Es muy posible que, a la hora a la que estés leyendo este artículo, haya dos o tres periodistas preparando un nuevo libro sobre Pep Guardiola. Se narraron epopeyas durante su etapa en un Barcelona envuelto por el mayor escándalo de la historia del deporte. Después, las narrativas pusieron su ego a la altura del que manejan en el Bayern Munich para hacernos creer que ‘Herr Pep’ había revolucionado el fútbol allí, y que nada de lo visto anteriormente importaba. En Inglaterra, a base de talonario, chorros ingentes de dinero y una serie de irregularidades que harían palidecer a los guionistas de Succession, fue amarrando Premiers una tras otra y levantó una Champions League la noche en la que Lukaku cerró los ojos cada vez que remató a puerta. Si a eso le sumamos que convirtió a un central como John Stones en un centrocampista aseado e interesante, apaga y vámonos. Trilogía al canto: un libro por su manejo del inglés, otro sobre cómo ganar una Copa de Europa casi en austeridad y el último acerca de una permuta táctica nunca antes vista en el noble arte del balompié. No hay decisión de Guardiola que no vaya acompañada de una enciclopedia que la explique sin que nadie la haya pedido.
A kilómetros de distancia, un tal Carlo Ancelotti, padre de Davide y alineador en sus ratos libres, sigue engordando su palmarés mientras masca chicles y riega el jardín -primero fue flor, pero el exceso de suerte hizo que se ampliara la parcela- sin que nadie llame a su puerta para escribirle un soneto. A las obras de Ancelotti les falta música, literatura. En definitiva, relato. No mea colonia y tampoco se la echa, lo cual me parece extraño porque siempre se asocia un buen perfume a un hombre elegante, y Carlo lo es. Vaya si lo es.
Acaba de ganar la Supercopa de Europa después de pasarse el verano saboreando una Champions, una Liga y una Supercopa de España. Pese a él, por supuesto. Se da por hecho que con el Real Madrid hay que ganar y que quince Champions son pocas y que deberían ser veintisiete. Todavía nos acordamos de aquel Kroos-Modric en el Metropolitano como si esa herida no vaya a cicatrizar hasta que Ancelotti pida perdón en sala de prensa o presente su dimisión por creer en una fórmula que parecía caduca. Lo malo es que nos acordamos menos de su nuevo libro táctico -Davide ha tenido mucho que ver en esto- o de su indiscutible capacidad de hacer mejores a los mejores. Y esto último es lo más complicado del fútbol. Hay muchos futbolistas muy buenos y no tantos que son TOP. En el caso de los TOP, unos cuantos necesitan encontrarse por el camino a un entrenador que maneje el mismo idioma que el suyo. Ancelotti es políglota, y el dialecto de la pelota lo traduce a la perfección.
No ha convertido a un central en centrocampista como Guardiola, pero sí ha convertido a un agitador como Vinicius en la máquina mejor engrasada del fútbol mundial. También se inventó un Bellingham goleador cuando Karim Benzema dejó un socavón difícil de tapar, y media hora más tarde un Jude todocampista que deja la etiqueta de ‘box to box’ en un anglicismo que bien merece un par de vueltas. Con Valverde, por poner otro ejemplo, nos enseñó un cañón desde media distancia y poco a poco lo fue convirtiendo en capitán general. Ahora, ese pajarito que volaba anárquico y enérgico se ha asentado como eje de la medular y ha heredado un dorsal que no suele tener mucha historia salvo si lo coges en el Real Madrid.
Obviamente, hablamos de futbolistas que tenían la materia prima y estaban en el club más exigente de la historia por ser buenísimos, pero que seguramente no habrían abierto las puertas del cielo. A falta de un par de libros que subrayen su trabajo y una colonia que haga de maridaje con su americana y corbata, de Ancelotti se puede decir que le sienta mucho mejor el silencio que el relato. Como al Real Madrid.
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Quillo,me encanta que colabores en la Galerna.....
Como siempre,muy acertados tus análisis...
Gracias Quillo. Un análisis divertido que explica la realidad.
Quilla, me alegro de que vuelvas a colaborar en La Galerna.
Abrazos madridistas
Cada vez me apetece menos poner comentarios en la Galerna porque esto parece más una pared donde alguno se dedican a poner las chorradas que se les ocurren o firman con nombres de otros...en fin.
Pero para hablar de Anceloti merece la pena. El mejor y más grande entrenador del Madrid y por tanto del futbol mundial. Solo quiero decir esto.
Qué alegría verte colaborar en la Galerna, Quillo.
Sobre el artículo, genial una frase que hay que grabar en metal: "...Ancelotti se puede decir que le sienta mucho mejor el silencio que el relato. Como al Real Madrid."
Resume tantas cosas de nuestro fútbol patrio...
Un abrazo!
El meacolonias es un fraude. Un producto del marketing y la política. Nada más y nada menos.
Pero es que por algo dicen que las comparaciones son odiosas. Ancelotti supera, de largo, al Noi de Santpedor ; en la doble faceta, deportiva y personal.
Muy bueno Jorge, buen estilo y ninguna falta de ortografía. Ya podrían aprender en periódicos de gran tirada nacional.
Tantos idiomas y DON JORGE tenía que hablar con LA VERDAD en cada una de las letras contenidas en este ARTICULAZO.
Curioso que no hayan lloros de la Narnia profunda todavía, pero bueno, allá que sigan pagando al Negreira de turno o activando palancas ficticias con la ayuda del "madridista" JAJAvier TeBASURA.