Tres actrices para recordar
En estas semanas de mundial bochornoso, indigno y prescindible, nada mejor que volver a revisitar los clásicos cinematográficos.
Nuestro club favorito no va a volver a las canchas hasta el día de San Silvestre, y en estos 40 días hay que estar lo más alejado posible de los partidos de Qatar. Ni La 1 de TVE ni mucho menos para engrosar las cuentas de Roures en su invento de Gol Play.
Así pues, aprovecha este narrador en volver a ver obras maestras de hace 60 años o más, cuando el cine era cine y no una colección de efectos especiales y de personajes absurdos o poco creíbles.
Nuestro club favorito no va a volver a las canchas hasta el día de San Silvestre. Así pues, aprovecha este narrador en volver a ver obras maestras de hace 60 años o más, cuando el cine era cine y no una colección de efectos especiales y de personajes absurdos o poco creíbles
En los últimos días he vuelto a ver —por enésimas veces— 3 largometrajes protagonizados por John Wayne, el héroe más madridista de Hollywood, y, curiosamente, y gracias al cielo, he comprobado con alegría que sus tres compañeras de reparto aún siguen felizmente en vida.
Se trata de Vera Miles, fordiana de pro tras intervenir en dos obras maestras indiscutibles, “Centauros del desierto” y “El hombre que mató a Liberty Valance”, de Angie Dickinson, partenaire en la fabulosa “Río Bravo” de otro genio, Howard Hawks, y Constance Towers, que da la réplica a Duke Wayne en otra gran obra de John Ford, “Misión de audaces”.
Vera Miles, ya con 93 años de edad, es una de esas actrices de Hollywood injustamente infravaloradas, pese a que en su CV aparecen, además de dos colaboraciones con Pappy Ford, otras dos protagonistas de films de Hitchcock, “Falso culpable” (con Henry Fonda de pareja) y “Psicosis”. No hay muchas actrices con semejante historial, se diría que es en cierto modo como nuestro Nacho Fernández, que, a la chita callando, tiene en su haber 5 Copas de Europa, una más, por ejemplo, que céntrales más prestigiosos como Sergio Ramos o Varane.
Su papel en “Liberty Valance”, situada entre dos hombres, el veterano héroe del pasado Wayne/Tom Doniphon, una especie de coloso de la época de blanco y negro, como nuestros héroes de las 5 Copas de Europa consecutivas, y el abogado educado James Stewart/Ranson Stoddard, más propio de un tiempo menos imaginativo y sin duda más eficaz y contemporáneo, es un equilibrio perfecto entre dos mundos, el pasado y el presente, ambos respetables y por quien su personaje no sabe muy bien hacia cuál inclinarse. Miles anda enamorada de ambos, como cualquier madridista de bien tiene que estar enamorado de su club no solo por los éxitos actuales, sino por el peso de su impecable historia desde hace 120 años.
“Río Bravo”, un western que es sobre todo un canto a la amistad, al compromiso, al trabajo en equipo, “ningún jugador es tan bueno como todos juntos”, decía D. Alfredo, en el que un sheriff cincuentón (Wayne), un anciano tullido (sensacional Walter Brennan), un alcohólico (Dean Martin en su mejor papel de siempre) y un joven imberbe (el cantante Ricky Nelson), hacen frente a un numeroso grupo de forajidos que quieren liberar a uno de sus cabecillas encerrado en la prisión del pequeño pueblo del Oeste.
Las “mocitas” (no solo madrileñas) siempre han tenido mucho que ver en la historia de nuestro Real Madrid. Háganme caso, y traten de ver estas cintas mejor que perder el tiempo con faraónicos estadios cataríes e hinchas de pega
Es a la vez un film de aventuras, con tintes de thriller, con mucha comedia e incluso con un genial romance entre Wayne y Angie Dickinson, que está más bella que nunca y que en cada escena quita dramatismo, con su simpatía y su desparpajo, a la tensa situación que viven los cuatro defensores de la ley. Angie, que ya cuenta con 91 años, fue en “Río Bravo” un poco como David Alaba en la remontada contra el PSG, que en un momento tenso es capaz de arrancarnos una sonrisa a todos al levantar de manera insospechada una silla para relajar los ánimos. Adoro a Angie Dickinson desde “Río Bravo”, la cumbre absoluta de su carrera cinematográfica, como adoro también a Alaba, que se metió en su bolsillo a los madridistas a los dos meses de llegar para sustituir a Ramos.
Es también muy recomendable ver otra gran película de Ford, “Misión de audaces”, con otra lucha de egos entre Wayne (coronel que tiene entre ceja y ceja la noción de cumplir con su deber militar) y William Holden (el médico del destacamento, más racional y preocupado más por la salud de sus hombres que por el objetivo militar). Ambos tienen su parte de razón, obviamente, como tan madridista puede ser un Zidane como un Capello, aunque sus métodos sean diferentes.
Entre medias se cuela la figura de Constance Towers (actualmente a punto de cumplir 90 primaveras), una dama sudista que quiere ante todo torpedear la misión de los militares federales. Es capaz de sacar a los dos protagonistas de quicio, como un Marco Asensio por ejemplo (capaz de dar el mejor toque a un balón y de exasperar al mismísimo Santo Job cuando aparece su desidia), pero constituye un personaje muy importante en la trama, como creemos que debería ser Asensio el día en que se crea de verdad lo buen jugador que es. No desvelaremos el desenlace de “Misión de audaces”, pero sí destacaremos que John Ford, al año siguiente, volvió a contar con Mrs. Towers para su “Sargento Negro”, dándole una nueva oportunidad para su lucimiento y la posibilidad de seguir sumando buenas películas en su currículo.
Por muchos años más, queridas Vera Miles, Angie Dickinson y Constance Towers, protagonistas de obras maestras y capaces de dar unos deliciosos matices en unas películas donde predominaban personajes masculinos de mucho carácter. Y es que las “mocitas” (no solo madrileñas) siempre han tenido mucho que ver en la historia de nuestro Real Madrid. Háganme caso, y traten de ver estas cintas mejor que perder el tiempo con faraónicos estadios cataríes e hinchas de pega.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos