo no pareció acusar la fatiga en su intento de llevarse los tres puntos; por lo que este mal momento físico puede obedecer a la planificación de la temporada.
Los blancos empezaron la pretemporada con la exigencia de dos supercopas que resultaron durísimas y exigieron el mejor tono físico posible del equipo. Todo equipo, en mayor o menor media, experimenta picos y valles físicos a lo largo de la temporada. Estar muy bien en agosto y querer seguir muy bien en noviembre y diciembre, puesto que se disputan los partidos ante el Atlético, Barcelona y el Mundial, probablemente implica sufrir un valle anteriormente. Algo parecido ocurrió la temporada pasada, pero la plantilla contaba con jugadores más resolutivos que resolvieron partidos que estaban al filo de la navaja. Esos resultados le dieron tiempo al conjunto y la tranquilidad de no perder distancia en la liga.
Las lesiones y las bajas
Ahondando el punto anterior, las numerosas lesiones padecidas no han favorecido la rotación en ciertos puestos y han privado al equipo de jugadores con un gran peso específico como son Bale, Varane, Benzema, Carvajal, Keylor, Cristiano –por sanción- y Kovacic.
Después insistiré en la cuestión, pero la plantilla actual es especialmente sensible a la baja de los jugadores con mayor capacidad goleadora. Bale y Cristiano son jugadores capitales en este aspecto, especialmente cuando James, Morata y Mariano ya no defienden la casaca blanca.
Falta de acierto en las áreas
Si algo está mostrando el Barcelona es que el acierto en las áreas decide partidos. Los culés están siendo sostenidos por las actuaciones monumentales de Ter Stegen y Messi. Por el contrario, el Madrid no está encontrando en la competición liguera ni el acierto rematador de sus atacantes ni el desempeño defensivo óptimo de su defensa y portería. No se puede hablar de errores claros de Keylor y Casilla, pero en la comparación con el portero blaugrana de momento salen perdiendo. No hay milagros. Navas ya ha demostrado en anteriores ocasiones que puede darle puntos a su equipo y a buen seguro que lo volverá a hacer.
Pese a la sanción de cuatro partidos ligueros, resulta muy extraño que Cristiano sólo haya convertido un gol en liga. Resulta tan anómalo el dato que pronto se revertirá, pero está pesándole a un equipo dependiente de sus goles. Esta dependencia se acentúa si tampoco contribuyen a la actividad goleadora Benzema y Bale. El galés parecía bien enfocado a ello pero las lesiones le han vuelto a dejar fuera de circulación. Ante el Betis, Valencia y Levante las ocasiones del equipo se sucedieron, pero el acierto no llegó como es de esperar en un conjunto de tanta calidad, pero que en este inicio de campeonato no se encuentra en el pódium de los más goleadores.
Errores arbitrales
Los errores arbitrales en su contra han estado presentes en prácticamente todos los pinchazos del Madrid. Penaltis claros que se han ido al limbo o goles concedidos al rival en fuera de juego. Más allá de esos errores de valor gol, la tendencia de sus rivales está siendo la de detener el juego con faltas continuas o pérdidas de tiempo. En ambos casos estas infracciones no están acarreando las amonestaciones que las desincentivasen por lo que el problema se prolonga. No son acciones llamativas que copen titulares, pero ya saben el efecto de la gota malaya.
Cuando uno hacía alusión antes a la ausencia de Cristiano no puede olvidar el terrible arbitraje sufrido en la Supercopa de España en su encuentro de ida. El penalti sobre Suárez inventado fue la antesala a una expulsión tremendamente injusta para el portugués que después cometió el tremendo error de empujar al colegiado. La historia dirá que esa supercopa la ganó el Madrid y por tanto estos errores no tuvieron influencia directa, pero la sanción de Cristiano sin duda ha incidido en el flojo comienzo liguero.
El Madrid se enfrentaba este verano a una comprometida decisión. Ante la querencia de algunos jugadores de partir, el club debía optar por traer a figuras de fuera o por el crecimiento orgánico, es decir seguir optando por el fichaje de jugadores jóvenes y dar un papel mayor a ciertos futbolistas ya presentes en la plantilla.
Mbappé era el principal foco de atención del verano. Una joven estrella con potencial de balón de oro en muy poco tiempo. Muchos creímos que vendría, que había nacido para jugar en el Real Madrid, pero, al parecer, fueron dos aspectos los que le separaron: sus pretensiones salariales que ponían en jaque la escala salarial de la plantilla y el aseguramiento de su titularidad en una plantilla repleta de campeones de Europa.
No hay nadie con más fe en Mbappé que el que les escribe, sin embargo estuve de acuerdo con la decisión del club de no poner en riesgo ciertos equilibrios a costa de fichar al genio francés. En una plantilla ganadora –también este verano-, da pánico tocar algo, pero lo cierto es que la salida de Morata y James ha privado al equipo de mucha intimidación. El no fichaje de Mbappé ni de ningún nueve supone supeditar gran parte del éxito de la temporada al crecimiento de Asensio, la continuidad goleadora de Cristiano y, sobre todo, a la salud de Bale.
Es en este último aspecto donde quizá la decisión del club es más cuestionable porque desgraciadamente el galés apenas puede disfrutar de continuidad para dar rienda suelta de un enorme potencial muchas veces demostrado.
