Buenos días, amigos. Estamos ya inmersos en los procelosos días de parón. Viéndolos venir, nosotros ya nos habíamos preparado para la clásica sucesión impía de bulos inventados por la prensa para rellenar, todos ellos sobre el Real Madrid, por supuesto, ya que son los únicos que realmente generan pinchazos.
Para lo que deberíamos haber estado preparados, y sin embargo no lo estábamos, es para el extenso tour por platós de televisión y radio de Clos Gómez y Undiano Mallenco, directivos del Comité Técnico de Árbitros y responsables del VAR, a quienes faltan horas en el día para estar presentes en más medios tratando de explicar la anomalía de que el videoarbitraje, por primera vez y sin que sirva de precedente, haya podido perjudicar al FC Barcelona en lugar de beneficiarle, como suele suceder.
De hecho, hoy este portanalista se ha encontrado, a la hora del desayuno, con Clos Gómez sentado a su mesa. Lo peor no ha sido tener que invitarle a café y tostadas, sino escuchar de su boca las explicaciones correspondientes. Al bajar en el ascensor, he topado con Undiano Mallenco, quien en lugar de hablar del tiempo, como suele suceder en ese contexto, ha emitido una confusa perorata sobre frames.
—Con todo el respeto —le he objetado—, ¿por qué me cuenta todo esto hoy, y sin embargo no vino después del mal llamado clásico a explicarme el gol anulado a Mbappé? ¿Aquello tenía que ser un acto de fe, y esto es en cambio un ejercicio científico? ¿Por qué no apareció usted en mi ascensor en 2021, cuando alguien había forzado el fuera de juego convirtiendo a Odriozola en Elastic Man para que su pie estuviera en offside?
En ese momento, Undiano se ha volatilizado en mi ascensor. Al llegar el portal he llamado a mi mujer, quien me ha indicado, sorprendida, que lo mismo ha sucedido con Clos al ser inquirido por ella sobre los tres goles anulados al Espanyol, hace algunas fechas, en su derbi contra el equipo cliente de Negreira.
En todo caso, os hablábamos de bulos, y los primeros ya han ido apareciendo. Ataos los machos para lo que falta de parón.
A Relevo, el medio que vino a cambiar el periodismo deportivo (depositen sus risas en el receptáculo instalado en este punto del portanálisis), le parece que el hecho de que provisionalmente no se estén celebrando conciertos en el Bernabéu por el problema del ruido significa un “agujero” en las cuentas blancas que obligarán a la venta de alguna gran estrella. La ocurrencia ha encantado (¿adivinan a quién?) a Ruido Bernabéu, la cuenta de X que canaliza las quejas de los vecinos de Chamartín, sean o no jueces podemitas del Atleti.
Dado que las mentiras tienen, según nuestras abuelas, las patas frustrantemente cortas, nuestro socio Ramón Álvarez de Mon no ha necesitado hacer un gran esfuerzo para desmantelar el INVENT, tan torpe como malintencionado.
Entrando sin más dilación en las portadas, Mundo Deportivo nos regala una entrevista con el representante de futbolistas… perdón, con el director deportivo del club cliente de Negreira, el portugués Deco.
En uno de los destacados, dice Deco que “alguien nos tiene que explicar lo del VAR”.
No comprendemos bien. ¿No se lo han explicado ya Clos y/o Undiano? Con la gira por medios (y algunos domicilios, como ha sido dicho) que han hecho los pobres, que deben andar exhaustos, Deco debe ser la única persona en toda la Península Ibérica que aún no ha recibido una explicación. Hay que estar más atentos, Deco. De todos modos, dado que exige que “alguien” le dé cuenta del tema, y entendemos que ese “alguien” no excluye a La Galerna, vamos a explicar a Deco “lo del VAR”.
El VAR o videoarbitraje, estimado Deco, es una herramienta tecnológica destinada (depositen sus risas en el mismo receptáculo de antes) a ayudar al árbitro de campo en las jugadas conflictivas. Delante de la pantalla está un árbitro discípulo de Negreira, acompañado en la oscura sala VAR alternativa por Clos Gómez, EL discípulo de Negreira por excelencia. Detrás de la pantalla está Mediapro, empresa dirigida por un señor llamado Tatxo Benet que es a la vez máximo mandatario de la misma y miembro del consejo de administración de una filial del FC Barcelona. Tatxo Benet es además mano derecha de Jaume Roures, socio y avalista del actual presidente del club cliente de Negreira.
La verdad, estimado Deco, tienes tan cerca a los responsables del VAR que nos parece raro que tenga que venir a explicarte esto La Galerna. Pero vamos, que tampoco nos cuesta nada hacerte partícipe de este particular. A veces se producen perturbaciones en la Fuerza y os pitan cosas en contra. Te recomendamos que las quejas las presentes en la ventanilla de Tatxo Benet, que como decimos está al lado de la tuya aunque te hagas el tonto, o bien que remitas tus llantos, propios del fado más desgarrador, al mismísimo Clos, hombre que tan buenos servicios os brindó como colegiado sobre el terreno de juego, en sus años en activo. A ver si lo que está pasando aquí, estimado Deco, es que, habiendo pagado durante un mínimo de 17 años a la cúpula arbitral, como pagasteis, ahora quieren volver a cobrar, o quizá solo cobrar más, no lo sabemos.
El titular de la entrevista, con todo, no tiene nada que ver con esto, sino con Gavi. “Gavi personifica todo lo que es el Barça”.
Nada que objetar a esa afirmación. Completamente de acuerdo con ella.
El resto de portadas del día no son exactamente apasionantes, pero las dejamos por aquí porque querréis verlas.
Pasad un buen día.
El Real Madrid llega al tercer y último parón de selecciones a seis puntos del líder pero con un partido menos. Cuando los voceros más agoreros del panorama nacional nos querían convencer de capitular, parece que el campeonato liguero no está tan finiquitado como nos aseguraban. Y con el historial del propio Madrid, ¿quién duda de que la distancia con el primer clasificado es menos que nada? No hace falta ni apelar a la gesta, pues ni podemos hablar de remontar nada. Señores, estar a seis puntos y con un partido menos en pleno noviembre es algo asumible.
El fútbol es un juego misterioso. Como todo deporte tiene bastante de físico, táctico y estratégico. Pero también es cierto que sigue siendo un juego. Cuando aparentemente el viento sopla a tu favor puedes derrumbarte. Y, por el contrario, cuando todo va en tu contra puedes darle la vuelta a la tortilla. Hasta el pasado sábado, el personal daba por tocado y hundido al Madrid. Sin embargo, el domingo a última hora parecía el muerto vivo sobre el que cantaba Peret en su célebre rumba. Curioso.
El todopoderoso Barça de Hansi Flick caía en San Sebastián contra una Real Sociedad, que le pegó un baño de tal magnitud que los pupilos del técnico alemán se volvieron a Barcelona con la cabeza gacha y sin haber tirado a puerta. Diez años llevaba el Barça acabando sus encuentros disparando a puerta. ¡Qué menos para un equipo de su nivel! Pues ahí lo tienen, jugando para la historia. El todopoderoso Barça parece que no es invencible. Tanto es así que lleva dos derrotas en Liga y una en Champions.
Hasta el pasado sábado, el personal daba por tocado y hundido al Madrid. Sin embargo, el domingo a última hora parecía el muerto vivo sobre el que cantaba Peret en su célebre rumba. Curioso
Y sobre la polémica de la jornada que ha alimentado las portadas de los principales medios, me limito a citar el tuit de La Galerna que le recordaba a los amigos de Marca lo siguiente: “El equipo cliente de Negreira lleva 14 goles anulados a sus rivales por fuera de juego esta temporada, muchos de ellos tan milimétricos como este, y no vimos el dibujito en portada”.
