Clamor

Que tot el camp sea un clam, que todos los campos sean un clamor contra la barbarie, que las personas de a pie, que tú y que yo, que él y ella sepamos formar un nosotros tan férreo donde no pueda caber más exclusión que la de los excluyentes, que la de aquellos que no saben de vínculos, ni del poder de la virtud compartida, ni de diálogo, ni de razón, ni de nada que no sea consigna, lema, absurdo y muerte.

Comienza la Liga, que de hecho ya comenzó ayer, y se presenta como ocasión propicia para que nuestras costumbres se impongan con toda la contundencia de lo pacífico al estado de excepción que los miserables quisieran imponernos. Hay insondable tristeza en el ambiente, hay ira, hay aún un desajuste, una sensación de cuerpo enfermo y herida abierta, pero también unión y cercanía, un gran NO que en forma de marea humana ha recorrido el lugar de la vileza porque urgía recuperarlo para las personas de bien, porque Las Ramblas de Barcelona han sido siempre y seguirán siendo la definición más exacta de lo contrario de cerrazón, porque apenas diez minutos de nuestra parálisis son diez minutos de su éxito.

Así que no pararemos. No paramos. Seguimos camino intentando dar lo mejor que tenemos para contar -para cantar a voz en grito- estas cosas del fútbol, estas cosas del madridismo, que son de todos y de cada uno, que no saben de exclusiones, ni de violencia, ni de muerte, sino de ilusión, de fiesta y de vida, pura vida. También hay rivalidad, pero una que señala lo mucho que nos necesitamos, lo solos que estamos sin ese que llamamos otro y que nos da la medida de lo que somos, porque solo los imbéciles confunden a un rival con un enemigo. Hay ironía también, y ya queremos que comience a haberla en nuestros portanálisis, aún entumecidos, aún sobrecogidos, pero más dispuestos si cabe a no perder ni un ápice de lo que aquí gozamos cada mañana, porque Barcelona se merece que, cada cual a su modo, vuelva a pasear por Las Ramblas.

Zidane sonríe y no le llega la camisa al cuello a Valverde. Espera Ernesto -la importancia de llamarse...- que llegue algún fichaje que de verdad ilusione, no como Semedo y Paulinho, que parecen despertar más bien sospechas en la parroquia culé y nosotros no entendemos bien por qué (ejem). Mientras volvemos a escribir el nombre de Dembélé -y ya irán unas tropecientas veces este verano- sale a la palestra el de Seri, sin duda la estrella del verano, sin duda el jugador de moda, sin duda alguien sabrá quién es este chico.

Relaño lo sabrá seguro. A Relaño no se le escapa una, sobre todo una ocasión de usar su aguijón contra el Real Madrid en cualquiera de sus formas. Decía Aristóteles que el ser se dice de muchas maneras, y aquí está el director del As para que una de sus forma favoritas sea la poner en la picota a un jugador con el pretexto de ensalzar a otro. Juego muy simple este, estratagema que huele desde el primer día y que estamos seguros no gustará ni siquiera al jugador que se pretende ensalzar. Si la temporada pasada este jugador fue Isco, parece que esta le va a tocar a Asensio, convertido en arma arrojadiza contra el mismo de siempre desde que llegó.

"Bale jugará en lugar de Asensio en A Coruña", perpetra con mala baba la portada de As. De seguir cierta prensa por estos derroteros, no nos extrañaría ver cómo Bale, de comportamiento intachable, se harta, estalla y pide marchar a otro club, a otro país, donde simplemente lo traten como a uno más. Queremos tanto a Bale, queremos tanto a cualquiera que no pare de recibir ataques y burlas y menosprecios, que llegado el caso y por razones más importantes que las futbolísticas, hasta apoyaríamos su decisión.

Zidane sonríe, decíamos. No es mala manera de comenzar la Liga. No es mala manera de seguir adelante. Que tot el camp sea un clam.