El centrocampista sevillano tendrá su momento en el Real Madrid
Se abre la posibilidad de que Dani Ceballos vuelva al Madrid. Se ha dicho mucho que no gusta a Zidane, o que no gusta especialmente; que su fichaje fue una cosa estratégica, de club, para que no fuera al Barcelona o a la Juve en el verano del 17, que su relación personal, se sugiere, es fría. Del mismo modo ahora que se especula con su regreso, acompañando a Odegaard, se subraya que es cosa del club, no del entrenador, al que sigue sin gustarle. Lo cierto es que en la temporada y pico que lo ha tenido bajo su mando, Ceballos no jugó mucho, pero eso, ya se ha visto con otros jóvenes talentos, no significa demasiado con Zidane. Sin embargo, como conviene siempre en estos casos, al irme a la hemeroteca en busca de las palabras de los protagonistas, de las palabras desnudas, sin carne, me encuentro con esto de Ceballos en abril de este año: “Mi relación con él es sana. Siempre me decía que yo era como él, que yo era un jugador de gasoil que necesitaba jugar muchos partidos para siempre tener un ritmo de partido alto. Siempre ha dicho que mi futuro está en el Real Madrid y que tenga paciencia, porque posiblemente tenga una oportunidad”.
Antes de la final de la FA Cup que el Arsenal acabó ganándole al Chelsea, Ceballos, jugador importante para Arteta, tuiteó la famosa frase de Di Stéfano, la de que las finales no se juegan, sino que se ganan. Ese tuit simboliza un poco todo lo que es Ceballos, un jugador que huele siempre al viejo nuevo Madrid. Ceballos, más allá de su virtuosismo técnico y de su naturaleza keniata, en lo que se parece mucho a Modric -todo el rato subiendo y bajando, yendo aquí y allí, bajando a defender, sacando la bola, llegando en segunda línea, ese todocampismo del que se hablaba antes y del que ya no se habla, no sé muy bien por qué-, siempre ha mostrado esa entrega personal que es puro chamartinismo, un orgullo de clase, un reconocimiento intuitivo de los códigos ancestrales que es una cosa muy de jugador español premoderno, pre2000.
Ceballos es un jugador que huele siempre al viejo nuevo Madrid
Reconozco que me alegra mucho la idea de que en este panorama de austeridad tan setentera que se adivina a corto y a medio plazo, el Madrid recupere a este tipo de perfiles. Producto nacional, que se decía antes. Ceballos es un tipo de jugador para dominar la Liga, para recuperar, mejor dicho, ese dominio generacional sobre lo doméstico que perdió al final del siglo XX, justo con la renovada eclosión europea. Si el horizonte al que debe aspirar el Madrid como club es, financieramente, limitado, con Ceballos y Odegaard (sin contar con los plenamente incorporados al grupo de Zidane, Vinícius, Rodrygo, la espera de los goles de Jovic, Asensio, de nuevo, en la lucha por la vida…) se encuentra ante dos futbolistas con proyección y ya iniciados en el fútbol de élite, sin coste alguno para las arcas y perfectamente adaptados al nuevo fútbol. Dos muchachos con experiencia internacional, que han hecho la Erasmus y que parecen listos para graduarse, hacer el máster y entrar en la rueda del mercado laboral.
Se abre la posibilidad, por tanto, de un Madrid de vuelo corto, que recupere el hábito de ganar en España mientras macera la ilusión por Europa y que crece a la sombra de los grandes equipos que han tomado su relevo en el continente, hasta que Vinícius, por ejemplo, sea capaz de decidir unos octavos de final de la Copa de Europa. Un Madrid alicorto sostenido por muchachos y por el remanente de gasolina que quede en el depósito de varios jugadores que, a lo tonto, no es que estén ya en el Hall of Fame de la del club, es que están de titulares en el once histórico.
Ceballos siempre ha tenido algo perfectamente distinguible en la escuela sevillana
El 4 de 5 ha distorsionado tanto la realidad (como pasa siempre con los grandes fenómenos, con lo verdaderamente grande) que se olvida que el grupo de jerarcas que lo hizo posible aprendió a perder durante tres años seguidos, con Mourinho, completando un ciclo de doloroso aprendizaje que como institución envolvía al Madrid desde el final de los galácticos. Al final de un imperio siempre le suceden pequeños Estaditos fragmentados, de ambiciones cotidianas, no quiero decir vulgares. El Madrid de Cristiano, Modric y Sergio Ramos fue el mayor imperio de todos los que han podido disfrutar los madridistas que no vieron a Di Stéfano. Con Ceballos pasa un poco lo que decía Mourinho que pasaba con Granero, que era el mejor centrocampista del mundo haciendo muy bien no se sabe qué. La indefinición mata a los jugadores y a menudo, mata la vida. Ceballos, al menos en sus dos temporadas en el Madrid, habitó ese limbo. Era Modric, Kroos, Casemiro y Valverde, a la vez. Estaba en tantos sitios a la vez que al final no parecía llegar a ninguno, ocupaba los espacios de los compañeros, seguramente porque sus piernas se movían a una velocidad doble, en particular el año de Lopetegui.