El equipo cliente de Negreira lleva 14 goles anulados a sus rivales por fuera de juego esta temporada, muchos de ellos tan milimétricos como este, y no vimos el dibujito en portada, amigos de @marca #Portanálisis
👉👉👉https://t.co/D1MG7YIeiy pic.twitter.com/VShryVypXB
— La Galerna (@lagalerna_) November 11, 2024
El reglamento es para todos. No existe la injusticia si se aplica por igual. ¿Yo lo pitaría? ¿A mí me convencen este tipo de jugadas? Absolutamente no. No me parece bien que estas acciones sean sancionadas, pero no soy yo el que hace el reglamento ni mucho menos el que lo aplica.
Hay tantas cosas discutibles en el arbitraje que ya uno se pierde, pero desde luego que la polémica de la jornada ni existe ni la puedo entender. ¿Acaso el Espanyol no debería quejarse tras tres goles anulados de la misma guisa? ¿Qué consuelo le damos a Kylian Mbappé tras los goles que se le anularon en el pasado clásico?
El parón de selecciones nos viene de lujo y me explico. Al contar con varios jugadores recuperándose de sus respectivas lesiones, en estas dos semanas donde el calendario de clubes se congela se me antoja imprescindible ganarle tiempo al tiempo. Es fundamental ir recuperando efectivos de forma orgánica, sin ninguna prisa. Sé que es un marrón no poder contar con Aurélien Tchouaméni o Lucas Vázquez para una defensa a cuadros tras la lesión de Eder Militao. No obstante, creo que hay cierto consenso en preferir ir tirando y que nuestros dos efectivos vuelvan totalmente recuperados y con garantías. Algo igual sucede con Rodrygo, aunque la baja del brasileño está totalmente cubierta con todos los futbolistas que contamos en el ataque.
Se hará larga otra vez esta abstinencia total de fútbol. Algunos aficionados realmente adictos tendrán que conformarse con consumir ese sucedáneo que es el fútbol de selecciones, donde todo es algo pintoresco y folclórico. Personalmente, mi interés decae totalmente, pues estas fases clasificatorias me interesan entre cero y nada. Mientras tanto, tendremos ruido de fondo con los posibles fichajes del Madrid en invierno y algunos días más se hablará del famoso fuera de juego semiautomático, el VAR de Tatxo Benet y poco más. Paciencia y aguante, porque nos falta lo más importante: el Real Madrid.
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Tenemos un hermoso ejemplar de elefante en la habitación. Se está comentando poco su presencia, ya no entre el madridismo; ni siquiera entre los antis, por razones que desconozco por completo. Se trata, cómo no, de Kylian Mbappé y su mediocre rendimiento en los tres primeros meses como madridista.
Las razones del club para afrontar su fichaje son completamente comprensibles. Sobre el papel, se estaba contratando al mejor atacante de todos los que no estaban ya en su nómina. Además, se trataba de un potente golpe de efecto tras años de frustraciones, y se mostraba la capacidad de atracción otra vez frente a la supuestamente imbatible Premier League. En cuanto a potencial de marketing y financiero, tampoco caben muchos peros a la operación. Si el Madrid quiere seguir atrayendo a patrocinadores que paguen más dinero, mejorar su caché por amistosos e ingresar más, necesita contrataciones así. El eco del fichaje es innegable y basta con dar un paseo por Madrid (o por muchas otras ciudades) para ver decenas de camisetas con el número 9 y el nombre del delantero francés, especialmente entre los más pequeños.
Las razones del club para afrontar su fichaje son completamente comprensibles. Sobre el papel, se estaba contratando al mejor atacante de todos los que no estaban ya en su nómina. En cuanto a potencial de marketing y financiero, tampoco caben muchos peros a la operación
Dicho todo esto, el éxito o fracaso de cualquier futbolista lo marca su desempeño en el terreno de juego, y aquí Mbappé es una decepción sin paliativos. Momentánea, porque no hay nada perdido aún y nadie dice que el galo no pueda darle la vuelta a la situación, pero decepción. El único cambio en el once tipo que el año pasado se proclamó campeón de Europa (hasta la grave lesión de Carvajal), perdiendo dos partidos en toda la campaña, ha sido Kroos por el francés, pero el resultado colectivo ha sido de una descompensación general, hasta el punto de que el equipo parece acabar de conocer los métodos de su cuerpo técnico, en lugar de afrontar la cuarta campaña de su segunda etapa. La clarividencia, el liderazgo y la pausa que aportaba el alemán ya no están y tampoco se han compensado con un mayor poder de desequilibrio y definición del 9, que ni está generando ocasiones para otros, ni está resolviendo la mayoría de las que crea para sí mismo o las que le fabrican sus compañeros.
Además, el delicado equilibrio interno que hay en cualquier equipo, especialmente en los más grandes y plagados de figuras, se ha dinamitado con su llegada. El ecosistema que se había fraguado durante años y pieza a pieza se transformó drásticamente con la llegada de un elemento exógeno, que necesita que la escuadra se adapte a sus características ya consolidadas, y no acoplarse él a las nuevas exigencias. El año pasado estaba claro que el gran foco de desequilibrio y el jugador al que había que buscar permanentemente en ataque era Vinicius Junior, que justo por ostentar esta condición era el único al se le permitían ciertas licencias en cuanto al esfuerzo defensivo. Ahora se ha duplicado el número de futbolistas que regresan andando tras pérdida, o que directamente no regresan. Y eso es un problema serio. En general, la aportación sin balón de Mbappé está siendo más que deficiente. Con los números en la mano, es el jugador que menos presiona, que menos roba y que se aplica con menos intensidad de toda la plantilla. Su apatía es, además, altamente contagiosa. Si alguien que acaba de llegar y que no ha ganado nada en el Madrid se dedica a pasear, algunos compañeros tenderán a imitarle. Sus vicios de divo no se veían desde hace bastantes años en el Bernabéu. Y nadie los añoraba.
A Mbappé le toca demostrar (y dispone de tiempo para hacerlo) que tiene la calidad, pero sobre todo el carácter necesario, para triunfar en el club más grande y exigente del planeta
Lo que sí parece que está cambiando es el individualismo del francés. Probablemente obsesionado por empezar a justificar su presencia en el vigente campeón de Europa, Mbappé ha pecado de egoísmo en demasiadas ocasiones, disponiendo de opciones de pases claros para compañeros mejor colocados. Quizás eso explique también la cantidad de ocasiones en las que se encuentra en fuera de juego. Y esta actitud también infecta rápidamente al resto. Si algo tuvo el Madrid el año pasado fue solidaridad y fortaleza grupal. Amenazarlas supone directamente que el rendimiento general descienda varios peldaños. La caudalosa catarata de halagos al equipo durante el verano, la época de las entelequias, tampoco ha beneficiado al Madrid como grupo, ni al 9 de forma individual. Su llegada se veía como la guinda de un pastel, la pieza que haría casi invencible al equipo. Ha ocurrido justo lo contrario.
Kylian Mbappé lo tiene todo para darle la vuelta, como si de un calcetín se tratara, a esta situación. Para ello, debería asumir que nunca ha estado en un club como el Madrid, una institución mucho más grande de lo que jamás será su figura individual, algo que probablemente no le ocurriera cuando jugaba en Mónaco o París. Tendrá que ser él quien se adapte a las necesidades del equipo. Y es imprescindible que recupere su mejor tono físico para llegar con ese medio segundo de ventaja a los duelos que es crucial en la superélite. La sensación que tenemos, equivocada o no, es que su estancia durante estos últimos años en un campeonato menor como la liga francesa, dentro de un equipo muy superior al resto y diseñado para explotar sus virtudes, ha hecho que se acomode e involucione futbolísticamente. Le toca demostrar (y dispone de tiempo para hacerlo) que tiene la calidad, pero sobre todo el carácter necesario, para triunfar en el club más grande y exigente del planeta.
