Hay quien espera a la noche de San Juan para dar oficialidad a la entrada del verano. También hay quien sitúa el cambio de estación en el último día de colegio, de instituto o de universidad. Otros prefieren pasar de la primavera al verano el día que Rafa Nadal juega otra final de Roland Garros (¡vamos Rafa!). Y algunos demoran un poco más el tránsito y esperan a las siestas del Tour de Francia para ponerse las bermudas hasta que el cuerpo las aguante. Sin embargo, el portanalismo sabe que el verano llega antes; el portanalismo sabe que, como decía la canción, el verano ya llegó, ya llegó, ya llegó y la fiesta comenzó, comenzó, comenzó.
Vean si no a nuestro querido Lucas Vázquez luciendo pantorrilla en la portada de Marca, haciendo balance de la temporada y prospección futura. Pero sobre todo vean si no el comienzo de la juerga padre que cada verano supone el ir y venir de nombres y dineros, la tómbola de luz y de color, el más difícil todavía del que Manolete ha hecho su "oficio" también en invierno, otoño y primavera. El nombre de hoy es Morata, quien parece que acabará en Manchester dirigido por Mourinho previo pago de lo que viene siendo una pasta gansa, que tal vez el Madrid usará para sufragar parte de lo que puede costar Mbappé. No sabemos si todo esto se cumplirá, pero eso es lo menos que le importa al verano periodístico, cuando de lo que se trata es de llenar los mismos espacios que en otras estaciones se llenaban más o menos solos. Prepárense para los dimes y diretes al sol, las idas y venidas playeras, el desfile de cantidades, cambalaches, ofertas y dispendios. Me lo quitan de las manos, señora.
Pero que sea verano no significa que todo sea barbacoa, salitre y noches de terraza. También en verano hay dramas; también en verano hay corrientes que pueden provocar más de un enfriamiento. Vean si no las portadas catalanas del día. Vean si no el revival de la primera Champions League del Barcelona, allá por el año 1992, fecha en la que cierta propaganda se empeña en inocular que comenzó todo -incluso el pasado-, fecha en la que el Real Madrid tenía ya seis Copas de Europa en sus vitrinas, seis menos de las que tiene a día de hoy, cuando tiene ya no cinco más que el Barcelona del Dream Team, sino siete más que el Barcelona de la cantera, el tiki-taka, el guardiolismo, el messianismo y el eterno verano del amor.
Jersey al cuello, Koeman remeda su gol a la todopoderosa Sampdoria junto a Stoichkov y Bakero, el Dream Team se vuelve a juntar para jugar lo que Sport denomina "un partido para la historia" y que en realidad es una pachanga de fútbol-7 contra el Benfica, "va a ser mític" es el lema del evento, y a nosotros nos parece todo como de museo de cera, como esos encuentros de antiguos alumnos en los que se intenta volver al pasado pero ya no se puede porque the way we were ya no somos. La cosa queda impostada, forzada, sobreactuada, algo triste. No nos digan que no tiene guasa eso de conmemorar los veinticinco años de Wembley cuando solo ha pasado una semana de Cardiff. Se ve que eso del blanco y negro también ha pasado de bando. Se ve que el presente ya no es el que era en el més que un club y necesitan aferrarse a su historia para no tambalearse en exceso, para que el verano dé calor y no haga frío en su sala de trofeos, para que su discurso de azucarillo dure un poco más, por favor, mamá, cinco minutos más.
Pero ojo, que el drama acecha y se cuela por las rendijas de la letra pequeña de "la pizarra de Valverde". Obviando que nos vamos a hartar de ver cómo llaman Txingurri al nuevo entrenador del Barcelona, así como nos hartamos del Lucho de Luis Enrique (tienen fijación con rebautizar a los suyos en Barcelona), presten atención a los altos de Mundo Deportivo y sepan que Valverde es un entrenador flexible que "se adapta a las características de los jugadores que dispone en cada momento". ¿Y la idea, y el concepto, y la esencia, y el Trivium et Quadrivium? No es posible esto. No hemos dedicado años de nuestra vida a crear un discurso legitimador sublime y beatífico para que ahora venga un Txingurri a ser flexible. Mourinho era flexible, cuentan que Zidane también, pero lo nuestro era lo inflexible, lo indestructible, lo incuestionable del balón, el césped y el toque. Esto es la caída del Imperio Romano. El capitán del Titanic fue flexible en su decisión y miren ustedes cómo le fue al pobre...
Pero, oh, wait, cero dramas, siempre smile. Si veinticinco años es menos tiempo que una semana, si el contragolpe es una variante que perfecciona el tiki-taka, si nadie ha piado ante la gestión de plantilla de Luis Enrique (AKA Lucho), si aun menos han dicho nada de la política de fichajes del Barcelona, si la cantera ma non troppo, podemos estar muy tranquilos (tritranquilos), porque lo flexible en breve será lo cool, lo trendy y lo chachi. Así que quedan avisados. Sean ustedes flexibles antes de que se ponga de moda. Luego ya será demasiado tarde para decir que no fueron ellos quienes lo inventaron.
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3 comentarios en: Cero dramas, siempre smile
25 años no es nada,
si la Copa fue en color.
Pero si de blanco y negro son
ya son ánforas manchadas.
Para pasar el mal trago
una huída hacia delante:
revisitar el pasado
si de culé, no es vergonzante.
Con las copas, el retrato,
tampoco parece pedante.
Buenas tardes vean y lean el artículo donde se da cuenta del despido de D. Víctor Fernández encargado de
la cantera, no tengo información para valorar el trabajo de D. Víctor, pero el hecho de que no se
llevase bien con D. Ramón Martínez, cáncer de la cantera y que no avalase la continuidad de Solari
al frente del Castilla, explican su no continuidad, además de que Raúl ya ha empezado a enredar
veremos. Entre paréntesis.
(Este viernes, el Real Madrid comunicó a Víctor Fernández, desde hace dos años director de la cantera del Real Madrid y con contrato hasta 2018, que había decidido prescindir de sus servicios. En el club blanco hacía un tiempo que no se confiaba en el trabajo de Víctor y la llegada de Raúl al organigrama deportivo blanco ha sido el empujón final para terminar la relación contractual con el aragonés.
Esta mañana, el club blanco hacía oficial a través de un comunicado la noticia adelantada anoche por este periódico: «El Real Madrid C. F. y Víctor Fernández han llegado a un acuerdo para rescindir el contrato que le vinculaba al club como director de la Cantera. El Real Madrid agradece a Víctor Fernández la dedicación y la profesionalidad con las que ha desempeñado su trabajo en todo este tiempo y le desea mucha suerte en su carrera profesional».
La relación de Víctor con distintos entrenadores y jugadores de la cantera era de alto voltaje. De hecho, su día a día con Ramón Martínez, director de fútbol y uno de los hombres fuertes del club, tampoco era el más fluido. La manera de gestionar la cantera y algunas formas Víctor no eran bien vistas por los altos cargos de la entidad merengue.
Todo ello, unido a lo poca empatía que ha generado Víctor en estos dos años al frente de la cantera blanca han desembocado en su adiós. De momento, el club blanco no ha decidido quién ocupara su lugar a partir del 1 de julio. Hay varios nombres encima de la mesa, pero la idea es que sea una persona de la confianza de Raúl, que en su nuevo cargo en el Real Madrid tendrá bastante contacto con la cantera y el fútbol formativo)
Saludos blancos, castellanos y comuneros