Unos veinte laterales, centrales, laterales-centrales, centrales-laterales, diestros unos, zurdos otros, ambidiestros algunos, unos veinte, por orientarles, han recomendado los expertos al Madrid estas últimas horas para suplir a Militao. Ninguno pone un duro, ninguno de los expertos, digo. Pero sí, los inútiles de los técnicos madridistas están ya orientados. Los que ficharon al mismo Éder, Vinícius, Bellingham, Camavinga... Esos tipos. Que lo sepan: hay por lo menos veinte tíos que les vendrían al pelo.
Me recuerda una mañana en Sarriá cuando el Espanyol estaba necesitado de refuerzos y se formó un corro de periodistas y aficionados alrededor del entrenador, el gran José María Maguregui, el Magu en los ambientes. Aquella era una peña la mar de divertida. Acababa el entrenamiento y todos hablaban con todos y muchos acababan en el bar de enfrente, el Sarriá-82, comiendo calamares, callos, lo que se terciara.
En estas salió uno y le dijo: "Pedersen estaría bien". Sin dejarla botar se lanzó otro: "Pues Cágarsen —con pronunciación potente y rápida en la primera a— también es interesante". Eran tiempos de gran influencia danesa post-Lauridsen. El Magu arqueó las cejas y sentenció: "Ese deber ser muy caro". La cosa acabó que no le ficharon a nadie.
Y eso, lo de fichar a nadie, puede pasar en el Madrid de las desgracias. De momento, hasta enero nada. No se me ocurre futbolista libre capaz de llegar antes. Quizá los expertos... Cuando abra el mercado, veremos. Y no, no lo veo claro. A ver. Es de cajón que se ha quedado en cuadro atrás. Cuatro de los cinco titulares, el eje que permitió asaltar la 14, no está. Ya pasó parecido y vuelve. Courtois, para poco tiempo, a Dios gracias. Carvajal y Militao, ya saben. Y Alaba, veremos a ver. Sólo resiste Mendy.
Es de cajón que un refuerzo, incluso dos, sería la mar de bienvenido. El Madrid fue en verano el defensa optimista del que habla Ancelotti. Se marchó Nacho, se escapó Yoro y le pareció que con lo que había más Tchouaméni si era menester iría tirando con la vista puesta en Alexander Arnold y Davies, jugadores libres a partir del 1 de enero. Además, el club no encuentra la máquina de hacer billetes ni en Amazon y tampoco domina el noble arte de la palanca.
En situación excepcional como esta, el Madrid puede y debe mantener la cabeza fría y poner las luces largas. El niño ha venido de nalgas esta temporada. Hay que ayudarle. Y a la madre, claro. Es el fútbol, es la vida
Carvajal, Lucas, Militao, Rüdiger, Alaba, Mendy, Fran García, Tchouaméni y Vallejo. Hombre, si en este no confías es uno menos. ¿Faltaba otro? Sí, le hemos levantado la cola al bicho y es macho. Nadie podía imaginar lo que vendría. Por lo que nos contaron en verano, el truco era Joan Martínez, que no tardó en incorporarse al pelotón del cruzado. Jacobo Ramón y Asencio, el más joven Fortea, era y es personal interesante en el que descansar si sucedía lo normal: una roja, dos a tiempo, un tirón... Las bajas inevitables y asumibles en cualquier temporada. 'Esto' lo ha superado todo. Las tres lesiones durante el primer tiempo ante Osasuna fueron la guinda maligna.
Veremos qué se puede fichar y a qué precio. Quién puede mejorar al equipo de verdad y quién será un parche, y encima caro, pensando que en medio año, pasado mañana, o sea, el club irá al mercado a por lo que sí estará convencido que le reforzará: seis meses y seis años. No es una decisión fácil, pues va ganando —con o sin lesiones— la ruidosa idea de que el Madrid no debe perder y así, sin fichar, pierde seguro.
Se relaciona Real Madrid con urgencias, es una memez cósmica. Las tiene, claro. Pero es el que menos y muy distintas a los de las demás: juega para mantener o ampliar la sideral diferencia que le separa del segundo clasificado
Se relaciona Real Madrid con urgencias, es una memez cósmica. Las tiene, claro. Pero es el que menos y muy distintas a los de las demás: juega para mantener o ampliar la sideral diferencia que le separa del segundo clasificado. Éste y el resto quieren ser el Madrid. Hay diferencia, sí.
Ganar, ganar... Ha ganado el Madrid Copas de Europa para 30 años. En situación excepcional como esta, puede y debe mantener la cabeza fría y poner las luces largas. ¿Qué puede pasar? Que fichando o sin fichar gane o pierda. Gane un título, dos, tres, ninguno... ¿Y? Copas de Europa para 30 años, repito. El niño ha venido de nalgas esta temporada. Hay que ayudarle. Y a la madre, claro. Es el fútbol, es la vida. Yo no lo complicaría.
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Jude Bellingham es concupiscencia, pasión, frenesí. En definitiva, cualquier manifestación indómita e irrefrenable de amor. De Jude hacia el Real Madrid, del Real Madrid hacia Bellingham, de los aficionados hacia ambos y recíprocamente. Un ménage à trois madridista en toda regla. La siguiente composición de imágenes es un fiel reflejo de este arrebato. Disculpen la crudeza, incluso lo soez, pero no se antoja otra expresión mejor para definirla que porno duro.
Los preliminares que culminaron en semejantes fotografías los conocen, seguramente asistieron, bien en el campo, bien en directo por televisión, a ellos. Una emisión que en otra época habría sido graduada con dos rombos. Asencio había saltado al campo en sustitución del lesionado Militao. En su primer lance relevante, profundizó bastante adentro por un orificio de la defensa rojilla. En su segundo, facturó un pase transoceánico a Bellingham, quien no tuvo prisa. El paciente inglés observo la bola, la dejó botar sobre el rasurado verde, la acarició con la punta del pie, vaselina, y la penetró en la portería rival.