Ganar para convencer. Convencer para ganar. El Real Madrid ha vuelto a la senda de la victoria tras dos duras y esclarecedoras derrotas ante el Barcelona y el Milán. Y lo ha hecho ante un hueso duro de roer en esta Liga como lo es Osasuna. El equipo de Vicente Moreno venía en muy buena dinámica: 5º clasificado, y habiendo logrado victorias de gran mérito como el 4-2 ante el Barcelona en El Sadar, o el 0-2 contra la Real Sociedad a domicilio; y con jugadores en un gran estado de forma como Bryan Zaragoza, Ante Budimir, o Enzo Boyomo.
El desarrollo del partido comenzó con un Real Madrid algo oxidado con balón durante los primeros veinte minutos, y que se vio obligado a sustituir a Rodrygo por Brahim debido una lesión del brasileño. La peor noticia, sin duda, fue la desgraciada lesión de Éder Militão al romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en una acción desafortunada. Una lesión que es fruto de la mala suerte y de un mal gesto del central en su amplia mayoría, pero cuyo riesgo se podría haber reducido si hubiera tenido un sustituto que le hubiera descargado de la cantidad de minutos que estaba acumulando tras venir de la misma lesión, pero en este caso de su rodilla izquierda.
Ganar para convencer. Convencer para ganar. El Real Madrid ha vuelto a la senda de la victoria tras dos duras y esclarecedoras derrotas ante el Barcelona y el Milán
La situación en la zona de centrales se ha tornado crítica y el Real Madrid está prácticamente obligado a acudir al mercado en busca de efectivos para este departamento. Lucas Vázquez también se retiró a causa de unas molestias, aunque este contratiempo tiene una solución más sencilla y directa, y se llama Jesús Fortea. El joven lateral está dejando actuaciones más que notables en el equipo juvenil, y el contexto obliga a plantearse si puede ser un jugador útil para la primera plantilla.
Tras este varapalo, y la sustitución de Militão por el debutante Raúl Asencio, el Real Madrid se desmelenó y asestó el primer golpe con un gran gol de Vinícius a pase de Jude Bellingham. Minutos después, Asencio conectó mediante un pase espectacular con Bellingham, que trazó un desmarque de ruptura, atacando el pasillo interior, y definiendo con una vaselina académica para batir a Sergio Herrera. La segunda parte, ya con el resultado encarrilado, fue muy plácida. Vinícius coleccionó su segundo hat-trick en esta temporada, tras un contragolpe de libro y gracias a un pase milimétrico de Lunin, que aprovechó el brasileño para regatear al portero rojillo y definir a placer en el 3-0, y un error en la zaga de Osasuna provocado por Brahim, quien regaló el 4-0 al “7” merengue.
El desempeño del equipo fue realmente notable a partir de la media hora, y hay varios nombres a destacar: Rüdiger, que secó a un gran delantero como Budimir; Camavinga, quien mostró su mejor versión jugando como pivote único; Lunin, con un partido sin mucho trabajo, pero con una gran concentración, tanto en salidas por alto como en la acción del 3-0; y, por último, dos nombres propios: Vinícius Júnior y Jude Bellingham.
Vinícius Júnior y Jude Bellingham. Los dos mejores futbolistas del conjunto se han reencontrado con su mejor versión, y el equipo es otro
Jude Bellingham y Vinícius Júnior. Vinícius Júnior y Jude Bellingham. Los dos mejores futbolistas del conjunto se han reencontrado con su mejor versión, y el equipo es otro. El inglés ha vuelto a recordar a ese galáctico de la temporada pasada, no solo por la acción del 2-0, sino por su actuación en general. Dirigiendo al equipo, moviéndose por todo el campo, especialmente por el carril zurdo, y asociándose con Vinícius. Respecto a su gol, Bellingham nos ha recordado la importancia y la diferencia entre estar y llegar. Ese desmarque al espacio es un recurso letal debido a la impredecibilidad del propio movimiento y el desconcierto que provoca en los centrales rivales.
Bellingham ha vuelto, y el equipo lo nota. Junto a Camavinga y Valverde, conforman un centro del campo muy complementario. Tres perfiles que ensamblan a la perfección debido a sus capacidades, tanto físicas, ya que son tres portentos, como técnicas. Sin embargo, Jude debe ser quien asuma la responsabilidad de liderar la creación de juego, y debe hacerlo a su manera. Durante los últimos diez años nos hemos acostumbrado a ver a Kroos vertebrar el juego del equipo de una manera más pausada, encontrando siempre la mejor opción para avanzar. Bellingham necesita más dinamismo, igual que Valverde y Camavinga. Encontrar el control dentro del caos. Son tres jugadores capaces de imprimir un ritmo frenético a los partidos, que sería insoportable para los rivales. El partido del otro día es un primer paso hacia lo que debe ser la medular merengue de los próximos años. Esa es la columna vertebral.
Durante los últimos diez años nos hemos acostumbrado a ver a Kroos vertebrar el juego del equipo de una manera más pausada. Bellingham necesita más dinamismo, igual que Valverde y Camavinga. Encontrar el control dentro del caos
Vinícius sigue a lo suyo. Demostrando por qué es el mejor. Nos hemos habituado a que en cada partido enseñe algo nuevo. Esta vez, un disparo seco al primer palo, en la acción del 1-0. Es un jugador de otra dimensión, un mago cuyo juego está en constante evolución gracias a una mentalidad granítica que le permite añadir cada vez más trucos a su sombrero. Un futbolista con una capacidad de intimidación gigante hacia el rival, que condiciona de manera trascendental el planeamiento contrario y la altura de sus líneas. Y, aun así, lo más probable es que haga pedazos dicha estrategia mediante una jugada magistral.
“No están preparados” fueron sus palabras tras el polémico resultado del Balón de Oro. Y el que avisa no es traidor. Próxima parada europea: Anfield.
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Buenos días, amigos. Hoy las portadas no dan pie para mucho comentario. Ya sabéis, hay parón de selecciones, lo cual provoca algo parecido a lo que siente un adolescente cuando se va la luz en casa y le sorprende con el móvil sin batería. Aun así, os las mostraremos en este portanálisis, como hacemos siempre.
Más allá del bonito gesto con niños afectados por la DANA —durante los primeros días de la tragedia sus portadas estuvieron a la altura—, el frontispicio de Marca tiene el mismo interés que observar en directo la formación de una cordillera.
Anda Juancho Gallardo enfadado porque el Madrid no ha asistido a sus premios, lo considera un feo del Club a todas las aficiones. Es curioso su mosqueo, no sabemos muy bien qué esperaba que hiciese el Madrid. Si uno se pasa la vida faltando al respeto al vecino, no lo saluda cuando se lo encuentra por la escalera, maquina en su perjuicio con otros vecinos acaudalados, lo pone en el foco en las juntas de propietarios, le provoca daños por agua para luego no mandarle al seguro, después le invita al cumpleaños y, cuando el vecino no acude, se enfada, no parece una manera de proceder muy coherente.
El líder marquista aprovechó para sacar el tema de la ausencia blanca en la encerrona del Balón de Oro. A colación del mismo, anoche asistimos a unas declaraciones del inmaculado ganador, Rodri, tan educado y merecedor del premio por ese fair play que pretenden negar a Vini que incluso se permitió tildar como «deportividad sana» sus mofas al brasileño en aquel famoso vídeo que sus defensores aseguraron que estaba manipulado. Gallardo cojea siempre del mismo pie y pretende que el Madrid, además de meretriz, aporte el lecho. Pero el Madrid se ha cansado de acudir donde es repudiado.
Para terminar con Marca y con la pretensión peregrina de su director según la cual el Madrid debe acudir a entregas de premios de gente hostil con el Club, dejamos por aquí este post de Cabaislois.
El premio se lo dan a Alberola Rojas por el derby en que se tragó una falta a Bellingham previa al primer gol del Atleti, se inventó un fuera de juego de Rüdiger para anular un gol legal a Camavinga y perdonó la roja por una entrada brutal y sin balón de Giménez a Rodrygo. La… https://t.co/sXzIck9yIs
— cabaislois (@cabaislois) November 11, 2024
Decíamos antes que las portadas no daban mucho pie al comentario porque el asunto más comentado en las tertulias sigue siendo precisamente un tema de pies, los de Lewandowski y Nayef. As, sorprendentemente, se moja para asegurar que no hubo error del VAR, y lo resalta mediante el señalamiento de la noticia por parte del dedo de Fortea.
