El Real Madrid sacó de Palma de Mallorca un empate con sabor a derrota. Rápidamente los pájaros de mal agüero salieron a disfrutar de su minuto de gloria. Con la temporada en pañales y ya con un título en la buchaca no parece prudente sumergirse en un pesimismo asfixiante. Lejos de mí asumir el papel de plañidera ni querer echar leña al fuego. Por el contrario, tampoco quisiera restar importancia a los errores que todos vimos. Un partido que en la primera parte podría haberse ganado por cuatro goles y que en la segunda mitad se te atasca tras un golazo de cabeza del Mallorca. Decisiones cuestionables de Carlo Ancelotti y actuaciones poco afortunadas de nuestros jugadores terminaron por gripar el motor del equipo. Mala suerte o mal planteamiento final pero toca resetear sin buscar excusas.
El fútbol no es justo como tampoco lo es la vida. Muchas situaciones en la misma no son claras ni obedecen a una lógica cartesiana. Por eso, muchos aprendimos en aquella vieja canción de Andrés Calamaro que la suerte juega con cartas sin marcar y así, claro está, es imposible ganar. Sin embargo, no podemos permitirnos caer en el más absoluto desánimo infecundo como el protagonista de aquella canción. El desánimo o la melancolía no conducen a nada. Máxime cuando aún tenemos arena de la playa en los pies y el otoño todavía se antoja lejos en el horizonte. Un empate hoy puede ser un drama pero en dos meses quedará en anécdota.
Lo bueno del fútbol es que es una máquina que no para nunca de girar. Rápidamente te puedes desquitar de una mala actuación ganando bien el siguiente encuentro. El próximo domingo frente al Real Valladolid en casa tenemos una nueva oportunidad. El Santiago Bernabéu se vestirá con sus mejores galas para dar el pistoletazo de salida a una temporada larga y llena de promesas. Será un partido especial pues será el debut de Kylian Mbappé en casa como jugador del Real Madrid. Para muchos, un sueño hecho realidad tras siete años de vigilia. A buen seguro que el internacional francés tendrá todas las ganas del mundo de que llegue el domingo.
Un empate hoy puede ser un drama pero en dos meses quedará en anécdota
Ahora quisiera detenerme un poco en la naturaleza de esta competición doméstica. Queramos o no, es bastante desagradable comprobar que el Fútbol Club Barcelona la vuelve a comenzar sin aún sufrir castigo alguno por el Caso Negreira. Asquea admitir que es así. Si bien es cierto que la Justicia todavía ha de dirimir el litigio, deportivamente muchos tenemos la sensación que le está saliendo gratis. Mediáticamente, también. El antimadridismo hace extraños compañeros de cama. Decía Fray Luis de León que para hacer el mal cualquiera es poderoso. Debe de ser así.
La Liga arranca con muchos equipos con problemas para inscribir jugadores. Este hecho es preocupante, sí. Pero aún más preocupante es que en los últimos años se venga repitiendo. Que cada verano se reitere esta dinámica negativa no deja en muy buen lugar al fútbol español. Antaño los mercaderes poblaban el templo. A finales de siglo se hablaba del campeonato doméstico como la «liga de las estrellas». Perdida la hegemonía italiana de contratar a los mejores, España vivía una etapa dorada. En parte apoyada por el auge económico que atravesaba el país, muchos acaudalados se acercaban al fútbol pues veían este deporte como una forma glamurosa de ascender socialmente.
es bastante desagradable comprobar que el Barça vuelve a comenzar la competición sin sufrir castigo alguno por el Caso Negreira. Asquea admitir que es así. Si bien es cierto que la Justicia todavía ha de dirimir el litigio, deportivamente muchos tenemos la sensación que le está saliendo gratis. Mediáticamente, también
Pero como todo, el músculo económico sostuvo la fiesta hasta que la misma acabó. También existía una relación directa con la burbuja inmobiliaria y con el deceso de esta en la crisis económica de 2008 el poder económico de nuestro fútbol bajó varios peldaños. En los últimos años, históricos como el Real Zaragoza o el Deportivo de la Coruña no atraviesan su mejor momento. Que esta clase media de clubes haya menguado es sintomático de que algo no funciona. Ni el dinero de las televisiones es el chocolate del loro ni acuerdos con fondos como CVC te resucitan de la noche a la mañana. Más bien al contrario.