La tremenda asistencia en largo de Raúl Asencio 🎁
El primer gol de Jude Bellingham esta temporada 🔥¿Pases que son medio gol? Aquí #LALIGAenDAZN ⚽ pic.twitter.com/I883VwSauZ
— DAZN España (@DAZN_ES) November 9, 2024
A Jude lo que más le gusta es que le entre justa, y suele empujar la pelota con brío y precisión para meterla a menudo por el único hueco disponible, como ocurrió en esta ocasión. Era el segundo de la tarde, antes ya había mojado Vinícius. Sin embargo, el clímax comunal llegó instantes después.
Jude Bellingham es un jugador de dos rombos apto para todos los públicos que derrama su fértil juego sobre el terreno de juego para goce y éxtasis del madridismo
Bellingham, extasiado, miró al escudo del Real Madrid de manera libidinosa, salivó, entreabrió los carnosos labios, se lo llevó a la boca y lo besó desenfrenadamente, con fruición, mientras exprimía con ambas manos ese blanco objeto del deseo. Como si se comiera un buñuelo después de un ayuno de meses. Orgasmo general.
El querer que profesa Jude al Madrid es indubitado. Tras la conclusión del encuentro, declaró a los compañeros de RMTV: «Haría cualquier cosa por el bien del equipo». ¿Acaso hacer cualquier cosa por alguien no es la definición de amor?
El madridismo lo sabe y lo ama, como lo ama el Club. El amor es una locura racionalizada en el fútbol del cinco blanco que ayer hizo carne la pasión por el Real Madrid.
El amor es una locura racionalizada en el fútbol del cinco blanco que ayer hizo carne la pasión por el Real Madrid
Esta temporada no está culminando tanto como la pasada, pero no ahorra esfuerzos en otras labores. Ejerce de sostén en la zona alta, brega con ahínco en los bajos del juego, pivota, devuelve la bola rápido cuando es preciso y la soba cuando es menester manosearla. Su trabajo en ataque es ora percutir, ora calentar la jugada para que la meta otro.
Jude Bellingham es un jugador de dos rombos apto para todos los públicos que derrama su fértil juego sobre el terreno de juego para goce y éxtasis del madridismo.
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Aprovechando el paralelismo hospitalario trazado por este sensacional artículo de Álvaro Martín Gallego, publicado ayer en este mismo portal, habría querido comenzar este recuento de observaciones respecto al partido de ayer indicando que el enfermo ha subido a planta. Sin embargo, la tentación de sucumbir a esa alegoría queda frenada por la realidad médica nada figurada que nos asola, que nos asoló de hecho durante el partido, y que dejó a Rodrygo y Lucas fuera para un mes y a Militao fuera para el resto de la temporada por una nueva rotura del ligamento cruzado.
Es devastador lo que le ha sucedido al gran central brasileño en el plazo de un año, a lo largo del cual le ha dado tiempo a destrozarse una rodilla, recuperarse y destrozarse la otra. Solo nos queda sobrecogernos de dolor junto a él, y no dejar de mostrarle todo nuestro apoyo hasta que vuelva a salir de esta. Que saldrá.
Esta tabla muestra el inconcebible infortunio sufrido por el Real Madrid con los ligamentos cruzados de varios jugadores (algunos de ellos básicos en el equipo) a lo largo del último año.
El Madrid ya sentía la conveniencia de acudir al mercado antes de esta nueva desgracia de su central titular. Ahora, la necesidad se multiplica exponencialmente.
Dejando de lado, si es que es posible, la amargura derivada de este nuevo y grave contratiempo, el partido dejó sensaciones predominantemente positivas, sin que haya que lanzar ninguna campana al vuelo. Ni antes del partido estaba todo perdido ni ahora está todo arreglado porque hayamos goleado al Osasuna.
1.- Dos de los tantos llegaron en balones muy largos: un pase excepcional de Asencio a Bellingham que el inglés convirtió en gol, y una asistencia de portero a delantero de Lunin a Vinícius. Que esta arma esté a nuestro alcance es una magnífica noticia, pero ya hemos visto en otras ocasiones que, en cambio, no lo es el abuso de la misma.
2.- En este sentido, y a fin de asentar el dominio de los partidos al que generalmente se ve obligado el Madrid, parece fundamental otorgar galones de pivote a Camavinga. Su esplendoroso encuentro ante Osasuna supone otra evidencia que sumar a las muchas que había. Es el jugador en torno al cual, de forma orgánica, debe girar todo el juego de posesión. No todos los rivales van a dar tantas facilidades para superar la espalda de su defensa como dieron ayer los pamplonicas. Está bien disponer de la herramienta del juego en largo, porque hay buenos pasadores para ello (Bellingham, por ejemplo, otorga la bendición de que puede ser por igual el que da el pase largo y el que lo recibe), pero es prioritario encontrar el modo de dominar el partido sin Kroos. Ayer fue un buen ejemplo de que se pueden compaginar ambas cosas.
3.- Otro de los goles llegó gracias a la presión ejercida por Brahim sobre la defensa, señal de que se puede practicar como hábito un pressing en zona alta. Ya en los últimos y desgraciados partidos se vieron fases donde se aplicó, pero faltó continuidad en la idea. Hay mimbres para llevar a cabo esta estrategia. A medida que el equipo, como es de esperar, adquiera una mejor forma física, podrá mostrar esa continuidad.