Es difícil discernir qué bota pertenece a qué jugador, pero, la verdad, no es descabellado interpretar que la más adelantada es la del 9 del Barça. Observad la publicación de El Norteño en X:
Falso. https://t.co/86sbBjTwcF pic.twitter.com/l5RxDsNUXZ
— El Norteño (@fsp1967) November 10, 2024
Algo huele mal en esto de los pies y no es un problema de transpiración. Aunque el hecho de que una jugada dudosa no caiga del lado culé en siglos transpira, quizá, un mensaje del CTA. ¿Acaso es un aviso a navegantes de los árbitros?
Después de constatar documentalmente que el FC Barcelona pagó millones de euros a la cúpula arbitral durante lustros, y teniendo en cuenta que para cualquiera es difícil renunciar a un buen tren de vida alcanzado, ¿es tan disparatado elucubrar con que el CTA, mediante esta jugada, haya pretendido lanzar el mensaje de: o pagas (¿más?) o ya sabes lo que puede ocurrir de aquí en adelante?
Esta divagación podría resumirse en que, o bien el CTA quiere cobrar otra vez, o bien el CTA pide un aumento de sueldo porque de algún modo pudiera, hipotéticamente, seguir recibiendo un incentivo de cualquier naturaleza. O de otro modo, en caso de duda, no siempre se va a seguir tomando la decisión más favorable para el Barça.
Si esta teoría os parece una conspiranoia, leed la expuesta por un lector de La Galerna.
En circunstancias normales, una hipótesis de este calibre cabría desecharla de inmediato, pero claro, como argumenta Jesús Bengoechea en X: «También suena a conspiranoia pensar que un club puede pagar durante mínimo 17 años a la cúpula arbitral y que no pase nada. O que sigan los mismos árbitros que estaban mientras pasó aquello. O que inscriban a quien quieran incumpliendo las normas. O que el responsable del VAR sea persona que está en el organigrama de una filial del Barça. O…».
Recordemos cuando Munuera Montero señaló en 2020 el primer penalti a favor del Madrid en 15 años en el Camp Nou. Sport envió a Iván San Antonio a acosar al padre del árbitro y, al final de aquella liga, el mismo colegiado evitó que el Madrid la ganase con aquel gol anulado al Madrid contra el Sevilla para pitar un tipo de penalti por mano —de Militao— que nunca se había pitado.
Más recientemente, en 2022, Laporta bajó al vestuario en el Bernabéu a increpar a Sánchez Martínez por señalar un claro penalti a Rodrygo y no caer en una simulación de Lewandowski. Hasta final de temporada, solo les pitaron dos penaltis más en contra. Uno de ellos frente al Espanyol señalado por Mateu Lahoz, a quien se quitaron de encima al concluir la campaña.
Hay más realidades que invitan a pensar mal, porque, repetimos, ya se ha demostrado que quien pensaba mal fue quien acertó. Cuando, semana sí, semana también, el Madrid sufre un atropello arbitral, solo alza la voz RMTV. Las portadas lo silencian, el resto de jugadores no hablan, el CTA no ofrece ningún tipo de explicación y solo abre la boca para protestar por la supuesta persecución que supone el hecho de emitir vídeos con lo sucedido en un partido, sin manipulación de ningún tipo.
Cuando, por una única vez, una decisión arbitral puede interpretarse, y solo puede, como perjudicial para el FC Barcelona, las portadas claman para que se tomen medidas, los jugadores piden que se investigue (lo de investigar los pagos a Negreira ya si eso para otro siglo), los medios dan la matraca durante días y ponen el grito en el cielo. ¿Y el CTA qué hace? Curiosamente en esta situación sí aparece Clos Gómez para explicar, con calma, lo sucedido. Además, las críticas ya no molestan ni se sienten como una persecución porque «en el arbitraje estamos acostumbrados a recibir críticas, como no puede ser de otra manera. Mientras sea desde el respeto, nosotros las aceptamos y estamos acostumbrados a ellas». Cómo cambia el cuento.
🚨 Clos Gómez, responsable del VAR, habla del polémico fuera de juego de Lewandowski y de cómo se usa la tecnología en el arbitraje en los #PremiosMARCA2024
💥 "Muchas veces se critica desde la ignorancia" pic.twitter.com/Pd8B82x6nE
— MARCA (@marca) November 11, 2024
El Real Madrid cuenta con RMTV, pero el Barça tiene al resto de medios y a los voceros de los distintos organismos a su servicio.
De todos modos, si tanto el Barça como el resto del antimadridismo están tan descontentos con el VAR y los arbitrajes, ¿por qué no ayudan a sanear el comité de arriba a abajo, limpiar todos los elementos negreiros que perduran y quitar el VAR de manos de un avalista del FC Barcelona?
Nos despedimos con las portadas culés, que destacan la baja de Lamine Yamal. El Barça es un conjunto tan sólido y bien trabajado que cuando falta un solo jugador siempre pierde.
Pasad un buen día.
El problema de los tres cuerpos no es sólo el título de una famosa novela china de ciencia ficción, sino también, en mi opinión, una de las claves de este extraño y preocupante primer tercio de la temporada del Real Madrid de Ancelotti. Sin saber tanto de fútbol como Mina Bonino, el italiano se ha visto en la tesitura más complicada de su carrera como entrenador: cuadrar el círculo o, en otras palabras, construir un esquema de juego coherente en torno a tres futbolistas intocables, Vinícius, Mbappé y Bellingham, dos de los cuales juegan en la misma posición.
Visto desde arriba, por ejemplo desde el tercer anfiteatro del Colosseo Bernabéu, el equipo parece un virus observado por la mirilla de un microscopio en un laboratorio: es una masa compacta e informe que se mueve sin aparente ton ni son y que avanza y retrocede de manera aleatoria en función de estímulos externos. El otro día, que estuve allí y pude verlo in situ, el Milan, un Milan muy flojito, regularcete, poco más que aseado, tuvo suficiente con subir las líneas y juntarse con orden en la faja central del terreno de juego para desactivar por completo al campeón de Europa. Con eso y con algunos balones de vez en cuando a la espalda del lateral derecho ganaron cómodamente por dos goles de ventaja que pudieron ser más. La impresión que dio el Madrid fue ciertamente horrible, de equipo deslavazado y sin profundidad.
Ancelotti se ha visto en la tesitura más complicada de su carrera como entrenador: cuadrar el círculo o, en otras palabras, construir un esquema de juego coherente en torno a tres futbolistas intocables, Vinícius, Mbappé y Bellingham, dos de los cuales juegan en la misma posición
Lo del Milan fue incluso peor que el 0-4 previo del Barcelona porque es un equipo mucho más limitado que el de Hans Flick. La sensación es que el Madrid no pudo ni supo cómo, mientras que, al menos en la primera parte del clásico, el equipo sí tuvo opciones y a poco que hubiera estado algo acertado de cara a portería se podía haber ido al descanso con un bueno y bonito 2 a 0 a favor.
Hay mucha tela que cortar aquí. Por un lado y en sólo cuatro meses, el Madrid ha pasado de ser el mejor equipo de Europa a no poder competir con el Barcelona de Hansi Flick, cuyos jugadores parecen beber queroseno en vez de agua aunque, también hay que decirlo, sin Lamine Yamal son medio toro. ¿Qué diferencias hay entre el equipo que consiguió el doblete en Londres, en junio, y el equipo que zozobra ahora?
Del once titular salió Kroos y entró Mbappé. Un único cambio que, sin embargo, implica un desbarajuste profundo, un desorden que Ancelotti no ha sabido, por ahora, ajustar. Hay quien sólo ve la responsabilidad del entrenador en no saber conducir “el Ferrari” que Florentino Pérez le ha puesto en las manos pero ¿es sólo Mbappé?
