Las mejores firmas madridistas del planeta

Comunikado Hoficial 25/04/2024

 

El Real Madrid CF desea expresar sus felicitaciones al FC Barcelona por la continuidad de Xavi Hernández como director técnico de su primer equipo hasta 2025, tal como ha sido anunciado por el club el día de hoy.

Aunque no es común en el mundo del fútbol extender felicitaciones a clubes rivales, especialmente a uno de nuestros principales competidores, en esta ocasión queremos realizar una excepción con Xavi Hernández, por sus grandes logros conseguidos desde que accedió al cargo en 2021.

En sólo tres temporadas al mando, el técnico catalán ha conseguido ganar una Liga y una Supercopa de España, además de alcanzar en una ocasión las semifinales de la Copa del Rey y los cuartos de final de la Champions League.

Además, somos conscientes de que, sin la influencia de factores externos como los arbitrajes, las condiciones del césped, el viento, el sol, el calendario, las lesiones, la hora de los partidos, los sorteos y otros elementos azarosos, los logros de Xavi como entrenador podrían haber sido todavía más espectaculares.

También deseamos destacar la excepcional labor y el ejemplar talante de Xavi Hernández durante sus interacciones con los medios de comunicación en las ruedas de prensa. Su conducta y profesionalismo lo han convertido en un referente para todo el colectivo de entrenadores. Desde el Real Madrid CF, no dudamos en reconocer su influencia positiva, que ha llegado a ser un modelo a seguir para nuestro propio entrenador, Carlo Ancelotti. Celebramos la oportunidad de aprender y tomar inspiración de su encomiable aproximación al deporte y a la comunicación.

Por todo ello, es nuestro deseo que el técnico azulgrana continúe muchos años más al frente de la dirección técnica del FC Barcelona, extendiendo su liderazgo más allá del año 2025.

Existe una teoría que se remonta al inicio de los tiempos futbolísticos que consagra la creencia casi mitológica de que un central tiene que ser alto, fuerte, robusto, contundente... y, a ser posible, feo. Que ningún central se dé por aludido. Es solamente una teoría sin ningún tipo de base científica.

Según esta ‘ideología’, un defensa central perfecto sería aquel capaz de enfrentarse sin mover una ceja a un Mikasa duro como el cemento a las 8 de la mañana en un campo de los antiguos de tierra que poblaban nuestros barrios hace un par de décadas.

Rüdiger seguramente no haya visto un Mikasa en su vida y tampoco, como buen berlinés, haya pisado muchos campos de tierra embarrados en invierno y duros como el asfalto de un polígono de extrarradio cuando se acercaba el verano, pero, por lo demás, cumple con todos los requisitos que el imaginario popular otorga a un central de rango: estamos hablando de un tipo corpulento, de 1,90 m de altura, tan contundente que solamente se ha lesionado desde que llegó al Real Madrid en una jugada en la que él mismo provocó un choque de trenes con Greenwood, futbolista del Getafe, y capaz de abrirse la cabeza ante un portero ucraniano en el último minuto de un partido de Champions para salvar a su equipo de una derrota ‘in extremis’.

Rüdiger brecha

Además, él mismo asegura que está loco (cualidad que también le valdría para ser portero según estas teorías del fútbol de siempre) y seguramente, para muchos y muchas, sea bastante feo. Eso ya lo dejo a la elección de cada uno.

El caso es que Antonio Rüdiger encaja a la perfección en ese perfil de defensa central que ha poblado los campos del mundo desde los años sesenta con nombres como Ovejero, Arteche, Iván Campo, López, Goyo Benito, Migueli, Adams, Terry o incluso Chihrinski, con la diferencia sustancial de que Rüdiger es bastante mejor que todos ellos. A años luz.

Rüdiger se ha convertido, posiblemente junto a Jude Bellingham, en el jugador diferencial del Real Madrid esta temporada, y decir eso es decir mucho. No tuvo un buen desembarco en el equipo. No es fácil adaptarse a la liga española cuando vienes de la Premier League y menos aún encajar a la primera en un club de la magnitud del Real Madrid.

Rüdiger se ha convertido, posiblemente junto a Jude Bellingham, en el jugador diferencial del Real Madrid esta temporada, y decir eso es decir mucho

La lesión de Militao en San Mamés, en la primera jornada de Liga, le abrió la puerta a la titularidad y el alemán se tiró a por ella sin mirar atrás. Rüdiger no hace prisioneros y esta temporada lo ha demostrado con creces. Se ha convertido en el jefe de todo el entramado defensivo del Real Madrid, algo de lo que históricamente el equipo blanco ha carecido.

Líder natural dentro y fuera del terreno de juego, la exhibición defensiva del equipo en el Etihad con Rüdiger a los mandos pasa directamente a la historia del club.

Rüdiger

El Madrid seguramente ganará esta liga, ya ha levantado la Supercopa y ha firmado hasta este momento otra Copa de Europa de altísimo nivel. En todo este proceso, Rüdiger ha sido uno de los jugadores claves. Ha disputado el 84% de los minutos disponibles de la temporada, se ha convertido en titular indiscutible, en el eje central del sistema defensivo, en el garante y salvaguarda del equipo. Lo ha hecho, además, conectando directamente con la grada y la forma que el madridismo tiene de entender lo que un futbolista debe hacer sobre el terreno de juego.

Rüdiger, hoy por hoy, forma parte del elegido grupo de los mejores centrales del mundo y, para satisfacción de los creadores de teorías absurdas, es alto, corpulento, contundente, feo y por si todo eso fuera poco… tiene bigote, que también suma para el oficio de central.