4.- Valverde jugó muy bien, también cuando le tocó ejercer de lateral. Tiene la suerte de su ductilidad. Esperamos que su entorno más cercano comprenda que es posible que, ante la plaga de lesiones, el equipo le necesite allí durante el próximo mes, lo que con el nuevo parón se reduce a unos pocos partidos.
5.- La magnífica irrupción de Asencio durante el choque acompaña de tranquilidad la necesidad de alinearlo también en los próximos partidos, al menos hasta que llegue un refuerzo de invierno para el eje de la defensa. Tchouaméni aún tardará un tiempo en recuperarse de su lesión, con Anfield en el horizonte. El chico puede estar en el punto de inflexión de su carrera.
6.- En general, el equipo da muestras de fidelidad a uno de los puntos fuertes del código genético blanco: se crece ante la adversidad. Las lesiones merman su capacidad futbolística tanto como rearman su espíritu de equipo. A él, como tantas otras veces, hay que encomendarse en este instante crucial.
7.- El punto siete es para el 7. Vinícius demostró no solo su deslumbrante gama de recursos técnicos, sino también su capacidad de liderazgo. Es el jugador más decisivo del planeta, aunque en El Salvador y otros lugares respetabilísimos prefieran la pulcritud de un aseado mediocentro.
8.- Mucho se ha hablado de que Ancelotti “ha perdido el vestuario”. Pudo perder (ahora se antoja que puntualmente) la adhesión del mismo a sus postulados deportivos, por otra parte confusos en muchos momentos en el presente año. Pero la sensación que queda ahora es que jamás ha perdido su ascendencia personal sobre los futbolistas. Asustados ante la amenaza de una posible destitución, manejada por los medios, los jugadores respondieron todos a una. El abrazo de Vinícius a su técnico, tras abrir el marcador, es significativo.
9.- Y el punto nueve es para el 9. Pese a la abultada victoria, a nadie le cabe la menor duda de que durante el parón sufriremos la matraca de la prensa respecto a la carestía goleadora de Mbappé. Le está costando. No juega en su mejor posición, sin que por el momento nadie haya ponderado la profesionalidad con la que ha asumido ese inconveniente. En su última temporada en el PSG, aun siendo esta extremadamente difícil, promedió similar número de tantos jugando por la izquierda que como nueve. Nada, por consiguiente, debería obligarnos a ser fatalistas en cuanto a su rendimiento. Va a explotar, y entonces llegará para muchos el llanto y el crujir de pipas, como reza el gran hallazgo de nuestro cronista Andrés Torres. Estamos en el proceso de terminar viendo cómo sus excepcionales condiciones terminan por compensar el evidente desajuste táctico (exclusivamente táctico, porque en lo humano su acoplamiento a la plantilla es total) que se ha derivado de su llegada.
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Buenos días, amigos. Cuatro goles y un hospital, así podemos resumir el partido de ayer. Goleada con el reverso cruel de la gravísima lesión de rodilla de Eder Militao, a quien se suman también las bajas para varias semanas tanto de Rodrygo como de Lucas Vázquez, el único lateral derecho que quedaba sano.
Llevábamos días hablando del estado del paciente, el Madrid, porque no dejaba de empeorar. Álvaro Martín Gallego realizó un concienzudo y atinado diagnóstico de los órganos afectados. Como la vida es imprevisible, para bien y para mal, ayer el paciente mejoró notablemente y realizó, tal vez, el mejor encuentro de la temporada, a pesar de las circunstancias adversas. El juego y la actitud ascendieron varios enteros.
As titula «Goleada dolorosa» con acierto, porque, lamentablemente, el contrapunto amargo en forma de lesiones es dolorosísimo: Rodrygo tiene dañado el recto femoral derecho y al menos será baja durante un mes, Lucas Vázquez tiene afectado el aductor izquierdo y se estima que esté alejado de los terrenos de juego tres semanas, pero Militao se ha roto el cruzado de la rodilla derecha —la que no se lesionó el año pasado— y, lo que empeora la situación, tiene dañados ambos meniscos y estará en dique seco aproximadamente un año. Terrible para el jugador, a quien enviamos todo nuestro cariño y ánimo para afrontar una exigente recuperación que no albergamos dudas de que logrará, porque además ya ha demostrado que puede hacerlo.
También es dramático para el Club, que si ya estaba bajo mínimos, tras el partido de ayer se queda en cuadro, con Rüdiger como único central del primer equipo en condiciones de competir de manera habitual. A estas alturas, parece claro que el Madrid no tiene plantilla para jugar cada tres días, ni por resistencia: se rompen los jugadores, ni por profundidad: no cuenta con efectivos suficientes. O bien se contratan más futbolistas o bien se suplen las bajas con jugadores de la cantera. No se antojan muchas más opciones salvo desvestir el resto de posiciones para cubrir las bajas, lo cual no parece muy sensato y entraña mucho riesgo, tanto deportivo como de salud. Recordemos que la presente será la temporada más larga jamás disputada.
En el lado opuesto a la desgracia, varias buenas noticias. La más evidente: Vinícius. Ayer Genaro Desailly lo calificó con matrícula de honor. El brasileño anotó un hat-trick y volvió a demostrar lo que no ha dejado de ser, el mejor jugador del mundo. Es una evidencia, independientemente de que algún avispado periodista de Namibia, El Salvador o Finlancia —más allá de «problemas técnicos»— estimen que no se encuentra entre los diez mejores futbolistas del planeta, y coloquen por delante en sus votaciones al Balón de Oro a galácticos que a todas luces han sido más determinantes y han logrado más títulos que Vini, como Çalhanoğlu, Xhaka o Rúben Dias. ¿Quién no ficharía a uno de estos tres en lugar de a Vinícius Junior? Como reza el título de la crónica de Andrés Torres, Va te faire voir, France Football.