Los fichajes de Theo y Ceballos son grandes adquisiciones que entroncan perfectamente con la nueva política de fichajes del club. También son buenas noticias la vuelta de Llorente y Vallejo, así como el ascenso de Achraf. Sin embargo, Borja Mayoral no parece una garantía suficiente para suplir el enorme papel de revulsivo que protagonizó con indiscutible éxito Morata, que además contaba con la alternativa del goleador Mariano.
Este Madrid de centrocampistas con Cristiano arriba quizá sea el equipo menos dependiente del gol debido al enorme control al que suele someter a sus rivales. Basta revisar el último tramo de la temporada pasada para verificarlo, pero en una época de vacas flacas como la actual en la que el fútbol no fluye tanto, tener capacidad resolutiva arriba resuelve muchos problemas. Las ligas se ganan a partir de marzo siempre y cuando no se hayan perdido antes.
Síndrome del estómago lleno y la relajación
El Madrid es un club sometido continuamente a la fiscalización y escrutinio de los medios. Casi siempre, éstos, ven el vaso medio vacío y someten a los jugadores a una exigencia continua que contagia igualmente al público. Sin embargo, la histórica temporada pasada y la pretemporada de la presente provocó el repliegue de muchos críticos. Como vasos comunicantes que son, el ascenso del Madrid coincidió con una temporada mediocre del Barcelona y un verano esperpéntico. Es razonable que si muchos aficionados llegamos a creer que la cosa no sería demasiado complicada, los jugadores que habían arrasado al Barcelona en agosto, también lo creyeran. Desde que uno tiene uso de razón sólo ha visto ganar dos ligas seguidas al Madrid y fue con dos entrenadores diferentes. La liga premia la regularidad y la falta de la misma a lo largo de los años es uno de los males que padece el Madrid que yo he vivido. Después de la liga histórica de Mourinho, vino una con un comienzo similar a la presente. No obstante la salud en el actual vestuario parece mucho mejor que la aciaga temporada 2012/2013 por lo que no sería lógico prever el mismo desenlace.
Siempre se dice que tras ganarlo todo, lo más difícil es seguir haciéndolo. Una plantilla que compite por ser recordada como la que lideraba Di Stéfano, debe saber encontrar la motivación de lograr aquellos pequeños retos que a un equipo le alzan en la conquista de los más grandes. Zidane predica con el ejemplo al repetir continuamente que nada le hace sentirse tan realizado como la conquista de la liga.
Dicho todo esto, a 31 de octubre lo único que uno puede asegurar es que el Madrid ha tenido brillantes primaveras precedidas de oscuros otoños y fríos inviernos y que si alguien merece credibilidad y confianza son aquellos que están protagonizando un ciclo histórico para el club.
Desde mi punto de vista el mayor problema del Madrid actual, es que tiene una plantilla inferior a la del pasado año. puede bastar para ganar la copa de Europa, pero dudo mucho que de para el doblete liga- copa de Europa y puestos a escatimar esfuerzos, está claro donde se van a ahorrar. La pasada temporada la liga la ganó el segundo equipo, compuesto en su columna vertebral por Pepe, Kovacic, James, Morata, Danilo, Lucas Vázquez y la aportación de Marco Asensio. Esta temporada el segundo equipo lo forman Vallejo, Acrahf, Ceballos, Llorente y Borja Mayoral. Hombre por hombre sale perdiendo el equipo de largo. Si a eso sumamos que los pesos pesados tienen un año más y otra copa de Europa, pues se entiende todo un poco mejor.
Siempre tuve por cierto que este Madrid, con sus pesos pesados al frente, es un equipo de esfuerzos cortos e intensos, pero reacio al esfuerzo continuado. Es por eso que han ganado más copas de Europa que ligas.
Puesto a hacer de pitoniso, vislumbro una liga tirada al próximo tropiezo, un mundial de clubes ganado en Enero, una copa tirada en Marzo y después a jugarlo todo a la ruleta de la copa de Europa. Allí con cuatro grandes partidos al año eres campeón.
El mes de Octubre del año pasado tampoco fue bueno, por lo que es muy probable que el tema físico se deba a la planificación.
Sin embargo, el mayor problema de este inicio ha sido, en mi opinión de planificación de plantilla. A la salida de James, Morata, Mariano, Pepe y Danilo se ha respondido pensando en el futuro más que en el presente, asumiendo que el resto sería capaz de aguantar el nivel con menos ayuda. Eso solo hubiera sido posible sin lesiones graves en jugadores clave como Bale y Carvajal, con Benzema recuperando un nivel "normal" de manera regular y con Asensio creciendo muy deprisa. Claramente, ninguna de esas condiciones se ha dado. Más aún, uno de los pocos defectos de la plantilla del año pasado, como era cierta falta de desborde ante defensas cerradas, tampoco se solucionó este verano.
A la mala planificación hay que añadirle falta de suerte en algún momento y errores arbitrales puntuales.
Todo esto en una Liga en la que juega Messi (el Barça actual depende al 90% de él) nos pone en una situación muy complicada.
Más allá de todo esto, conviene recordar que al fútbol se gana metiendo más goles que el contrario. Esto es, lo que ocurre en las áreas es lo más importante, aunque jugar bien en el resto del campo ayude. Aprecio a Keylor, pero el Madrid debe tener un portero mejor, tenemos solo dos centrales de garantías, y uno de ellos es muy frágil y nuestra única fuente fiable de goles cumple 33 años en Enero. Este verano hay que moverse mejor