 

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La página web del Real Madrid recordaba el 11 de abril la consecución de la cuarta Copa de Europa de baloncesto, ganada ante el Spartak Brno en Lyon. La noticia estaba ilustrada por una fotografía con los jugadores separados en dos filas por una bandera de España, con las cuatro copas en primer plano y Pedro Ferrándiz en último lugar. La rojigualda destacaba por tratarse de un «copia y pega» indisimulado. El tuitero Iñaki Bustos rescató la imagen original, en la que la figuraba en la enseña el Águila de San Juan. El montaje ya había sido utilizado por el Real Madrid en una pieza estrenada en 2020. El mensaje en el departamento creativo debió ser algo así como «tapa eso, que es muy facha», una orden cumplida por un «millennial» ducho en nuevas tecnologías, pero no tanto en la historia de España.

Cuarta Copa de Europa. Foto con águila

El madridismo aplaudió el vídeo publicado hace un año en el que se exponían los favores que recibió el Fútbol Club Barcelona durante el franquismo, en respuesta a las acusaciones de un Laporta agobiado por el «caso Negreira». El glorioso legado que edificaron Santiago Bernabéu y Raimundo Saporta se topó con la oposición de los ministros de Franco a que el Real Madrid fuese uno de los promotores de las competiciones europeas.

El glorioso legado que edificaron Santiago Bernabéu y Raimundo Saporta se topó con la oposición de los ministros de Franco a que el Real Madrid fuese uno de los promotores de las competiciones europeas

Precisamente el máximo impulsor de la sección de baloncesto tuvo que lidiar con un Gobierno que se oponía a que el Real Madrid se enfrentase al CSKA de Moscú en la final de la Copa de Europa de baloncesto. La posibilidad de perder ante un equipo de la Unión Soviética irritaba a varios ministros, que no les había temblado el pulso para retirar a la selección (de los Gento, Luis Suárez, Kubala y Di Stéfano) de la Eurocopa de 1960 al depararles el cruce de cuartos un duelo con el combinado soviético. Saporta les convenció de que era posible ganar la primera Copa de Europa de baloncesto, además de facilitarle a Agustín Muñoz Grandes un informe sobre la vida en los dominios de Nikita Jrushchov.

Saporta

Los blancos perdieron en el partido de desempate disputado en el Pabellón Lenin, pero los soviéticos no pudieron doblegar del todo al astuto Saporta. Los organizadores le indicaron que solo disponían de la bandera tricolor y el himno de Riego de la II República, cuando el vicepresidente blanco les sorprendió al haber viajado con una bandera rojigualda y un disco con las notas de la Marcha Real. Si algo había aprendido el Real Madrid en sus viajes en la época de Di Stefano, Gento y compañía era el orgullo que sentían sus compatriotas desperdigados por el Viejo Continente al ver a un equipo español triunfar.

Cambiar la historia a golpe de click es una práctica que el Real Madrid no necesita, pues no tiene nada de lo que avergonzarse por posar con la bandera vigente en aquel momento

Cambiar la historia a golpe de click es una práctica que el Real Madrid no necesita, pues no tiene nada de lo que avergonzarse por posar con la bandera vigente en aquel momento. Para más inri, el despectivo «aguilucho» tiene su origen en la heráldica de los Reyes Católicos. El Águila de San Juan sufrió leves modificaciones durante la Transición, con las que aparece en la primera página de la Constitución de 1978, tres años antes de ser eliminada de forma definitiva. El revisionismo también acecha otro de los tesoros nacionales, el Museo del Prado, en el que hay obras con viejos emblemas representativos de los Austrias.

El mismo día que el Real Madrid recordaba a los héroes que derrotaron al entonces Spartak de Brno, equipo que representaba a una República Checa que vivía la «Primavera de Praga» en aquel momento, un autodenominado «madridista pero no florentinista», mezclaba la política con el club blanco. «Es una persona muy influyente para sus objetivos. Florentino es transversal. Con Berlusconi sabíamos que era de derechas, aquí Florentino es con todos: Carmena, Zapatero, Sánchez... Tiene muchísima influencia, demasiada. Eso no es nada bueno para el país ni para el fútbol», declaró Javier Tebas. Algunas de las mentes más lúcidas del país dijeron que el centro político no existe en España. Puede que como en otras cosas, Florentino Pérez sea la excepción.

 

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Superado el ‘Clásico moderno’ europeo tras un nuevo ejercicio de silbar bajo las bombas, llega el Bayern, coprotagonista indiscutible de un enfrentamiento que acumula casi más historia que los Balcanes.

Hasta la fecha, madridistas y muniqueses se han visto en nada menos que 26 ocasiones, con un equilibrio casi planificado: 12 victorias blancas, 11 bávaras y tres empates. 41 goles a favor del Madrid, 39 alemanes. Las semifinales han sido testigo de siete choques: cuatro se decantaron para el Bayern, tres para el Madrid.

Hubo un tiempo en que visitar Alemania era poco menos que una sacudida a manos de tipos que incluso hacían dudar al diablo. Fuertes, rudos, con un espíritu competitivo de hormigón, lo habitual en tierras germanas era acabar goleado sin más posibilidad de indulto que una gesta heroica en casa, algo que muy poquitos pueden contar…

Hasta la fecha, madridistas y muniqueses se han visto en nada menos que 26 ocasiones, con un equilibrio casi planificado: 12 victorias blancas, 11 bávaras y tres empates. 41 goles a favor del Madrid, 39 alemanes

En la lista de equipos víctimas del ADN blanco, que incluyen una remontada europea como cénit y símbolo de su filosofía de luchar hasta el final, el Bayern aparece en dos ocasiones. Dos momentos clave, lejanos entre sí, pero de una intensidad que, a buen seguro, veremos en la eliminatoria de la presente Champions.