Otro aspecto positivo nada desdeñable es que por fin actuó un director de orquesta que, efectivamente, dirigió la orquesta. El desempeño de Camavinga fue sobresaliente y ofreció un despliegue de juego y físico espectacular. Si Toni Kroos era el metrónomo del Madrid, Eduardo Camavinga es su Keith Moon. Del asentamiento y continuidad del francés tal vez dependa mucho del devenir futuro del equipo.
Es necesario destacar el papel de Asencio. Nunca es fácil debutar con el Madrid, menos aún para tapar un agujero en una defensa horadada por las lesiones. Cumplió con sus obligaciones defensivas de manera destacada e incluso se permitió el lujo de servir una estratosférica asistencia a Bellingham para que el inglés estrenara su cuenta goleadora con una vaselina de calidad. Precisamente uno de los problemas esta campaña era que nadie leía los desmarques de Jude. Tuvo que llegar un chaval de la cantera para hacerlo.
Otro asistente inesperado fue Lunin, que además de cuajar otro sobrio encuentro envió un burofax urgente con acuse de recibo a Vini de portería a portería que el brasileño no desaprovechó. El fútbol es un deporte más sencillo de lo que defienden algunos técnicos de discurso florido y buen olor.
En un recuadrito de Sport leemos que «El Brighton certifica la peor racha de Pep Guardiola». El de Santpedor nunca había sufrido cuatro derrotas consecutivas. No es nada personal, pero nos alegra que los clubes que no cumplen con la normativa que los demás sí respetan pierdan. El City ha cometido más de cien irregularidades financieras. Estamos a la espera de que los que no acatan normas y delinquen en España sufran las consecuencias deportivas y legales que merecen.
Al igual que Sport, Mundo Deportivo decida su portada a Cubarsí. A primera vista, el defensa parece haber cambiado de oficio y desempeñar ahora el puesto de teleoperador, pero es una ilusión óptica, el artefacto que le cubre el lateral de la mandíbula hasta la boca no es un micrófono, sino un máscara para proteger los puntos de sutura que le cosen esa zona del rostro.
Afrontamos un nuevo parón de selecciones. ¿Cuántos van ya desde el comienzo de la temporada? Luego nos echamos las manos a la cabeza cuando los futbolistas se lesionan.
Pasad un buen día.
Arbitró Mario Melero López del colegiado andaluz. En el VAR estuvo Trujillo Suárez.
Partido fácil de arbitrar que empañó por los dos claros penaltis que dejó pasar en los primeros 15 minutos.
En el 2', Torró agarró y tiró a Rüdiger a la salida de un córner. Once minutos después otra acción similar en un saque de esquina con el jugador rojillo sujetando al alemán de forma alevosa. Nada. Ninguno valió para los once metros. Dos errores importantes.
El resto del encuentro no tuvo más historia salvo los dos amonestados. Catena se llevó amarilla por entrada a Mbappé en el 55' y Torró por derribar a Brahim cuando se marchaba en el 87'.
Melero López, DEFICIENTE.
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-Lunin: NOTABLE. Salvo algunos buenos blocajes, pasó casi desapercibido, pero su gran pase largo a Vini cuenta como asistencia.
-Lucas Vázquez: APROBADO. Con problemas hasta que fue sustituido.
-Fran García: APROBADO ALTO. El equipo gana ofensivamente con su presencia. Solvente en defensa.
-RÜDIGER: NOTABLE. En su línea de infranqueabilidad y puro nervio.
-MILITAO: APROBADO. Bien hasta su lesión. Rezamos por él.
-VALVERDE: NOTABLE. Acabó de lateral por la lesión de Lucas. Tiene la suerte (y/o la desgracia) de hacerlo bien donde le pongas.
-CAMAVINGA: SOBRESALIENTE. Es una delicia verle jugar. Despliegue, finta, pase, sabiduría. Redondo redivivo. Qué jugador.
-BELLINGHAM: SOBRESALIENTE. Y no solo por un gol pleno de clase, sino por su importancia capital en el juego.
-RODRYGO: APROBADO. Rezamos también por su lesión.
-MBAPPÉ: APROBADO. Lo intentó todo y mostró su clase en algunas jugadas, pero seguimos esperándole.
-VINÍCIUS: MATRÍCULA DE HONOR. France Football está a la búsqueda de la gruta más recóndita para ocultar su descrédito.
-ASENCIO: NOTABLE. Gran pase largo en el gol de Jude y solvencia general.
-Modric: NOTABLE. Buen segundo tiempo.
-Brahim: APROBADO. No le salieron muchas cosas, pero su trabajo fue encomiable.
-Endrick, Güler: SIN CALIFICAR. Ganas pero poco tiempo.
-Ancelotti: APROBADO. Reaccionó bien a las desgracias de los cambios e insufló energía en el equipo.
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Contra UEFA, Liga, Federación y Comité Técnico de Árbitros. Contra todos, incluso ante la maldición de los ligamentos maltrechos y los músculos rotos que sobrevuela al Madrid de un tiempo a esta parte. En un desgraciado primer tiempo, Carlo perdió a tres de sus hombres: Goes, Lucas y Militao; siendo la lesión de este último aparentemente la más preocupante. Supo no obstante el Madrid rebelarse ante tanto infortunio para desatar una goleada a lomos de Vinícius, que abrió el marcador cuando las dudas y el crujir de pipas sobrevolaban el Bernabéu.
Han pasado 96 horas desde la calamitosa actuación del Real Madrid ante su otrora bestia negra, Milan Associazione Calcio, pero las dramáticas consecuencias de la furiosa DANA de Valencia aún perduran, tal y como atestiguó, de nuevo, la enorme e imponente bandera de la Comunidad en uno de los laterales del Bernabéu. El sentido minuto de silencio del madridismo emocionó al valenciano Vicente Moreno, entrenador osasunista, que —hoy sancionado en un palco—, se llevó la mano al corazón en señal de sincero agradecimiento.