Esa sensación de ir desacompasado con respecto a los demás desubicaba su juego, ruidoso, pero poco efectivo. Sucede en los equipos moribundos, o nonatos, como eran aquel último Madrid imperial de Zidane y el desastroso Madrid lopeteguiano, continuado después por Solari (en unos meses que se podrían calificar de necrofilia), precisan de jugadores que sean estructuras en sí mismos: ocurre lo mismo con los equipos que están en ese punto crítico del crecimiento, la transición desde la nada a algo, un momento delicado y quebradizo. El segundo Madrid de Zidane se ha sostenido durante meses sobre los hombros de jerarcas que encarnan sistemas, como Ramos, Casemiro o Valverde, ese joven Fidípides capaz de ser pulmón, lanza y bloque de hormigón. En estos, perdón, contextos (qué concepto, ahora me siento como el calvo de Futbolitis) un jugador como Ceballos, que se está encontrando, se pierde a menudo en esos seísmos. Para eso, se supone, el Madrid lo cedió al Arsenal.
El nervio hace de Ceballos un jugador de verdad y no una réplica
Ceballos siempre ha tenido algo. Un quejío, como Reyes, algo perfectamente distinguible en la escuela sevillana. Un arrebato, un gesto, que es barroco y también vértigo, pausa y calambre. También tiene esa cosa tan taurina, que es muy de Ramos, por ejemplo, de querer hacerlo todo solo, de querer ganar el partido a lo bravo. Esto también es muy Bernabéu, por eso estoy convencido de que, como le dijo Zidane, Ceballos tendrá su momento en el Madrid. Su oportunidad.
Recuerdo su mejor partido con el Madrid, un derbi en casa que terminó 0-0 y que Ceballos agitó en media parte provocando cientos de pequeños incendios, por fuera, por dentro, de extremo a veces, de mediapunta; tiene el disparo lejano de los centrocampistas clásicos, el chut, y sobre todo tiene la determinación de chutar, lo que lo aleja del todo de la escuela catalana y de ese amagar en bucle, sin retorno, al que conduce la horizontalidad como categoría moral. Ese nervio hace de Ceballos un jugador de verdad y no una réplica, un clon, un xaviniesta, quizá por ello es el preferido de Luis Enrique y gente como Simeone ha mostrado siempre predilección por su juego. Si en la Premier ha ganado primer toque y ha aprendido a orientar su verticalidad innata, limando su querencia natural a la conducción extrema, a imantar la pelota, el Madrid tendrá a su disposición a un jugador muy interesante.
En busca del centrocampista del mañana, el Barcelona se gastó 90 millones en De Jong (otro morador del país del limbo, pero más caro) y el City colecciona figuras de porcelana china, de la dinastía Ming. La Juve rebusca entre los retales de la Premier y el PSG va tirando con Ander Herrera, Verrati y gente así, que en el Bernabéu levantarían los espectros de Gravesen y Pablo García. ¿Qué tiene el Madrid? Valverde, Odegaard y Ceballos, quienes seguramente no podrán emular jamás la Santísima Trinidad Modric-Casemiro-Kroos que ha tiranizado Europa en el último lustro, pero, ay, el madridista de infantería debe comprender que hay cosas que sólo ocurren una vez en la vida. La complejidad, digamos, global, del momento presente le ha brindado la posibilidad de recoger el fruto de la política de incorporaciones que lleva orientando la dirección deportiva del club desde hace años: que la transición de un equipo legendario hacia “la nueva normalidad” sea menos dolorosa, no un derrumbe, como pareció al principio, cuando Cristiano pegó el portazo.
Fotografías Getty Images.
Me gusta mucho Ceballos. Le sigo desde que estaba en el Betis. Recuerdo un partido contra el FCB en 2017. Fue sencillamente impresionante: regates, fintas, disparos, asistencias, pases verticales, recuperaciones... Me demostró lo que luego confirmó en el europeo del que salió como mejor jugador. Estamos ante un centrocampista de condiciones únicas. Es cierto que le falta físico pero la principal diferencia con el jugador del Betis, es otra. Me refiero al atrevimiento. En el Madrid, Dani ha resultado ser un jugador mucho más tímido, menos atrevido, limitándose la mayoría de las veces a realizar un trabajo aséptico. El Dani de la selección o del Betis era un jugador que filtraba, regateaba y dirigía el ataque. Ese es el hombre que necesitamos. Si en el Madrid no te atreves no vas a poder triunfar. Que se lo digan a Illarra o Sahin. Yo aún confío en él. Espero que ZIdane también. Por cierto no creo hayas muchos centros del campo mejores que: Casemiro, Oscar, Odegaard, Kroos, Ceballos, Valverde.