Para encontrar la primera tenemos que viajar a 1988, justo un año después de que Juanito abandonara el club después del incidente con Matthäus. La venganza había llegado en la primera esquina.

Hugo Sánchez frente al Bayern en 1988

Hablamos de la segunda temporada de Leo Beenhakker en el banquillo, que para terminar de engrasar la máquina de La Quinta añadió a Milan Jankovic a los mandos. Después de eliminar al Nápoles de Maradona y al vigente campeón, el Oporto, el Bayern apareció en cuartos tras dejar en la cuneta a CSKA de Moscú y Neuchâtel. Recordemos que aquello era la Copa de Europa en la que sólo jugaban los campeones y el invento de las liguillas todavía no había llegado. Morir o vencer.

Esta campaña Madrid y Bayern se ven en semifinales, con la vuelta en el Bernabéu. ¿Protagonizarán los blancos un nuevo capítulo en su historia de míticas remontadas?

El Madrid salió con la idea de retar al destino y sacudirse el histórico complejo que atenazaba a los visitantes del Olímpico. Incluso llegó a tener el control del partido y a reclamar un más que posible penalti sobre Butragueño, pero el árbitro italiano Casarin se marcó un Negreira. Sigan. Entonces aparecieron los fantasmas, con dos goles en cinco minutos antes de finalizar la primera parte, y otro más nada más comenzar la segunda. ¿Qué hacer con un 3-0 en contra en Europa? No sabemos el resto, pero si te llamas Real Madrid sólo cabe remar hasta el final. Y así llegaron los tantos de El Buitre, tras un fallo bávaro y bárbaro, y de Hugo, que anotó una falta inverosímil desde un lugar insospechado, más cerca del córner que de la frontal. 3-2. Faltaba rematar la remontada en la casa de los líos, un Bernabéu inflamado por los tambores de guerra europea.

El entrenador blanco sacó toda su pericia para disponer una orden de cuyo equilibrio dependía la gloria: no perder el carácter ofensivo y evitar al mismo tiempo las confrontaciones que despistaran a los jugadores del objetivo final: darle la vuelta al resultado y entrar en la historia del Real Madrid. El primer gol lo firmó Jankovic, que desató una ola de euforia propia de quien lleva sufriendo muchos años. No sería fácil, y hasta hubo un remate que Chendo salvó bajo palos, pero Míchel colocó el 2-0 que sentenció a los alemanes, estupefactos cuando el árbitro pitó el final de la batalla.

Gol de Míchel al Bayern en 1988

La segunda gran remontada en el clásico europeo sucedió más de una década después, en la temporada 01/02, la de la Novena. Además, era el año del Centenario y los blancos embelesaban a su parroquia con una plantilla de época: Roberto Carlos, Raúl, Figo, Zidane, Casillas… Estaban llamados a hacer algo grande y así fue. En esa campaña se jugaron dos liguillas antes de abordar los cuartos, que reencontrarían a blancos y alemanes por tercera vez consecutiva, aunque esta vez con el mejor as posible, el de la vuelta en Chamartín.

El destino colocó el inicio de la eliminatoria el 2 de abril, el fatídico día del adiós de Juanito, que a buen seguro apretó los dientes desde el cielo. En el Bayern asustaban Effenberg, Elber o Pizarro, tres tipos de pura raza. Todo comenzó bien, con un sorpresivo gol de Geremi, pero los alemanes sacaron los cuchillos y terminaron por imponerse y convertir su campo, de nuevo, en una trampa mortal para el Madrid. Tocaba arrebato en el Bernabéu.

Gol de Guti al Bayern en 2002

El duelo en casa fue un auténtico ejercicio de sacrificio y compromiso, sólo así se lograría lo impensable. Zizou y Figo, artistas habituales, no rehusaron el mono de trabajo y la victoria comenzó a cocerse desde el control y la inteligencia. Fue Helguera el que hizo latir a las gradas con el 1-0 que, aunque daba el pase, necesitó de una maravilla entre Raúl y Guti para disipar las dudas y acallar las bravuconadas germanas que salpicaron toda la eliminatoria. Pasó el Madrid y Zidane culminó la gesta, en Glasgow, dibujando el remate más plásticamente asesino de la historia del fútbol.

Esta campaña Madrid y Bayern se ven en semifinales, con la vuelta en el Bernabéu. ¿Protagonizarán los blancos un nuevo capítulo en su historia de míticas remontadas?

 

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Buenos días, amigos. Xavi se queda. Se queda en el FC Barcelona y como entrenador, claro, no nos referimos a que se queda en blanco tras marcarse un nadaplete. En realidad queremos decir que Xavi se queda otra vez o, si se quiere, que Xavi se sigue quedando, porque, que tengamos noticias, no se había ido nunca. Los periódicos más culés, es decir, Sport y Mundo Deportivo, así lo anuncian en sus portadas.

Portada Sport

En Sport han elegido una fotografía de Xavi y Laporta que bien podría se la de dos madridistas comentando la noticia:

—Tío, me acaba de mandar un whatsapp un colega que dice que Xavi se queda —le comenta jocoso mientras le golpea amistosamente con el dorso de la mano en la pechera.