Contra UEFA, Liga, Federación y CTA. Contra todos, incluso ante la maldición de los ligamentos maltrechos y los músculos rotos que sobrevuela al Madrid. En un desgraciado primer tiempo, Carlo perdió a tres de sus hombres: Goes, Lucas y Militao
El Madrid, tal y como cacareó desde el respeto y el cariño toda la prensa deportiva nacional en los kioscos esta mañana —desde la Central Lechera o el Mundo Sportivo—, “se la jugaba” ante Osasuna en esta (ni siquiera) sobremesa, un horario balompédico en el que se le atragantan a uno los macarrones. Engollipado anda últimamente nuestro Madrid, necesitado de una reacción antes de otro parón de selecciones, tras la cicuta administrada por Barça y Milán en sendas visitas a la capital. Para ello, Carlo regresó a su querido 4-3-3 con Goes como parte del tridente y Camavinga, mucho más eléctrico, dinámico e incluso voluntarioso que el últimamente deprimente Tchou, entre centrales. Bellingham, de nuevo, abnegado y arrinconado en una banda, aunque rompería su particular maleficio.
El campeón de Liga —no lo olviden— presentó así un equipo mucho más compacto, serio en defensa, pero monocorde en ataque, frío cual ciudadano luxemburgués en un festival de cante jondo en Coria del Río; dinámica que acaba siempre por confluir en música de viento del Bernabéu. Sólo Rodrygo, desde lejos, pudo probar al portero navarro, minutos antes de lesionarse, sentarse en el banquillo entre lágrimas, e iniciar el maleficio que permanece cernido sobre nosotros.
Brahim reemplazaba al soldado caído, no sería el único en caer en acto de servicio.
Poco después, el escalofriante alarido de Militao helaba el corazón del Bernabéu, tras una jugada aparentemente tonta, en la que el brasileño frenó en seco y quizás y lamentablemente pudo romperse de nuevo la rodilla. Sin más opciones en el banco, no le quedó otra a Carletto que apostar por un canterano —no digan por favor la horterada esa de mirlo— llamado Raúl Asencio, ovacionado en el primer balón que tocó. No sería la última ovación que recibiera. Ni la última lesión en 45 minutos. Con el Madrid, inoperante y aturdido por las desgracias, comenzaba a configurarse un panorama desalentador para el campeón, un punto de inflexión que consiguió revertir Vinícius.
En el 33´el carioca sale del fuera de juego para, ya habilitado, recibir después un balón profundo de Bellingham. Vini se adentra en el área, recorta a Catena cual recortable de los años 60, y hace el 1-0 en el palo corto con un disparo seco. No obstante, a pesar del gol, la maldición se negaba a dejar de flotar en el ambiente. Lucas Vázquez se echaba la mano a su jamón para evidenciar la rotura. Intentó aguantar —de hecho, resistió hasta el descanso por no agotar las tres ventanas de cambio en 45 minutos— pero resultaría en imprudencia con Bryan Zaragoza —sí, cedido por el Bayern— como adversario en su lateral durante todo el partido. Su sustitución al descanso obligó a inventar a Carlo y Davide que situaron a Fede en su banda y a Modric en su lugar en la medular.
Afortunadamente, un chaval sobre el verde del Bernabéu, enfundado en la camiseta blanca por primera vez en su vida llamado Raúl Asencio, evitó cualquier tentación de zozobra y depresión con un excelso pase desde 50 metros que nos recordó a Fernando Hierro. Otro “maldito”, Jude Bellingham, que no marcaba desde el 14 de mayo, no tuvo ni siquiera que controlar —tan exquisito y preciso fue el pase— para elevar en sutil vaselina el balón sobre Sergio Herrera y hacer el 2-0 antes del descanso.
Pax pacis en el Bernabéu.
El resultado, apacible, eliminó de un plumazo los demonios blancos del madridismo; relajado y confianti, que diría Cristiano, el Madrid nos regaló un segundo tiempo pleno de confianza en el que fueron cayendo los goles ante un abrumado Osasuna que había llegado a Madrid en la quinta posición del campeonato.
Tantas eran ganas de fiesta que hasta el gélido Lunin se apuntó a la chonguenga. Tras un córner de los pamplonicas y emulando a Asencio, mi tocayo sacó veloz de puerta con un pase kilométrico sobre la fulgurante carrera de Vini, que se cruzó imparable para recoger la pelota ante Catena, burlar al arquero y hacer el 3-0 a falta de media hora.
Ocho minutos después, Brahim robaba la cartera a Bayomo en defensa para servir a placer de nuevo para Vini, que recortó otra vez para fusilar el cuarto. El carioca, entre risas, agradecía el pase y abría los brazos con gesto de sorpresa para celebrar el gol al estilo Brahim y homenajear a su asistente.
Un hat trick de Vini para conjurar el maleficio
Ahora sí, parecía el momento de Aladino Güler y Endrick. El propio Vinícius y Jude, goleadores, les dejaban el sitio. No hubo tiempo para más.
El Madrid recupera el aíre y se marcha de otro rollo al enésimo parón de selecciones.
Y es que no conviene enterrar al gran elefante blanco antes de tiempo.
Queda mucho y el Madrid nunca muere del todo.