Nos guste o no, esta es la competición que nos toca en suerte disputar. A pesar de ser tan poco atractiva y cainita, cada año volvemos a sentarnos a verla. El amor por el Real Madrid salva cualquier barrera ética o estética en la que nuestro fútbol doméstico se ve envuelto. Admito algo de masoquismo en aceptar degustar un gazpacho hecho de clubes de dudosa moralidad, dirigentes incapaces y unos árbitros sedientos de protagonismo para mal. En definitiva, este campeonato no es plato de buen gusto en absoluto pero en él juega el Real Madrid.
Que Dios me perdone, pero quiero ver jugar a mi equipo cada fin de semana. Sé que es contradictorio, pero aún más fuerte es el sentimiento madridista que el de rechazo a una competición viciada. El amor al Madrid y al propio fútbol es suficiente alimento para el alma. Quiero gozar con un Jude Bellingham en modo todocampista o, como diría nuestro editor Jesús Bengoechea, emulando un Zidane distefanizado. Quiero ver crecer a Endrick o a Arda Güler, o perder la cuenta de los goles de Mbappé con la camiseta blanca. Tenemos suficientes razones para hacer que valga la pena. Nos sobran los motivos.
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Si los partidos del Madrid los retransmitiera Realmadrid TV ya estaría yo pagando por ver los partidos, pero a vomistar o los casi que aún más vomitivos de dazn ni loco.
Del resto es verdad que ésto acaba de empezar y todo eso, pero tenemos que juzgar sobre el último partido y ese partido (arbitraje aparte) fué malo, en mi caso además si ciertos dejes que no me gustan de Ancelotti suceden en una no victoria pues aún me molestan más claro está, ese conservadurismo en hacer el once inicial, ese respeto por las jerarquías, ese hacer tarde los cambios. Todo ésto sin poner en duda al que considero mejor entrenador posible para el Real Madrid, los títulos lo demuestran y espero que a final de temporada se puedan festejar títulos pese a que no se traiga un central que sería muy necesario (otro año más).
Ojo a la columna en la penúltima página de hoy en Marca, a cargo del paniaguado de Felipe del Campo. Nauseabunda de la primera a la última palabra, defendiendo la Liga de Tebas en comparación con las ligas inglesas, italiana, alemana y francesa y elogiando a Tebas como si fuera su padre (mucho tendrá que agradecerle) y para ello pone en valor, entre otras cosas, que la Liga está mejor que la Premier porque en los últimos años, ha ganado más Copas de Europa, como si las hubieran ganado varios equipos españoles, no queriendo ver que sólo las ha ganado un equipo que precisamente está peleado con la Liga y la Federación. Y le da el mérito a Tebas ¡Acojonante!. Como ya he dicho, nauseabundo desde la primera palabra hasta la última.
Tebas es la definición perfecta de sanguijuela o parásito, utiliza el buen hacer de otros para hacer ver que ha sido gracias a él y así hacer crecer su sueldo por parte de una mayoría de clubes paniaguados que por supuesto están a favor de cobrar por derechos de televisión lo que no generan porque básicamente lo generan dos clubes en España, tampoco estarían de acuerdo en bajar el número de clubes de primera a 18 o 16 equipos aunque tantas jornadas de liga supongan demasiada carga de partidos a ños equipos españoles que más generan económicamente para todos que son Madrid y Farsa y los que suelen jugar competiciones europeas. La liga creció por la rivalidad Madrid-Farsa Cristiano-Messi, clubes y jugadores que ni Tebas fichó ni pagó las enormes cantidades de dinero que costaron.
Otra cosa que parece que hace subir el valor de Tebas es la caterva de inútiles que presidieron la liga anteriormente, me acuerdo por ejemplo de un tal Astiazarán que venía de hacer una gestión nefasta en la Real Sociedad y así todo tipo de dirigentes rebotados de mala manera de sus clubes estaban en puestos altos en Laliga.
Es como si en España se crea una asociación de empresas de ropa y su presidente va fardando de los números pero que en verdad son gracias básicamente a Inditex, y cada vez que habla el presidente de dicha asociación encima lo hace para faltar y atacar a Amancio Ortega e Inditex, sería un sinsentido pero ese sinsentido pasa en el fútbol español.
La comparación última es de lo mejor que he leído de comentarios y artículos. Felicidades.
Suscribo especialmente el último párrafo. Magnífica conclusión. Enhorabuena.
Estamos enganchados al Real Madrid, pureza. Pero es jodido que para disfrutar del Real Madrid sea menester consumir tanto fútbol adulterado.
7,3 millones, 20 años lo dice un juez, corrupción sistemática por parte del robalona f.c , los arbritos prevaricadores en favor del farselona el equipo del régimen y la prensa corrupta complices y así jugamos en esta pocilga de liga del tebas otro pájaro