Defensivamente, el Madrid mete miedo al miedo. Con muy poquito cualquiera lo desarbola. Hasta un ciego veía ya en junio, cuando por fin se formalizó el eterno fichaje del 9 francés, que el equipo necesitaba un defensa central, un lateral de reemplazo y al menos otro centrocampista de corte organizador. Ahora necesita, para ayer, como poco dos centrales con experiencia en la batalla a cuya sombra pueda crecer Raúl Asencio. No obstante el club, empeñado en la terminación del estadio, consideró en verano que era a todas luces innecesario reforzar la plantilla con esos accesorios “secundarios”. Por lo que cuesta un central suplente, pensará Pérez, insonorizo el Bernabéu y me quedo tan oreado.
Otro día habría que considerar lo que, sin darle la razón a la campaña de descrédito movida por intereses bastardos ajenos por completo al “bienestar vecinal” que intenta arruinar el concepto del Bernabéu como eventódromo, parece una seria chapuza: fiar el futuro de la institución a una reforma con razonables dudas estructurales que, por el momento, han llevado a cerrar la agenda de conciertos hasta bien entrado el año que viene. Aunque esto no es una cuestión estrictamente futbolística es imposible, la verdad, no pensar que la inversión del Madrid en la reforma del campo no está afectando a los planes deportivos inmediatos.
El Ferrari no tiene ruedas traseras y la dirección está rota. No hay centrales más allá de Rüdiger, quien un buen día puede petar, a la vista de la plaga de cruzados que asuela al equipo. No hay lateral derecho y el pivote continúa siendo una incógnita. No es un problema de actitud, sino de concepto y de recursos.
El primer cuerpo del problema, entonces, es Mbappé. De los tres, el mejor, a leguas del segundo, es Vinícius Júnior. Su rendimiento es impresionante y, ahora mismo, su presencia en el once titular no tiene discusión. De los otros dos sí que habría que hablar. Mbappé es un hombre dentro de un laberinto. A priori, parece un problema irresoluble: con 25 años habría quien diría que ya ha jugado sus diez mejores partidos como futbolista profesional, ninguno por supuesto en el Madrid. Es un jugador menguante, tocó techo con 18 años y lo que el madridismo se ha llevado siete largas temporadas esperando es un tipo no tan rápido como creíamos cuyo repertorio es corto y previsible. A diferencia de Vinícius, que es capaz de inventarse un Orinoco en mitad del desierto del Sáhara, la imaginación de Mbappé es muy plana y su radio de acción queda limitado a un área superpoblada del ataque que sin embargo queda con frecuencia desconectada de la segunda línea, lo que genera un abismo terrible que a menudo aprovechan los rivales para sangrar el “balance defensivo” del Madrid con suma facilidad.
Bellingham, el tercer cuerpo, sigue sin hallar su sitio y se pasa los partidos echando maratones sin sentido. La estructura del equipo el año pasado, en órbita alrededor de Kroos, favorecía su mejor virtud, que era la llegada, la aparición imprevista, incluso la función de doble punta o falso nueve. Carletto, es verdad, ha estado desacertado y errático desde agosto en su búsqueda de una solución. Bellingham y Valverde, los más polivalentes de sus centrocampistas, han variado tanto de posición en este tiempo que ya uno no sabe qué son ni de qué juegan. Si la cosa, al principio, era suplir la baja de Kroos, ahora es ordenar todo este caos. La sensación con la que me fui del campo el día del Milan es que el equipo se le había ido de las manos, algo pavoroso teniendo en cuenta el savoir faire de un hombre cuya baza fundamental es la sabiduría y el trato con el futbolista.
El problema de los tres cuerpos obliga al Madrid a jugar como un ente amorfo. Condiciona la superestructura del equipo y además la relación con el palco, pues, naturalmente, ¿cómo va Carletto a sentar a Mbappé ni a Bellingham? Algo así le pasó hace veinte años con el finado Berlusconi. Il Cavaliere le dijo poco más o menos que jugara con cinco delanteros.
un doble pivote Camavinga-Valverde en torno al cual brujuleen Güler y Bellingham puede ser una solución de contingencia que, además, libere a los dos guepardos de arriba y ordene al equipo en torno a un 4-4-2 tradicional
Ancelotti siempre ha sido un excelente visir al que la experiencia y la inteligencia han guiado a la hora de adecuar las necesidades reales con los imperativos deseos de los sultanes. Pero esta vez el Ferrari no tiene ruedas traseras y la dirección está rota. No hay centrales más allá de Rüdiger, quien un buen día puede petar, a la vista de la plaga de cruzados que asuela al equipo desde agosto del año pasado. No hay lateral derecho y el pivote continúa siendo una incógnita. No es un problema de actitud, sino de concepto y de recursos.
No hay más cera que la que arde y por mucho que el Madrid sea el Madrid, no se pueden hacer milagros cada cinco minutos. Las lesiones quizá simplifiquen a medio plazo el asunto: un doble pivote Camavinga-Valverde en torno al cual brujuleen Güler y Bellingham puede ser una solución de contingencia que, además, libere a los dos guepardos de arriba y ordene al equipo en torno a un 4-4-2 tradicional. Pero esta es sólo una propuesta. Al fin y al cabo yo no soy Mina Bonino.
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Susan Martín era una cerdita indecente de pata Negreira. Vivía con su familia en una afamada masía. El edificio lucía lustroso por fuera, pero el entramado de vigas de madera que lo sustentaba se encontraba horadado por la carcoma. El payés que la regentaba había destinado el dinero necesario para el mantenimiento de la estructura y del funcionamiento de la explotación a otros menesteres y solo se ocupaba de la imagen exterior.
Susan Martín gozaba de privilegios que el resto de animales no disfrutaban merced a un relato inventado por el payés actual, por quienes le precedieron, y por otros marranos de diferentes piaras afines con mucho poder en el mundo de los puercos. En dicha fabulación, abundaban los perjuicios históricos sufridos por Susan Martín. Todos ellos, falsos.
Salvo en una villa y algún caserío, en el resto de masías, cortijos, barracas, cabañas, alquerías, cigarrales, corralones, pazos y casonas, el discurso falaz del payés y de la cerdita Negreira había calado. Susan Martín era pérfida, infringía multitud de normas porcinas, pero a pesar de ello era admirada por la mayoría de animales del país.
Su inmerecida buena imagen traspasó fronteras —no faltaron famosos que quisieron inmortalizarse con ella— y se extendió por cierto chalet suizo con mando en plaza, pero también por châteaus, dachas, isbas, palapas, yurtas e incluso tipis al otro lado del charco, donde emigraron un grupo de cerdos de la masía que previamente habían arrojado impunemente al barro a otros congéneres durante años.
Susan Martín era una cerdita consentida. Había sido malcriada por todos en el seno de una piara donde nunca faltó una trufa del Piamonte que llevarse a la boca y le consintieron cuantos caprichos se le antojaban a la marrana. Los diferentes payeses que la cuidaron no dudaron el sacar el fajo de billetes del bolsillo para ir allanando el camino de la gorrina, quien, al cabo de un tiempo, pensó que todo el monte era orégano, o bellotas, y decidió campar a sus anchas sin temor a las consecuencias, porque no las había.
Cada año tenía lugar un Campeonato de Liga de trufas en el cual porfiaban puercos de distintos lugares de España. El mecanismo del juego era muy simple: dado un rectángulo, delimitado con líneas de cal, de unas medidas reglamentarias de entre 100 y 110 metros de largo y 64 y 75 metros de ancho, dos cerditas rivales habían de localizar con el hocico, desenterrar y ligar con la boca una trufa escondida por un miembro del Comité Técnico de Adscritos (CTA). Quien antes lo consiguiese, ganaba.
El CTA, además, se encargaba dirimir en favor de uno u otro contendiente las disputas que surgían durante el juego aplicando el reglamento elaborado a tal efecto. También se había implementado un sistema de vídeo que grababa las contiendas, ya que en ocasiones era difícil dilucidar qué cerdita encontraba primero la trufa, pues numerosas veces la ganadora se resolvía por media pezuña. En caso de duda, las imágenes las revisaban miembros del CTA en un mesón cercano a la masía conocido como BAR.
A pesar de la existencia de otra cerdita llamado Mocita, procedente de una villa, que ganaba con asiduidad una competición análoga pero de ámbito europeo y mayor prestigio y rango, Susan Martín se alzaba con el Campeonato de Liga de trufas patrio —decisiones controvertidas del CTA mediante— con una asiduidad que desafiaba a las matemáticas y a la lógica, pues además de estas dos contendientes, participaban otras 18 competidoras de nivel que rara vez lograban imponerse a Susan Martín.
Históricamente, Mocita, la cerdita alegre y risueña, había dominado la competición gracias al esfuerzo constante y la ética en el trabajo. Sin embargo, tras una serie de movimientos en la cúpula del CTA, la situación cambió drásticamente y la de la masía comenzó a tiranizar los campeonatos. Quienes hacían públicas las dudas suscitadas por esta aberración estadística eran acusados de conspiranoicos y, salvo ellos, existía un consenso general en cuanto a que Susan Martín hocicaba con una calidad y precisión lejos del alcance de cualquier otra cerdita, lo cual le hacía merecedora de todos los títulos y loas obtenidas.
Un día, un grupo de tunos que recorrían los diferentes rincones del país en busca de historias para difundir en forma de cantares descubrieron que durante al menos 17 años, aunque tenían sospechas fundadas de que fueron muchos más, los diferentes payeses que estuvieron al mando de la masía habían estado pagando grandes cantidades de dinero al vicepresidente del Comité Técnico de Adscritos (CTA).
El terremoto fue considerable, pero los paisanos al frente de las diferentes instituciones encargadas de velar por la integridad de la competición se apresuraron a declarar que el comportamiento de Susan Martín y sus payeses era censurable, pero no podía conllevar ningún tipo de sanción de acuerdo a unas leyes que habían sido recientemente modificadas por coterráneos que habían alternado sus labores en la masía con su presencia en los organismos que gestionaban la competición. Todos aseguraban que los posibles delitos habían prescrito.
El payés afirmó que pagaba al CTA por la elaboración de informes, pese a que jamás se halló ninguno y sí las facturas de los abonos. El vicepresidente del CTA declaró ante las autoridades que le pagaban «para que todo fuera neutral», reconociendo implícitamente que influía en la competición. También salió a la luz que su hijo acompañaba a los adscritos encargados de enterrar el hongo y de impartir justicia antes de cada contienda. Y una investigación independiente halló pruebas de que Susan Martín era informada, vía CTA, de la ubicación de la trufa antes del comienzo de cada juego.
Tras décadas de mala gestión de varios payeses, Susan Martín se hallaba en situación precaria y no cumplía los requisitos mínimos para inscribirla en el Campeonato de Liga de trufas, pero, temporada tras temporada, el paisano al frente del mismo hacía la vista gorda y daba luz verde a su participación.
Un acaudalado terrateniente y ferviente seguidor de Susan Martín la avaló. Simultáneamente, a este avalista le fue otorgada la producción de las grabaciones del juego y el control de las imágenes que se suministraban a los miembros del CTA en el BAR. Nadie —salvo los miembros de la villa de la Mocita y un grupo de irreductibles defensores de la verdad encabezados por unos quijotes conocidos como galernautas— clamó por tamaño conflicto de intereses.
Las anomalías estadísticas continuaron. Cada vez que dos cerditas llegaban prácticamente a la vez a la trufa, el BAR decidía que la victoria debía ser para Susan Martín. Los tunos no veían nada extraño y no propagaban los hechos, hasta que, en una ocasión, el asunto de quién había hallado antes la criadilla de tierra cayó del lado contrario a la cerdita de la masía por apenas milímetros y venció la participante del caserío. Aquella jornada, los cantares clamaron por la limpieza del CTA, del BAR y del sistema en general. Paradójicamente, los mayores perjudicados durante los años de pagos de los payeses al CTA —el señor de la villa y Mocita— fueron acusados de manejar los hilos en favor propio.
A cada cerdo le llega Susan Martín, pero con aviesas intenciones y el objetivo de estafarle o competir contra él en desigual lucha trufada de trampas.
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Pionero del club blanco en su etapa como jugador, Pepe Berraondo fue uno de los primeros estandartes de la historia merengue. Un futbolista carismático y muy querido. Desde la defensa lideró a los madridistas a principios de siglo a la consecución de cuatro Copas seguidas entre 1905 y 1908. Su periplo como estudiante y futbolista en Inglaterra le hizo acreedor de grandes conocimientos y tácticas que puso en uso a su regreso España cuando se estableció en Madrid. Posteriormente militó en la Real Sociedad y también ejerció como prestigioso árbitro y un respetado periodista deportivo.
En su faceta en los banquillos dirigió a la Real, el Vasconia y la selección española junto a Julián Ruete y Paco Bru (y un partido con Manuel Castro) en una primera etapa en 1921. Volvió a la entidad madridista como entrenador de cara a la temporada 1927-28 y lo hizo, pese a sus reticencias, compatibilizando dicho puesto durante varios meses con el de seleccionador nacional en un segundo periodo. José Ángel Berraondo había nacido en San Sebastián el 4 de noviembre de 1878 y se trataba de uno de los personajes más relevantes del balompié español en las primeras décadas del siglo XX.
Berraondo sustituyó en el Real Madrid al dúo Santiago Bernabéu y Pedro Peris, que ejercieron como técnicos eventuales en la gira veraniega por América tras la salida del anterior entrenador Juanito Cárcer. El vasco, según publicó el diario El Liberal, llegó a la casa blanca el 18 de agosto de 1927. Un mes antes, en una entrevista en el diario independiente Euzkadi confirmó que había sido nombrado como seleccionador español: “no lo he aceptado más que en principio. Porque si bien yo estoy dispuesto a desempeñar una función en la que no me habrán de faltar sinsabores, quisiera también que me otorgaran facilidades que yo estimo precisas para que tanto la selección como el entrenamiento de los elegidos se haga con las más garantías de éxito. Yo tenía, estos días precisamente, una oferta para desempeñar la gerencia del Real Madrid cuando me ha llegado, inesperadamente, la noticia de mi nombramiento federativo”.
Al mismo tiempo de su llegada al club blanco, se creó el puesto de secretario técnico para Pablo Hernández Coronado y aterrizaron en el equipo jugadores de importante calado como Esparza, del Tolosa; Urquizu, del Osasuna; Prats, del Real Murcia y Gual, del Pasayako.
En ‘Gran Vida’ se realizó una semblanza sobre su persona y pensamientos del puesto de entrenador: “no rajarse nunca ante nada; aprovechar para entrenarse todos los días posibles, aunque diluvie; endurecer, en fin, a sus poulains; he aquí el substráctum de su entrenamiento. Los corolarios naturales son: que los pulmones de aquellos crezcan y los músculos se aceren; pero, sin embargo, no es tan partidario de la mera gimnasia como alguno pueda colegir; ni lo es tampoco del extremo opuesto, o sea del mero pelotear con el balón: lo imprescindible para no descuidar pulmones y músculos y luego muchos partidos de entrenamiento, con toneladas de barro o con suelo de marfil. El partido es en rigor la síntesis de todo, pues en él se dan los saltos más adecuados, las carreras más indicadas y el desarrollo de la vista futbolística y toque de balón. Esto es, al menos, lo que parece que debe creer, a juzgar por la abundancia de partidos que a sus jugadores les da, aunque estén solicitadísimos por otros matches de campeonato o del torneo minimalista”.
El propio entrenador escribió una pieza en Nuevo Mundo sobre la preparación de los jugadores de fútbol. En el artículo Berraondo explicaba que “ante el crecido número y la importancia de los partidos que se celebran, se ha hecho necesaria la intensificación de la preparación física de los jugadores. Estos han de adquirir la forma que se precisa para rendir el esfuerzo que exige la recargada temporada, poniendo especial cuidado en que las energías no se desgasten, pues el abuso trae consigo descenso de facultades, que influyen poderosamente en el juego de los futbolistas. Los entrenadores deben llevar sus vastos conocimientos, cada trainer tiene un sistema especial de preparación. La base principal es la práctica de aquellos ejercicios que produzcan la finalidad que se persigue. Los sprints, las carreras de velocidad, las carreras de fondo, los saltos de altura y en longitud, los de valles, los de cuerda y, finalmente, la gimnasia sueca, permiten que el jugador adquiera la velocidad, resistencia, agilidad y flexibilidad que requiere el juego rápido que hoy día se practica”. Hizo especial mención a la gimnasia sueca que “debiera ser en España ejercicio obligado en todos los Centros de enseñanza”. Por último, insistía en que “el estado de buena conservación física depende tanto de una vida ordenada como del mejor estado de preparación orgánica”.
A la vuelta del equipo de la exitosa gira por América comenzaron las competiciones nacionales. Los blancos compatibilizaron su participación en el Campeonato Regional con la del Torneo de Campeones, una competición que fue un ensayo para la Primera Liga y que reunía a los seis campeones de Copa. La organización acabó por ser un desastre, con un calendario improvisado, varios aplazamientos y algunos clubes no llegaron a jugar sus diez partidos y se quedaron en nueve. El cuadro madridista terminó en 4º lugar con ocho puntos.
En el Regional, el Real Madrid terminó en lo alto de la tabla, conformando un triple empate a puntos con Athletic de Madrid y Racing. Se jugaron tres partidos para dirimir al campeón, y aunque en el Metropolitano los merengues vencieron 0-4 al Racing, la derrota en Chamartín contra los colchoneros por 1-3 les dejó sin título. Sí consiguieron, pese la derrota, la clasificación para la Copa del Rey.
No fue una campaña fácil para Berraondo al ostentar el cargo de seleccionador. Durante la temporada, en dos ocasiones debió dejar sus funciones en el conjunto madridista para irse a dirigir a España. La primera fue el 10 de enero de 1928 en un amistoso contra Portugal en Lisboa y la segunda el 22 de abril en otro amistoso frente a Italia en Gijón.
En ‘Gran Vida’, se escribió que tuvo algún problema como el caso Cholín, cuando al delantero centro de la Real Sociedad se le prometió la internacionalidad si fichaba por los madridistas. Berraondo, un buen deportista y caballero, recibió críticas porque no se pensaba de él realizar una gestión así. Otro asunto que causó revuelo en la prensa vasca fue la recusación madridista del árbitro guipuzcoano Insausti, aunque Berraondo explicó que su informe al club era positivo y la decisión vino de un directivo que no veía bien a un colegiado vasco para un choque contra el Athletic. También se tuvo en cuenta que el acaparamiento de ambos puestos era una coacción para jugadores, árbitros, etc. Y que, por vigilar al equipo nacional, forzosamente desatendía al club blanco, pues la ubicuidad era imposible. Berraondo llegó a presentar la dimisión tras el partido contra la azzurra que no le fue admitida por el Comité Nacional y acabó dirigiendo al equipo nacional en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam.
En el Campeonato de Copa los resultados tampoco fueron los esperados en el cuadro merengue. El inicio fue esperanzador en la fase de la liguilla después de haber superado la eliminatoria de clasificación ante el Patria FC. El Real Madrid tenía rivales de entidad, pero consiguió quedar entre los dos primeros puestos que garantizaban el billete a la siguiente ronda. El equipo blanco terminó en segundo lugar empatado a puntos con el Alavés de Ciriaco y Quincoces y dejando fuera entre otros al Athletic Club, Athletic de Madrid y Racing. Los mejores triunfos llegaron ante los colchoneros, tomándose la revancha del Regional, a los que ganaron en los dos encuentros, con especial importancia el de Chamartín por 3-0. También fue importante la victoria en el feudo blanco contra un potente Athletic Club por 3-2. En cuartos de final, el rival fue el Valencia. Se esperaba pasar ante los che, pero el partido de ida en Chamartín supuso un gran chasco en las aspiraciones merengues. El Valencia logró un valioso empate y en Mestalla ser superiores en la primera mitad les fue suficiente para apear al Real Madrid.
La temporada concluyó de forma feliz con un título en el mes de junio. En la Copa Federación Centro, que reunía a partido único al campeón y subcampeón del Regional, se midieron al Athletic de Madrid. Berraondo no pudo dirigir a los suyos, ya que estaba volviendo de los Juegos Olímpicos y ese mismo día 7 la expedición llegó a San Sebastián y él almorzó en Irún. Sin el técnico en el banquillo y con los infantes don Juan y don Gonzalo en el palco de Chamartín, el Real Madrid se impuso al cuadro rojiblanco con claridad por 3-0.
Tras el torneo olímpico Berraondo volvió a presentar su dimisión como seleccionador nacional y esta vez sí se la aceptaron. Parecía entonces que continuaría en la casa blanca y en septiembre se incorporaría a la pretemporada que hasta entonces dirigía Santiago Bernabéu. Sin embargo, a comienzos del mes de octubre saltó la noticia con la dimisión del técnico de forma irrevocable de su cargo como entrenador madridista. Los motivos aducidos es que se retiraba discretamente de la vida activa del fútbol y que lo hacía por motivos personales y de salud. Dejó la capital y se marchó a Hernani, donde residían sus familiares.
Fotografías: archivo Alberto Cosín
Capítulos anteriores:
1.- Entrenadores del Real Madrid: Mr. Firth
2.- Entrenadores del Real Madrid (II): Kinké
Buenos días. Ya llueve menos. Resulta que el equipo cliente de Negreira, contra todo pronóstico y como a estas horas ya sabréis, se dejó ayer tres puntos en Anoeta. Este resultado, en combinación con la espléndida goleada de los de Ancelotti el sábado ante Osasuna, sitúa al Madrid a 6 puntos del líder, que serán tan solo 3 si logra ganar el partido aplazado de Valencia (recordemos que el Madrid tiene un partido menos).
Como dice As, la Real domó al rival, vimos un recital de Kubo y el gol realista lo marcó Becker, futbolista holandés de nacimiento que juega para la selección de Surinam y cuyo apellido se escribe sin tilde, lo que no nos impide acordarnos de Gustavo Adolfo. Mientras haya la posibilidad de que el equipo cliente de Negreira pierda alguna vez, habrá poesía, y desde luego habrá liga.
Para que esta anomalía haya tenido lugar, se han tenido que dar varias perturbaciones en la Fuerza. La Real no ganaba al equipo cliente de Negreira desde 2016. Básicamente, la Real nunca hace semejante cosa. De manera tradicional, ofrece una proverbial laxitud ante lo blaugrana.
Ayer, sin embargo, dio lo mejor de sí. A base de hacer un buen uso de sus ventanas de sustituciones, logró compensar el gran momento físico del equipo catalán, nivel que tiene a todo el mundo con una ceja levantada, en plan Carletto, cuando no con las dos, o cuando no con las dos fruncidas en torno al ceño, en gesto de sospecha.
La otra perturbación tuvo lugar en el VAR. Marca se apresura a subrayarla en su portada.
Efectivamente, sucedió lo impensable y el VAR, esta vez, pudo perjudicar a los azulgrana. Han montado en cólera en la Ciudad Condal, así como en las sucursales capitalinas del club que corrompió la competición durante un mínimo de 17 años. Vía su obediencia a Tebas, Marca es ya una de esas sucursales, y por ello siente la necesidad de traer a su primera plana el dibujito de los monigotes que parecen poner en tela de juicio un fuera de juego milimétrico en un gol anulado a Lewandowski.