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Buenos días, amigos galernautas. El gran elefante blanco yace malherido sobre la inmensa llanura del Cherengueti que tanto y tan bien penetrara nuestro explorador Dr. De las Heras, supongo. El paquidermo, lastimado y lastimero sobre la sabana, observa cómo seres despreciables que viven de la carroña y la rapiña se aproximan lentamente hacia una bestia que comienza a rezumar cadáver. Hienas risueñas rondan los alrededores, buitres hambrientos revolotean en círculos sobre el rey de la selva, sin respeto alguno a la monarquía de la jungla. Temerosos antes de la ira y linaje del monarca, ahora se pasean chulescos prestos a llevarse un sangriento bocado a la boca. La oportunidad lo merece y hay trenes —de Nairobi a Mombasa— donde conviene coger sitio pronto, no vayan a llegar tarde al escarnio de practicar este deporte tan cañí, español —y antimadridista— de hacer leña del árbol caído.
Los Plumisster siempre pagan sus deudas. Y siempre lo hacen desde el prisma más amistoso posible con el Real Madrid.
Ja.
Como Marca, sin ir más lejos.
Ahí tienen el buque insignia de la Central Lechera imaginaria soltando al Madrid, por presunta boca de Carletto, un mandamiento desabrido: “Que espabilen”. La situación es tan delicada, y se nos antoja que Marca tiene tantas ganas de hacer sangre, que los anuncios que acompañan la portada, aunque nada tengan que ver con el partido de dentro de un rato, quedan relacionados de manera subliminal. “TEST”. “AYUDA AHORA”. Son llamamientos que tienen que ver con la disfunción eréctil y la tragedia de Valencia, respectivamente, pero el cerebro madridista tarda un instante en procesar que nada tienen que ver con el encuentro ante Osasuna.
Por ese mismo sendero camina el diario As, cual Borbón armado con su fusil presto a abatir elefantes africanos, pero no resulta tan acuciante como su burdo colega de la meseta, tan presto últimamente a loar toda bondad catarí o palanca, palanquita, palanbirulí del Barça y/o recibir a manos llenas cualquier prebenda de Tebas, paladín del balompié patrio.
Los muchachos de Vicente Jiménez se muestran más comedidos, no interpretan desde la mala educación, y sí entrecomillan. Carletto quiere “una reacción” como todo galernauta y madridista de bien que se precie. Y la pide desde una primera plana del As donde luce un mentón y una mirada afligida propia del Western al que nos tienen sometidos con indios, vaqueros y la Policía Montada del Canadá intentando pegarnos el tiro de gracia y sin saber muy bien cómo hemos pasado del Masai Mara al desierto de Jackson Hole en Wyoming.
Es precisamente allí, en los áridos bajos de la portada, donde encontramos el convenido y cocinado desglose de los votos de los plumillas de Wakanda, Latveria, Genosha o Madripur, que impidieron a Vini alzar el Balón de Oro del País de Nunca Jamás. Ya saben, en caso de duda balompédica, consulten con Sheefeni Nikomedus, periodista de The Namibian et Desert Radio, que sabe mucho de esto.
Los que se las saben todas son nuestros amics del Sport, que prefieren envidar blancas desgracias ajenas antes que abrazar noticias felices propias, sean fantasiosas o no, como el enésimo palancazo de Laporta instalado en la azotea de la primera página. Si se trata de un Madrid en crisis, no hay pela o buena noticia económica que valga, los focos y maledicencia serán sin duda para aquellos que “se la juegan” en noviembre ante Osasuna mientras ellos coleccionan centenares de fueras de juego por micropene de protozoo cocinados desde el VAR por avalistas del Barça, sin perjuicio de la sapiencia táctica con la que Flick se juega sus triunfos a esa carta.
Fastidia decirlo, pero es su momento, toda vez que “democráticamente” se ha optado por un abrumador silencio general, un deprimente pelillos a la mar, acerca del execrable, repugnante y vomitivo caso Negreira que ha manchado de mierda —y para siempre— un campeonato nacional de Liga al que regresamos hoy a las dos de la tarde contra Osasuna, en crisis, sin espabilar, en busca de una reacción y jugándonosla; por si no se habían enterado ustedes.
Mientras tanto, otro culé imberbe ya es internacional, y aunque en otras ocasiones hayamos censurado el tejemaneje de relaciones Barça-RFEF que tan temprana y sospechosamente ha llevado a tanta medianía azulgrana a la selección, lo cierto es que, en este caso, vemos méritos objetivos en Casadó. A veces es puro hype, pero en esta ocasión hay que reconocer que, además de pagar a Negreira, el club se la esquinita se ha ocupado de forjar una buena generación de canteranos.
Nosotros, a lo nuestro, a los rojos, a Osasuna; a dar un puñetazo en la mesa para espantar viejos fantasmas y espantajos.
A todos los demás, amigos y amics de los kioscos, muchas gracias por los ánimos.
¡Feliz día, amigos galernautas!
El gran Dave Barry solía decir que da igual el deporte que estés intentando aprender, siempre aparecerá una persona muy seria diciéndote que mantengas las rodillas dobladas. Tal vez Florentino debería viajar a Florida y traérselo como nuevo entrenador. Que alguien, por el amor de Dios, que alguien me explique qué demonios nos está pasando.
El fútbol es un deporte increíblemente sencillo, casi primitivo. Se trata de darle golpes a una cosa redonda y conseguir que se cuele entre los tres palos blancos, a ser posible los tres palos blancos que deberías tener enfrente, no detrás. Lo que hace grande al fútbol es el Real Madrid, que ha convertido un deporte vulgar en una pasión arrolladora, en una catedral deportiva, en un éxtasis de magia y precisión, por decirlo en términos lo bastante moderados como para evitar la crispación.
Que alguien, por el amor de Dios, que alguien me explique qué demonios nos está pasando
Llevo viendo partidos de fútbol desde el primer minuto en la tierra. Nací cantando un gol de Butragueño en la sala de partos. He jugado al fútbol —esta feo que lo diga, pero de manera realmente brillante— durante décadas, hasta que me rompí hasta el alma en un encuentro de fútbol sala, porque si hay algo que me saca realmente de mis casillas es perder, y ya puedes imaginarte que íbamos perdiendo. Es tal la identificación con el deporte de las pelotas, que incluso sería capaz de volver a jugarlo, tan pronto como arregle un papeleo con mis herederos, que es obvio que mi próximo partido será póstumo.
Quiero decir que, en ocasiones, creo saber algo de fútbol, sensación que comparto con 48 millones de españoles. Y hoy, a 8 de octubre de 2024, cuando la oscuridad se va comiendo esta ciudad marinera, a esa hora en que puedes mirar al cielo ennegrecido y hacerte preguntas existenciales, puedo aseguraros que no tengo la más remota idea de qué le está pasando al Real Madrid.
Tenemos los mejores jugadores del mundo, el mejor entorno y la mejor afición. Tenemos el gen madridista, ese que muere y resucita cada día, y tenemos la casta y el empuje, el arte y el talento, la inspiración y la fuerza. ¿Y qué vemos en el campo? Un maldito poema en prosa de Cioran, la muerte y la destrucción, la devastación, la impotencia, la pena, la desesperación.
No revelo nada en estas páginas si admito que no fui para nada entusiasta del fichaje de Kylian Mbappé. Si bien, una vez que está de blanco, como con cualquier otro, es mi jugador número uno. No obstante, esperaba una adaptación más rápida y eficaz del que se supone que era el mejor o segundo mejor jugador del mundo, si quieres. Es evidente, para todo el mundo menos para nuestro querido míster, que hay un problema grave con su posición y con la de Vini Jr., pero resulta del todo inesperado que, con tanto talento, no se haya adaptado como delantero, y más aún que después de tantas malas sensaciones —no solo en las derrotas— nuestro equipo técnico haya sido incapaz de buscar una solución.
Tenemos los mejores jugadores del mundo, el mejor entorno y la mejor afición. Tenemos el gen madridista, ese que muere y resucita cada día, y tenemos la casta y el empuje, el arte y el talento, la inspiración y la fuerza. ¿Y qué vemos en el campo? Un maldito poema en prosa de Cioran, la muerte y la destrucción, la devastación, la impotencia, la pena, la desesperación
Oigo muchas críticas al rendimiento de Jude Bellingham esta temporada y, por ser justos, si queremos un análisis serio, habría que comenzar preguntándonos cuál es su papel en el campo. ¿Alguien sabe exactamente dónde juega? Lo vemos tapando agujeros por todo el campo, tratando de contener la fuga de una tubería con mil agujeros, pero no es el tipo de trabajo que esperamos de él. Me crispa verlo corriendo como pollo sin cabeza haciendo el trabajo de varios en cada jugada.
Estoy feliz con la titularidad de Modric. Cada minuto con él en el campo es un ejercicio de belleza. Y ojalá no se agote nunca. Pero se suponía que en esta temporada su papel debía ser mucho más secundario y relajado, y el nivel de estrés que lleva el croata en las piernas le ha hecho cometer errores en los últimos partidos que no ha cometido en toda su maldita carrera. ¿Nadie se pregunta si no estaremos quemando a la joya más veterana de la plantilla, mientras Güler ve los partidos desde la caseta del perro?
Celebro, eso sí, que vuelva Brahim. Teniendo en cuenta que hasta hoy, esta temporada, el Madrid no juega en equipo a nada, solo despunta en individualidades aisladas, si esto no se arregla necesitaremos más que nunca las locuras incomprensibles de Brahim que con bastante probabilidad terminan en gol.
Entretanto, que Dios y Di Stéfano nos cojan confesados. Mantengamos las rodillas dobladas.
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“Un Real Madrid metastásico”, opinaba el escritor de este artículo en esa red social que tanto está sufriendo por su equipo. Y tras enfriarme e intentar verlo de otra manera, no me sale otra descripción: “Metastásico” porque hay muchas áreas afectadas, “metastásico” porque empieza a parecer que no hay ninguna solución fácil ni liviana, “metastásico” pero no en Cuidados Paliativos.
Está saliendo mucho el nombre de los Galácticos para abordar una comparativa algo facilona y efectista. El Madrid de los Galácticos estaba en Cuidados Paliativos porque a sus estrellas ya no les quedaban sus mejores partidos en las piernas, porque algunas de esas estrellas mandaban al entrenador cuándo empezar los entrenamientos y le decían al presidente en público que “a los pianistas no se les manda correr alrededor del piano”. El Real Madrid actual lo conforman una docena de jugadores jóvenes, deportistas de élite, con una vida personal cuidada y con ambición. Quizá no sea un grupo tan cohesionado como el del año pasado y quizás ya no creen en su entrenador, pero dudo que se vayan de fiesta tres días seguidos como les gustaba a alguno de aquellos jugadores históricos del Madrid de los Zidanes y Pavones.
¿Qué es lo que le está ocurriendo al este Real Madrid enfermo? Describamos cada órgano afectado.
La directiva, inmersa en el síndrome Mariano-Jovic, ha dormitado. Está pensando a medio plazo y sus prioridades no se centran en cada verano, los veranos son para las redes sociales. Pero llevan dos años con una plantilla demasiado corta, cuando no ha sido en la delantera, lo es ahora en la defensa.
Entrenador y cúpula no parecen estar caminando agarrados de la mano. La entrada de Ceballos al campo fue una señal. Las urgencias del entrenador, que puede ser cesado en cualquier instante, no son las urgencias de una directiva conservadora que piensa a medio-largo plazo. El entrenador nota que los fichajes los están planificando para otro, uno más guapo que vive en Alemania, y se le nota incómodo, a él no le sirven los Alexander-Arnold ni los Davies del año que viene, necesita refuerzos ahora. Pero los que mandan también quieren todos los títulos de este larguísimo año.
