La Galerna es un medio que siempre defiende el madridismo, la sintaxis y la vanguardia. Muchas y muy buenas han sido las entrevistas y los entrevistados que se han mostrado en este medio, pero nunca antes se había interrogado a una inteligencia artificial sobre el Real Madrid, aunque sí se haya experimentado con ella. Por eso me he ido a hacerle unas cuantas preguntas a ChatGPT, una herramienta fantástica, que uso casi a diario y que, aunque sea una inteligencia artificial generativa, se nutre del conocimiento humano, recabado en Internet.
Hola, ChatGPT. Así, sin rodeos, ¿cuál es el mejor equipo de la historia del fútbol?
Si consideramos al mejor equipo de fútbol de la historia como una entidad que trasciende épocas y compite a lo largo de todas las generaciones, el análisis debe enfocarse en consistencia, número de títulos, impacto global, legado y capacidad para reinventarse. Bajo estos criterios, el equipo más destacado en términos objetivos sería el Real Madrid.
Explica un poco más las razones que te llevan a esta conclusión.
Bajo estos criterios, el Real Madrid es el mejor equipo de la historia (objetivamente):
Su capacidad para dominar y evolucionar lo posiciona como el club más trascendente de la historia.
Dicen los antimadridistas que lo del Madrid no es para tanto. ¿Estás de acuerdo?
No estoy de acuerdo. Los logros del Real Madrid, especialmente sus 15 Champions League y su impacto global, son únicos en la historia del fútbol. Cuestionarlos suele responder más a rivalidades que a hechos objetivos.
¿Por qué no consideras a otros equipos?
¿Qué te parece el trato mediático que recibe el Real Madrid? ¿Se corresponde a su grandeza?
El trato mediático que recibe el Real Madrid es innegablemente uno de los más intensos y polarizadores en el fútbol mundial. Debido a su historia, éxito y notoriedad global, el club está constantemente en el foco de atención, tanto positiva como negativa. Su grandeza histórica, marcada por los títulos de La Liga, Champions League y su protagonismo en momentos clave del fútbol, justifica en parte el seguimiento mediático.
En cuanto a si este trato se corresponde con su grandeza, podría decirse que sí, en términos de que el Real Madrid ha sido históricamente un club que marca tendencias y genera un impacto global. Sin embargo, también es cierto que, en ocasiones, la cobertura mediática puede volverse un arma de doble filo, ya que algunos medios pueden centrarse demasiado en aspectos negativos o en controversias que no siempre reflejan la verdadera magnitud de su éxito.
No me puedo resistir a preguntarte esto. ¿Fue el caso Barça-Negreira determinante en los éxitos del FC Barcelona?
De momento, no hay pruebas concluyentes de que estos pagos tuvieran un impacto directo en los títulos del club. Sin embargo, la magnitud del caso y las dudas éticas asociadas han generado una mancha en la percepción pública del club, especialmente si se demuestra que los pagos buscaban influir en el entorno arbitral. Hasta que haya una resolución judicial o federativa definitiva, el debate seguirá abierto. ¿Influyó? Probablemente, pero afirmar que fue determinante es, a día de hoy, una especulación.
Muchas gracias, chato
¡A ti siempre! Un placer ayudarte, ¡crack! 🚀⚽🎮
P.D.: Hasta los ordenadores saben que el Madrid es el mejor. Es una verdad aceptada universalmente, excepto por los antis, que tienen el disco duro averiado.
P.D. 2: Al final me voy de cañas con ChatGPT.
Getty Images.
El domingo se celebró una Asamblea del Real Madrid donde Florentino volvió a recibir el apoyo del madridismo.
Los amigos de fcQuiz quieren comprobar cuán atentos estuvisteis a la misma.
¿Podréis acertar todas las preguntas?
Getty Images.
El Real Madrid tuvo un fin de semana muy completo. Con la victoria contundente frente al Leganés y tras la Asamblea de compromisarios, el madridismo cerró un domingo curioso. A pesar de los agoreros, tuiteros avinagrados y youtubers apocalípticos, resulta que estamos a cuatro puntos del líder y con un partido menos. Además, los socios que acudieron a la Asamblea de compromisarios apoyaron a su presidente Florentino Pérez en todas y cada una de las cuestiones que estaban sobre la mesa. Para más información del sagaz aficionado, invito a todo aquel curioso a leer la crónica sobre la misma que escribió Jesús Bengoechea y su posterior reflexión sobre algunos aspectos como el tema societario.
De entre todas las intervenciones que tuvieron lugar, destaco la de Pedro López, vicepresidente del Real Madrid: “Para ganar seis Champions en diez años hay que tener una economía saneada, pero el Bayern Múnich también la tiene y ha ganado solo una en diez años. Además, hay que tener un gran entrenador y Ancelotti lo es, pero el City tiene a Guardiola, que es el inventor del fútbol, y el City solo ha ganado una en 10 años. También hay que tener grandes jugadores, el Paris Saint-Germain los tenía y no había ganado nada. Así que, la única diferencia y explicación lógica es porque tiene un presidente que se llama Florentino Pérez”. Magistral. Como diría el mítico entrenador argentino Coco Basile, tras esta genialidad hay que cerrar el estadio. Imposible de superar.
Más allá de la magnífica exposición de Pedro López, la verdad es que ilustra bien la única conclusión posible: únicamente una gestión brillante es capaz de ganar tanto a pesar de todos los vaivenes. En el mundo del fútbol, lo conseguido en esta segunda etapa de Florentino se escapa de toda lógica. Lo normal no es esto. Lo normal es tener el balance del City, el PSG o el Bayern. Y hablamos de ejemplos exitosos. Podríamos añadir también el recorrido de equipos como Juventus o Inter, que han ganado bastante en el terreno liguero pero en Europa han caído a pesar de haber llegado muy lejos.
