Será Leo Messi lo que más vuelva a condicionar la forma de actuar del Real Madrid en defensa cuando le toque replegar. Todo apunta a que, si no hay grandes sorpresas, Leo comparta banda con Sergi Roberto, ataque con Griezmann y Luis Suárez y que conectando con él por detrás tenga, a buen seguro, a De Jong y Busquets y a un tercer hombre que presumiblemente será Rakitic por la baja de Arthur; de forma que el holandés sería el interior alejado y el croata el que comparta el carril con él. Aspecto que se torna fundamental de cara a perseguir los 3 principales objetivos en esta fase del juego: desconectar el ataque culé de Messi, que cuando intervenga lo haga con la jugada muerta y que Casemiro le espere en el semicírculo del área; su zona de castigo por excelencia.
El argentino en la actualidad sigue teniendo una sensibilidad en el desplazamiento y control de balón a la que nadie más llega; también sigue marcando tremendas diferencias en conducción y arrancada, pero en su reserva de energía y la consecuente limitación en la repetición de esfuerzos e intensidad, se le notan los 32 años que actualmente tiene. Siempre fue preferible que recibiese en parado y con el equipo blanco esperando en lugar de basculando o ajustando desequilibrios previos, pero nunca fue más necesario que ahora de cara a reducir su impacto, por no haber estado antes tan marcada la diferencia en la peligrosidad entre los dos Messis actuales: el que ataca piezas en movimiento y el que enfrenta rivales que le ven venir y esperan en reposo. Si cuando le llegue el esférico los blancos están plantados en su sitio y Zizou es capaz de convencerles de ser pacientes, de que la defensa priorice su espacio en vez de meter pie y de que haya un sistema de ayudas que le oriente la carrera hacia zonas muertas, contenerle dejará de ser una quimera.
Una opción que tiene el equipo de Zidane es negar la profundidad por su lado desactivando la conducción de un Sergi Roberto que llega en estado de gracia y está generando tanto llevando la jugada como soltándola -sobre todo si recibe en movimiento-, y anulando el punto de encuentro del juego interior con Leo, buscando obligarle a abrirse hasta la cal para intervenir o pedirla delante de la media blanca. Al mismo tiempo, resultaría un negocio potencialmente rentable motivar el aumento de la presencia de Rakitic, que presumiblemente jugará detrás de la línea de balón, en la gestión de las posesiones que caigan a su perfil. Su lentitud gestual en la secuencia control de balón-más-pase, y ausencia de agilidad mental y creatividad diferencial, puede reducir el ritmo de juego culé contribuyendo así al objetivo de que la jugada le llegue apagada a Messi y a que el Madrid se mantenga defendiendo mirando a portería rival y no a la propia, disminuyendo la complejidad de la defensa y posibilidades de que el conjunto culé gane metros por su lado fuerte.
Otra cuestión que podría estar barajando Zizou, a tenor de lo visto últimamente al equipo barcelonista, es enseñarle al Barcelona la banda izquierda como la principal vía a través de la que obtener profundidad; guiándole hacia y por ella para tentarle a que reparta los intentos de llegada al área madridista entre las dos orillas del campo más de lo que suele. Más aun teniendo en cuenta que, en ausencia de un Jordi Alba que podría no ser titular por falta de ritmo, el lateral izquierdo lo están ocupando unos Junior Firpo y Nelson Semedo que no están eligiendo ni ejecutando bien en el último tercio ni ayudando a su equipo a que llegue a él.
Ambos laterales no terminan de asimilar las fases de las jugadas del juego culé ni las necesidades de escalonamiento de su posición; tampoco hay química natural para mezclar alturas y crearse puntos de encuentro diagonales en su asociación con Griezmann. El Madrid tendría mucho ganado si es capaz de empujar la progresión culé hacia ese perfil y al mismo tiempo les cierra líneas de pase interiores a un De Jong que sí es capaz recibir entrelíneas, acelerar el juego, eliminar rivales, atraer otros que liberen espacios en posiciones comprometidas y girar al conjunto blanco hacia su portería. Por este motivo Fede Valverde podría volver a tener un rol preponderante para su equipo; esta vez en ese duelo contra el holandés en el que, por un lado, buscaría impedir que reciba a su espalda tapando su línea de pase y por el otro que le supere cuando lo vea venir de cara.
Si los de Zinedine estrechando su sistema defensivo sobre su derecha consiguen este propósito, no sería de extrañar que Griezmann acuda en auxilio de su lateral, siendo algo totalmente beneficioso toda vez que se trata de un jugador al que se le nota incómodo jugando a pierna natural en esas zonas y eso hace que el propio Barcelona se incomode. Además, reduciría la posibilidad de que el equipo culé atacase la frontal en esas secuencias de pases a sabiendas de que tendría al francés, el principal agilizador de su ataque de espaldas a portería rival, desenfocado de esta tarea; amén de mantenerlo lejos de Leo Messi.
