Caras

Hola a todos. Dice Marca que Luka Modric ya está prácticamente listo y que podría tener unos minutos en el partido mañanero del domingo frente al Leganés.

Hoy la tierra y los cielos me sonríen.

Hoy llega al fondo de mi alma el sol. 

Hoy le vimos. Le vimos y está sano. 

Hoy creo en Dios. 

Gustavo Adolfo Bécquer era madridista. Extenderse en explicarlo resultaría una ordinariez. Fijaos si no cómo se refirió a la Duodécima con admirable anticipación profética.

Yo soy un sueño, un imposible, 

vano fantasma de niebla y luz. 

Soy incorpórea, soy intangible. 

Te espero en Cardiff. 

Oh, ven. Ven tú. 

Sobre el Barça nunca tuvo palabras lisonjeras.

Ese club es un trágico sainete

en cuya absurda fábula

lo fiscal y el teatro confundidos 

risas y llanto arrancan. 

Mas es lo peor de esas nenazas

que, sintiéndose acusadas, 

responden haciéndose las mártires. 

Inmarcesible cara. 

Y de caras precisamente, aunque de otras muy distintas, nos hablan los diarios deportivos madrileños en sus primeras planas de hoy.

"Modric ya está listo", proclama el diario capitalino, a quien casi le pedimos que nos siga mintiendo en caso de que la noticia no sea enteramente cierta. "El Madrid tendrá otra cara", vaticinan los de Gallardo junto a un primerísimo plano del croata en el cual nos recuerda, todo sea dicho, a la periodista Isabel San sebastián.

Como no somos sospechosos de no amar a Modric, a quien hemos dedicado portanálisis y artículos sin fin, lo vamos a decir sin ambages: hay caras más agraciadas que las del excelso centrocampista, pero ninguna de ellas hace ni la mitad de ilusión que la del croata si esta va acompañada de la promesa de su retorno. Le hemos echado en falta en algunos partidos más que en otros (los tacticistas argüirán acaso con motivo que a quien de verdad se ha echado de menos es a Casemiro), pero lo cierto es que, en cualquier caso, nuestras huestes necesitan del excelente hacer del croata, de su arte, de sus pases con el exterior, de su personalidad, de su coraje defensivo, de su liderazgo, para brillar como de ellos se espera, y que Lukita y sólo Lukita es capaz de sacarnos ya de este extraño vaivén emocional que constituye su ausencia. La montaña rusa nunca te hace descender boca abajo hacia los abismos de la derrota, pero el que nuestro cochecito tenga a bien meterse en el túnel de la bruja de los empates es ya en sí mismo algo lo suficientemente inquietante. Somos el Real Madrid. El Real Madrid no empata, oigan. Con Luka, en Varsovia, el Madrid nunca hubiera sucumbido a la horterada de empatar a tres (¡a tres!). Hay demasiada clase en Modric como para que un 3-3 pueda siquiera amenazar con gestarse en la mente de Dios. Un poco de estilo, señores.

Caras también -va sin segundas- las que trae a su portada The Ouija Daily. España ya tiene gobierno, donde predomina (dice As) el dominio del Madrid y del Atleti. Que la nueva ministra de Defensa, por ejemplo, no sea del Atleti es algo que clama al cielo, pero que sí lo sea el ministro Catalá viene a demostrar la pinza antimadridista tradicionalmente practicada entre los colchoneros y los poderes fácticos del pequeño país de ahí arriba (el AntiMadrid FC). También es del Atleti Montoro, y no deja de tener su gracia que el señor que gestiona la deuda de todos los españoles (en particular de algunos con el pelo amarillo fosforito) con Hacienda sea de un equipo a quien el fútbol debe tanto. Le pone Relaño el escudo del Madrid bien grande al presidente Rajoy para que quede claro cómo nos luce (?) este hecho en el campeonato nacional, pero olvida (?) situar el rojiblanco sobre la cara del monarca. El rey, señores, es bien sabido, es del equipo del pueblo, para que luego digan que la institución no está debidamente enraizada en la sociedad nacional. Inquietante.