Es decir, la gestión deportiva y económica del Real Madrid es tan descomunal que únicamente así se explica el éxito sin igual. No hay que olvidar que el club, antes de que su presidente iniciara su discurso en la Asamblea de compromisarios, puso varios vídeos despidiendo a mitos como Kroos o Nacho, otro resumiendo las gestas de la pasada temporada y en mitad de ellos destacó que solamente el Real Madrid ha ganado 6 Champions en una década. Y por dos veces. El Madrid actual y el Madrid de Alfredo Di Stéfano. De ahí que muchos pensemos que el Madrid juega para la Historia y su único reflejo en el espejo es su propia obra.
El Real Madrid juega para la Historia y su único reflejo en el espejo es su propia obra
Y esta noche vuelve la Copa de Europa. Llegamos con la necesidad de puntuar pero también fortalecidos. A pesar de las bajas, especialmente dolorosas en defensa, el equipo llega con un Valverde estupendo en su posición de lateral derecho y un Asencio que se está mostrando más que correcto. Sobre el primero escribió en La Galerna Francisco Javier Sánchez Palomares un certero perfil, y Antonio Valderrama describió el momento de nuestro canterano de manera magistral.
Y como si no fuera poco, Vinícius ha caído también en plena batalla. Lo perdemos para un mes. El mejor jugador del mundo sufre una lesión en el bíceps femoral de la pierna izquierda que le impedirá medirse al Liverpool, Getafe, Athletic, Girona, Atalanta y Rayo Vallecano.
A pesar del contratiempo, estoy confiante, que diría Cristiano Ronaldo. Confío en Brahim para acompañar a Mbappé. O en el concurso de un Arda Güler en estado de gracia, como pudimos comprobar el domingo pasado. También tendrá minutos Endrick. Indudablemente, la joven perla brasileña va a disputar sus minutos de refresco y casi por obligación partirá en el once inicial al menos un par de veces de aquí a fin de año. Con tranquilidad deben volver Rodrygo y Vinícius. Arriba tenemos suficiente arsenal como para que nuestras dos estrellas brasileñas se recuperen bien.
A pesar de todo y contra todos, el Madrid se planta en Anfield para medirse al mejor club inglés de la temporada. El Liverpool ha recuperado la energía que parecía perdida en la última etapa de Jürgen Klopp. Parece que Arne Slot ha devuelto la felicidad a la plantilla. El nuevo técnico neerlandés tiene al equipo en lo más alto de la clasificación de la Premier League, 8 puntos le saca al segundo clasificado. Hasta Mohamed Salah parece rejuvenecido. Este Liverpool será una buena piedra de toque para un Madrid que necesita sumar en Europa. Por partidos como el de esta noche nos hicimos futboleros. A disfrutar se ha dicho.
Getty Images.
El Real Madrid visita esta noche uno de los templos europeos en busca de ratificar las buenas sensaciones de los dos últimos partidos. Espera en Anfield Road, con sed de venganza, el equipo más en forma del continente. El Liverpool de Arne Slot llega en un momento sensacional, ya que es líder en solitario de la Premier League y, hasta ayer, de la Champions, mostrando una solidez defensiva que recuerda al propio equipo red de la temporada 2018/2019, siendo el equipo menos goleado en ambas competiciones. Esto último no es fruto de la casualidad, debido a que cuentan con un central experimentado que aún mantiene un alto rendimiento como Virgil van Dijk, y el que, para mí, es el mejor central de la actualidad: Ibrahima Konaté. Además, otros jugadores como Alexis Mac Allister, Luis Díaz, o Cody Gakpo han dado un paso al frente, asumiendo responsabilidades y asentándose en las alineaciones de manera habitual.
El exentrenador del Feyenoord ha mantenido los pilares que hicieron del Liverpool de Klopp un equipo competitivo y dominante, añadiéndole una pieza que ha dado otro enfoque a su idea: la inclusión de Ryan Gravenberch en el once ha sido un acierto monumental por parte de Slot, quien tiene en el centrocampista neerlandés un jugador con gran recorrido capaz de influir en todas las fases del juego y de aportar el equilibrio necesario a un equipo muy ofensivo, ya que juega con tres atacantes y un mediapunta.
La joya de la corona, su mejor futbolista, y el más intimidante para el equipo merengue, es Mohamed Salah. El atacante egipcio sigue manteniendo un rendimiento espectacular a sus 32 años, siendo decisivo en cada partido y en cada competición que juega. Sus cifras son apabullantes: 12 goles y 10 asistencias en 1.439 minutos, que se traduce en un gol producido cada 65 minutos. Es uno de los mejores futbolistas del mundo, y el que probablemente obligue a Ancelotti a tomar decisiones con respecto a su alineación.
Las bajas sufridas en los últimos partidos invitan a una reconfiguración táctica: es momento de volver al 4-4-2 que tan buen resultado dio durante gran parte de la temporada pasada. A pesar de las lesiones que han ido ocurriendo, no todo iban a ser malas noticias: Thibaut Courtois está listo para enfrentarse al equipo que amargó en aquella mágica final de París en 2022. El meta belga está completamente recuperado del contratiempo sufrido en el aductor de la pierna izquierda, por lo que el Real Madrid recupera al mejor portero del mundo para un encuentro trascendental en esta temporada, debido a la alarmante situación clasificatoria en Champions.
Las bajas sufridas en los últimos partidos invitan a una reconfiguración táctica: es momento de volver al 4-4-2 que tan buen resultado dio durante gran parte de la temporada pasada
La defensa ha sido, con diferencia, la zona más afectada por las lesiones. A pesar de ello, Ancelotti debería dar continuidad a la pareja Rüdiger-Asencio, la cual está demostrando una notable complementariedad, a pesar de la inexperiencia del joven central español. En los laterales, Fede Valverde será desplazado a la banda derecha, donde demostró que puede ser un factor muy competitivo precisamente en Anfield durante aquella eliminatoria de 2021. En el flanco izquierdo, Mendy debería ser el elegido. Bien es cierto que Fran García ha sido el titular durante los últimos encuentros, pero al tener en frente un extremo tan determinante y veloz como Salah, Carlo debería apostar por un especialista defensivo como el francés, quien debe reencontrarse con su mejor versión. Y no existe un mejor escenario que una noche europea con aroma a eliminatoria para hacerlo.