—Jajajajajajaja, están fatal, son un meme, me troncho, jajajajaja.

Realmente Xavi y Laporta están vacilando a sus propios aficionados. Una persona seria cuando dimite se va y no se queda, aunque solo sea por una cuestión semántica. Y un presidente profesional no debería mantener en el cargo a uno de los entrenadores con peores aptitudes técnicas, estadística y modales de toda la historia del FC Barcelona.

Lo que sucede es que a Jan le viene de maravilla tener a Xavi como burladero para parapetarse de las embestidas culés cuando vienen mal dadas, que hace tiempo que es casi siempre. También es importante el tema económico en esta continuidad, si Xavi se agarra a su contrato habría que pagarle el 2025, y no están las cosas para ello. Además, Xavi no es un entrenador honesto y valiente que sea capaz de poner de relieve las carencias de la plantilla, sino que siempre va a culpar de las múltiples derrotas al árbitro, al césped, al exceso de competitividad del rival o al sol de Getafe, que como todo el mundo sabe es lo peor para jugar al fútbol después de un desastre nuclear o un balón cuadrado con pinchos.

Y por parte de Xavi, este suceso confirma otra virtud que lo adorna a él y a esos que amagan con dimitir para que salgan en tropel a hacerles la pelota para que sigan, ellos resistirse, pero poco, y acabar continuando. Estos amagos de dimisión pueden ser bien en rueda de prensa y de viva voz, bien por carta.

Portada Mundo Deportivo

La foto que ilustra la primera plana de Mundo Deportivo recuerda a las imágenes robadas por los paparazzi a las estrellas a la salida de una cena o una fiesta, aunque en este caso no hay estrella por ningún sitio, se trata de un Xavi saludador ataviado con atuendo decathlonero custodiado por el vicepresidente del club Rafael Yuste, a todas luces el más contento de los dos.

Pero quienes de verdad estamos contentos somos los madridistas, después de una de las semanas más grandes de nuestra reciente historia, con la heroica eliminación del Manchester City y la victoria en el último suspiro frente al Barça —aun jugando regular y a pesar de que Carlo no tuvo su mejor día— que deja sentenciada la liga, el postre es la continuidad de Xavi como entrenador culé la próxima campaña.

El domingo pasado, los aficionados le cantaron en el Bernabéu el consabido «¡Xavi, quédate, Xavi, quédate, Xavi quedateeeee!». Y Xavi, muy obediente él, se queda (otra vez).

No queremos dejar pasar un recuadrito vergonzante de Mundo Deportivo: «Ley Mbappé: otra ayuda para los merengues». Aparte de lo que supone eso de otra ayuda cuando los merengues hemos estado (estamos) sometidos por el negreirato culé, es mentira. Esta ley, en principio, puede llegar a permitir que los extranjeros que vayan a vivir a Madrid se desgraven hasta un 20 % de sus inversiones en la región, pero Ramón Álvarez de Mon explica por qué seguramente ni Mbappé ni otro deportista se acoja a ella:

«La mal llamada Ley Mbappé con casi total seguridad no será aplicada por ningún deportista, incluyo a Mbappé, debido a los requisitos que exige. El más complicado es la permanencia en Madrid de 6 años desde la aplicación del incentivo fiscal cada año. En el caso de Mbappé, podría aplicar este incentivo a partir de 2025, pero se estaría obligando, entre otras cosas también complicadas, a estar en Madrid hasta 2031. Todo eso solo para el primer año».

Aunque no tenemos esperanza ni de que los medios lo expliquen bien ni de que los antimadridistas lo entiendan, menos aún aquellos que apedrean su propio autocar. Ya se llamó Ley Beckham a una ley promulgada dos años después de la llegada del inglés al Madrid. Y de Ronaldinho al Barça.

Portada As

En As también optan por la pareja Xavi-Laporta para dar color a su frontispicio, y en la azotea anuncian que el CSD tomará las riendas del fútbol español, intervendrá la RFEF, con el beneplácito de la FIFA. Según esta noticia, creará una comisión que servirá de tránsito hasta unas elecciones después de los JJOO. Nosotros, hasta que no veamos que se limpia la corrupción no vamos a creernos nada, son muchas décadas ya.

Nos despedimos con la portada de Marca y nos marchamos, que hemos quedado con unos amigos para celebrar que Xavi se queda (otra vez).

Pasad un buen día.

Portada Marca

Sospecho que Pep Guardiola pertenece a ese grupo de personas que no querrías tener de vecino de asiento en el AVE. Apenas se pusiera el tren en marcha se pondría a hablar por el móvil con su “tieta” de Santpedor en un tono de voz más alto de lo aceptable. Y, usando un catalán que, por algún extraño motivo, usted puede comprender perfectamente a pesar de ser de Hortaleza, Pep le contaría durante mucho tiempo a su “tieta” que el emir del City le ha comprado otro central, que con este ya lleva diecisiete en la plantilla y que no veas que ilusión, tita Beatriu, que cuando fichemos veinte nos regalan un cupón descuento para la siguiente compra.

Después de colgar el teléfono, de pronto Pep se vuelve hacia usted y le suelta:

— ¿Quiere que le explique cómo gané 3-1 al Copenhague en la idea de octavos de final de Champions League con un sistema 3-2-2-3 en formación W-M usando a Rodri de pivote único?

— Usted perdone, pero preferiría lamer el reposapiés.

Pero Guardiola te ignora y te lo cuenta igual.

Por algún motivo Guardiola tiene muchos seguidores en los medios, que suelen ser la clase de persona que uno esperaría encontrar en un sótano lleno de gente vestida con camisas blancas y petos vaqueros, a punto de beberse al unísono un vaso de ponche con cicuta porque el fin del mundo está cerca o porque el City ha caído en cuartos contra el Real Madrid en la tanda de penaltis.

Guardiola

Hasta ahora al guardiolismo no le ha dado por organizar suicidios colectivos y se conforma con hacer proselitismo. Cabe la posibilidad de que la próxima vez que llamen al timbre de su casa, se encuentre al otro lado del umbral a un tipo con la sonrisa extraviada y un ejemplar de algo escrito por Guillem Balagué en la mano.

— Pepnos días, ¿acepta usted a Pepsucristo como su Pepsías y salvador?

Para algunos el guardiolismo es más que una tendencia: es una profesión de fe que se sustenta en la creencia de que hay una única forma aceptable de jugar al fútbol, el Estilo. El Estilo es una suerte de dogma en el que Cruyff y Guardiola son Antiguo y Nuevo Testamento respectivamente. El Estilo no tiene mesías, pero tiene a Messi, que viene a ser lo mismo en esa especie de religión futbolística en la que Guardiola es Sumo Pontífice con el Lobo Carrasco haciendo de Torquemada.

En este mundo no hay nada más peligroso que un tipo de ideas fijas, y sospecho que las de Guardiola están talladas en piedra y metidas en un arca de oro en el sancta sanctorum de su cerebro privilegiado. La calva de Guardiola tiene el mismo perfil que la cúpula de la catedral de Florencia, cosa que no puede ser casualidad.

El Estilo es una suerte de dogma en el que Cruyff y Guardiola son Antiguo y Nuevo Testamento respectivamente

Si aceptamos que el cráneo de Guardiola tiene formas brunelleschianas, entonces todo empieza a cobrar sentido. Al igual que el gran arquitecto renacentista Filippo Brunelleschi, Guardiola es platónico y vitruviano. El Vitruvio es el único tratado sobre arquitectura escrito en la antigua Roma que se conserva. Para los maestros italianos del renacimiento, el Vitruvio era como la Biblia de la construcción: solo era admisible fabricar edificios tal y como se explicaba en el Vitruvio. Para Sebastiano Serlio, por ejemplo, no seguir el Vitruvio a rajatabla era, literalmente, un pecado.

Los vitruvianos eran gente pesadísima. En el siglo XV no podía ocurrirte nada peor que sentarte en el AVE al lado de un vitruviano porque sabías que te iba a darte la brasa todo el viaje con su idea platónica de la arquitectura:

— ¿Sabe usted que la arquitectura debe basarse en tres principios incuestionables que son “firmitas”, “utilitas” y “venustas”…?

— Ah, qué bien…

— ¿…que significan “firmeza”, “utilidad” y “belleza”; las cuales equivalen a las virtudes platónicas de “verdad, belleza y bondad” y que, por lo tanto, para calificar una arquitectura como bella, buena y verdadera existen unos parámetros incuestionables que están recogidos en el Vitruvio?

— Perdonen, ¿alguien quiere cambiar de asiento?

Guardiola es vitruviano en la medida en que para él existe un canon futbolístico que hace que dicho deporte sea “Bueno, Bello y Verdadero”. En el mundo de Guardiola, el Vitruvio vendría a ser algo parecido al cruyffismo, y el Estilo una interpretación del mismo adaptada a nuestros tiempos. Guardiola es el fútbol lo que el vitruvianismo fue al Renacimiento. Guardiola, aplica el Estilo siempre, en cualquier circunstancia, aunque a veces se demuestre estéril.

En ese aspecto Xavi Hernández tiene también algo de vitruviano pero sin el talento platónico de Guardiola. Xavi, en realidad, no tiene muy claro lo que es el Estilo, por eso cuando lo aplica no le sale nada a derechas, aunque nunca sea culpa suya:

— Es una vergüenza que sabiendo la Liga como sabe que soy Acuario y que hoy mi ascendente Marte está en la octava casa de Capricornio, lo que significa infortunio, haya puesto esta noche el partido contra el Madrid. Y, claro, hemos perdido. Una “inyusticia”.

— Consultaremos con un primo de mi asistenta, que es santero —añade Laporta. — Y si la carta astral de Xavi se demuestra correcta, exigiremos a la Liga la repetición del encuentro.

Cabría preguntarse cómo encaja el Madrid en este contexto. Para mí está muy claro.  Si el Madrid fuese un arquitecto renacentista solo podría ser Andrea di Pietro della Gondola, llamado “Palladio.” Palladio fue quizá el arquitecto más influyente del arte occidental, creador de un estilo en el siglo XVI, el paladianismo, que aún sigue vigente en todo el mundo. A Palladio el Congreso de los EE. UU. lo reconoció de forma oficial como el “padre de la arquitectura estadounidense” (lo cual no es sorprendente en la medida en que edificios como la Casa Blanca son profundamente paladianos), que es el único caso de un maestro al que un poder legislativo ha reconocido la paternidad arquitectónica de todo un país que, encima, ni siquiera es el suyo.

Esto vendría a ser como si mañana en Washington se decretara que Santiago Bernabéu es el padre del fútbol moderno y le hicieran estatuas desde California hasta Florida. Como esas de Cristóbal Colón a los que algunos activistas arrojan pintura acusándolo de abusar de los indios, que lo mismo podrían hacer los del Atleti con las estatuas de Bernabéu y por idénticos motivos.

En el mundo de Guardiola, el Vitruvio vendría a ser algo parecido al cruyffismo, y el Estilo una interpretación del mismo adaptada a nuestros tiempos. Guardiola es el fútbol lo que el vitruvianismo fue al Renacimiento

Tal vez alguno de ustedes se pregunte qué tiene de paladiano el Real Madrid. Es muy sencillo. Palladio, que comenzó su carrera como simple albañil, viajo a Roma a estudiar las ruinas clásicas y así aprendió a construir edificios: no leyendo un libro escrito por un romano, sino contemplando con sus propios ojos cómo construían los romanos. De esa forma, Palladio creó una arquitectura no sujeta a dogmas, inspirada en el mundo clásico, pero no esclavizada a sus formas. Para Palladio no era “un pecado” alejarse del Vitruvio siempre y cuando fuera necesario.

Palladio concentró su ideario en una frase muy simple: “la arquitectura debe ser duradera, funcional y bonita”.

El paladianismo, en resumen, se basa en el principio de que la buena arquitectura es, simplemente, aquella que cumple las expectativas para las que ha sido creada. Los vitruvianos, por ejemplo, defendían que no se podía hacer una casa privada con una cúpula ni con un frontón de columnas como el del Partenón porque eso solo era adecuado para las iglesias y templos; y Palladio, en respuesta, diseñó la Villa Capra (que es increíblemente hermosa) con una enorme cúpula en el centro y le colocó, no uno, sino cuatro frontones con columnas, uno en cada fachada, para rabiasen los vitruvianos. Eso es, a grandes rasgos, lo que hace el Madrid en cada partido: hacer rabiar a los guardiolistas del Estilo.

El Madrid no juega un fútbol platónico basado en cánones, juega un fútbol aristotélico basado en la experiencia. Juega en cada momento a lo que sabe que puede funcionar. A veces te monta una cúpula en el ataque y otras un pórtico columnado en la defensa. A veces, como en el partido del pasado miércoles contra el Manchester City del vitruviano Guardiola, el Madrid levanta arquitecturas que uno no comprende del todo hasta que al final del partido el edificio está terminado; y es entonces, solo entonces, cuando uno se da cuenta de que esa magnífica estructura no solo funciona, sino que además es preciosa e inolvidable.

Bonito, funcional y duradero. Ese es el juego Real Madrid. Sin dogmas. Puro paladianismo.

 

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Semana redonda. Enhorabuena a todos. Virtualmente ya solo queda buscar fecha, hora y lugar para cantar el alirón. Con 11 puntos de diferencia sobre el Fútbol Club Barcelona, y a falta de disputarse 18 puntos, es cuestión de tiempo que nos proclamemos campeones de la Liga 2023/2024. Siendo sincero, en ningún momento vi peligrar el título número 36 pues este equipo ha realizado una temporada inmaculada: 25 victorias, 6 empates y 1 derrota es un balance de matrícula de honor.  Así pues, disfrutemos desde ya pues, como bien explicó en La Galerna nuestro amigo Genaro Desailly con su crónica sobre el partido, la Liga está a punto de caramelo.

Para enfilar a un Barcelona deprimido, el Real Madrid debía medir sus esfuerzos. Conocedor del trabajazo que hizo su equipo en Manchester, Carlo Ancelotti introdujo algunos cambios de necesidad: Lucas Vázquez daba descanso a Dani Carvajal y Camavinga sustituyó a Mendy. En mi opinión, Lucas Vázquez fue el mejor jugador del partido. Lucas Vázquez forever. Hizo de todo. Magistral en defensa y sobresaliente en ataque. Gol, asistencia y penalti forzado. El auténtico MVP del encuentro. Si bien es cierto que estuvimos dos veces por detrás del marcador, el equipo nunca se mostró desnortado ni nervioso. Prueba de esto fue el empate del propio Lucas y el tercer gol de Jude Bellingham. Ambos goles son dignos de poner en las escuelas de fútbol para enseñarle a los chavales cómo se ejecuta una contra.

El equipo venía de bordar la excelencia el miércoles pasado. Tras un partido de un nivel tan alto, era lógico pensar en las necesarias rotaciones y tener en cuenta que muchos de nuestros jugadores necesitaban algo de descanso. El encuentro en el Etihad Stadium fue de una exigencia física extrema. Psicológicamente, también supuso mucho, y el agotamiento mental de nuestros jugadores debe haber sido tremendo. Por eso, muchos de los nombres que se asocian al banquillo deben empezar a tener su participación en lo que resta de temporada. Jugadores como Dani Ceballos o Fran García son necesarios para dar refresco a los titulares cuando sea necesario. Arda Güler puede disputar los minutos que todos queremos, incluso partiendo de la titularidad. Y, por supuesto, doy por hecho que la participación de Éder Militao se incrementará hasta disputar partidos completos. En los ratitos que le hemos visto ha estado seguro y determinante. Poco a poco.

