¡Claro que hay campaña contra Florentino Pérez!

Florentino Pérez está siendo víctima de una campaña de desacreditación que, a mi modo de ver, le puede llegar a afectar en lo personal más que en lo institucional… o en lo meramente reputacional. Y, lo peor: creo que se trata además de una campaña urdida a partir de una prueba ‘robada’ que está dejando en muy mal lugar a quienes la perpetraron, a quienes la han relanzado ahora y/o la propagan (15 años después), haciendo caso omiso a las normas básicas y principios éticos que exige el ejercicio del buen periodismo.

Si digo esto -y no quiero redundar en lo ya publicado ayer por el director de La Galerna; Jesús Bengoechea, en su artículo ‘Violar el off the record’ es porque se trata de algo más que de una mera violación (otra más) de una norma ética del periodismo: respetar a la fuente, como manera de respetarse a uno mismo.

Como se puede comprobar escuchando las grabaciones difundidas por varias páginas web y emisoras de radio, se trata de un audio ‘robado’ y, por tanto, ilícito en su propia esencia. La persona implicada ‘engañó’ a su interlocutor, ocultándole el hecho mismo de la grabación y, por tanto, de la posibilidad de que algún día sus palabras pudieran salir a la luz. Nadie en su sano juicio dice lo mismo, ni de la misma manera, si sabe que se le está grabando. Un off the record implica, casi por definición, un tono relajado e informal, que únicamente depende de que el interlocutor no defraude tu confianza. Esto vale para el Presidente Pérez o para cualquier otra persona.

un 'off the record' implica un tono relajado e informal, que únicamente depende de que el interlocutor no defraude tu confianza

Me sorprendió mucho el comunicado difundido por el club ayer tarde, cuando esta no es la práctica habitual. Normalmente, el club hace caso omiso a todo tipo de noticias, rumores, ataques y especulaciones que se publican todos los días. El Club ‘pasa’ olímpicamente de todos esos impactos informativos y creo que no puede hacer algo diferente, máxime porque nunca como ahora se publican tantas invenciones sin filtro alguno. Se puede pensar que el culpable de esa realidad es el propio Club, que apenas informa y que cada día cierra un poco más el grifo de su transparencia (lo cual puedo llegar a compartir), pero eso no legitima a nadie a inventarse las informaciones… Aunque, claro, este era un asunto bien distinto y merecía un comunicado oficial diferente.

Lo digo porque me sorprendió ya su encabezamiento: ‘Comunicado del Presidente del Real Madrid’. Eso tampoco es habitual, pues en los comunicados oficiales, Club y Presidente suelen identificarse como la misma cosa. Puesto que las grabaciones existen, y se han divulgado, nadie puede negar que esas opiniones sobre dos de los capitanes históricos del Club (Raúl y Casillas) son genuinas de Florentino -durante el periodo en el que estuvo fuera del Club- y, por lo tanto, no se pueden atribuir uno a la institución, ni ser tratados con ‘paños calientes’.

El comunicado resultaba chocante porque, ya en su punto número 1, asegura que el autor de la grabación robada tiene nombre y apellidos: “Las frases reproducidas se pronuncian en conversaciones grabadas clandestinamente por D. José Antonio Abellán, quien lleva muchos años intentando venderlas sin éxito. Sorprende ahora que, a pesar del tiempo transcurrido, las recoja hoy el diario El Confidencial”.

Muy seguro tiene que estar el Presidente de lo escrito para ‘acusar’ de la traición y de tan tamaña ‘felonía’ a un periodista conocido, con el que su relación es mala de solemnidad y viene de antaño. ¿Por qué asegura el comunicado que José Antonio Abellán llevaba muchos años intentando vender esas conversaciones grabadas clandestinamente? ¿Acaso le llegó la noticia o intentó previamente el periodista chantajear al presidente? Y, de ser así, ¿cuál sería el porqué de semejantes desavenencias? Demasiadas preguntas sin ninguna sólida respuesta por mi parte.

Efectivamente, cabría preguntarse por qué El Confidencial se presta a publicar ahora -nada menos que 15 años después de su grabación- unas declaraciones que, en aquel contexto, podían tener una significación bien distinta a la que le podemos dar ahora. Recordemos que fueron realizadas después de que el presidente decidiera abandonar el Club, sobrepasado por el poder de su vestuario, al que no supo ni pudo controlar (lo reconoció él mismo). ¿Acaso no podríamos coincidir muchos en que Raúl fue mucho Raúl y ejercía demasiada influencia en la primera plantilla? ¿O en que Casillas tenía poco carácter para ser el capitán del mejor club del mundo? Dejo al margen otras consideraciones personales -que no comparto- y que, seguro, Florentino Pérez nunca habría hecho ante un periodista si supiera que le estaba grabando.

Me recuerda este feo asunto al de Football Leaks, que hace años implicó a unos cuantos futbolistas en defraudaciones fiscales (las de Cristiano Ronaldo y Leo Messi fueron las más sonadas, pero no las únicas), porque también partió de un hecho claramente delictivo: el masivo robo de datos por el hacker portugués Rui Pinto a varios despachos especializados en Derecho Deportivo, de los que eran clientes esos deportistas. Aquellos datos se los compró después a Pinto el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, que los difundió por todo el mundo a través de un sindicato de periódicos europeos.

En su comunicado oficial, el Presidente lanza una especulación en primera persona: “Que se reproduzcan ahora, tras haber transcurrido tantos años desde que tuvieron lugar esas conversaciones, entiendo que obedece a mi participación como uno de los promotores de la Superliga”. Sus razones tendrá para conjeturar de tal modo, pero eso abre el abanico de ‘sospechosos de la campaña’ a todos quienes le han criticado por la iniciativa de la super competición europea -que son muchos- y a quienes se sienten perjudicados en sus intereses (que no son pocos y, además, son influyentes ‘enemigos íntimos’).

En el último párrafo, el comunicado formula una declaración de intenciones tan frecuente como inoperante o estéril: “He puesto el asunto en manos de mis abogados, que están estudiando las posibles acciones a ejercitar”. El Presidente tiene la obligación de llevar el caso a los tribunales, pues su imagen está en juego… pero el mal ya está hecho, porque todos los demás medios se han prestado a reproducir la información, especialmente los más antimadridistas. Y cuando la lenta justicia resuelva a su favor, después de los nuevos fichajes de relumbrón, de la reinauguración del estadio o de la consecución de más títulos, ya nadie (salvo Raúl y Casillas), se acordará de este turbio asunto, inventado solo para hacer daño. Pero que a nadie le quepa la menor duda de que haber campaña, la hay. Aunque, quizá, ya no dé mucho más de sí.