En el centro del campo, Camavinga se ha hecho dueño y señor del pivote con dos grandes actuaciones ante Osasuna y Leganés. Bellingham debe acompañarle en la sala de máquinas para poder asociarse con el francés, quien necesitará apoyos ante la presión asfixiante del Liverpool. Por delante, y en la posición de volante, Modric y Arda Güler deben jugar con libertad para ayudar a Camavinga, y escalonarse para poder distribuir el juego. Arda debe jugar un papel esencial. Jugará por la banda de Andrew Robertson. El lateral escocés se encuentra en un bajo momento de forma para lo que se le presupone a uno de los mejores laterales del mundo. El joven mediapunta turco debe explotar esta debilidad mediante su movilidad, habilidad para el regate, y visión.
Respecto a la delantera, la lesión de Vinícius es un contratiempo irreparable para el Real Madrid. Ha perdido al mejor jugador del equipo, que tiene un idilio con esta competición, y especialmente ante el Liverpool. Tras este varapalo, es momento para que Mbappé asuma la responsabilidad de liderar a la escuadra. El atacante francés va a tener la oportunidad de jugar en su mejor posición, y se necesita su mejor versión de manera urgente. Para completar la alineación, lo normal sería que Ancelotti eligiera a Brahim para formar una doble punta junto a Kylian. Sin embargo, Endrick sería una mejor opción, ya que el brasileño responde a ese perfil de delantero clásico, que fija centrales y les obliga a estar pendientes de él durante todo el partido. Además, si decidiera alinearle, diseñaría el escenario perfecto para Mbappé: jugaría por la banda izquierda y con un delantero de referencia.
La situación es compleja, tanto por la clasificación como por la magnitud del rival que tendrá en frente el Real Madrid. Pero hay una frase que cae como anillo al dedo en este contexto, y más si atendemos a la historia reciente del club blanco: “No hay mejor momento para matar que cuando ya te dan por muerto”.
Getty Images.
Quinta jornada de la Champions League y el Real Madrid visita el templo de Anfield. Enfrente, un Liverpool que es el equipo en mejor estado de todo el continente. Arriba en la competición europea y líder en la Premier, donde empieza a sacar una ventaja interesante a todos sus perseguidores. El conjunto red vio cómo en verano se marchó su leyenda de los banquillos Jurgen Klopp. Sin embargo, su ausencia apenas se nota gracias al excelente trabajo de Arne Slot, que no ha tocado demasiadas piezas y ha construido un Liverpool igual de temible que el de años atrás. Un candidato sin ninguna duda a ganar la Champions 2024-25. Para el partido ante los blancos ha recuperado a última hora a Alexander Arnold, aunque está por ver si juega de inicio. Las bajas confirmadas son las de Alisson, Jota, Tsimikas y Chiesa. Por tanto, con estas ausencias, el XI probable que salte al césped del coliseo red en formación de 1-4-3-3 sería el formado por Kelleher en portería; Arnold en el lateral derecho, Robertson en el lateral izquierdo; Van Dijk y Konaté como centrales; el mediocampo para MacAllister, Gravenberch y Curtis Jones; en el ataque Díaz por la izquierda, Salah por la derecha y Núñez en punta.
Una seña de identidad del entrenador neerlandés. La presión es una de sus características como técnico y una de las razones por las que el Liverpool vuelve a ser una máquina de ganar. La agresividad, intensidad y vehemencia que pone todo el equipo, empezando por los delanteros, es fantástica por el estilo coral que demuestran. En muchas ocasiones roban el balón o generan pérdidas muy peligrosas cerca del área que acaban con ocasiones claras o goles. MacAllister es el que tira del equipo de arriba para meterlo prácticamente en el área rival y la defensa se sitúa en el mediocampo. El papel del Real Madrid en la salida será fundamental para saltar la primera línea con ayuda de los mediocampistas. Si se logra superar la presión, las posibilidades de hacer daño en transiciones a los reds será muy alta, ya que el ataque será un cara a cara con los centrales, dándose situaciones de 3 vs. 3 o 4 vs. 4. Es una de las formas de hacer daño al equipo inglés.
La salida de balón del Liverpool siempre será mejor con Van Dijk. Con él se consigue sacar el esférico jugado y limpio desde atrás. Tanto a ras de suelo como en los desplazamientos en largo que realiza con enorme precisión el neerlandés. Otra de las alternativas que se ven a lo largo de los partidos es meter más por dentro a Alexander Arnold, casi como si fuese un interior, para recibir y que él distribuya con ese pie derecho primoroso que posee. Está por ver el plan de Ancelotti, si opta por presionar arriba intentando dificultar la salida, como en Leganés, o si prefiere un bloque medio, como en muchos encuentros de la temporada. Si se les ahoga, se pueden sacar réditos muy importantes obteniendo situaciones de peligro muy cerca de la meta de Kelleher. Un factor vital a tener en cuenta será el mediocampo, y en especial MacAllister y Jones, que también colaboran en la salida, al bajar unos metros su posición y apoyar a los centrales. Tienen movimientos muy trabajados y los laterales también progresan con el cuero en velocidad. Además, en caso de un balón largo, buscan pases en diagonal a las bandas para aprovechar la velocidad de Salah o el cuerpo y la potencia de Núñez.
Partidos a un gran ritmo de balón, circulación, presión e intensidad. Un equipo que agobia y te hace sufrir en el terreno de juego. Se conoce de sobra al Liverpool y sabemos que son muy dinámicos, rápidos y verticales. Los primeros 20 minutos son una tortura para el rival en Anfield. En este aspecto el Real Madrid ya lo sabe y debe salir preparado y concentrado para la tormenta inicial, porque es una escuadra que crea ocasiones para marcarte dos goles en cinco minutos sin que te des cuenta. Si consigue el Real Madrid detener esa primera oleada, se equilibrarán las fuerzas y ahí es cuando el cuadro blanco debe tratar de imponer su ritmo y estilo de juego. Es tal el desgaste físico que propone Slot a sus jugadores, que pasada la hora de juego bajan un par de escalones su velocidad y su presión, porque es imposible mantenerlo durante 90 minutos. En su feudo, apoyados por el público y con un campo que es más corto de lo habitual (unos 101m de largo), aprietan hasta límites extraordinarios.
El devastador poder goleador del Liverpool en temporadas anteriores ha vuelto tras un par de años de ausencia. Luis Díaz ha dado un paso al frente y Salah vuelve a recuperar la forma de antaño. Núñez no es tan eficiente, pero las oportunidades las genera, aunque luego le cuesta materializar. Además, Gakpo desde el banquillo es un estupendo revulsivo. En la Champions llevan 10 tantos en cuatro partidos y en la Premier 24 en 12 encuentros. El papel de los laterales continúa siendo básico en la idea de Slot, siendo casi extremos cuando se desenvuelven en ataque. No paran de llegar hasta línea de fondo, doblar a los extremos y participar en las jugadas ofensivas. Los dos, pero sobre todo Arnold, disponen de un guante para centrar, y en el caso del inglés también para probar desde la larga distancia. En el medio campo, Curtis Jones está en una gran forma, Granvenberch vive su mejor momento en el equipo red y MacAllister es una garantía de eficiencia y eficacia. Por último, en el juego aéreo cuentan con valladares como Van Dijk, Konaté o Núñez, que deberán ser estrechamente vigilados en faltas y córners. El Real Madrid sufrirá por arriba, y Asencio y Rüdiger tendrán que mostrarse contundentes con la ayuda que puedan recibir de los Valverde, Camavinga y Bellingham en la estrategia red.
El conjunto rocoso, complicado de ganar y que dejaba la portería a cero muchos días ha vuelto. Es el cuadro menos goleado de la Premier con solo 8 dianas recibidas y en la Champions solo les ha marcado Pulisic a los tres minutos del estreno de la competición. Después de unos años en los que dejó de ser fiable atrás y tuvo trazas de mucha vulnerabilidad está volviendo a ser un equipo expeditivo y sólido. La pareja de centrales está a un nivel excepcional y ahora es Robertson el que vive un peor momento, por lo que ambas bandas son las zonas por las que profundizar y crear peligro por parte de los Brahim, Mbappé y Arda. Además, tienen físico y poderío por el carril central con el argentino MacAllister y el neerlandés Gravenberch.
Las temporadas pasan y es Salah todavía el jugador franquicia del equipo. En su último año de contrato vuelve por sus fueros. Brilla por ser un jugador diferencial gracias a su olfato goleador, su técnica, su velocidad y su desborde. A todo ello hay que sumar que está facturando con enorme facilidad. En estos momentos acumula 11 goles y 10 asistencias en 18 partidos de todas las competiciones. Su duelo con un Mendy que está dos escalones por debajo de lo visto el curso pasado se antoja emocionante. Si el francés sujeta al egipcio el Real Madrid tendrá mucho ganado. Además, el lateral recibirá ayudas de Camavinga y de Rüdiger en la salida hacia afuera del africano. Si Salah te encara en velocidad, es prácticamente imparable y pese a ser zurdo no tiene mal escape por su perfil derecho para centrar o disparar.
Getty Images.
Buenos días, amigos. Se ha lesionado Vinícius Jr. Tiene aproximadamente para un mes antes de estar recuperado y poder volver a los terrenos de juego. La noticia supone un contratiempo de primera justo cuando el Madrid vuela ya en dirección a Liverpool para afrontar su compromiso en Anfield, amén de otros muchos que se otean ya en el horizonte en el mes de diciembre, la mayor parte de ellos lejos del Bernabéu. Se espera que el brasileño esté de vuelta para la disputa de la Intercontinental.
Se añade esta baja a las de larga duración de Carvajal y Militao, que arrastraremos para lo que queda de temporada, así como a otras de menor gravedad sufridas por puntales de la plantilla como Rodrygo, Tchouaméni o Lucas Vázquez. El Madrid está en cuadro y no falta quien culpa a Ancelotti no solo de las lesiones en general, sino de esta última de Vini en concreto. Arguyen que el técnico italiano no rota suficientemente o no introduce los cambios adecuados, en los momentos pertinentes, para ayudar a sortear esta plaga.
En nuestra opinión, la culpa no es de Carletto, sino de una combinación letal de mala suerte y acumulación insostenible de partidos, entre los cuales cuentan de manera decisiva los que los futbolistas juegan con sus equipos nacionales. Otra cosa es si Ancelotti administra los minutos de la mejor manera posible de cara a minimizar el daño en la salud de sus hombres, derivado de esta plaga de partidos. Nos faltan elementos de juicio para ser taxativos sobre esto, aunque un análisis profano y casi instintivo mueve a pensar que esa gestión es manifiestamente mejorable.
Somos conscientes de la dificultad. No es nada fácil armonizar el cumplimiento de los objetivos deportivos a corto plazo, lo que sencillamente se traduce en ganar el próximo partido, con la puesta en práctica de rotaciones que, en todo caso, tampoco garantizarían la ausencia de lesiones. En definitiva, Carlo no es el problema, si bien no está claro que esté aportando las mejores soluciones, en el entendido de que soluciones perfectas tampoco hay. Tampoco se comprende bien que Vinícius disputara los noventa minutos de Butarque sin la menor queja y luego resulte estar lesionado para un mes, aunque también se entiende la tradicional renuencia del futbolista a darse por enterado de sus propias molestias.
En definitiva, el tema da para infinidad de matices.
Veamos cómo enfoca la prensa nuestra de cada día el asunto de esta lesión.
Sport convierte este infortunio blanco en el argumento central de su portada. Ni siquiera dentro de la proverbial obsesión blanca que padece este rotativo recordamos que hayan hecho antes algo así. Hay que tener un respeto por el rival lindante con el pánico para darle la primera plana entera a la lesión de uno de sus futbolistas. Pánico, a su vez, lindante (queremos pensar que no) con la alegría o al menos el alivio por la lesión. ¡Y eso que el club cliente de Negreira disputa hoy mismo partido de Champions!
No. Queremos pensar que no. Que no se alegran.
Queremos pensar.
Mundo Deportivo disimula un poco más, situando como noticia central el referido partido (ante el Brest) que los de Flick juegan esta misma noche, pero no por ello se priva de dar magnitud de relevancia a la lesión del astro brasileño del gran rival.
Marca muestra un divertido contraste con Sport. El periódico presuntamente madridista le da un mínimo destacado en negro a la desgracia de Vini, mientras el medio barcelonista lo nombra noticia del día. ¿Será que Marca no quiere enfatizar la precaria situación blanca en cuanto a lesiones, para restar atenuantes a una posible derrota de los compañeros de Vini, posibilitando que de este modo arda (nada que ver con Güler) Troya?
Por último, está As, que comparte con Sport la idea de considerar la lesión de Vinícius como la noticia más destacada del día, pero de un modo más lógico por suponerse que la mayor parte de sus lectores sienten afinidad con el Madrid.
Y hasta aquí el portanálisis de hoy, estimados amigos. Pasad un buen día, con la vista inevitablemente puesta en Anfield.
A menudo se llega a los sitios por caminos inesperados. Suele ser el caso de Ancelotti. El entrenador italiano siempre encuentra soluciones a los problemas más complejos gracias, muchas veces, a la casualidad y al infortunio. Ya decía Napoleón, con mucha razón, que prefería un general con suerte antes que uno bueno. Las lesiones de unos son las puertas abiertas para los otros, y en este caso la de Militao ha franqueado el paso a Raúl Asencio. Su puesta en escena no ha podido ser más pulcra.
Asencio ha dado la impresión, hasta ahora, de ser todo lo que se le pide a un canterano: un tipo, como El Duque, feo, fuerte y formal. No es, por supuesto, Cubarsí pues, claro, ¿quién puede igualarse siquiera al angelito ingrávido, al efebo dotado de la gracia, querubín inigualable del Disneyland catalán de La Masía, al sin par Pau Cubarsí?
Asencio ha dado la impresión, hasta ahora, de ser todo lo que se le pide a un canterano: un tipo, como El Duque, feo, fuerte y formal
No es, digo, Cubarsí, pero Asencio parece bastante bueno. De momento —sólo ha jugado dos partidos con la blanca del primer equipo—, puede romper en Nacho o en Miguel Torres. Quien, la verdad, aunque quede ya lejos, cuajó un par de buenas temporadas en aquel Madrid de entreguerras que ganó dos ligas seguidas entre Capello y Schuster.
Asencio ha mostrado ser rápido y no tener miedo. Cuando tiene que chocar, choca, y cuando tiene que cortar, abajo y al suelo, no duda en fajarse limpiamente en el tackle, que es la prueba del algodón de todo defensa. Con la pelota en los pies tiene soltura, la juega con corrección e incluso con un atisbo de maestría, como probó el pase en largo, precioso, sutil y parabólico, que le puso en bandeja a Bellingham en el Bernabéu, en su debut, para que el inglés se estrenara esta temporada.
Desde luego que Anfield va a ser el bautismo de fuego del muchacho. Tiene veintiún años y, ciertamente, ha llegado su hora de la verdad. Puerta grande o enfermería, consolidarse en el Madrid o iniciar un periplo de mediocridad y buenos contratos por Primera y Segunda hasta los treinta y cinco años. El Castilla lleva demasiado tiempo sin dar nada valioso al primer equipo, o sea, sin justificar su existencia, si es que el Castilla está, en 2024, para nutrir a un Madrid tan global que ha hecho del mundo su propia cantera. Que tengo yo mis dudas. Es un filial atrapado en un bucle perverso, quizá el horizonte final de esta modalidad de equipos-vivero en el siglo XXI, más pensados para sacar dinero con poca o ninguna inversión que para formar, propiamente dicho, a jugadores aptos para la élite. Lo entrena Raúl, por decir algo. Su ciclo parece quemadísimo desde hace tiempo y, por lo que sea, el Castilla ha terminado por ser su Purgatorio.
A lo mejor, embobados en la añoranza de Kroos, el Madrid ha hallado al sucesor de Nacho sin que nadie se diera cuenta
Asencio destaca por su seriedad. Tiene poso, temple y velocidad, mucho más por ejemplo de lo que se puede decir de Illarramendi, es un poner, que bien no era defensa pero costó cuarenta millones. O de Vallejo, reducido a un meme el pobre hombre. Asencio está atento y al quite, cualidades fundamentales ahora que el fútbol se juega tan rápido y, sobre todo, imprescindibles en un defensa del Madrid, que juega casi siempre sobre un abismo. Tiene casta, una de esas virtudes imponderables que no se traduce en datos pero que el aficionado con buen ojo caza al vuelo. La casta es importante, sobre todo cuando se afronta un trabajo de alto riesgo como es el de ser defensa central del Real Madrid. A lo mejor, embobados en la añoranza de Kroos, el Madrid ha hallado al sucesor de Nacho sin que nadie se diera cuenta. Desde luego que la confianza de Ancelotti en él parece total desde el principio, como si también Asencio fuera un defensa pesimista como Nacho, o sea, de esos que siempre esperan que pase algo malo y, por lo tanto, están siempre preparados para ello.
Las temporadas más recordadas del Madrid son aquellas en las que multitud de circunstancias a priori impensables acabaron ocurriendo, transformando los peligros en grandes oportunidades. Es el caso del año de La Octava, donde Del Bosque triunfó ante los mejores equipos de Europa con una defensa de cinco en la que Helguera hacía de hombre libre e Iván Campo, junto con Aitor Karanka, formaron una inolvidable pareja de centrales. Lo cierto es que el campeón de Europa va a jugarse el pase a la siguiente ronda con una defensa asentada sobre la base de Rüdiger y Asencio, una inopinada guardia pretoriana que no obstante ha dejado la puerta a cero en los dos últimos partidos, algo notable considerando que en los dos inmediatamente anteriores el equipo encajó siete. El reto está a la altura del Real Madrid, que es una fábrica de heroicidades sin cuento, así como de héroes.
El Madrid va a jugarse el pase a la siguiente ronda con una defensa asentada sobre la base de Rüdiger y Asencio, una inopinada guardia pretoriana que no obstante ha dejado la puerta a cero en los dos últimos partidos, algo notable considerando que en los dos inmediatamente anteriores el equipo encajó siete
Las circunstancias anómalas de esta temporada han conducido a que asistamos a un Liverpool-Madrid apasionante. Siempre lo es este tipo de partidos. El Madrid de Zidane y luego de Ancelotti ha demolido, en términos históricos, a este gran club, campeón seis veces de Europa, legendario monumento del fútbol británico y en su día bestia negra madridista. Hasta el año 2015 el Madrid se había enfrentado tres veces al Liverpool, con un resultado global tremendo de cero goles a favor y seis en contra: tres derrotas, una de ellas en la final de París del 81. Desde el segundo año del primer ciclo de Ancelotti, contando la final de Kiev y la de París en 2022, el Madrid le ha dado la vuelta a este guarismo de un modo además apabullante, totalitario: ocho partidos, siete victorias y un empate a cero. Por eso, aunque esta vez el Madrid parezca más frágil que nunca y el Liverpool ya no tenga a Klopp, la memoria sentimental perdura. Y genera el ecosistema más favorable de todos para que un chico que está empezando cuaje su primera gran noche europea, esas en las que todo parece de verdad posible.
Getty Images.
Me resulta difícil evitar la tentación, cada vez que hay una previa contra el Liverpool, de pegar el artículo en el que servidor señaló hace un tiempo las múltiples semejanzas entre ambos clubes, así como también sus diferencias, resumidas en la certera asociación Beatles-Pool vs. Stones-Real Madrid. Reconozco que la pereza y acaso cierta escondida vanidad me empujaron de nuevo a ello en primera instancia, pero es más fuerte la responsabilidad que siento hacia los lectores de esta página. De modo que me veo otra vez obligado a buscar nuevos enfoques para el encuentro entre reds y merengues, enfrentamiento por cuya escasez se lamentara Florentino hace algunos años y que desde entonces se afana en repetirse cada poco, como si de una maldición se tratase —una maldición sobre todo para ellos, conviene precisar—.
Buscando información sobre el Liverpool, me sorprendió comprobar que este año ha cambiado ostensiblemente la forma de su escudo. En esta era dominada por el marketing, seguramente los motivos sean prosaicos y hasta un punto espurios, pero me gusta pensar que la modificación se debió, en realidad, a una enloquecida búsqueda de reseteo tras todos los recientes palos recibidos por el Madrid. La lista no es precisamente corta: 2018, 2021, 2022 y 2023. Casi nada; creo haber escuchado por ahí que, desde entonces, Klopp ha dejado la cerveza y se ha pasado al Red Bull.
En cualquier caso, y sea por las razones que fuere, el nuevo emblema otorga protagonismo al Liver Bird, un ave mitológica supuestamente mitad águila —heredera del escudo de Juan de Inglaterra, fundador de la ciudad— y mitad cormorán. Aunque el impreciso trazo del dibujante la hace parecer, sobre todo a ojos hipermétropes, alguna criatura más insólita: quizá un hipogrifo, o incluso un dragón. Comparativa especialmente apropiada, tanto desde la perspectiva científica —existen teorías que defienden que las aves se hallan emparentadas con los dinosaurios— como desde la futbolística: habida cuenta de la ferocidad con la que el Pool se está manejando este año por los estadios de Inglaterra. Por otro lado, para la mayoría de nosotros los dragones constituyen la representación del salvajismo despótico, arquetipo de lo tenebroso y al mismo tiempo inspiran ese respeto que se siente ante lo telúrico. De modo que un club que adopta al dragón como símbolo está haciendo toda una declaración de intenciones. Quién sabe de lo que puede ser capaz: acaso de transformar a Salah de alivio cómico —esa especie de Mr. Bean que se lesiona por intentar agarrar él mismo a su marcador— a amenaza auténtica.