Bien está preocuparse por los jugadores que realizan funciones en el centro del campo en el Real Madrid. Sinceramente, no pienso que esto sea un problema.A los cinco que vienen aportando su labor y que tienen contrato vigente se añade el refuerzo de un jugador como Odegaard que viene después de hacer méritos en la Real Sociedad y que es de la casa, eso sin contar con el concurso del más prometedor para meter el cuchillo a los contrarios.
Me pregunto si algún día , algún entrenador, en alguna circunstancia le dará tres partidos seguidos con libertad de acción en la medular al emperador Marco Asensio. Al final veo , con el paso de los años ,que quizás le tengan haciendo cursillos de estudiante de extremo toda su carrera. Qué manera desaprovechar tanto talento.
Por cierto el artículo pasa con premura por un asunto candente ya hoy, mañana incendiario. Ahí sí, ahí está un boquete que se puede abrir en cualquier momento. Se comenta que el puesto de delantero centro en caso de lesión de Benzemá será cubierto por el joven jugador fichado por cincuenta millones.
Ahí sí , tenemos un problema. Creo que hay que estar preparados. Ya vimos como el Real Madrid ganó la liga con el paso inmaculado de los dos fichajes multimillonarios que vinieron desde la Premier. Teníamos una pléyade de estrellas juveniles que les convirtieron en prescindibles. En el caso de lesión de Benzemá o se toman medidas ahora o podemos tener la máquina de los goles como el brazo de Márquez y eso sería una ruina deportiva y económica. Veremos.
A mi también me gusta mucho Ceballos y creo que ha madurado en este último año en el Arsenal. Conduce menos el balón y juega más al primer toque. Yo si creo que es necesario meter sangre nueva en el centro del campo. Con Modric y sus 35 años (encima va con su selección) Kroos con 31, Isco en clara regresión y sin James, son más que necesarios Odegaard y Ceballos. Y añadiria a Oscar, que es el centrocampista con más gol de todos los que tenemos. Y el gol no sobra precisamente en el Madrid.
Para mí es un complemento de plantilla , digamos un Isco con mejor físico, y tiene ritmo y aguante . Puede asentarse pero la verdad con zidane no creo tenga la oportunidad.
El refrán que decía mi padre....vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Cuando aprenderemos a valorar lo nuestro. Siempre no movemos por lo que dice la p*** prensa...son ellos los que ...siempre, siempre nos machacan, sin ir más lejos...ahora se les cae la baba con Julen Lopetegui y hace nada era un traidor que no valía para nada, traídor a la selección española y ahora llevan tres días hablando de KOEMAN y ni mención alguna a su "traición" a la selección de Países Bajos, este si lo puede hacer..que asco de prensa.
Lo dicho....solo son grandes o se lo creen, si van en contra del Madrid.
Saludos
Hala Madrid.
Se me olvidaba.
P.D. Nanit Floquet.
No me gustó mucho la actitud de Ceballos en su primera etapa, y menos las rajaditas ventajistas contra Zidane cuando éste ya no estaba. Pero quiero creer que no solo ha madurado futbolísticamente, sino también con esas otras habilidades blandas, las podríamos denominar. Si va a volver a rajar porque no juego y tal, estaríamos ante otro Morata bis, y eso no nos hace falta.
Le concedemos el beneficio de la duda y le damos la bienvenida si finalmente vuelve.
Con respecto al delantero centro suplente, de acuerdo con los comentarios anteriores. Seguimos necesitando alguien de fiar. Se le puede dar una oportunidad a Jovic, pero estar preparados en el invierno por si el experimento no sale.
Abrazos madridistas
No me apasiona Ceballos, sobre todo por su carácter. Si ha madurado, habrá que darle una oportunidad porque nos viene bien en la actual coyuntura. El tiempo lo dirá, tengo mis dudas, sinceramente.
Concuerdo con Iñaki Angulo, que decía el otro día sobre Jovic que no has llegado a tener oportunidades de jugar en un equipo que le haga llegar el balón arriba con cierta frecuencia y calidad. Más bien has jugado pocos minutos o con el equipo "B".
Necesitamos que le dé relevo a Benzema por lo menos 15 o 20 partidos. El estado físico del francés a finales de febrero era tan terrible, que de no ser por el parón del COVID veo difícil que hubiéramos podido ganar la liga.
Ceballos tiene calidad técnica y buen físico de centrocampista, pero juega un poco disperso. Ojalá haya conseguido centrarse, jugar más a un toque, y nos pueda ser de ayuda esta temporada que empieza. Tampoco estaría de más que aprenda la lección que todo futbolista del Madrid debe aprender: que los periodistas no son tus amigos.