¡No se puede querer todo, señor Florentino!
Ancelotti suele ir consiguiendo encontrar la fórmula ideal para encajar las piezas que tiene. Lo hizo el año pasado y registró la que, para mí, es la mejor temporada en su carrera deportiva. Pero este año se le ve torpe, poco acertado y tembloroso en todas las decisiones que ha ido tomando.
Utiliza a Valverde y Bellingham para tapar las carencias del equipo cuando son los jugadores sobre los que hay que cimentar este equipo. Ha defenestrado a Güler y Endrick en los últimos cinco partidos, supongo que partiendo del razonamiento de que la solución no debe pasar por ellos, pero es que no se puede cargar el futuro de un club por las urgencias personales. No confía en la cantera y su apuesta son las vacas sagradas, siempre lo han sido y siempre han sido las que le han salvado.
Tácticamente, el equipo no juega bien en bloque alto pese a tener jugadores en el centro del campo para ello. Cualquier equipo vence con dos pases su línea de presión transparente. Tampoco funciona en bloque medio porque falta tensión. El equipo no corre inteligentemente ni tiene automatismos.
A Carlo le quedan por delante tres partidos, hasta Liverpool, para demostrar que tiene el control del equipo. Me entristece verle así, ya que soy un admirador, pero parece haber perdido el control del equipo.
El equipo no está cohesionado, no lo parecía en septiembre y lo parece menos en noviembre. Los dos delanteros, sobre todo el francés, no ejercen una presión efectiva, los centrocampistas flotan y los defensas fallan. El equipo parece no entender o no querer entender lo que quiere el entrenador. Es un grupo que no se cree lo que hace.
Es la película “Nadie conoce a nadie”. Nadie lee los desmarques de Bellingham, Mbappé no llega a los pases de Vinícius, las paredes no funcionan, nadie se anticipa al movimiento del compañero. A todos les quema el balón en los pies, y es que jugar alrededor de Kroos era muy fácil, era la alcahueta que hacía que todos se conociesen mucho mejor.
Pintus ha sido una de las personas más alabadas en los últimos años, pero los resultados no están siendo los esperados. Hemos fichado máquinas físicas que confirman la plantilla más poderosa físicamente del continente, pero ningún jugador vuela. Tampoco es que estemos teniendo temporadas excelentes en el ámbito de las lesiones. El año pasado se voló algo en enero y algo en mayo, pero se sufrió físicamente durante el resto de meses. Este año el único jugador que ha volado es Valverde y, a ratos, Vinícius. El resto se están buscando todavía a sí mismos.
Nos podemos escudar en que se empezó la temporada tarde porque teníamos muchos jugadores en las fases finales de la Eurocopa, pero creo que son excusas para no afrontar que nuestro preparador físico no está consiguiendo los objetivos planteados.
Por no hablar de la desconexión que se aprecia entre él y el entrenador. Uno plantea temporadas con picos físicos múltiples y otro no rota nunca. Disfunción total.
Tras una temporada excelente con la consecución de Liga y Champions es difícil encontrar jugadores que mantengan el hambre. Ganar Copas de Europa seguidas solo lo consiguieron animales competitivos como Cristiano, la CMK, Ramos y cía. En los ojos de la plantilla actual se atisba hambre (Bellingham, Vinícius, Valverde…) pero eso se tiene que demostrar en esta temporada. Y en la jugada del segundo gol del Milan, ni Tchouaméni, ni Vinícius, ni Modric, ni Mendy, ni Militao mostraron hambre alguna.
Cuando los atacantes no meten los goles en un equipo disfuncional, la enfermedad se agrava. Mbappé está en su peor momento mental y se nota en la faceta en la que más destacaba: la puntería. No es un problema de desconexión con el equipo, ya que las oportunidades las está generando, es un problema de último gesto, de confianza, de racha. Por otro lado, están Vinícius, Bellingham y Rodrygo, que este año ven la portería enana. Pese al mal juego, si llegan a tener más puntería, la crisis sería menor a estas alturas.
Ancelotti ha triunfado cuando su ritmo lo marcaban Pirlo y Kroos. Sin ellos su currículum se viene a menos. La firma del italiano es la de inculcar un estilo de libre albedrío alrededor de un metrónomo. Carlo sabe tratar a los jugadores con IQ muy altos, mientras hay otros entrenadores que los destrozan. Eso sí, si los jugadores no tienen tal inteligencia para gestionar cada tempo del partido, sus equipos se suelen venir abajo.
No ha encontrado su metrónomo y tiene pinta de que no lo va a encontrar. Debe apostar ya por uno. Mi apuesta es Valverde, pero él insiste en abandonarlo en la derecha. Su apuesta es Modric, otra señal que no camina junto a la directiva.
La controversia constante. Una cantera con falta de talento para el primer equipo y un entrenador que, para dar la oportunidad a un canterano, tiene que conseguir elevar esa ceja que nunca se mueve, y lleva sin elevarla desde el 99.
Siempre he defendido que la cantera está para las grandes crisis, económicas y deportivas, y el Madrid no está inmerso en ninguna gran crisis. Pero tienes que tener siempre preparados tres o cuatro jugadores para cuando las cosas no funcionan. Y el Madrid no los tiene o no quiere tenerlos preparados. Error.
Sale el médico a informarnos:
“Está la cosa complicada pero todavía tenemos soluciones. Está muy extendido, pero hoy en día hay tratamientos nuevos que consiguen controlarlo, incluso hacerlo desaparecer. No vamos a tirar la toalla”.
Respiramos aliviados. De momento.
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