Un club que adopta al dragón como símbolo está haciendo toda una declaración de intenciones. Si el Liverpool se ha convertido en un dragón, necesitamos a un caballero blanco que lo derrote
Llegados a este punto, la alegoría cae por sí misma. Si el Liverpool se ha convertido en un dragón, necesitamos a un caballero blanco que lo derrote. Y qué mejor candidato, ante la desdichada ausencia de Vinícius, que un Mbappé que al fin podrá cabalgar sin obstáculos por su banda izquierda predilecta. Si se me disculpa de nuevo el ominoso pecado de la autocita, recordaré que, cuando hace algunos veranos Kylian dejó tirado al Madrid, el hastío me impelió a vincular sus infinitas indecisiones con Jacques Brel y su ne me quitte pas: ya saben, aquella desesperada súplica de perdón del cantante a su amante por no tener el arrojo de abandonar a su esposa por ella. Es de justicia reconocer que Mbappé finalmente sí dio el paso —no se descarta que fuera motivado por el estímulo de mi punzante texto—, si bien aún parece medio atrapado por la melancolía de la desgarradora canción. Los aficionados estamos deseando que se desembarace de esa pesada carga que parece portar sobre los hombros para abrazar el descaro que caracteriza al Madrid en la Copa de Europa: la insolencia de unos Stones, a veces algo tamizada por la ligereza, un punto frívola, de un Julio Iglesias. Si Mbappé no está preparado aún para abandonar su lengua materna ni se ve con confianza para gritarle a la grada los versos de Sympathy for the devil, me conformo con que mañana se plante en Anfield lo más relajado posible, quizá silbando la versión de La mer del mencionado Julio.
La elección de un tema tan liviano puede parecer una boutade en medio de la ceremoniosa solemnidad que suele transmitir The Kop, pero no se engañen: es más adecuada de lo que parece. Se trata de la banda sonora de la escena final de Tinker Tailor Soldier Spy —El topo, en español—, adaptación de una de las mejores novelas de John Le Carré —no cabe una mayor apología de lo British—, en la que un espía en horas bajas se ve obligado a investigar y si es preciso cargarse a medio MI6 —o similar— por motivos demasiado largos de explicar. Una misión que, ay, he de confesar que se me antoja menos difícil que la conquista de Anfield.
El avispado lector se habrá percatado de que uno ha ido dejando en esta previa, como al descuido, un puñado de canciones, novelas y películas. Considérelas un regalo por si el miedo por la irregular marcha del equipo le insta a buscar otros quehaceres con los que entretenerse la noche del miércoles a las 21h. Aunque, si verdaderamente es madridista, ambos sabemos que tiene poca elección. Estará postrado ante el televisor como todos los demás. Como yo mismo. Arropados por Julio, Brel, Los Stones, Le Carré, Los Beatles o quien se tercie, tratando de alentar y de dar lanzadas desde casa al pájaro-dragón, y así colaborar en la improbable hazaña de los muchachos. Y bien está. Qué otra cosa si no es el Madrid. Une chanson d’amour a bercé mon coeur pour la vie… But what’s puzzling you? Is just the nature of my game.
Getty Images.
Nunca me ha escandalizado la posibilidad de que algún día se produzca un cambio en la fórmula de propiedad del Real Madrid, siempre y cuando se mantenga un principio básico: que los socios preserven su capacidad de decisión.
En la Asamblea de compromisarios del domingo, Florentino Pérez anunció que en próxima Asamblea se someterá a referéndum entre los representantes una propuesta de “reorganización societaria”. En realidad, los noventa y tantos mil socios madridistas siempre hemos sabido que tarde o temprano se darían pasos en esa dirección, por cuanto el hecho de que un club de fútbol de élite (de hecho, el más valioso del planeta según volvió a quedar patente en la propia Asamblea) articule su estructura de propiedad en torno a unos simples carnets de socio es una anomalía que un contexto siempre cambiante, cuando no las propias autoridades, obligarían a reformular.
Nunca fue una incógnita si sucedería; tan solo lo fue cuándo sucedería y sobre todo cómo y por qué, y he aquí una clave para el culerío venido arriba con la próxima propuesta florentinesca: el tema no es quién (Madrid o Barça) se convierte antes en Sociedad Anónima, sino el grado de desesperación con el que se afronta el proceso. Si el Madrid recorre ese camino, será en aras de la previsión, y no de la imperiosa necesidad.
El Bayern de Múnich ha ganado importante músculo financiero abriendo su estructura de propiedad a importantes multinacionales, con una salvedad: el 51% del capital sigue siendo de los socios, por lo que nada puede suceder sin su aprobación. Y no se ha acabado el mundo para el Bayern. Al contrario, su consideración como uno de los clubes más grandes de Europa permanece intacta, y ha ganado en posibilidades de adquirir liquidez. Puede convocar una ampliación de capital cuando considere oportuno o pedir un préstamo a las empresas implicadas, que estarán proclives a concederlo para hacer valer su inversión. O sea, puede hacer aquello que toda gran empresa (y el Real Madrid lo es) puede llevar a cabo para seguir manejándose en la cumbre del sector que sea.
Florentino ni siquiera apunta tan lejos. Poco detalle se ofreció en la Asamblea, limitándose a abrir el melón para posteriores encuentros. Todo lo que digamos ahora es especulativo, pero parece razonable aventurar que se planteará un canje de carnet de socio por acción/es, no se sabe si de manera igualitaria o ponderando variables como la antigüedad. Se rumorea que serán títulos no transmisibles, salvo para familiares del socio. Ignoro si el cambio estatutario a que esto nos conduciría puede reflejar esa restricción con arreglo a la legalidad, pero si es el caso cabe confiar en la profesionalidad del equipo jurídico del club.
Nunca me ha escandalizado la posibilidad de que algún día se produzca un cambio en la fórmula de propiedad del Real Madrid, siempre y cuando se mantenga un principio básico: que los socios preserven su capacidad de decisión
Sería, en cualquier caso, un escenario de trueque de carnets de socio por acciones que preservaría la propiedad total en manos de los socios (¿y/o sus familiares directos?), y por tanto la capacidad de decisión de los mismos que yo planteaba como innegociable en el párrafo primero.
La razón que Florentino ha esgrimido para poner en marcha este proceso es la necesidad de proteger al Real Madrid de los ataques externos que ha sufrido. Según el mandatario blanco, se han registrado dos graves ataques contra el patrimonio del club.
1.- CVC pretendió expropiar el 11% de nuestros ingresos televisivos durante medio siglo, haciéndolo además a espaldas del propio Madrid.