Lucas Vázquez fue el mejor jugador del partido. Lucas Vázquez forever. Hizo de todo. Magistral en defensa y sobresaliente en ataque. Gol, asistencia y penalti forzado. El auténtico MVP del encuentro

Volviendo al partido del miércoles pasado, más allá de la heroica defensa y del tacticismo tan bien ejecutado, me volvió a sorprender el físico élite del Madrid. Sin un trabajo tan bien hecho en la parcela física, me temo que aguantar 120 minutos al Manchester City sería misión imposible. Si bien es cierto que muchos de nuestros jugadores tienen un físico de base de nivel élite, el trabajo de Antonio Pintus es tan sobresaliente que merece nuestros mejores calificativos. Al igual que todo el staff técnico de Carlo Ancelotti empezando por su hijo Davide. A estas alturas, me quito el cráneo ante el recital de sabiduría futbolística, buen hacer y preparación total. Si la temporada 2021/2022 en la que volvió Ancelotti fue un auténtico canto al fútbol, la actual temporada es una absoluta genialidad. Realizar una temporada tan sólida a pesar de las bajas tan importantes que hemos arrastrados es como para empezar a pensar en Ancelotti como uno de esos entrenadores que quedarán eternamente en nuestros corazones.

De la repetición de lo irrepetible y El corazón de as tinieblas

Respecto a la noche mágica en Manchester, también hay más cosas positivas más allá del despliegue táctico y la defensa heroica. El gol de Rodrygo viene de un contraataque de manual. Jude Bellingham consiguió controlar un balón aéreo muy difícil, abrió para Fede Valverde atrayendo consigo a sus marcadores y el uruguayo metió el balón con picardía para un Vinicius que supo poner un pase soberbio para que Rodrygo rematara a su antojo. Rodrygo parece haberse reencontrado con el gol cuando más falta nos hacía. El brasileño está acabando la temporada enchufadísimo. Y enchufadísimo sigue Antonio Rüdiger. El central alemán está siendo el mejor central de nuestra plantilla y redondeó una noche soberbia lanzando el penalti de la victoria con una seguridad increíble.

Realizar una temporada tan sólida a pesar de las bajas tan importantes que hemos arrastrados es como para empezar a pensar en Ancelotti como uno de esos entrenadores que quedarán eternamente en nuestros corazones

Así pues, tenemos toda una semana limpia para preparar el partido en San Sebastián frente a una Real Sociedad que se juega su plaza europea. El viernes espero que veamos algunas rotaciones y disfrutemos con los jugadores que tienen menos minutos. Todo sumará para llegar al partido del martes con piernas frescas y las cabezas despejadas. De nuevo nos medimos al gran Bayern de Múnich en el Allianz Arena. Otra noche europea para la historia. Dos clásicos europeos frente a frente. La magia del fútbol y la auténtica realeza europea. ¡A disfrutar!

 

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Buenos días, amigos. ¿Os aguanta la gente que os rodea? No os toméis a mal la pregunta. Si habéis llegado a parar a este portanálisis, es muy probable que seáis madridistas, con lo cual estáis viviendo días de gloria, como cantaba Springsteen, y a la gente que vive días de gloria a veces cuesta soportarla. Es muy difícil sentirse en lo más alto y no proyectar la menor sensación de arrogancia, cierta o no, deliberada o lo contrario. Uno no quiere restregar al resto lo feliz que es, pues debe tener en cuenta la eventualidad de que el resto no lo sea tanto, pero convendremos que si el resto es del Barça o del Atleti lleva un poquito la penitencia en el pecado, por así decirlo.

Llevamos un par de semanas en las cuales ganan los buenos, y eso no es fácil que pase en la vida. Hay que aplaudirlo a manos llenas, y celebrarlo sin tino. Primero el Real Madrid C. de F. ganó en Mallorca, y salió ileso del mafferraillísmo, gesta que a la luz de las dos siguientes ha quedado eclipsada, pero que tiene muchísimo mérito; después se cargó al petrodólar (venció al futuro, como conmovedoramente dice Fantantonio) tras una resistencia más que numantina ante el City y una tanda de penaltis dramática y exultante; finalmente, rubricó de manera oficiosa el título de liga remontando al Barça con un gol de Bellingham en el descuento y una actuación memorable de Lucas Vázquez.

Os recordamos todo esto por si la gente había empezado a aguantaros de nuevo. Es necesario retornar sin demora a la senda de la insoportabilidad. Desprended inaguantabilidad, amigos, ¡os lo merecéis! Están ganando los buenos, ¡y de qué maneras!

¿Cómo? ¿Que decir que los del Madrid son los buenos y todos los demás, por oposición, son los malos suena un poco maniqueo? Puede ser que suene así, pero es que cada día tenemos más claro que esos son los términos exactos de la ecuación. De jóvenes nos preguntábamos si los años nos harían más radicales o si, por el contrario, la edad acentuaría el relativismo, y tanto blancos como negros se fundirían en una sucesión de matices en gris. Ya tenemos la respuesta, al menos en el apartado futbolero: el Real Madrid nos parece el bien en fuerte contraste con casi todo el resto del planeta balompié, que se nos antoja un cúmulo de iniquidades, ordinarieces y torpezas urdido por el más borracho de los esbirros de Luzbel.

Es necesario retornar sin demora a la senda de la insoportabilidad. Desprended inaguantabilidad, amigos, ¡os lo merecéis! Están ganando los buenos, ¡y de qué maneras!

Lo que pasa es que no es cuestión de cumplir años sino, sencillamente, de tener dos ojos en la cara (no se nos escapa que puede ser la propia edad la que nos haga justificarnos así, negando su propia influencia). El martes pasado vivimos la eliminación del Barcelona de la Champions  como la derrota del mismísimo Maligno, y puede que nos quedáramos cortos. ¿Suena radical? Más radical es pagar durante veinte años -que se sepa- al vicepresidente arbitral, ser tú quien le cuadriplica el sueldo y pedir la repetición de un partido por un gol fantasma que no es gol y además es fuera de juego.

