Capitán Copa de Europa

Sirva decir que el nuevo presidente de honor del Real Madrid, don Francisco Gento López, tiene él solo más Copas de Europa que Aston Villa, Feyenoord, Chelsea, Celtic, Oporto, Benfica, Juventus, Manchester United, Inter, Ajax, Liverpool, Barcelona o Bayern. No sé si el dato aporta algo o, por el contrario, no sirve absolutamente para nada pero como he detectado que decir este tipo de cosas provoca sarpullidos y un indisimulable acceso de ira entre los antimadridistas, yo, cada vez que puedo, lo suelto y me quedo tan pancho. Probablemente vuelva a repetirlo al final de este artículo. Sí, sí, Gento tiene él solo una Copa de Europa más que Bayern y Barcelona y únicamente una menos que el Milan, que tiene tres menos que el Real Madrid. Si Paco Gento fuera un superhéroe de Marvel se llamaría Capitán Copa de Europa, por la mañana sería funcionario en Guarnizo y por las noches se transformaría en el misterioso Capitán Copa de Europa e iría por ahí desfaciendo entuertos a la velocidad del rayo, y no envejecería jamás porque lo bueno que tiene ser superhéroe de Marvel es que uno jamás envejece. A nuestro Capitán también se le conocería por el sobrenombre de La Galerna del Cantábrico por esa extraña capacidad suya que le hizo tan famoso consistente en aparecer por la banda como una ráfaga súbita y borrascosa de viento frío y húmedo.

Al principio de los tiempos, y según cuentan los viejos del lugar, la ráfaga era demasiado súbita y el viento que provocaba a su paso excesivamente frío y húmedo, de forma que, obsesionado con ser veloz, a nuestro superhéroe le pasaba que se dejaba detrás lo más importante, que era el balón. El Capitán Copa de Europa adelantaba a la pelota, la dejaba atrás, frenaba súbitamente, retrocedía, recogía el balón y, una vez se encontraba ya todo en su sitio, lo acarreaba depositándolo desde la banda en las piernas o cabezas de sus compañeros, cuando no lo introducía él mismo en la portería rival. Al Capitán le costó integrarse al principio, hasta el punto de que se generaron ciertas dudas acerca de su idoneidad para el equipo, pero entonces emitió su juicio don Alfredo di Stéfano y, supongo que con voz grave, dijo lo siguiente: "Aguantad, yo le haré jugador". Y, entonces, del pie del General, surgió primero el futbolista, después el mito y, por último, el superhéroe, el Capitán Copa de Europa. La Saeta atemperó la violencia de aquel potro libre y salvaje, y una vez que aprendió a mirar, esperar y templar, se convirtió en uno de los mejores extremos de la historia del fútbol mundial.

Nada más morir nuestro General, todo el mundo miró instintivamente al Capitán Copa de Europa dando por hecho que él era el mejor candidato, el único candidato en realidad, para ocupar la presidencia de honor del mejor y más prestigioso club deportivo de la historia. Entre él y el nombramiento únicamente se abría una brecha, que no era otra que la indisimulable timidez y el deseo de permanecer en un segundo plano de quien, por paradójico que pueda parecer, de joven se mostró tan descarado y protagonista sobre el terreno de juego. Ahora, transcurrido un tiempo prudencial desde que nos dejara Don Alfredo, el nombramiento de Francisco Gento parece un hecho. Un tímido sustituye a otro tímido y a La Saeta le sucede, que no sustituye, La Galerna, cariñoso apelativo que, además de todo, da nombre a la página en la que un servidor tiene el inmenso privilegio de venir a escribir todos los lunes. El señor Gento, cuya vida guarde Dios muchos años, se convierte así en el faro del madridismo, un referente por encima del bien y del mal, alguien a quien ni siquiera los Tattaglia osarán manchar. Por cierto, que no se me olvide, ¿ya os había dicho que don Francisco Gento tiene él solito más Copas de Europa que Barcelona, Bayern de Múnich y etcétera, etcétera, etcétera...?