2.- A finales de 2022, con la nueva Ley del Deporte, se trataron de introducir enmiendas para que la liga pudiera expropiar nuestros derechos comerciales, amenazando incluso con una huelga patronal si esto no sucedía. Los clubes serían de sus acreedores de haber prosperado esa enmienda. Florentino intervino entonces para proteger los ingresos y por tanto el patrimonio de la entidad.
Por supuesto, Tebas niega tanto el punto 1 como el 2, pero se hace difícil creer a quien tanto daño está causando al fútbol español y con tanta mala fe actúa contra quien es, de lejos, el más importante representante de ese fútbol.
Confieso ignorar qué características jurídicas de una sociedad mercantil protegen mejor de ataques de este tipo que la actual fórmula de propiedad de la institución. Es una de las cosas que habrá que explicar. Sin embargo, es fácil entrever el mecanismo humano por el cual la existencia de acciones en lugar de simples carnets de socio incrementará en los propios socios el afán por defender al club. El modo en que actualmente un socio del Madrid es propietario del club carece de repercusiones claras. Digamos que, filosóficamente hablando, resulta difícil explicar de qué manera los socios del club, ahora mismo, lo poseen. Convertirlos en accionistas preserva en principio su poder de decisión, al tiempo que permite al ya accionista ver encarnada en su propio patrimonio cualquier acechanza contra el patrimonio institucional. En realidad, uno no tiene claro que “tiene” algo hasta que se le asoma tangiblemente la opción de que ese algo valga menos, o le puedan ser hurtados los recursos que ese algo genera.
No sé vosotros, pero yo prefiero que el proceso lo empiece a gestionar Florentino antes que cualquiera que pueda venir después
Es más que una impresión subjetiva, en realidad. De hecho, uno no es verdadero propietario de algo hasta que una merma en ese algo supone una merma en el patrimonio propio. En este sentido, el paso que se ofrecerá para aprobación en un futuro, no sabemos cuándo, representará un escalón superior en términos de compromiso de la masa social con el club. Se antoja un nuevo escenario de realismo, madurez y responsabilidad. Un escenario al cual el club estaba destinado a dirigirse tarde o temprano, como antes indicábamos. No sé vosotros, pero yo, desde esa certidumbre, prefiero que el proceso lo empiece a gestionar Florentino antes que cualquiera que pueda venir después. Su capacidad para acometer procesos relevantes para la institución está fuera de duda, como lo está su probidad.
Al fin y al cabo, al Real Madrid yo le pido dos cosas: que siga siendo mío (soy socio) y que siga ganando. Habrá que escuchar a Florentino cuando toque, pero a priori no veo de qué modo lo que se plantea (aunque aún suene a tabú) supone una negación de lo primero —más bien al contrario—. Sí tengo clara, en cambio, su correlación positiva con lo segundo.
Getty Images.
Sé poco de fútbol, por tanto, más que las tácticas, me calan otras cualidades y señales atesoradas y emitidas por los futbolistas. A veces una actitud, otras un gesto, a través de los cuales compongo una idea sobre ellos. La ascendencia que emanaba Kroos y una plasticidad propia de Bernini a la hora de arrullar el balón conformaban el concepto de jurisdicción futbolística que me venía a la cabeza cada vez que lo veía jugar.
Con el heredero de su ocho infinito me ocurre algo similar pero diferente. La solvencia de Fede Valverde está más que demostrada. Sus virtudes técnicas, tácticas y físicas han sido glosadas por entendidos en la materia y por los dibujantes de flechas (que no siempre hacen el indio, los hay muy atinados). Sin embargo, a mí lo que me llega adentro es otra cosa.
Valverde me ganó con su manera de celebrar los goles, una explosión de madridismo, una detonación de dicha, un estruendo de felicidad que le nace del alma y canaliza al exterior sin pasar por el filtro restrictivo de la razón, la cual reserva para el resto de su desempeño.
Fede celebra los goles con el instinto del principio de los tiempos. No prepara el gesto porque la alegría no se ensaya, brota. No diseña una celebración característica que sirva para consolidar su marca y aparecer en los videojuegos. Y precisamente por ello, sin proponérselo, ha patentado la más auténtica.
Fede celebra los goles con el instinto del principio de los tiempos. No prepara el gesto porque la alegría no se ensaya, brota
Ayer volvió a bramar ese sentimiento blanco que alberga después del pepinazo que supuso el 2-0 en Butarque. Fede eroga todos sus caballos de potencia cuando chuta y su grito surca el aire como los gases de escape de un caza. Como dice mi buen amigo Nanook, «Valverde trasciende de Halcón y es un F22 Raptor».
Contra el Leganés, además, cumplió un sueño, ser capitán del Real Madrid. Como hemos mencionado en el portanálisis de hoy, un hecho que profetizó nuestro Fred Gwynne: «Valverde acabará siendo capitán del Real Madrid. Y esto, más que un deseo, es una certeza».
🤳 @fedeevalverde 🤳#LeganésRealMadrid pic.twitter.com/LIWQgqWfIN
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) November 24, 2024
Valverde no es George Best ni Ronaldo Nazário, no es un futbolista que epate de primeras a todo el mundo, incluidos a los que no sabemos mucho de esto. Es un jugador hidráulico que emerge merced a un impulso irrefrenable y termina por resultar imprescindible en el juego. De modo que necesitó más tiempo para ser apreciado de forma mayoritaria.
Valverde no es un amor a primera vista, sino una pareja fiel que te seguirá queriendo cuando llegues a los 64. Y más allá. No te enviará una tarjeta el Día de los Enamorados porque es una cursilada, pero el uruguayo siempre estará ahí, ya sea para arreglar los fusibles cuando se vaya luz en el lateral derecho, para tejer un suéter junto al fuego de la medular o para pasear los domingos por la mañana caminito a Chamartín. Y esto, más que un deseo, es una certeza.
Getty Images.