No es que seamos radicales. Es que la realidad lo es.

Pero toca ya mirar al frente, concretamente a la semifinal contra el Bayern de Múnich, ciudad a la que se ha trasladado Marca para entrevistar a Musiala, la perla muniquesa.

Musiala compartió equipo con Jude Bellingham en las divisiones inferiores de la selección inglesa, y en la estupenda entrevista de Juan Castro revela algunos secretos de su amistad. "Jude y yo soñábamos con partidos como este", confiesa el talentoso media punta. Jude, como veis, está en boca de todos. También lo está Rüdiger, compañero de selección actual de Musiala y de quien éste dice que es "un gran defensa y un tipo muy divertido". En esta fase de inaguantabilidad, que ojalá dure eternamente, todos querríamos casar a nuestra hermana con Bellingham y, si no fuera porque esto haría daño a Jude, que tuviera por amante a Antonio, experto en anular estrellas rivales, marcar penaltis decisivos y manipular pezones. Esta última tendencia hay quien la lleva mejor y quien la lleva peor. A Grealish parece hacerle mucha gracia, claro que Grealish es más madridista que todos nosotros juntos. A Morata, por lo que sea, le gusta menos. A Segurola, nada.

As va más allá en el futuro, llegando nada menos que a Mbappé. Nos permitimos sugerir que dejemos por el momento en paz a Mbappé. El astro francés jugará con toda probabilidad en el Madrid la temporada próxima, pero es que esta de ahora no sólo no ha acabado, sino que se encuentra en su tramo decisivo. Centrémonos en eso. Con todo, y a fin de beneficiarnos del consiguiente clickbait, nosotros desvergonzadamente hemos puesto a Mbappé en el título del portanálisis, pero siendo transparentes respecto a nuestras intenciones.

En sus bajos, As informa de la victoria del Real Madrid de baloncesto ante Baskonia, lo que (1-0) sitúa al equipo de Chus Mateo en la rampa de salida para el play-off de la Euroliga en Madrid. El partido convirtió también, por el mismo precio, a Sergio Llull en el máximo anotador de triples de la historia de la competición, con 624 encestes desde la línea de tres puntos. Qué bestialidad. El increíble Llull, una de las mejores cosas que nos han pasado, sencillamente.

Ay. Produce ternura, en medio de la pujanza blanca, ver al mundo proculé echar cuentas de la temporada que viene. Parece que quieren fichar a Bernardo Silva, jugador excelso (eso sí) con más años que el sol en las películas de John Wayne, sí, en esos planos crepusculares, como el de The Searchers. El Madrid derrotando al futuro y el Barça comprándose (si le queda algo en caja) el pasado. El Madrid no compra a Bernardo Silva. El Madrid elimina a Bernardo Silva.

Pasad un buen día.

Aún tenemos fresca en la memoria la noche gloriosa del City, la lección táctica de Ancelotti, las paradas de Lunin, el gol de Rüdiger.

Este martes, fcQuiz ha dispuesto un cuestionario que pone a prueba los recuerdos de aquel día.

¿Sois capaces de hacer pleno?

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A veces la memoria juega malas pasadas, confundiendo lo que fue con lo que creemos que fue. Hay un rincón en la memoria que se corresponde con lo que nunca hemos vivido pero recordaremos como notarios de quien sí estuvo allí. Normalmente es por una persona que nos marca como el diamante al vidrio, por lo que devoramos lo que nos dicen que sucedió, ya que, en cierta medida, lo queremos nuestro.

La esposa de Lot no puede mirar atrás, pero yo sí. Antiguo guardián de la ética, descubrí hace tiempo que todos pedimos favores. Si pudiera, pediría que esa nube gris que lo amenaza no lo engullera, una nube cada vez más densa que es esa maldita enfermedad del olvido perpetuo. Aquella foto de Ramón Masats me recuerda a él, me devuelve a un tiempo que no viví en un lugar que nunca pisé, pero sí él. Entonces, me contó una vez, los seminaristas jugaban al fútbol en patios duros dentro de sotanas ásperas. También en un seminario castellano como el de la foto de Masats, en pleno invierno, él corría la banda con sotana. Incluso hacer un túnel u otras filigranas eran una opción porque aquel fútbol era algo jocoso y puro, libre a pesar del ropaje.

Lino Hernando

Como canta Aute, miro el instante que ha dejado la fotografía. Frente a mí, Lino Hernando, el protagonista de esa foto histórica de Masats, aquel sacerdote, portero y madridista, sigue suspendido en el aire, en una estirada imposible e ilógica, como el pie de Odriozola. Una levitación eterna en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma). Fantaseo con que él es quien bate a Lino y que por siempre vive en esa foto.

Igual que el viento barre la arena de un soplido, esa enfermedad de cuyo nombre no quiero acordarme (¡qué paradoja!), arrasa con sus recuerdos. Pronto no recordará que fue un futbolista meritorio que con un golpe seco sometía al rival. Estaba llamado para mucho más, pero prefirió dejar huella fuera del fútbol, como un Atticus Finch, laborioso y encantador, a pesar de su antimadridismo acérrimo, aunque respetuoso y racional, incluso divertido. Porque las fobias con pan y queso son menos, a veces ocultan una admiración no confesada. Y sé (o creo saber) que él nos ha admirado en secreto. Cuando su Athletic acaba de ganar la Copa, un club que, por cierto, como él, nos respeta y odia a partes iguales, noblemente, pensé en llamarle. Temí que no me recordara, mejor así.

Tuyo siempre,

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