En otro orden de cosas, la importancia de que Casemiro espere dentro a Messi y que no le persiga desde la banda es primorosa. El brasileño, partiendo desde parado y llevando a cabo persecuciones desde el mismo origen de la conducción, siente la necesidad de llegar a un cuerpo a cuerpo en los momentos de intento de robo, al no poseer una elasticidad especial a la hora de meter el pie, aunque su técnica ejecutando el quite se élite. No puede corregir sus entradas de inmediato ni tiene la capacidad de estirarlas más de lo previsible. Es decir, una vez inicia el movimiento apenas puede variarlo. La capacidad de ajuste durante la entrada y la plasticidad para estirarla resulta fundamental para obtener, en esas situaciones, un porcentaje de éxito en el robo relativamente alto contra Messi, porque, de no ser así, si el movimiento resulta predecible, el argentino suele castigar la intentona con la mayor velocidad de reacción y precisión del planeta. Por eso Casemiro se ha visto expuesto en muchas acciones ante Messi por darle excesivas referencias de por dónde vendrá la entrada, cuando lo más probable es que solo sirva para hacerle falta en situación comprometida o ponerle en desventaja en el seguimiento de la conducción, por quedarse desequilibrado, al ser esquivado en un primer intento de robo. Dicha inestabilidad es determinante en el brasileño intentando seguir conducciones pues es un jugador tosco y pesado, lo que genera que su reajuste corporal y giro sean demasiado lentos como para poder corregir el desajuste tras intento de robo y reincorporarse a la acción luego, al contrario de lo que sucede con jugadores de su perfil que no tienen esta carencia, como por ejemplo Kanté.
La necesidad de que Casemiro no vaya a buscar a Messi a banda no estriba solo en esta probabilidad de verse eliminado de la jugada; hay más. El Barcelona está logrando que el rival, por lo general, tenga que defender a Leo con su línea de medios. Está rellenando la línea defensiva del rival de jugadores que la amarran, amenazan y distraen cuando es Leo quien la ataca en conducción. Principalmente con un Luis Suárez que ha reducido mucho su frecuencia y profundidad de movimientos, haciendo que mantenga en su sitio a los centrales en base a un posicionamiento más zonal que impide movimientos de salto en ajustes sobre el recorrido o desplazamiento de balón de Messi, y un Griezmann que se posiciona bien entre los intervalos de la última línea para romper a su espalda con esos microdesmarques fuera-dentro, con los que o se lleva consigo a su marca, liberándole aún más espacio en zona de finalización al argentino, o se queda en disposición franca de ser asistido por el de Rosario.
Por todo ello Casemiro será fundamental para darle tiempo al Madrid de Zidane de poder competir. Y este será quien deba ayudarle a que lo sea logrando que, en primer lugar, Messi reciba lo menos posible en zona de aceleración. En segundo que, cuando lo haga, la jugada le llegue desacelerada, lo más lejos posible de la semiluna del área y con el resto de piezas blancas en su sitio y orientadas hacia su recepción con su portería a su espalda. Y, en tercero, que no le obligue a tener que descentralizar su posición; dejándole ver así el recorrido del argentino desde su destino para que llegue a él fatigado mientras el brasileño puede reservar energías y calcular su ruta y condiciones de la colisión, que a buen seguro será, por lo explicado antes, el único intento de que, una vez llegado ahí, defina en situación de gol-gol. Por eso Zidane le haría un favor enorme dejándole a Casemiro ser, como Hodor en defensa de Bran Stark contra los caminantes blancos, el defensor del portón, el portón de Leo Messi.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos
El mejor del farza Hernández Hernández y en el Varza el discípulo de clos...
No tengo nada más que decir señoria.. encerrona pues y nosotros contando estrellas y los golpistas campando a sus anchas....pais
Suena genial! Tenemos plan de ataque.
Ahora, minuto 3 tarjeta amarilla a Casemiro y a Ramos en el minuto 7. A tomar viento todo el plan.
No creo ni que lo vea, y no porque no creo que pueden ganar si les dejan
Casemiro tendrá que hilar muy fino, ya sabemos que cualquier pequeño roce al también pequeño Messi se convierte en una bonita tarjeta. Así da gusto jugar, oiga.
Una de las claves de Casemiro para mí es su mentalidad por encima de la táctica y la estrategia, lee muy bien los balances defensivos y dota de consistencia el juego del equipo, es el tipo de jugador que nunca estará nominado al balón de oro, pero que todos los entrenadores del mundo les gustaría tener en su equipo.
¡Un verdadero CRACK!
Un saludo
El cuerpo me pide esta alineación: Courtois, Militao, Varane, Ramos, Mendy; Casemiro, Kroos, Modric, Valverde; Benzema y Jovic.
Concuerdo. Veo a Vini y Rodrygo un poco verdes para este partido. Jovic es más agresivo y creo que puede estar mejor. Pero lo sabrá mejor Zidane, como siempre....