Qué gracia, amigos. Hoy sí. Hoy sí toca cuestionar el fuera de juego semiautomático, que todos sabemos que es más semi que automático pero solo hoy lo recordamos. Los negreiros llevan 14 goles anulados a sus rivales por fuera de juego, muchos de ellos tan milimétricos como este, y no vimos el dibujito en portada, amigos marquistas.
“Traspié del Barça”, suelta el diario de Juancho Gallardo. El traspié ha sido más bien de Tatxo Benet, responsable de brindar las imágenes del partido a la sala VAR, que pese a ser también miembro del consejo de administración de una filial culé no ha sido capaz, esta vez, de tenerlo todo tan atado y bien atado como aparentemente lo tienen. Se ha producido una distorsión imprevista, y el colegiado al frente del VAR ha decidido miccionar fuera del recipiente, tomando una decisión que se aleja de los parámetros marcados de antemano por el sistema de corrupción tecnológica imperante.
Muy bien va a tener que explicar esto el amigo Tatxo en el próximo consejo de administración de Barça Studios. Pero que muy bien.
En una línea de seguidismo de su colega capitalino, que a día de hoy le supera muchas veces en barcelonismo, Mundo Deportivo abraza el juego de palabras con el pie de Lewandowski. “Con mal pie”. Nada de que los de Flick fueran ampliamente superados por los de Imanol. No, de eso nada. Tan solo importa el pie de Lewandowski, o para ser más exactos su bota. Hay duda, ¡ni siquiera certeza!, de que el VAR se equivocara de bota a la hora de marcar la posición, y tomara por bota de Lewandowski la que en realidad era bota de Aguerd. Dame la bota, María, que me voy a emborrachar, aprovechando que ya falta poco para Navidad y que Tatxo, ¡nuestro Tatxo!, nos ha fallado esta vez. También nos ha fallado nuestro Clos. Nos fallan hasta los más paradigmáticos ejemplos de negreirismo. ¡A dónde vamos a parar!
Están nerviosísimos en la esquinita. Flick, incrédulo ante la aberración de que esta vez no les haya servido tener un topo institucional en el VAR (Tatxo), montó en cólera ya sobre el césped, y regañó mucho al árbitro colchonero Cuadra Fernández (¡otro que nos ha fallado, pese a sus colores aliados!). Cuadra le explicó, en un inglés sorprendentemente bueno, que no tenía necesidad alguna de inventarse un fuera de juego. Iñaki Peña, en el pospartido, pidió airadamente que esto se investigue. Normal. No pagamos a Tatxo para que se le vaya de las manos el asunto del VAR. (Iñaki Peña es el portero del club cliente de Negreira. Lo aclaramos porque, como a sus rivales les pitan fuera de juego continuamente, su nombre no suele salir a relucir en las retransmisiones, controladas a su vez por Roures, a la sazón guía espiritual de Tatxo).
El hecho es que ya llueve menos, amigos galernautas. Os dejamos con la portada de Sport, donde también están moscas con Tatxo, Clos y la bota simbiótica de Lewandowski-Aguerd.
Pasad un magnífico día.
Unos veinte laterales, centrales, laterales-centrales, centrales-laterales, diestros unos, zurdos otros, ambidiestros algunos, unos veinte, por orientarles, han recomendado los expertos al Madrid estas últimas horas para suplir a Militao. Ninguno pone un duro, ninguno de los expertos, digo. Pero sí, los inútiles de los técnicos madridistas están ya orientados. Los que ficharon al mismo Éder, Vinícius, Bellingham, Camavinga... Esos tipos. Que lo sepan: hay por lo menos veinte tíos que les vendrían al pelo.
Me recuerda una mañana en Sarriá cuando el Espanyol estaba necesitado de refuerzos y se formó un corro de periodistas y aficionados alrededor del entrenador, el gran José María Maguregui, el Magu en los ambientes. Aquella era una peña la mar de divertida. Acababa el entrenamiento y todos hablaban con todos y muchos acababan en el bar de enfrente, el Sarriá-82, comiendo calamares, callos, lo que se terciara.
En estas salió uno y le dijo: "Pedersen estaría bien". Sin dejarla botar se lanzó otro: "Pues Cágarsen —con pronunciación potente y rápida en la primera a— también es interesante". Eran tiempos de gran influencia danesa post-Lauridsen. El Magu arqueó las cejas y sentenció: "Ese deber ser muy caro". La cosa acabó que no le ficharon a nadie.
Y eso, lo de fichar a nadie, puede pasar en el Madrid de las desgracias. De momento, hasta enero nada. No se me ocurre futbolista libre capaz de llegar antes. Quizá los expertos... Cuando abra el mercado, veremos. Y no, no lo veo claro. A ver. Es de cajón que se ha quedado en cuadro atrás. Cuatro de los cinco titulares, el eje que permitió asaltar la 14, no está. Ya pasó parecido y vuelve. Courtois, para poco tiempo, a Dios gracias. Carvajal y Militao, ya saben. Y Alaba, veremos a ver. Sólo resiste Mendy.
Es de cajón que un refuerzo, incluso dos, sería la mar de bienvenido. El Madrid fue en verano el defensa optimista del que habla Ancelotti. Se marchó Nacho, se escapó Yoro y le pareció que con lo que había más Tchouaméni si era menester iría tirando con la vista puesta en Alexander Arnold y Davies, jugadores libres a partir del 1 de enero. Además, el club no encuentra la máquina de hacer billetes ni en Amazon y tampoco domina el noble arte de la palanca.
En situación excepcional como esta, el Madrid puede y debe mantener la cabeza fría y poner las luces largas. El niño ha venido de nalgas esta temporada. Hay que ayudarle. Y a la madre, claro. Es el fútbol, es la vida
Carvajal, Lucas, Militao, Rüdiger, Alaba, Mendy, Fran García, Tchouaméni y Vallejo. Hombre, si en este no confías es uno menos. ¿Faltaba otro? Sí, le hemos levantado la cola al bicho y es macho. Nadie podía imaginar lo que vendría. Por lo que nos contaron en verano, el truco era Joan Martínez, que no tardó en incorporarse al pelotón del cruzado. Jacobo Ramón y Asencio, el más joven Fortea, era y es personal interesante en el que descansar si sucedía lo normal: una roja, dos a tiempo, un tirón... Las bajas inevitables y asumibles en cualquier temporada. 'Esto' lo ha superado todo. Las tres lesiones durante el primer tiempo ante Osasuna fueron la guinda maligna.
Veremos qué se puede fichar y a qué precio. Quién puede mejorar al equipo de verdad y quién será un parche, y encima caro, pensando que en medio año, pasado mañana, o sea, el club irá al mercado a por lo que sí estará convencido que le reforzará: seis meses y seis años. No es una decisión fácil, pues va ganando —con o sin lesiones— la ruidosa idea de que el Madrid no debe perder y así, sin fichar, pierde seguro.
Se relaciona Real Madrid con urgencias, es una memez cósmica. Las tiene, claro. Pero es el que menos y muy distintas a los de las demás: juega para mantener o ampliar la sideral diferencia que le separa del segundo clasificado
Se relaciona Real Madrid con urgencias, es una memez cósmica. Las tiene, claro. Pero es el que menos y muy distintas a los de las demás: juega para mantener o ampliar la sideral diferencia que le separa del segundo clasificado. Éste y el resto quieren ser el Madrid. Hay diferencia, sí.
Ganar, ganar... Ha ganado el Madrid Copas de Europa para 30 años. En situación excepcional como esta, puede y debe mantener la cabeza fría y poner las luces largas. ¿Qué puede pasar? Que fichando o sin fichar gane o pierda. Gane un título, dos, tres, ninguno... ¿Y? Copas de Europa para 30 años, repito. El niño ha venido de nalgas esta temporada. Hay que ayudarle. Y a la madre, claro. Es el fútbol, es la vida. Yo no lo complicaría.
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